Clausura

Título: OWACHY

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU Avengers (Post Civil War)

Parejas: Angustioso Stony

Derechos: Marvel se queda con todo como en la pirinola.

Advertencias: historia de terror, no apta para corazoncitos tiernos susceptibles de historias de horror con sustos a la vuelta de la esquina. Basado en la antología de cuentos del maestro Stephen King "Pesadillas y alucinaciones", y la película "Babadook", principalmente. Sobre aviso no hay engaño.

Gracias por leerme.



Clausura.

Con ilusiones marcó su destino
pero no quiso escapar
Nunca se supo por quién lloraba
él nunca quiso hablar,
Hoy se preguntan con gran tristeza
¿Quién le arrancó el corazón?
¿Quién se ha llevado con su partida
todo el valor de amar, de amar?

Destino, Ana Gabriel.


Visión sabía que las cosas no estaban bien, más estaba tan desconcertado como la mismísima Viernes al no comprender lo que estaba sucediendo. Tony comía cada vez menos, estaba teniendo noches de vigila, insomnio y le parecía que algo de sonambulismo inédito. Pero cada mañana sonreía tristemente cuando le preguntaba si todo estaba bien, si había algo que él podía hacer. El frenesí por el trabajo de parte del millonario alcanzó nuevos niveles, podía estar incluso noches y días enteros dedicado a las Industrias Stark como a resolver los pendientes con los Acuerdos de Sokovia. Eso iba a terminar mal pero ni el mismo Coronel Rhodes pudo sacar de tal estado a su viejo amigo. Y ahora no tenía como pedir ayuda porque el único contacto al que podía acudir, el propio Stark lo había hecho trizas y luego echado al bote de la basura sin mayores contemplaciones. Visión podía salir del complejo, volar hacia África y buscarles, pero eso llamaría la atención del General Ross. Tenía que aceptar que tampoco estaba muy listo para hacerlo, para verla de nuevo.

Los sucesos dentro del complejo escapaban a su lógica, todo había comenzado cuando el castaño había destrozado esa mañana el teléfono. Para el mediodía comenzaron esos cortes de energía inexplicables que Viernes no terminaba de reparar como si algo o alguien solamente esperara a que la IA arreglara el desperfecto para volverlo a romper. Tony no le tomó importancia, igual que a muchas cosas en su vida, de su salud. El androide siempre era el encargado de apagar las luces de manera manual, porque le gustaba recorrer esas habitaciones donde una vez estuvieran risas y miradas llenas de compañerismo. Un cabello pelirrojo oscuro con la más hermosa de todas las sonrisas pronunciando su nombre. Pero ahora había un cambio en esa rutina, siempre aparecía una sombra cuando todo estaba oscuro, al final de cualquier pasillo, en una esquina lejana. Tenía la forma de un hombre lobo pero más delgado cual fantasma, su forma era difusa más Visión le vio docena de veces, encendiendo de vuelta las luces para comprobar que solamente en la oscuridad se podía apreciar aquella silueta escabrosa.

El Coronel Rhodes tuvo que ir de vuelta al hospital para una nueva intervención, se quedaría ahí por un par de semanas hasta que los especialistas le dieran de alta. Prometieron ir a visitarle. Ahora el complejo fue más silencioso, con el millonario teniendo esos comportamientos tan erráticos, a veces quedándose completamente quieto con la cabeza baja en medio de la sala, hombros caídos y manos sueltas a los costados. O frente a una esquina donde no había nada más que una lámpara titilando como si fuese a hacer corto circuito. Visión prefirió cuidarle muy de cerca cuando estaba en la cocina por temor a que tomara un cuchillo e hiciera algo en contra de su bienestar. Siguió insistiendo casi al punto de la desesperación para que Tony hablara con él, que le dijera qué estaba pasando pero solamente recibía una mirada triste como su sonrisa, un apretón sobre su hombro y la mención de algún pendiente en los negocios o con Naciones Unidas.

Viernes comenzó a grabar sucesos inexplicables en todo el complejo, las regaderas de los jardines activándose a horas impropias. Luces titilando cual reacción en cadena antes de que viniera otro apagón, muebles moviéndose de forma inesperada a una velocidad igualmente inaudita, terminando empotrados unos sobre otros –como las sillas- o en los techos. Cajones y puertas de la cocina abiertos de golpe, el ruido insistente de garras rechinando contra el piso o el techo, recorriendo a veces lentamente el complejo, otras muy aprisa. La sombra que aparecía cuando todas las luces se apagaban, pronto teniendo un lugar preferido para hacerlo: frente a la puerta de la recámara de Stark, a quien se le empezó a encontrar de pie, a un lado de la cama viendo al techo con mirada perdida y cabellos descompuestos.

Una tarde, Visión escuchó a Tony dirigirse por primera vez desde el término de la Guerra Civil hacia el taller adjunto al complejo que había abandonado. Le dejó ir en una apuesta porque aquello fuese un signo de recuperación. No pasó mucho tiempo antes de que Viernes le llamara preocupada porque todas las luces del taller se habían quemado, y el castaño no respondía. El androide cruzó las paredes a toda prisa, llegando hasta el lugar completamente a oscuras, algo absurdo porque era mediodía y la luz del sol al menos debía colarse por una de las paredes de cristal. Pero no lo hacía, era como si hubiera un manto impidiéndole. Visión llamó a Stark, usando su habilidad de vista infrarroja por todo el taller. Entonces vio erguirse del suelo aquella sombra antropomorfa, deteniéndole en sus pasos. Tan alta, tan espantosa, moviéndose como si estuviera conteniendo una risa, con sus largos brazos sosteniendo algo que al girarse hacia él comprobó que era nada menos que la armadura hecha trizas.

Eso no fue lo que asustó genuinamente a Visión, sino aquellos ojos blancos perfectamente redondos y tan psicóticos al mismo tiempo que se clavaron en él, con su hocico largo de sonrisa macabra hincando sus colmillos pálidos sobre el metal rojizo, haciéndolo crujir cual hoja de otoño, masticándolo sonoramente. No lo pensó más, usando el poder de la Gema de la Mente para atacarlo. El rayo amarillo salió despedido de su frente hacia el hocico de aquel monstruo que desapareció igual que las sombras cubriendo todo el taller. Por fin la luz del día entró, permitiéndole ver en el mismo espacio que ocupara aquella cosa a Tony en el suelo, hecho ovillo con serias heridas causadas por garras en todo su cuerpo y convulsionando. Visión corrió de inmediato hacia el millonario, notando el rastro de gruesas lágrimas en su rostro, murmurando algo que no pudo entender mientras su cuerpo se estremecía. Le cargó entre sus brazos pensando aceleradamente en sus opciones. Alguien tenía que ayudarlos. Alguien.

-"Visitante en la puerta." –habló Viernes tan alterada como él.

Un hombre ni joven ni viejo estaba en la entrada del taller, tan alto como Thor e igualmente fornido como su pecho al descubierto lo mostraba, únicamente adornado con un collar de cuentas y huesos de colmillos tallados. Vestía una chaqueta de cuero claro como sus pantalones, ambas prendas con tiras de piel más oscura recorriendo los flancos de sus piernas de la misma forma que sus brazos. Zapatos igualmente de piel suave y cosidos a mano. Cabellos largos negros y lacios cayendo tras su espalda cual perfecta cascada, una piel rojiza que hablaba de su naturaleza de origen nativo norteamericano. Ojos gris oscuro de mirada penetrante se clavaron en Visión, dando un par de pasos dentro del taller meciendo los aretes de pluma de águila que colgaban de sus orejas, extendiendo sus brazos hacia el androide, pidiendo que le entregara a Tony al tiempo que habló usando una voz grave, segura y al mismo tiempo melódica.

-Tienes dos caminos, Visión, puedes volar ahora mismo en busca de la ayuda que pretendes sin muchas posibilidades de éxito o puedes entregármelo y salvarlo.

El castaño seguía temblando entre los brazos del androide quien le miró unos segundos antes de volverse hacia aquel extraño hombre que había aparecido de manera inexplicable pero fortuita en el complejo. Podía marcharse, volar hasta donde fuese necesario buscando auxilio para Stark, más eso no le aseguraba que no muriera en el camino. No tenía certeza de qué podía hacer alguien como ese nativo porque sus lecturas no arrojaban dato alguno. Debía hacer una apuesta a ciegas y el tic tac del reloj interno del millonario se agotaba. Visión cerró sus ojos, adelantándose hacia aquel intruso, tendiéndole su preciada carga. Tony pasó de brazos con un quejido que hizo abrir los ojos al androide, contemplando como aquel hombre sonreía paternalmente, murmurando algo en lengua sioux que calmó de golpe esas convulsiones, quedándose con un muy pálido, inconsciente pero tranquilo millonario entre los brazos. Le acunó sobre su pecho, casi meciéndole con una ternura que desconcertó a Visión, esperando por la explicación que no vino.

-Tienes dos caminos, Visión, puedes irte ahora mismo, terminar de conocer el mundo y sus penas o puedes venir conmigo. Pero si lo haces, te lo advierto, TODO queda atrás. Si he de salvar a Tony Stark necesito firmeza, entrega, lealtad y compromiso absoluto, está en peligro de muerte, no me puedo dar el lujo de titubeos, dudas o cambios de opinión. Es todo por el todo.

-¿Quién eres?

-Mi nombre es Montana, Zorro del Cielo y estoy aquí para rescatar a este pequeño.

-¿De qué?

Montana levantó su mirada hacia él. –De Owachy. Le ha mordido y esa herida es fatal. ¿Qué es lo que decides, Visión?

Éste tomó aire, mirando ese rostro adolorido sin color, húmedo de sus mejillas por lágrimas que seguramente pesadillas provocaron. Jarvis hubiera hecho todo por el castaño. Lo hizo. El Coronel Rhodes ni siquiera necesitaría esa pregunta. Lo haría. El androide apretó sus puños con fuerza, relajándolos después al momento de asentir.

-Ya no le fallaré.

-No necesito preguntarte a ti, ¿cierto, Viernes?

-"Siempre estaré ahí."

-Entonces ya sabes que hacer, linda –Montana se dio media vuelta- Este sitio ha dejado de ser el hogar de Tony Stark. Nosotros le crearemos uno nuevo. Owachy no ganará.



Wakanda, África.

Todos ellos estaban tranquilos, adaptándose a esa vida que T'Challa les había proporcionado de buen grado. No tenían nada de qué quejarse en ese aspecto pero Steve Rogers sabía que las cosas no iban a permanecer así por mucho tiempo. El rey de Wakanda no podía darse el lujo de combatir al mundo entero y menos a una nación más que poderosa si descubrían que ellos estaban ocultos en aquella selva, por muchos guerreros sagrados que hubiera custodiando las instalaciones donde dormía apaciblemente en un sueño frío James Buchanan Barnes y además vivían el resto de los prófugos Vengadores. Pantera Negra tenía y debía preocuparse por su pueblo quien sin duda pagaría las consecuencias de una batalla que no valía la pena, no era la Torre Stark ni el complejo de los Vengadores donde podían hacer lo que quisieran sin pensar en las consecuencias.

Consecuencias.

Los primeros días pasaban por alto los noticieros donde aparecía Tony, la rabia como los resentimientos seguían a flor de piel. Pero después las cosas cambiaron cuando el millonario comenzó a cargar con culpas que no eran suyas, pidiendo disculpas públicas a nombre de todos los Vengadores por las víctimas de sus actos de heroísmo que nadie pidió, haciéndose presente en funerales como en juicios por daños. Un chivo expiatorio. Clint al principio creyó que todo era una farsa de parte del castaño para limpiarse de culpas más después de enterarse de cómo su familia había sido protegida por la Fundación María Stark de las garras del Secretario de Estado sus comentarios callaron. Lo mismo sucedió con Scott y su pequeña hija. En ninguna parte veían a Visión o a Rhodey, solamente se enteraban por T'Challa que seguían en el complejo, uno cuidando de las instalaciones y el otro en su rehabilitación. Stark era el único que daba la cara al público, quien recibía las quejas, los escupitajos, demandas como críticas severas.

Ahora que las cosas estaban calmándose, el panorama era devastador. No solo habían dejado ver que no eran un equipo al que se le pudiera confiar la seguridad del mundo, sino que eran capaces de un nivel de destrucción preocupante en aras de ganar una razón que pocos entendían, particularmente esas lenguas sagaces que no dejaban de apuntar al hecho de que el Capitán América, quien era el símbolo de los grandes y sagrados valores patrióticos de pronto podía echarlo todo por la borda con tal de salvar a un hombre con problemas de personalidad múltiple, inestabilidad emocional como acusado de una cantidad severa de crímenes. Ya todos sabían que había sido Zemo el causante de la muerte del rey T'Chaka, así como de otros eventos, pero nadie estaba enterado de las acciones del Sargento Barnes cuando fue Soldado de Invierno, ese invierno de 1991 cuando arrebató la vida de Howard y María Stark.

Eso solamente lo sabía Steve y no era nada agradable. Cada vez que visitaba la cámara donde reposaba Bucky se preguntaba con mayor inquietud si todo eso había valido la pena. Hasta qué punto había defendido el derecho a la libertad de los Vengadores y hasta donde simplemente había decidido elegir a su amigo por sobre el mundo. Un acto noble de egoísmo que le podían alabar pero cuyo precio ahora cargaba Tony completamente solo. Lo peor era la espera de una llamada que no llegaba, una sola señal que Rogers le indicara que podían hablar tranquilamente, entenderse, decirse perdones para sanar heridas profundas. Igual que un campo de batalla después de la guerra, todo estaba hecho trizas y no sería fácil recuperar los pedazos tan desperdigados, rotos, lastimados... traicionados. ¿Lo sabías? Todo lucía cada vez más difícil.

-Es un silencio preocupante –comentó el rey de Wakanda entrando a la sala donde se encontraba el capitán deliberando.

-Lo siento, Majestad. Últimamente parece que es lo único que puedo hacer bien.

-Ha hecho varias cosas de gran nobleza, capitán. No se menosprecie.

-Sé que no podemos estar aquí por mucho tiempo. Pronto comenzarán a sospechar en cuanto no hallen rastro de nosotros por ningún lado.

-Lo sé.

-Buscaremos dónde refugiarnos.

-Por el momento, deben arreglar las cosas entre ustedes. La ruptura no debe hacerse mayor.

-Temo que no podamos volver a sanarla.

T'Challa se sentó frente al rubio, cruzando una pierna.

-Los japoneses tienen un arte llamado Kintsugi, el arte de reparar con oro algo que se ha roto, ahí reside su belleza, no en la perfección sino en el hecho de que una herida se vuelve un orgullo.

-¿Cuál sería nuestro oro?

-Es cosa que deben averiguar todos ustedes.

Steve sonrió con un suspiro. –No suena tan mal.

-Ahora que las cosas se han calmado, podemos ver con mejor amplitud hacia el horizonte.

El capitán estaba a punto de comentarle algo pero uno de los asistentes del rey tocó la puerta, abriendo para asomarse.

-Majestad, hay un representante de Naciones Unidas esperándole.

Por la expresión de T'Challa, el rubio se dio cuenta que no lo esperaba más no podía rechazarle puesto que el rey de Wakanda era parte del comité observador de los Acuerdos de Sokovia. Aquél se levantó tranquilamente, mirando por última vez a Rogers antes de salir de ahí a paso tranquilo, siguiendo a su asistente quien le llevó hasta el ala donde podían recibir a visitantes extranjeros sin que se percataran de los fugitivos Vengadores. Una táctica arriesgada de Pantera Negra pero necesaria para cubrirles el mayor tiempo posible. Cuando llegó a la sala de juntas a donde habían llevado al representante, el joven rey miró a un hombre alto, de cuerpo atlético con cabellos negros perfectamente alisados sobre su cabeza con una barba de candado, ojos azules y rasgos atractivos con una sonrisa diplomática que cayó sobre su persona en cuanto le vio pasar, girándose del ventanal donde observaba la densa selva de Wakanda para acercarse con seguridad.

-Su Majestad, rey T'Challa de Wakanda, espero no haber interrumpido algo importante.

-En lo absoluto, ¿qué puedo...?

El hombre en su traje gris de seda le tendió un documento grueso que bien podía competir con los Acuerdos de Sokovia. No estaba muy errado el rey en sus pensamientos y lo comprobó cuando sus ojos leyeron el título: Resolución de Sokovia. Levantó su rostro, confundido ante lo que estaba sosteniendo. Aquel representante pareció entender su gesto, comenzando rápidamente su discurso al respecto.

-La Resolución de Sokovia es la anulación de la Iniciativa Vengadores, esta formación de héroes con carácter privado queda en estatus de espera hasta que haya nuevos protectores de la Humanidad que Naciones Unidas considere pertinente llamar. Mientras tanto, los fondos que sustentan dicha iniciativa y que provienen de Industrias Stark como de sus fundaciones quedan a cargo del líder del comité de vigilancia, es decir, Su Majestad. El Coronel James Rhodes, el androide Visión como Anthony Edward Stark son despedidos de sus cargos, el primero permanecerá en las instalaciones del Ejército de los Estados Unidos mientras termina su rehabilitación. Visión y Stark vuelven a sus actividades civiles. Los fugitivos de la Balsa quedarán a cargo de sus respectivos gobiernos con sus respectivos crímenes a enfrentar, pero sin duda, aquellos relacionados con los Vengadores han perdido vigencia con la Resolución de Sokovia. Tal sería el resumen del documento, Majestad, puede revisar los detalles en la copia que le he entregado.

-¿Copia?

-Sí, el documento original está en Naciones Unidas, siendo firmado por los 117 países que anteriormente accedieron a los Acuerdos de Sokovia. Su Majestad necesitará ir a Nueva York para ratificar esta resolución, y firmarla de estar de acuerdo aunque sospecho que así es. Esto traerá paz al mundo como a los conflictos diplomáticos derivados del incidente que muchos han llamado Guerra Civil.

T'Challa estaba sorprendido genuinamente, frunciendo su ceño ante el extraño.

-¿Quién es usted?

-Oh, lo siento, Majestad –sonrió el hombre haciendo una reverencia- Mi nombre es Marcus Phoenix, CEO de Industrias Stark.

-¿Qué ha sido de Anthony Stark?

-Recuperándose –respondió a secas el ejecutivo, mirando su reloj- Si me permite, rey, tengo que marcharme, hay asuntos que requieren mi inmediata atención. Espero que esta Resolución sea de su agrado y pueda firmarla.

-Un momento... ¿dónde están...?

-Con permiso, Su Majestad, en verdad que voy corto de tiempo.

El rey de Wakanda nada pudo hacer ante la determinación del hombre que a pasos apresurados salió de ahí, prácticamente sin que nadie le dijera donde estaba la salida. Miró de nuevo aquella resolución entre sus manos que de pronto pesó más de lo que aparentaba. Los Vengadores estaban formalmente extintos, no habría más héroes protegiendo el mundo sino hasta que otros aparecieran y aceptaran entonces los Acuerdos de Sokovia o serían inmediatamente condenados como criminales. T'Challa no era nada ingenuo, se había dado cuenta que al recibir los fondos de manutención de la Iniciativa Vengadores estaban dándole luz verde para crear otra bajo sus propios términos, curiosamente justificado bajo los Acuerdos y la Resolución de Sokovia. Un acto político perfectamente ejecutado por una mente brillante cuyo apellido vino a su mente de inmediato: Stark. Sin embargo, el paradero de éste como de los otros dos ex Vengadores le preocupó, sobre todo porque ahora había un nuevo rostro dirigiendo las Industrias Stark, quien al parecer no iba a compartirle información al respecto.


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