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Mayo 7.

A Harry se le había ocurrido la grandiosa idea de viajar a París para visitar Disneylandia, el doctor dijo que era muy riesgoso, ya que faltaban tan solo diez días para que Ryan naciera, y no quería que se adelantara y naciera allá. Quería que mi hijo fuera Inglés, no francés.

Pero después de que Harry tuviera una larga charla con el doctor, logró convencerlo de que eso haría que me desestrezara un poco. Pero él no era el embarazado, y aunque agradecía sus buenas intenciones, me estresé más estando sentada en un asiento de avión por varias horas.

Cuando llegamos a París sonreí, tantos recuerdos que compartíamos en esa ciudad. 

-¿Te acuerdas cuando vinimos aquí y...?

-Sí, me acuerdo-Le interrumpí y él rio.

Al llegar al hotel fui directo al restaurante, estaba hambrienta y sentía que Ryan pateaba mucho, debía estar hambriento también, no había comido nada en dos horas.

Harry bajó confundido de la habitación y frunció el rostro cuando me vio sentada en una de las mesas del comedor. 

-¿A qué hora saliste de la habitación?

-Ni siquiera he ido a la habitación-Reí.

Él me miró confundido, se encogió de hombros y se sentó a mi lado.

-Esta es nuestra ciudad-Dijo tomándome de las manos y sonreí.

-¿Compraste París?-Bromeé.

-No... pero vamos a tener mucha historia aquí, vamos a traer a Ryan muchas veces-Dijo-Y tal vez vaya a abrir una franquicia aquí...

-¿Qué?-Pregunté emocionada por él-¿De verdad?

Él asintió como un niño.

-Mi representante me dijo que era bueno darse a conocer en otros países-Me dijo.

-Eso es genial, Harry-Le respondí-¿Cuándo empiezan?

-No es algo instantáneo, pero en menos de un año, primero quiero establecer bien lo que tenemos en casa.

Luego de cenar, fuimos a la habitación, era un hotel diferente al que nos quedamos la vez pasada, las habitaciones eran más grandes y espaciosas, y la cama lucía muy cómoda.

Me decía: duerme sobre mí, vamos duerme.

No le llevé la contraria, caí rendida mientras sentía cómo Ryan seguía despierto moviéndose. 

***

A la mañana siguiente nos levantamos temprano, y aunque la cama me jalaba yo fui más fuerte y me levanté. Harry ya estaba listo y emocionado cuando yo apenas me estaba vistiendo.

-No se te ocurra llevar tacones, lleva tenis-Dijo él.

-Como si pudiera andar en tacones-Dije.

-Vamos Nere, te tardas mucho-Dijo con tono infantil.

-Como si nunca hubieras ido a Disneylandia-Le dije.

-Nunca he ido...

La verdad yo tampoco había ido nunca, no creía que pudiera subir a muchas atracciones estando embarazada y a punto de dar a luz, pero Harry había investigado sobre los desfiles, shows u otras cosas en las que yo podía participar.

Cuando llegamos, Harry estaba tan emocionado que se bajó y se le olvidó ayudarme a bajar, así que como pude bajé yo sola y fui detrás de él. 

-Escuché que un niño murió en uno de los parques al caer al agua, se le metió un parásito, pero no sé en cuál parque-Le dije cuando entramos definitivamente al parque.

-Que suerte que nosotros no caeremos al agua-Dijo- Vamos a la montaña rusa.

-Eh, te esperaré abajo, con Ryan-Le dije de manera obvia.

-Ay Nere, no quiero dejarte sola, pero de verdad quiero subir-Dijo.

-Está bien, mientras tú haces fila, yo voy a comprar comida.

Él rodó los ojos y rió.

-No hay demasiada fila, en menos de veinte minutos estoy de regreso.

Asentí, no era malo quedarme sentada comiendo en una banca mientras esperaba, el ambiente y la música eran buenos.

Cuando llegué al puesto de comidas que estaba enfrente de la montaña rusa, vi a una señora y un señor pidiendo de comer. Eran mis papás. Frunci el rostro y caminé hasta ellos.

-Hola señores Keaton-Dije a sus espaldas, ellos voltearon y me miraron extrañados también

-¿Nereida?

-No, soy Walt Disney-Les respondí.

-¿Qué haces aquí?-Preguntó mi mamá.

-Harry quiso venir y pues aquí estamos conociendo... ¿y ustedes?

-Lo mismo-Respondió mi papá.

-Pero ya sabes que tu papá es un miedoso y no le gusta subirse a juegos demasiado extremos.

-Eso no es cierto-Dijo mi papá.

-¿Y Harry?-Dijo mi mamá mirando alrededor.

-Está haciendo fila para subir a la montaña rusa-Les dije-Yo no puedo subir obviamente.

-Diez días para tenerlo en tus brazos, Nere-Dijo mi mamá con mirada soñadora-¿No es grandioso?

Asentí, esa sensacional.

-Esperen... ¿por qué visitan Disneylandia hasta ahora cuando ya no tienen que cagar conmigo? ¿por qué nunca me trajeron?

-Nunca dijiste que querías venir-Dijo mi papá y bufé.

Pedí un hot dog en el puesto y cuando me lo entregaron me giré hacia mis papás.

-Bueno, tengo que irme, Harry no tarda en bajar del juego.

-Te acompañamos mientras esperas...

Me comí mi hot dog en compañía de mis papás, les conté cómo la estaba llevando estos últimos días del embarazo y cómo Harry había convencido al doctor de dejarme viajar. Cuando Harry volvió con una sonrisa de oreja a oreja mi papá le dio una maña mirada.

-Muchacho, ¿por qué dejas sola a mi hija?-Le preguntó mi papá.

Harry frunció el rostro confundido de que ellos estuvieran aquí. 

-Es que...

-Ay papá, ni que no pudiera cuidarme yo sola-Le dije.

Estuvimos charlando un rato y después nos despedimos. Fuimos a otros juegos, atracciones, y cuando estaban a punto de cerrar el parque, nos fuimos. Regresamos al hotel a tomar una ducha. Yo aproveché para llenar la tina y recostarme. Harry se reía al ver cómo mi barriga se distorsionaba bajo el agua.

Cuando estábamos listos para dormir, me dijo que me pusiera unos zapatos ligeros, que subiríamos a la terraza del hotel.

Tenía mucho sueño, pero él tenía un brillo en sus ojos que no pude negarselo. 

-Oh, está vacío-Dijo él al ver que no había nadie cuando llegamos-Mucho mejor.

-¿Qué hay de especial aquí?

-Ven a verlo con tus propios ojos y enamorate-Me dijo.

Me daba un poco de vértigo, pero me acerqué a la orilla, había vidrio así que servía de barrera par que nadie cayera.

La vista era absolutamente preciosa, podía ver la torre Eiffel y la gran mayoría de París..

-Es uno de los hoteles más altos de la ciudad-Dijo Harry.

Me acerqué a él y lo abracé colocando mi cabeza en su pecho.

-Muchas gracias por las cosas lindas que haces por mí, aunque no me ayudes a recoger el desorden cuando estamos en casa-Susurré y él rio.

-Te mereces mucho más-Dijo.

Me dio un pequeño beso y continuamos admirando la vista.

*****

Nota:

Ya casi se les viene Ryan... ¿preparadas?

-K.






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