Capítulo 31

Capítulo 31: Un mal presentimiento.

━━━━ TODO ESTARÁ BIEN.

Mis pesados ojos se abrieron con lentitud, quejas salían suavemente de mi boca, me senté en la cama repentinamente tanteando mi alrededor para que mi mirada cayera sobre el castaño que se removía en la cama escondiéndose bajo las cobijas. Bufo alcanzando el teléfono que sonaba fuertemente para apagar la alarma.

Per no era una alarma, era Nini.

Cojo el teléfono para empujar consecutivamente a Ricky.

— Te están llamando — empujo con fuerza — Vamos contesta.

— Contesta tú — se quejó cómo niño pequeño.

— Es tu teléfono, Ricky, vamos ¿si? — empuje nuevamente su espalda y después de unos segundos el castaño se giró con los ojos cerrados alzando su mano.

Sonrío y dejo su teléfono en la mano, el chico hace el ademán de llevárselo a la oreja después de aceptar, aprovecho para levantarme de la cama y caminar al baño, busco el bolso y lo recojo para volver a la habitación para calzarme las zapatillas, aún en pijama.

— Oh, esta bien — escucho a Ricky hablar en susurros, sonrío de lado y camino a él sentándome en la orilla de la cama para colocarme las zapatillas mejor — Okey, 20 minutos, entiendo, vale, adiós — corta el teléfono para sentarse en la cama mirándome fijamente — ¿Que haces?

— Tengo que ir a casa, buscar a Simba y ducharme.

Me levanté y me colgué el bolso en el hombro.

— Hubo un pequeño incendio en el teatro, hay que ir.

Asiento cortamente para acercarme y dejar un beso en su mejilla — Está bien, me voy — camino a la puerta con paso lento.

— Hey, te quiero — habla Ricky a mis espaldas, sonrío y me giró para mirarlo allí, sentado con su cabello desordenado y una cara de muerto viviente.

Se veía terriblemente tierno.

— También te quiero — sonrió levemente.

Entonces salí de la habitación a pasó rápido y corrí escaleras abajo a la primera planta de la casa.

— Buenos días, Sam — habló repentinamente el señor Bowen sentado en el sofá del salón.

Mierda, me había pegado un susto de muerte.

— Oh, me asustó — toqué mi pecho sorprendida — Buenos días.

— Lo siento ¿Ya te vas? — pregunta levantándose con una taza de un líquido que aparentemente era café.

— Si, tengo que ir a buscar a mi perro y darme una ducha.

— Está bien, conduce con cuidado, las calles tan resbaladizas — asiento levemente para caminar rápidamente a la puerta y salir de la cálida casa.

El frío caló mis huesos.

Sorbí mi nariz por instinto para caminar con rapidez al auto estacionado frente a la casa.

(...)

Odio esto.

El día sábado se supone que es de descanso y me hacen venir.

Que flojera.

Suspiro para después beber del café que tenía entre mis manos cubiertas por los nostálgicos guantes que me había regalado mi mejor amiga el día anterior.

Duele verlos y a ella no.

Había llamado a Gina tantas veces cómo pudo durar mi batería, pero nada, la chica siempre me ignoraba las llamadas haciéndome sentir de lo peor.

Ella no quería hablar conmigo.

¿No quiere saber de mi?

Porque yo si quiero saber de ella más que nada en este mundo.

Bufé molesta con el celular al verlo apagarse.

Mierda, se fue la batería.

Estuve tan concentrada en Ricky y todo lo que había sucedido ayer que se me había olvidado cargar el bendito teléfono en la noche.

Resignada guardé el teléfono en mi bolsillo trasero para acercarme al grupo dándome cuenta que Nini, quien estaba a un lado de Ricky, estaban hablando con la señorita Jenn sobre el terrible aspecto que tenía el auditorio en estos momentos.

— Tranquilos, nadie salió herido, hubo un pequeño incendio en el teatro durante las mini vacaciones y los aspersores funcionaron — habló un poco nerviosa la señorita Jenn.

Una mueca salió de mi boca observando cómo el techo goteaba y se veía todo el lugar negro por lo quemado que estaba.

Que pena, era un auditorio muy lindo, me recordaba a Glee.

— Ya casi nos vamos, solo debemos terminar en el salón que esta al lado — dijo una bombera llegando hacia nosotros con un balón de basquetbol que estaba sacando humos — Los circuitos explotaron durante las vacaciones. Desgraciadamente el show no continuara.

— ¿Qué? — pregunta incrédula la señorita Jenn.

Muerdo mi labio y doy una paso atrás.

Esto no puede estar pasando.

Otra mierda más a la lista.

Todo está saliendo fatal.

— El fuego alcanzó gran parte del vestuario y los aspersores arruinaron muchos de los sets, lo lamento, pero tendré que clausurar toda el área de bambalinas, por un mes mínimo — le entrega el balón a señorita Jenn.

— No... — susurro para mi misma.

Que decepción y que rabia.

Todo a mi alrededor estaba cayendo como piezas de domino, uno por uno.

Entonces.... ¿Cuando será el turno de mi pieza para caer?

— ¿Todos escucharon vestuario? — preguntó Kourtney decaída.

— Okey — la señorita Jenn se gira hacia nosotros — Escuchen, abrácense, cálmense y... — miró a Ricky quien había sacado su teléfono y puesto a escribir, frunzo mi ceño — Nos juntamos en la cafetería después de clases para hablar de las opciones, Nini y Ricky avísenles a todos — la adulta mira lo mismo que yo dándose cuenta que no le estaba prestando atención — ¿Ricky? Ricky.

Ricky deja por fin de mirar el teléfono — Lo siento, nos vemos en la cafetería, sí.

Esta raro.

(...)

Mordí mi labio con fuerza observando cómo la señorita Jenn y Carlos cuchicheaban a unos metros de mi.

Todo esto me estaba colocando de los nervios.

Siento como si mi cordura estuviese cayendo poco a poco.

Mi mano sintió inesperadamente un peso encima, interrumpiendo mis pensamientos, rápidamente mi mirada se fue al rostro de la dueña de la delicada mano, Nini.

— Todo estará bien — sonríe confiada la chica, asiento agradecida por su apoyo.

— Bien chicos — aplaudió la señorita Jenn llegando más cerca de nosotros — Bien ¿Dónde está Gina?

Hice una mueca para bajar mi mirada observando fijamente mis vans verdes moverse en un tic nervioso.

Ella no está.

— Creo que tiene unos asuntos familiares — escucho hablar a Ashlyn.

— Okeeey, nuestro amor para Gina. Yo no se muy bien que decir, todos se esforzaron tanto, lo vi a todos progresar y mucho, pero si no tenemos un teatro, no tenemos show.

Escucho unas quejas — Pero señorita Jenn, tenemos que hacer algo — habló Carlos rápidamente, levanto mi mirada para observarlo.

— Creo que, no lo se... Tal vez hay que considerar otros lugares.

Observo cómo todos a mi alrededor asienten con la cabeza aceptando las palabras de la maestra — ¿Qué le parece el teatro Kingston en el centro? — pregunta Ashlyn.

— Está por cerrar.

— Ehh ¿El de marionetas Foca feliz? — pregunta dudoso EJ.

— Es un enorme Starbucks ahora — digo suavemente recordando cómo había ido con Gina hace unos días.

— ¿Por qué no "El Rey"? — pregunta Carlos haciendo que todos estuvieran de acuerdo.

— ¿Tienen otra idea? — pregunta consternada visiblemente la maestra.

— Maestra siento que tuvo una rara reacción a lo que dije.

— Lo siento ¿Qué dijiste?

— Carlos preguntó si podíamos utilizar el teatro "El Rey" — Nini a mi lado saltó repentinamente provocándome un mini infarto.

Estaba muy callada.

— Mi tío Rubén es el agente inmobiliario y lo último que hubo allí fue un show de modas, hace unos cuatro años — asintió feliz Carlos.

— Wow... El lugar tiene 500 asientos — miré a Seb quien estaba con su teléfono en mano.

— En serio, es super — comentó EJ.

— Pero imagino que no puede reservarse sin tanta antelación — habló un poco a la defensiva la señorita Jenn, la mire curiosa buscando en su mirada la razón de su actitud.

Observo cómo Carlos coge su teléfono llevándoselo rápidamente a la oreja — ¿Tío Rubén? ¿Podemos utilizar el teatro para el espectáculo?

— Si, si, si — respondió el hombre de grave voz por el altavoz.

— Creo que se resolvió — dijo Ashlyn con un tono de alivio. Todos festejamos felices de poder seguir con el show.

— Será en el teatro "El Rey" — dice la señorita Jenn alejándose unos segundo para hablar con Carlos, después de unos segundos se gira — Linces, hay que ir por la utilería y el vestuario que no se haya arruinado y a mudarnos.

Sonrío levemente para levantarme de un salto de la mesa, caminando en dirección a Ricky quien no dejaba su teléfono de lado.

— Hey ¿Que pasa? — pregunto acercando mi rostro tapando el móvil del castaño, quien suelta una risita al ver mi acción.

— Nada, solo que intento hablar con Gina, ella no contesta — sorbí mi nariz para alejarme.

— Si, lo sé, la llame muchas veces.

— ¿Te contestó alguna?

— Ninguna — negué con la cabeza y suspiré para mirar el techo — Solo quiero saber si esta bien, pero creo que necesita un momento para ella.

— Si, no es solo duro para nosotros — asiento apretando los labios y empecé a caminar hacia la sala de ensayos donde quedaban las cosas para la obra, escucho unos pasos apresurados y un brazo sobre mis hombros — No todo es malo al menos, estamos juntos, lo superaremos.

Asiento para bajar mi mirada al piso, sintiendo mi corazón inquieto.

Estaba muerta de miedo de lo que sucedería a futuro.

Tenía un terrible presentimiento.

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