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El ocaso se hacía presente en Berk y nuestros protagonistas llegaban a la mansión Hofferson después de aquella tensa charla con el oficial a cargo. Ninguno había dicho ni una sola palabra en todo el trayecto, pero la tensión aún seguía ahí; todos querían percibir que todos tenían algo que decir al respecto, pero nadie decía nada para no desatar una discusión.

Astrid iba a seguir a su novio hacia el jardín en cuanto él salió al jardín trasero furioso, sin decir ni una sola palabra. No obstante, cuando su mejor amiga despidió a Eret en la puerta y se retiró con rapidez a su habitación, la rubia pudo percibir los apenas audibles sollozos que ella emitió al subir las escaleras. La Hofferson no dudó en seguirla, no sin antes darles una última mirada a los adultos que se quedaban sentados en los sillones de la sala.

-Adelante.- escuchó la voz de la ojiverde cuando tocó un par de veces la puerta, la abrió y entró con lentitud. Se preocupó mucho al verla sentada contra las almohadas y el respaldo de la cama y secando sus lágrimas, en un inútil intento de que la ojiazul no la vea

-Heather... ¿Qué sucede?- le preguntó cerrando la puerta detrás de sí y se acercó con rapidez para sentarse frente a ella.

Su amiga la miró a los ojos y la preocupación en ellos logró superar las fuerzas que le quedaban. La pelinegra terminó quebrándose frente a la rubia, quien no dudó en rodearla con sus brazos y estrecharla contra ella, mientras Heather sólo lloraba y sollozaba desconsoladamente.

-¡Lo siento!- exclamó ella llorando con más fuerza- Lo siento, lo siento, lo siento. Soy una mala persona, muy mala persona.- lamentó aferrándose más a su amiga.

Astrid no comprendió sus palabras.

-¿Qué? Eso no es cierto.- negó frotando su espalda y frunciendo el ceño en un esfuerzo de encontrar una sola razón para sus palabras- ¿Por qué dices eso?- cuestionó al no hallar ni una.

-Ya no está. No está.- lloró ocultando su rostro en el cuello de la Hofferson- Yo lo maté.- confesó entre temblores y la otra adolescente abrió de golpe sus ojos zafiros.

Por fin, cayó en cuenta de lo que decía.

La rubia llevó sus manos a los brazos de su amiga, los tomó con suavidad y, con la mayor sutileza posible, la alejó de su cuerpo para poder observarla a los ojos. Sus ojos reflejaban su alma quebrada y perdida en la oscuridad. Heather movió sus brazos para que Astrid la soltara, y así ella lo hizo, una vez que no tenía sus manos encima la pelinegra se permitió secar con sus propias manos las lágrimas derramadas y sus ojos acuosos. Cuando la Berserker decidió que era suficiente, alejó sus manos de su rostro y los llevó a su vacío vientre; las lágrimas se hicieron presentes nuevamente, pero esta vez, de forma silenciosa.

-No sabes cuánto lo siento.- le dijo la ojiazul sintiendo sus ojos cristalizarse también. Ahora entendía la depresión de su amiga en estos días, porque ella, por más duro que suene, asesinó a una personita inocente- ¿Cuándo? ¿Por qué?- preguntó ella en susurros, como guardan un oscuro secreto.

Y al final de cuentas, así es.

-¡No tenía elección!- se defendió la Berserker sollozando de nuevo y tapándose el rostro completamente avergonzada, sabía que su amiga no aprobaría lo había hecho y la jugaría- Eret y yo no estamos listos para un bebé, no podíamos darle la vida que se merece y tomé la decisión. Me arrepiento mucho de todo, por favor... Por favor, Astrid, tienes que creerme.- rogó en una súplica y fue allí cuando Hofferson dejó caer sus primeras lágrimas.

-Te creo.- aceptó secando las lágrimas de ella en vez de las suyas- Vas a salir de esta, ¿me oíste? Tienes todo nuestro apoyo, ya no lo enfrentarás sola.- le aseguró tomando sus manos entre las suyas.

-¿Qué le dirás al oficial?- preguntó ahora Heather cambiando radicalmente de tema, su semblante cambió a uno aterrado- No puedes hacer lo que te pide, Astrid. Por favor, no lo hagas. Meterse allí es muy peligroso, no soportaría que te pase algo por culpa mía.- pidió apretando más el agarre de sus manos.

Sin embargo, Astrid negó.

-Justo por ti, por las chicas que están allí adentro y por las próximas en se víctimas de esos monstruos; son por lo que quiero hacerlo. No podrán hacerme daño, eso te lo prometo.- le dijo con confianza, la cual le transmitió, pero aún la de cabello negro tenía sus dudas- Necesito hablar con Hiccup y mis padres, pero ahora tú prométeme que no volverás a ocultarme nada y me dejas ayudarte.- agregó tomándola de las mejillas para conectar sus ojos con los de ella.

Heather resopló derrotada.

-Lo prometo, rubia.- dijo con una triste sonrisa y fue suficiente para que Astrid le diera un dulce beso en la frente.

-Te dejaré para que termines de desahogarte y, cuando estés lista, todos estamos abajo.- se despidió ella dándole una última sonrisa y se levantó de la cama para salir de la habitación.

× × ×

Sus ojos esmeralda no dejaban de divisar el verde del jardín, mientras Tormenta correteaba por allí jugando con su pelota. Hiccup sonrió al ver lo ajena que ella estaba de las maldades y atrocidades del mundo, tal vez ella ni se acuerde que pasó un tiempo en la basura antes de que Astrid y él la encontraran junto a Chimuelo.

De repente, sintió una mano, que reconoció de inmediato, tomar la suya y volteó a verla.

-Sé que vas a convencerme de infiltrarte en el prostíbulo.- le dijo desvaneciendo su sonrisa y correspondiendo el agarre de sus manos- Mi Lady, estás pidiéndome que deje que la persona que más amo en este mundo se meta a la boca del lobo.- agregó frunciendo el entrecejo y negando con la cabeza.

-La policía estará rodeando todo el lugar, sólo necesito lograr que Viggo o Ryker confiesen sus crímenes y ellos lo escucharán por el micrófono. ¡Obtendrán las pruebas que necesitan para arrestarlos!- ella, al ver que ya lo estaba convenciendo, se colocó frente a él y rodeó su cuello con sus brazos- Y tú, mejor que nadie, sabes que puedo defenderme sola. No me harán daño.- añadió con seguridad contra sus labios.

Fue el Haddock quien cerró la distancia entre ellos tomándola de la cintura con ambas manos y tocó sus labios con los suyos; fue un beso lento, prolongado y suave. Ambos usaron la unión de sus labios como un conducto para transmitir su amor por el otro y sólo se separaron cuando el aire les hizo falta.

-Sólo dejaré que entres allí con una condición.- sentenció jadeando y juntando sus frentes, mientras acariciaba su cintura y ella jugaba con el cabello de su nuca entre sus dedos. Internamente, el joven maldecía que siempre la rubia se saliera con la suya, lo tenía domado.

-¿Y cuál es esa condición?- cuestionó ella con curiosidad, también entre jadeos.

Sin embargo, Hiccup solo le dedicó una confiada sonrisa y luego besó rápidamente la punta de su nariz. La condición no importaba, ahora faltaba convencer a Ragnar y Lagertha.

























































¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💘

Hace unos días, al final del capítulo cuando Heather toma la decisión de abortar, mencioné acerca de la depresión y culpabilidad que el aborto puede traer consigo y quise hacerlo notar, sobretodo, en este capítulo. Claro, no digo que todas las mujeres tengan esa depresión en un aborto, no todas somos iguales y puede ser que algunas no lo sientan así, pero este fic trata de el lado erróneo de nuestro mundo y hay que decir que el aborto puede traer consecuencias, como en este caso es la depresión.

De igual manera, siéntanse libres de expresar su punto de vista, yo estoy dispuesta a dejar este espacio como un debate o lluvia de opiniones. Siempre y cuando, no se falte el respeto en ningún momento. ⚠️

¡Solo falta un capítulo y el epílogo para que está historia llegue a su fin! 😱... Ah, y una sorpresita más...

Bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! (⁠*⁠˘⁠︶⁠˘⁠*⁠)⁠.⁠。⁠*⁠♡











































































































A_Hiccstrid

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