||Epílogo||

-- Nunca pude dejar de amarte...

La confesión le vino de repente, luego de acostar a su hijo.

-- ¿A qué viene esa confesión?

-- Sabes por qué... -- el albino no le responde -- sé que no puedo pedirte una oportunidad.

-- No, no puedes -- afirmo.

-- Pero, aun así, quiero hacerlo... quiero mostrarte que el amor que te profese en el pasado, no era una ilusión.

Satoru quiso voltear, quería verlo a los ojos, pero tampoco quería ceder ante su corazón frágil.

-- No confiaste en mí, eso dice mucho... sé que lo hiciste para protegernos, pero igual me siento herido.

-- ¡Y-Yo...! -- se pauso antes de que sus gritos puedan despertar a su hijo -- Yo, no lo pensé mucho, lo admito, al principio solo quería protegerte a ti, llamar a Sukuna o a Choso que vivían lejos y que te llevaran con ellos... pero cuando me dijiste que esperabas a mi hijo, era como que si todo se desmoronara.

-- ¿Dices que mi hijo complico todo?

-- Me preocupe mucho más por ti, cada noche tenía pesadillas en los que abortabas a nuestro hijo o que tú y el salían heridos... fueron los peores momentos de mi vida.

-- ¿Qué digo yo? Me sentí miserable cuando te encontré con ese omega... y cuando me lanzaste billetes... como si fuera una cualquiera.

Los ojos de Yuuji estaban brillosos por las lágrimas, cuanto se lamentó por no haber consultado con sus hermanos, en no haber confiado en el maravilloso omega del que se había enamorado.

-- Perdóname Satoru... enserio perdóname.

-- Quiero perdonarte, pero... -- gira para encararlo, él ya estaba llorando -- ¿Quién me asegura que no volverás a decidirlo todo por tu culpa? ¿Quién me asegura que no nos dejaras a mí y a Ryota cuando haya otro problema?

-- No los habrá.

-- ¿Y cómo lo sabes? La vida es difícil y yo lo sé porque tuve que sacar a Ryota por mi cuenta... pensando que el niño que di a luz solo contaría conmigo.

-- Ya no será así, contará con su padre, lo prometo.

Yuuji tomo la mano del omega entre sus manos, podía sentir la textura áspera, los callos, la mano de alguien que trabajo al máximo para sacar adelante a su hijo.

Satoru vio como el alfa besaba su mano.

-- No solo él, solo déjame demostrarlo, ya no más secretos, ya no más misterios... solo ponme a prueba, los hare felices a los dos.

La otra mano fue a parar al rostro del albino quien se sonrojo por el toque delicado, haciéndole recordar aquellos tiempos donde todo parecía un sueño.

-- Solo una oportunidad... solo eso.

Y al final fue Satoru quien no aguanto más y lo beso, siendo correspondido de inmediato por el alfa.

Hace unos 7 años, Gojo Satoru recibió uno de los mayores regalos de su vida, su hijo adorado Ryota que ahora era un pequeño travieso que corría de aquí para allá con su madrina Yuki.

Pero también fue un momento difícil ya que creyó que su alfa lo había abandonado por qué no lo amaba ni a él ni a su cachorro, esos meses donde rezaba por que su hijo creciera sano siempre estarían en su memoria.

Luego el destino hizo que chocara con un hombre idéntico a su antiguo alfa, esta persona confesó la razón del abandono del padre de su cachorro, Itadori Yuuji.

Protegerlos... al final el alfa quería salvarlos de su loca madre de ideas arcaicas, aunque no pudo evitar resentirse por no haber sido informado antes.

¿Quién le regresaría las lágrimas que le lloro al alfa?

¿Quién le regresaría los momentos de preocupación donde pensaba como criar solo a su pequeño?

Aun así, cuando volvió a verlo su corazón lo traiciono, seguía amándolo, no podía evitarlo, su omega interior estaba feliz por volver a ver al alfa.

Ryota se encariño bastante rápido y él tampoco le prohibido convivir con su padre.

Poco a poco, pero a paso firme, el alfa se adentró a su corazón que seguía abierto por él y solo por él, con detalles pequeños pero que mostraban el respeto que le tenía al omega.

Respeto por ser quien engendro a su cachorro, por ser quien vio por él esos años que no estuvo presente.

Y ahora, en la actualidad, después de muchas, pero muchas insistencias, celebrarían una boda su adorado cachorro alfa sería el niño de las flores.

Sí, recibieron la hoja de genero secundario y para sorpresa de todos, el cachorro resulto ser un alfa dominante... ni siquiera él que lo tuvo en su vientre se creyó a la primera eso.

-- Bueno, ¿Qué importa eso? Siempre serás mi bebé -- le dijo a su hijo antes de cargarlo, recibiendo unas pequeñas quejas del niño.

Cada año que pasaba se parecía más a él... tenía miedo.

Y hubiera seguido recorriendo sus pensamientos si no fuera por una emocionada Yuki que casi rompe la puerta de una patada.

-- ¡Llegó por quien lloraban! ¡La guapa dama de honor, Tsukumo Yuki a sus servicios! -- silencio incomodo -- Ya, ya, gracias por los aplausos y los halagos, enserio... -- refunfuña.

Detrás de ella, entre pequeñas risas, entraron Megumi, Esou y su amiga que pudo traer hasta Nueva York, Shoko.

-- ¿Suguru no viene contigo? -- le pregunta a su amiga castaña quien le da una media sonrisa.

-- Está amenazando al novio -- comenta -- así que ya te imaginaras como lo encontraras en la ceremonia.

-- ¡No amenacen a mi futuro esposo! -- grita Satoru.

-- ¡Eso! ¡Todavía no! ¡¿Cómo quieren que rinda en la luna de miel si lo paran amenazando?! -- Yuki golpea el costado de Satoru con picardía.

-- ¡Claro que no era por eso! ¡Yuki! ¡No seas pervertida!

-- Está en mi naturaleza, déjame ser.

Satoru esperaba que no le haya soltado ninguno de esos comentarios a su hijo.

-- ¡Te lo advierto, alfa de quinta! ¡Una sola lagrima que vuelva a soltar mi amigo por ti y yo mismo me encargo de cortarte el pe-!

Suguru fue golpeado detrás de la cabeza por Sukuna.

-- ¡Oye! ¡¿Y eso porque fue?!

-- El mocoso está presente.

Ryota estaba con ellos, pero no parecía prestar mucha atención a la conversación de los adultos, más enfocado en el celular que pidió prestado a su papá.

-- No deberían dejar que mi sobrino pase tanto tiempo en el aparato -- comenta Choso preocupado.

-- Solo será hasta que inicie la ceremonia -- lo tranquilizo Yuuji acomodándose el traje con un poco de nervios -- Dios, necesito una manzanilla... siento que me voy a desmayar.

-- Si te desmayas te echare agua, no te preocupes, pero de que te casas, te casas -- le dice Sukuna con confianza -- solo por favor no te pongas a llorar como en la propuesta de matrimonio, fue vergonzoso...

-- ¡Eso fue por tu culpa! ¡Me pusiste inseguro!

Al pelirosa se le suben los colores a la cara mientras los demás se burlan.

-- ¿¡Y-Yuuji!? ¡¿Por qué lloras?! -- Satoru intentaba calmar a su reciente prometido.

-- ¡E-Es que...! ¡Realmente creí que me ibas a decir que no...! ¡Estoy muy feliz!

-- ¡¿Quién te dijo que te iba a decir que no...?! -- las palabras se le detienen -- ¡Sukuna!

-- ¡A no! ¡A mí no me metes! ¡Él se traumo solito!

-- Le dijiste que mejor se preparara para lo peor -- Megumi lo deja expuesto.

-- ¡Ya me exhibiste!

Sukuna se ríe entre dientes por el recuerdo.

-- Era fácil molestarte, déjame.

-- No le hagas caso Yuuji -- Choso se acerca y lo toma de los hombros -- ya verás que todo saldrá perfecto.

-- Mi hermano se ve genial en traje -- alaga Kechizu al lado.

La mirada dudosa del pelirosa se dirige a Suguru quien, con bastante fuerza de voluntad, le alza el pulgar.

Jurar ante Dios amor eterno... que momento más romántico.

-- ¿Juran amarse eternamente... hasta que la muerte los separe?

Viéndose a los ojos, como si estuvieran confirmándose entre sí en su propio idioma, se sonríen con complicidad.

-- Acepto.

El padre los mira a ambos y asiente.

-- Puede besar al novio.

Los aplausos aparecieron luego de que alfa y omega juntaran sus labios... mientras que en una esquina Suguru era consolado por Ryota quien le daba palmaditas en la espalda.

-- Ya, ya, tío Suguru, papá cuidara bien de papi, lo prometo.

-- Lo se Ryota... es que siempre me emociono en las bodas.

-- ¡Recuerda que no hay devoluciones! -- grita Sukuna como último acto de maldad.

Firmar los papeles fue otra parte del proceso, ahora eran la familia Gojo, sí, al final Yuuji prefirió renunciar a su apellido y adoptar el de su omega.

¿Si alguien quiere criticar? Que lo haga, al final eso no les importa, estaban casados al fin y acabo.

-- ¿No más secretos? -- pregunta Satoru.

-- Nunca más -- promete su recién esposo.

Si alguien pregunta por los novios, se escaparon ni bien inicio la fiesta, ya que, a sus ojos, no había mejor fiesta que las que ellos disfrutaban en la intimidad.

Con Satoru gimiendo casi a gritos por el vaivén rápido de las embestidas de su alfa.

-- ¡A-Ahhh! ¡Yuu-¡ ¡Ahhhh~!

El omega no había sentido tanto placer desde hace años, al igual que Yuuji que no podía controlarse debido a la estreches de la entrada de su omega.

-- Hace tanto... que deseada volver a sentir tu calidez...

El albino no le contesto, demasiado ocupado en su propio sentir.

-- ¿Me has estado esperando...?

Gojo no respondió, hasta que sintió la lengua caliente del alfa rozar su cuello y clavícula.

-- ¡S-Sí~! ¡S-Solo...! ¡Alfa... el único!

El ego de Yuuji subió al escuchar esas palabras, él era el único para su omega, así que ese omega era el único para él.

No había más discusiones, sus colmillos crecieron y no dudo en morder ese cuello lechoso perteneciente al albino, quien termino soltando sus fluidos por la corriente eléctrica que lo envolvió al ser finalmente marcado por su alfa.

-- Shh... todavía ni estamos empezamos... -- le ronronea el alfa en su oído.

Tendrá otro cachorro, está seguro, pero no le importa, estará feliz de cargar con un bebé en su vientre y en sus brazos, ahora con Ryota como hermano mayor y Yuuji consintiéndolo.

Estaba todo bien... todo estaba en paz.

Y finalmente, estaban juntos.

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