Capítulo 27


-- Sam... Sam... ¡Sam! -- el repentino grito lo sacó de su trance. Giró si vista y encontró a una niña un poco más bajita que él con rostro preocupado.

-- ¿Que pasa, Hestia? --

-- ¿Estás preocupado por Lizzy? No estoy segura que nos pondrán jutos a todos, pero espero que no nos separen --

El niño sonrió tímido por su comentario, a él también le gustaría estar con sus amigos, más con su hermana.

-- creo... Creo que tal vez hoy sea un buen día --

No lo era. No era para nada un buen día.

-- esque... No sé por qué la separaron de mi... Es mi hermana... Mi hermanita... Y es todo lo que tengo -- echo un ovillo, el pequeño rubio lloraba en un rincón de la habitación.

Minho y Stephen se miraron preocupados por un instante, no sabían qué más hacer, no importaba cuánto cosa le dijeran, el niño seguía llorando sin detenerse.

-- ¿Y ahora que hacemos, Minho? -- le susurró el pequeño castaño con su voz aguda.

-- yo conozco una forma muy fácil -- dijo.

-- ¡Minho! -- inmediatamente lo jaló del brazo al ver cómo el niño caminaba hacia el otro niño rubio.

-- ¿¡Qué!?, mi mamá siempre decía "para que llores de verdad" y se me quitaba rápido --

-- no reflejes tus traumas en nosotros, chino --

-- ¡Soy coreano! -- se quejó.

-- como sea... Tenemos que ayudarlo --

-- entonces que pretendes hacer... "Thomas" -- el castaño frunció su nariz recordado como esa misma tarde les habían dicho que los nombres por el que los llamaban serían reemplazados por otros.

-- y tú qué piensas que sería bueno... "Chang" -- el niño con cabello oscuro sacó de inmediato su lengua, cerrando un ojo en el proceso, demostrando su claro disgusto.

-- no me llames así... Mi nombre es Minho --

-- ¡Entonces no me sigas llamando "Thomas"! --

-- te queda bien ese nombre, mucho mejor que Stephen. Thomas se escucha a nombre de idiota... ¡Justo como tú cara! --

-- ¡Si serás... -- lo tomó de la camisa y jaló hacia arriba aprovechando su poca diferencia de altura.

-- ya no discutan -- los interrumpió una adorable voz. Voltearon asombrados a uno de sus lados. No creían que dejara de llorar tan rápido -- vayanse de aquí... No quiero que me molesten --

-- no podemos ir a otro lado, está es nuestra habitación --

-- cálmate, hermano, veremos a Lizzy. No es como si fueras a olvidarla --

-- el solo echo que la hayan puesto en la sección "B" y a mi en la "A" lo cambia todo, sea lo que sea que pase o hagan, significa que estaremos separados. Por el simple echo de las letras diferentes --

-- vaya... -- Minho agitaba su cabello corto -- sí sabes pensar --

-- ¡Minho! -- gritó enojado el castaño -- no le hagas caso, Sam, seguro que las letras no tienen que ver con nada --

-- ustedes también tienen la misma letra que yo... Junto con un montón de niños más -- se acomodó mejor en el rincón, tratando de no separarse mucho -- y pude notar que todos aquellos que tienen la letra "B" son niñas, exepto por un solo niño --

-- no te entiendo --

-- ¿No?... Nuestro grupo está formado por puros niños, y solo Hestia es de este grupo --

-- no olvides a Kaya -- le recordó Stephen.

-- bueno, y Kaya... Niños y niñas... Niñas y niño -- repitió -- es una especie de patrón, algo grande... Tengo miedo -- recordó sacando lágrimas de sus ojitos marrones.

-- ya no llores... No nos gusta verte llorar, rubio -- le dijo el niño.

-- ¿Quieres algo? --

El pequeño susurró algo completamente inaudible a sus oídos, se acercaron a él en busca de lograr escuchar lo que decía, pero se les hacia imposible.

-- habla más fuerte, amigo, no logramos escucharte -- Minho se acercó a él, achinando mucho más sus ojos.

-- quiero a Hestia -- susurró con el rostro pintado de rojo.

-- ¿Qué? --

-- ¡Que quiero a Hestia aquí! -- gritó harto, con más lágrimas saliendo de sus orbes.

Estos amigos que tenía eran realmente retrasados y para nada prácticos en estos temas sentimentales.

Ante su grito infantil y agudo, no pudieron hacer otra cosa más que salir de su habitación y correr a la de la niña.

El verlo ahí, tirado y llorando sin ser capaz de calmar su llanto, les hacia el corazón doler de cierta forma.

-- ¡Hestia! -- tocando con fuerza la puerta, una niña adormilada se asomó del otro lado.

-- ¿Qué dientres hacen aquí tan tarde, chicos? --

-- necesitamos tu ayuda -- cerró sus párpados con lentitud inconforme con esa contestación del asiático -- es Sam -- y como si fuera un interruptor, sus ojos se abrieron al máximo algo asustada.

-- ¿Qué le pasa? -- preguntó preocupada.

-- quiere verte... Se siente más tranquilo contigo ahí... Nosotros somos un asco para esos temas -- admitió el castaño.

Caminaron unos cuantos metros hasta llegar de nuevo a la puerta de la habitación de los tres niños.

-- ¿No van a entrar? -- les habló extrañada, al verlos dar un paso atrás.

-- él solo quiere verte a ti... Y nuestra idiotez podría arruinarlo -- Minho, sorprendentemente, soltó aquellas palabras de su boca.

-- bien... Muchas gracias... Amm... "Cheng", "Thomas" -- repitió aquellos nombres tan diferentes a como los conocía, un poco incómoda.

-- no vuelvas a decirme así, ganador -- le dijo con una mueca el asiático.

-- ¡Es Victoria! -- se quejó ante su gran falta de respeto, según ella.

-- como sea... Creo que está mejor que "Thomas"... Ese si es un nombre de idiota --

Tomó el dedo de Minho y lo pasó por la pantalla de la puerta, deslizando hacia un lado, para dar paso al cuarto.

Queriendo ignorar todo lo que estaba apunto de suceder.

-- ¡Escúchame idiota!... --

Cerró la puerta con fuerza dejando la discusión de los dos niños como simples y sutiles sonidos de fondo.

-- ¿Sam? -- a diferencia de como creyó, su habitación no era muy distinta a la suya.

Contaba con una trilitera en una de las esquinas, con una pequeña reja cuidando que no se cayeran. Tres cajoneras para cada uno, en dónde guardar sus cosas y un espacio especialmente para ir al baño.

Lo justo y necesario, según C.R.U.E.L.

-- ¿Sam? -- volvió a repetir. No encontraba al niño rubio. ¿Esque acaso los otros dos le habían mentido? Ellos no eran así.

-- estoy aquí -- una dulce voz salió del rincón, un rincon oscuro que quedaba entre el espacio de dos cajoneras.

-- ¿Qué haces ahí?, podrías tomar un resfriado -- de forma inmediata lo levantó como pudo, ya que el niño no tenía energía para nada, salvo para llorar.

-- tengo miedo... Quería verte, es todo --

-- ¿Por qué querías verme? ¿Te sientes mal? --

-- estoy algo triste, ya no veré mucho a mi hermana... Y solo quería que estuvieras conmigo -- lo último fue susurrado y con los colores rojizos atravesando ese redondo y pequeño rostro suyo.

-- bueno... El que no la veas tanto no significa que sea algo malo... Sabes, puedes seguir hablando con ella, escuché a un par de guardias decir que aunque fueran grupos diferentes, todos íbamos al mismo comedor, eso es bueno, no tienes que estar triste, porque estoy segura que asi como tú, Lizzy no se rendirá en seguir estando cerca de su hermanito mayor -- una sonrisa amable se asomó en su rostro -- porque él es fantástico -- sus mejillas, aunque invisible, tomaron un ligero color rosado.

En cambio, el rubio parecía una fruta roja y fresca, recién cortada. Su corazón poco a poco comenzaba a latir de forma más y más rápida.

¿Qué le pasaba?

No lo sabía, pero cada que veía a esa niña tan sonriente y amable no podía evitar tener un solo pensamiento.

Es la niña más linda que he conocido. Eso se repetía constantemente en su mente.

¿Por qué cada que la veía sus nervios lo traicionan?

¿Qué acaso su cuerpo estaba en una lucha constante por avergonzarlo?

-- oye Sam, ¿Estás bien?, te pusiste todo rojo --

¿¡Por qué estaba tan paliducho como para que ella notará de inmediato su sonrojo!?












( . . . )












-- ¡Por favor, Will, para! -- estaba en el suelo, el cuerpo le dolia a montones y su hermano no se detenía.

-- levántate -- siguió como si nada, como si sus gritos no significarán nada para él, como si el llanto de su pequeña hermanita no le importara.

Pero era mentira. Le dolía cada vez que soltaba un golpe hacia ella. Cada que su pie golpeaba su estómago.

Le dolía como el demonio.

Pero no sé podía detener hasta que ella entendiera.

-- ¡Gally, para! -- gritó después de minutos de incertidumbre.

Repentinamente se detuvieron los golpes y levantando la mirada lo vio allí parado.

Respiraba agitado y varias gotas de sudor se deslizaban de su rostro cayendo al piso.

Su mirada de pronto se hizo cristalina y cayó de rodillas junto ella.

Se acercó lo más que pudo y la atrajo a él en un abrazo delicado, cuidando no lastimar la más de lo que ya la había lastimado.

-- lo siento... -- Susurró -- sólo, no quiero que te hagan lo mismo que Minho... Ya viste su brazo y su ojo... No quiero que te pase lo mismo -- gruesas lágrimas se salían involuntariamente de sus ojos.

-- hermano -- habló sorprendida. Su hermano estaba llorando y pidiendo perdón, algo que nunca hacía.

-- lo siento, Victoria, perdóname, por favor --

-- no te preocupes, Gally, no importa que pase, yo siempre te querré, hermano --

El niño lloró más. Soltó todas esas lágrimas que nunca pudo soltar.

Ahora más que nunca, necesitaba a su hermanita cerca, porque se sentía seguro con ella, no importaba que él fuera un año mayor.

Seguían siendo niños, de seis y siete años.

Solo lloró en los brazos protectores de su hermanita, dónde se sentia a salvo.











( . . . )








-- ¡No lo entiendes! -- grita con rabia -- ¡Si supieras de lo que hablo no estuvieran con esa cara de idiota! --

-- te entiendo, estoy pasando por lo mismo que tú -- su voz está casi suplicando calma, no le gusta para nada el tono en el que se dirige a él.

-- ¡No lo haces! -- vuelve a gritar.

-- ¡Entonces explícame! -- explota en ese mismo instante, cansado de la situación -- pero, por favor... No me hables de esa forma -- su pequeño susurro se pierde entre el aire del exterior -- porque tus palabras son capaces de romper mi corazón -- recita la frase entre el desolado ambiente.

-- lo siento -- de repente, su voz es débil -- lo siento... Lo siento -- gruesas lágrimas caen por sus mejillas -- pero... Me lo quitaron, casi estábamos seguros y ellos solo... Se lo llevaron... Cómo si nada... ¡Se llevaron a mi hijo! -- su voz vuelve a subir de tono, pero conforme avanzan las palabras se quiebra poco a poco -- ¡Mi hijo!... Mi niño... Mi bebé... -- para ese momento, está arrodillada en el suelo, sostiene su cabeza entre sus manos, solo desea que sea un mal sueño... Una pesadilla... Y que en cuanto abra los ojos, estará en el área, la misma rutina de siempre, encerrados, pero ellos serían felices.

En este instante, por un segundo, recordó las palabras de Sarten.

"no quería admitirlo, pero creo que estábamos mejor en el área"

Ahora cobraba sentido su frase, esa noche desolada, el chico se quedaba sin esperanzas, justo como ella en estos instantes.

-- no pierdas las esperanzas -- dijo al adivinar sus pensamientos, con tan solo ver sus movimientos -- lo encontraremos... Lo traeremos de vuelta y volveremos a estar bien, juntos --.

-- mi bebé... -- aún susurraba, delirando un poco -- C.R.U.E.L es capaz de hacer lo que sea... ¿¡Que te hace creer que no le harán nada!? --

-- no estoy diciendo eso, y no se si lo lastimarán... De lo que si estoy seguro, es de que nuestro hijo es fuerte, él es capaz de soportar eso --

-- ¡Es solo un niño! -- gritó frustrada al aire.

-- ¡Ya lo sé! -- sus brazos rodearon el cuerpo de la chica -- pero... -- apretó el agarre de su abrazo -- él puede hacerlo --

Dejame creer que lo hará. Pensó. Mientras las lágrimas gruesa caían como cascadas, permitiendose caer en la desesperanza por segundos.































( . . . )
















-- ¡Vamos, hermanito! ¡Eso es de cobardes! -- una niña rubia con una vestido color lavada golpeaba el hombro de un adolescente nervioso -- también no creo que Gally te deje salir vivo de está, si piensas irte --

-- no pienso irme, y no quiero irme. Tú no estás en mi lugar, mejor cállate -- le alegó.

-- te pasas, Newt, ¿Cómo tratas así a nuestra pequeña Sonya? --

-- no les está llamando cobardes -- se cruzó de brazos -- además, no me veo bien con este traje --

-- ella te va a querer así, hermanito -- le sonrió por un momento -- si te quiso así de feo como eres -- su sonrisa se borró al escucharla.

-- tenías que arruinar el momento, enana -- le empujó el rostro suavemente -- ¡Pónganse en mi lugar!, la chica que amo va a entrar por esa puerta, ¿¡Qué voy a hacer!? --

-- no sabemos, tampoco es como que hayamos embarazado a alguien -- levantaron los hombros "inocentes".

-- voy a golpearlos -- les advirtió molesto.

-- no puedes, no muestres esa fase enfrente de la chica que amas -- se burlaron entre todos del chico.

-- ¡Ya cállense! -- una chica morena, con un vestido del mismo color que Sonya, se abría paso entre la sala -- ya viene y ustedes están peleando --

-- ¡Ya viene! -- se emocionó la rubia dando unas pequeños saltos.

La puerta sé abrió y un gran grupo de adolescentes entraron.

Eran de todas las secciones, vestidos con sencillas ropas pero suficientes para la celebración que harían.

-- siéntense, chicos -- Harriet daba órdenes, y acomodaba a los muchachos en las mesas del comedor, que habían juntado y colocado de forma que formarán una especie de pasillo.

Al final estaba el pequeño grupo de chicos acompañando al rubio, que era visiblemente superado por los nervios.

-- ¡Tranquilo, chico! --

La puerta del comedor se abrió y todos voltearon algo asustados de que fueran los guardias, pero no, era el chico con cejas extrañas y cabello corto.

-- ya estamos aquí, si lo arruinan los mataré -- se dirigió a todos antes de volver a salir.

Se acomodaron mejor en las bancas que usaban para comer esperando a la chica.

Las puertas se volvieron a abrir pero está vez el muchacho era acompañado por otra.

Era un poco más bajita que él, llevaba un vestido sencillo, color blanco que le llegaba hasta las rodillas, junto con unos huaraches y una corona de flores en la cabeza, donde su cabello posaba en una trenza.

Ella, aunque no lo hacía notar, estaba nerviosa.

Apretó inconsciente el brazo de su hermano, en donde su mano se sostenía.

-- hermanito... No dejes que me caiga... Sería muy vergonzoso -- le susurró con la voz temblando.

-- nunca dejaría que pasara -- le aseguró sin verla.

El camino fue tortuoso para ella, el pasillo era muy largo como para poder sentarse todos los muchachos, y aún así, había una doble fila en las bancas.

Pero después de varios segundos más, por fin llegaba al final, dónde el rubio de sonreía ocultando su corazón galopando como loco.

-- Newt, te entrego a mi hermana... Para que la cuides tanto como yo, y para que la respetes más que nada... Porque no me alejaré y soy capaz de matarte si le haces daño --

-- Gally... Jamás haría algo que la lastime -- le respondió con seguridad.

Sintió otro apretón en su brazo y volteo a verla, estaba borrosa, gracias a la capa húmeda que cubria sus ojos.

Con todo el dolor de su corazón, tomó su mano y se la entregó al rubio dejando que él la guiará a dónde era su lugar.

-- bueno... No sabemos casi nada de como son las ceremonias de las bodas -- Alby, estaba enfrente de todos, junto con Harriet y otros cinco niños más -- pero podria decirse que nosotros lideramos esto así que es nuestro trabajo --

-- todos nosotros, que vinimos a verlos casarse, con todo el gusto del corazón, los declaramos marido y mujer --

Newt la tomó de la cintura, y la acercó a él dejando un casto y sueve beso en sus labios.

-- ¡Suertudote! -- las carcajadas se soltaron gracias al grito de un chico.

-- bueno, chicos... ¡A comer! -- vitoreos de felicidad se escucharon por el anuncio del muchacho moreno.

Dejando varias cazuelas en el montón de bancas.

La cocina había sido asaltada por Sarten y otro grupo de chicos que amaban cocinar al igual que él.

Así que comerían el banquete gracias a ellos.

Newt y Victoria, se sentaron juntos en una banca y no tardaron mucho en llegar Sonya, Gally, Thomas, Minho, Aris, Harriet, Alby, Ben, Winston y Sarten.

Comerían apretados pero felices, eso era lo que importaba.

El rubio y la chica se miraron a los ojos, sonriendo con el corazón desbordando de alegría.

Lo cierto, es que aunque los obligaron a casarse, gracias a Gally, el hermano de Victoria, manteniendo la crianza por la que los llevaron sus padres.

"Los hijos deben ser durante el matrimonio, ustedes no nacieron hasta después de que su padre fue y pidió a mi papá para casarse conmigo" era una de las muchas frases que su madre les contaba.

Tenían trece años, sus sentimientos no se desarrollaban aún del todo, pero estaban seguros de su decisión.

Aunque los obligaron a casarse... Ellos... En el fondo de su corazón lo desearon profundamente.




















( . . . )














El sol pegaba de frente, siguiendo poco a poco, con cada minuto, su camino para esconderse en el horizonte.

En lo alto de un risco, Newt balanceaba sus pies pareciendo despreocupado... Pero no era así.

En sus manos sujetaba fuertemente una carpeta con un montón de papeles en ella, teniendo cuidado de no arrugarla demasiado.

-- sabía que estabas aquí -- una voz a sus espaldas interrumpe, ahí está ella.

-- se volvió mi lugar favorito para pensar -- admite en voz baja.

La chica se sienta a su lado, no tiene demasiados ánimos para charlar, pero no puede simplemente dejar que Newt lidere él solo con un dolor que debería ser compartido.

-- ¿Qué tienes ahí?, llevas mucho tiempo aquí, solo sosteniendo esas hojas --

El chico, con actitud derrotada, le pasa los papeles, Victoria los toma desconcertada al no entender lo que quiere que haga. Mira su rostro, ha estado llorando.

-- tengo una hermana -- suelta sin más, sorprendiendo a su pareja.

-- ¿Qué?... -- deja salir un susurro atónita por la noticia.

Los ojos del rubio se aguadan y de nuevo parece romperse a cada segundo.
-- ellos se la llevaron --

De forma rápida deja de verlo y da paso a los documentos, aún en shock por la información.

Después de un tiempo, levanta la mirada y comienza a entender todo.

Esas miradas.
Esa sensación.

Le pasaba lo mismo que a ella con Gally.

No es capaz de detener su boca al momento de soltar el nombre que está plasmado en esa hoja.

-- Sonya -- entonces, Newt suelta mas lágrimas de las que ya tenía.

-- es mi hermana... Mi hermanita... Y de nuevo no pude protegerla... No puedo proteger a nadie -- su cuerpo temblaba debido a los espasmos que tenia.

Ahí, justo ahí, en ese preciso momento, Victoria pudo verlo roto... Destrozado.

Ese no era el Newt alegre que ella conocía... El Newt atrevido, coqueto, amable, divertido.

No

Ese Newt no era su Newt.

Era una nueva etapa de él... Más oscura y opaca.

Aquella que mostraba todo su dolor partir del laberinto.




















( . . . )




















En un rincón, un cuerpo estaba tirado, echo bolita, dejando escapar uno que otro sollozo de vez en cuando.

Un chico rubio entró a esa carpa en dónde estaba, su mirada cambió tan pronto la vio ahí tirada.

-- ¿Qué haces en el suelo? Levántate, te puedes resfriar -- llegó de inmediato a su lado y la sostuvo para dejarla sentada en la cama -- ¿Qué hacías ahí, cariño? -- preocupado le pasa la mano por la mejilla al ver sus ojos rojos.

-- nada -- su voz suena mormada.

-- Thomas y Vince están haciendo un plan... dicen que un tren lleva inmunes y creen que ahir estarán ellos, así que no puedes rendirte, no ahora --

-- estoy cansada -- admite, pero él sabe que habla de otra cosa.

Ella estaba cansada de todo, todo esto que implicaba pelear y huir.

Estaba cansada de esa vida.

-- te amo.... -- susurró después de un momento -- ¡Maldición!, te amo tanto que no puedo verte así -- súbitamente vá hacia ella y la acoge entre sus brazos -- te amo con cada parte de mi ser... Pero... -- al ver su rostro, sonrojado por sus palabras, no puede evitar no querer decirlo.

-- Newt... -- suelta, sabiendo de antemano sus pensamientos.

-- tú también lo harías -- responde con lágrimas cayendo por las mejillas.

-- no podré evitarlo si pasa algo así -- le dice con el afán de tranquilizarlo -- te amo, Newt. Estoy segura que nunca he amado a nadie de esta forma además de ti, me entregué a ti como no tienes idea... Pero ya sabes la respuesta -- con ojos llorosos y corazones agonicos, se dejaron disfrutar un segundo sus caricias, a sabiendas de lo que podría pasar y lo que estaban dispuestos a sacrificar.

Ambos estaban dispuestos a dejar ir al amor de sus vida...

Por sus hijos...

Porque la vida no es vida, sin algo de dolor Sufrimiento y... Traición.

Y se entregaron a la luz de la noche, soltando suspiros pidiendo encontrar sus bocas una vez más entre la oscuridad.













































Ya estoy aqui!

Y con este capitulo terminamos la segunda parte de esta historia.

Quise dedicarle un cap completo a nuestra parejita para que se viera lo que hicieron después de lo que pasó con C.R.U.E.L. y el como lo afrontaron juntos, acompañado de varias revelaciones.

El echo de que haya muchos separadores y algunas platicas se encuentren muy diferentes a otras es por eso mismo del paso del tiempo, osea, están situados en diferentes tiempos, ya sea una semana después o un día.

También el inicio del plan para la tercera parte.

El último párrafo 💋😍, si le entendieron que bueno, porque se viene con todo

Esperen mañana el próximo cappp!

Adiós! 💋

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