Capítulo 25
El viento soplaba creando un sonido solitario.
Las silenciosas montañas, con algunas partes verdes y otras marrones, hacían un ambiente lujumbre.
A la lejanía, un pequeño sonido se escuchaba, es incierto. Se mezcla con las piedras rebotando, un motor ardiendo, la tierra derrapando y un olor a caucho.
-- baja la velocidad, linda -- pide Jorge cuando el camino toma menos espacio.
Ahora van por una carretera, tomando altura y dejando atrás el arenoso desierto.
Se detuvieron en un momento, los autos que había se amontonaban sin dejar paso a nada.
-- supongo que sí iremos a pie -- se lamentó Jorge.
-- ¿Qué es esto? --
A su alrededor había un acantilado con una pequeña baranda para evitar que se salieran del camino, un túnel no tan largo juste enfrente suyo y un montón de autos, en su mayoría quemados, oxidados y viejos.
-- un embotellamiento, ponte a pensar morocho -- Minho se burlaba de Winston al escuchar su pregunta.
-- no trates asi al tío Winston -- volteó sorprendido cuando escuchó la voz del pequeño reclamarle -- no seas malo con él, tío Minho, si lo haces serás mi tío favorito, solo por un tiempo --
-- ¿¡Cómo que seré!? --
-- mi tío favorito siempre será el tío Gally -- explicó llendose del lugar.
Un silencio repentino se instaló por unos momentos. Solo el morocho y el asiático.
-- te duele, ¿No?. Lo siento -- rompió el hielo.
-- no es de tu incumbencia, larcho -- contestó brusco, alejándose de Winston rápidamente.
¿Qué si le dolía? ¡Mierda! ¡Lo mataba!.
¿Por qué la vida era así de cruel?.
¿Por qué no le permitía ser feliz al menos por un segundo?.
Estuvieron unos momentos más en silencio inspeccionando los autos. Tenían marcas de balas. En puertas, ventanas, capo.
-- ¿Qué pasó aquí? -- habló Thomas. Y como su fuera el desencadenante del futuro, disparos y más disparos resonaron por el cielo.
Los obligaron a esconderse tras las chatarras oxidadas.
-- ¿¡Están bien!? -- gritó Jorge preocupado.
-- ¡Estamos bien! -- respondió Teresa en otro grito.
Los disparos no se detenían, y a pesar de tratar de intentar ver por donde salian era imposible hacerlo.
Todo se estaba complicando más de lo establecido.
-- ¿¡Alguien sabe de dónde vienen!? -- gritó Newt desesperado protegiendo a sus hijos.
-- ¡Creo que del cielo, idiota! -- le contestó una voz que conocía muy bien.
-- ¡Vete al carajo, Minho! -- soltó frustrado y enfurecido.
Winston junto con Sarten y Brenda reían algo asustados, en momentos así, el corredor asiático era un muy buen apoyo.
Por otro lado, Thomas, Jorge y Victoria se escondían tras una camioneta. La corredora extremadamente preocupada.
-- agáchate, Thomas -- le ordenó en medio del caos y ruido que se había desatado.
-- hazle caso, chico -- dijo Jorge buscando algo entre las cosas de su mochila.
Thomas, a pesar de las advertencias, no pudo evitar alzar un poco su cabeza, dejandose ver por el capo de la camioneta.
-- ¡No te asomes, idiota! -- lo jaló de la chaqueta de forma brusca cuando un disparo pasó cerca de él.
Victoria suspiró cansada al tener que estar cerca de Thomas, ¿No podía tocarle alguien que sí le hiciera caso y no se dejará guiar por su estupidez?.
Al parecer no.
Dos, tres disparos más de escucharon. Thomas se acomodó mejor y juntó sus piernas a su cuerpo para evitar que quien sea que estuviera disparado no lo viera.
-- ¿Alguna idea? -- preguntó invadido de miedo.
-- tu eres el cerebro de la operación, Thomas, hasta Marcus lo dijo -- se burló un poco la chica.
-- puedes sostener esto si quieres ayudar -- le entregó una especie de pelotita negra.
Victoria no lo vió bien, pero cuando lo hizo sus ojos se abrieron de inmediato alarmados.
-- ¿Qué planeas hacer con eso? --
-- ¿Tú qué crees, linda? -- le sonrió un momento -- cuando les diga, corren hacia el otro lado y se tapan los oídos, ¿Escucharon? -- al momento los chicos asintieron de inmediato.
Jorge se preparó para lo que estaba a punto de hacer.
-- uno... Dos... -- el sonido de el seguro de un arma lo detuvo abruptamente antes de llegar al tres. Justo en sus espaldas
-- suéltala, ¡Ahora! -- dieron vuelta le lentamente para encontrar a dos chicas apuntando sus armas de forma directa a su cabeza.
Una era de tez morena y rastas.
Y la otra tenía el cabello rubio más largo, trenzado y los ojos azules. Unos ojos extrañamente familiares para Victoria, pero que no eran apreciados del todo por el arma que daba en medio de sus ojos.
En cambio, esa chica era extrañamente parecida a la mujer de su sueño.
¿Acaso tenían algo que ver?
-- muevance, ¿Qué no escucharon? ¡Que se muevan! --
-- listo listo, es lo que hacemos --
Caminaron hacia atrás, sin darle la espalda, siempre alerta. Varios hombres se asomaron por encima de las rocas al rededor de la carretera.
-- ustedes dos también -- Sarten y Brenda salieron lento.
Y Winston que ahora estaba con Minho también lo hacían.
-- ¡Salgan ahora! -- gritó la de tez morena de nuevo, al descubrir movimiento cerca.
Teresa salió de atrás de una camioneta, y Aris la siguió saliendo de otro, con la cabeza agachada lleno de miedo.
-- aquí falta alguien -- susurró de nuevo. Miró a su compañera y la hizo continuar.
-- ¡Dijimos que ahora! -- la rubia gritó haciendo a los faltantes levantarse.
Newt salió, la chica rubia le apuntó de inmediato y por un breve instante dudó, bajó la guardia como si hubiera recordado algo, pero tan pronto como lo hizo volvió a ser conciente.
-- los que faltan -- volvió a repetir, al descifrar la expresión del muchacho, para ella era tan fácil de leer.
Tan rápido salió de su escondite y detrás de él, se dejaron ver dos cabelleras más.
Una risada, con varios reflejos del sol infernal que los cubría.
Y la otra, rubia, como cabellos de oro que caían gentilmente sobre ese rostro.
Las dos muchachas, por un momento se desconcertaron por completo, aturdidas, sorprendidas.
-- ¿Qué haces unos niños aquí? -- deliraron por un segundo sobre el tema para después quitarle importancia.
Alguien se movía.
-- deja de moverte, no seas tonto -- le advirtió la de tez morena al castaño.
-- creeme que está en su naturaleza -- soltó Victoria intentando no reírse, a pesar de estar siendo amenazadas con armas.
Las chicas se quedaron en silencio mirándolos, los analizaban uno a uno.
Llevó solo un instante para que los rostros de asombro se vieran en ellas.
-- ¿Aris? -- la muchacha bajó la pasa-montañas que cubría su rostro.
-- por dios, ¿Harriet? -- repentinamente la chica morena se abalanzó al chico, fundiéndose en un abrazo.
Los chicos veían confundidos aún con las manos arriba.
Aris de soltó del abrazo de Harriet y pasó a los brazos de la chica rubia, que se separó preocupada revisando su rostro y cuerpo en busca de heridas, lo mismo que hacia la morena.
-- ¿Estás bien? --
-- si, si, estoy perfecto, ¿Ustedes? --
-- como siempre, igual de lindas, astilla -- Aris se deprimió un poco por escuchar ese apodo que tanto odiaba.
-- Harriet no seas tan cruel con el pequeño Aris --
-- como sea, vamos -- sin vacilaciones, Aris caminó detrás de ellas -- ¡Vengan! ¡Es seguro! -- se detuvo al voltear atras.
-- estaban conmigo en el laberinto -- aclaró el chico rubio oscuro al ver sus caras.
-- bueno, explica muchas cosas -- dijo Sarten con algo de miedo al tener aún las armas apuntando directo a su rostro.
-- que suerte tienen los feos -- susurró Minho frustrado.
¿Por qué a él no pudieron enviarlo a ese laberinto lleno de chicas?
( . . . )
"los llevaremos a la base". Eso fue lo que dijeron esas dos chicas cuando los subieron a una camioneta.
Al fin y al cabo, el túnel lleno de coches abandonados solo era un tabú, la zona estaba bien resguardada.
-- estarán bien, no se preocupen -- les sonrió la chica cuyo nombre era Sonya.
Esa sonrisa.
Esa sonrisa les hizo recordar a alguien.
-- tienen suerte de que los encontramos. Nos vamos al amanecer -- completó otra vez.
Llegaron a un lugar diferente, estaba lleno de coches, que a diferencia de los del túnel, estaban en perfecto estado.
Todo parecía tan nuevo.
-- ¿Dónde está Vince? -- preguntó Harriet a un chico que pasaba por ahí.
-- por allá, creo -- señaló unas carpas blancas.
-- gracias --
-- ¿Quién es Vince? -- se dió a relucir la curiosidad de Thomas al instante.
-- es quien decide si pueden quedarse o no --
-- creí que el brazo derecho era una especie de ejército --
-- si, lo éramos. Mucha gente murió para que pudieran llegar aquí. Es lo que queda de nosotros. ¿Quienes son ellos? -- un hombre se alzó entre las charlas y preguntas, llevaba un arma en mano y era acompañado por otros hombres.
-- son inmunes. Los atrapamos subiendo la montaña -- contestó rápidamente Harriet.
-- ¿Los revisaron? -- preguntó con la mirada fría.
-- conocemos a este chico. Aris. Confiamos en él -- respondió Sonya a la defensiva.
-- pues yo no. Revisenlos -- al instante, muchas armas apuntaron hacia el grupo.
Los hombres dudaron un poco al ver a dos niños entre los adolecentes.
¿Enserio los tenían amenazando a unos niños?, los llenaba de tristeza.
-- oiga jefe -- escuchamos atrás. Brenda respiraba agitada y llegó un dado momento en el que tuvo que ser sostenida por Thomas, pero el castaño también cayó por el peso. Al momento Jorge corrió a ayudarla.
El hombre rubio y con bigote, el llamado Vince. Se acercó a Brenda y a todos les recorrió un escalofrío de miedo al ver su tobillo vendado.
-- ¿¡Que diablos!? ¡Mierda! ¡Cranck! ¡Tenemos una cranck!-- después de ese grito todo fue un caos.
-- ¡Está infectada! -- y este, pareció empeorarlo.
-- ¡No! -- gritó Victoria, al ver a Vince sacar su arma del cinturón y apuntar a la chica.
-- ¡Espera espera, recién sucedió! -- Thomas estaba desesperado tratando de justificar.
-- ¡No debiste traerla aquí! -- gritó fuera de sí.
-- lo sé --
-- ¡Si dejamos entrar crancks, esto ya no será un refugio! --
-- Lo entiendo, escucha por favor, le dije que la ayudariamos cuando llegáramos aquí, ¿De acuerdo? Debe haber algo que podamos hacer -- Brenda agonizaba frente a ellos y no podían hacer nada, solo ver cómo sufría poco a poco perdiendo la vida cada segundo.
-- sí hay algo que podemos hacer, terminar con su sufrimiento -- quitó el seguro de su arma y Victoria se movió tan rápido que nadie pudo reaccionar ante sus acciones.
Un disparo se escapó del arma.
Era el mismo que antes era para Brenda.
-- detente -- susurró amenazante a la altura de su oído. Sabía que de esta forma menos los dejarían quedarse, pero no podía permitir que Brenda muriera. No cuando ella les salvó la vida varias veces.
-- ¡Termina con esto, Vince! -- una mujer salió enfurecida de una de las tantas carpas. Al escuchar el disparo se temió lo peor y decidió acabar con las locuras del hombre rubio.
Grande fue su sorpresa al verlo apresado contra el piso boca abajo, justo encima suyo, una chica, en su mano llevaba un arma apuntando a la cabeza del hombre, la mujer la reconocería, era el arma de Vince.
-- ¿Qué... -- no terminó su pregunta cuando miró al grupo nuevo -- ustedes, ¿Cómo llegaron aquí? -- de inmediato corrió hacia el cuerpo de Brenda para revisarlo, la chica agonizaba y se removía en el suelo, pero no perdió de vista al grupo.
-- ¿Nos conoce? -- preguntó Newt sorprendido.
La doctora sonrió contenta al ver su rostro confundido.
-- Newt, siempre reconocería tu cara de niño bueno -- ahogó una risa en su garganta y giró su rostro hacia el niño que estaba a su lado, que hasta el momento se había mantenido callado -- también a ti, Sam. Sigues siendo la viva imagen de tu padre, al parecer eso nunca cambiará -- el niño se sonrojó -- nunca olvidaría la cara regordeta de Sarten y chuck -- los mencionados se avergonzaron -- la ternura y timidez de Aris, los ojos rasgados y vanidad de Minho. La gentileza y piel morocha de Winston -- los chicos enrojecieron al máximo -- los ojos de Teresa y la curiosidad de Thomas --.
Todos guardaban silencio, los nuevos con los rostros calientes y los demás con mirada sorprendida, ¿Enserio la mujer los conocía tanto?.
-- sobre todo no olvidaría jamás la belleza rudamente hermosa de Victoria, la que es capaz de derribar a un penitente y parecer una delicada flor -- le dirigió una sonrisa a la chica que seguía encima de Vince, todavía apuntandolo con su arma -- veo que sigues teniendo a Newt loco por ti -- le guiñó un ojo divertida escuchando como el mencionado se atragantaba con su propia saliva -- llevenla a mi carpa, estará bien -- a este punto brenda estaba tranquila, la mujer le habia dado un tranquilizante.
-- ¿Cómo estamos seguros de que estará bien? --
-- porque tú me ayudarás... Thomas --
-- ¿Yo? --
Se quedaron en silencio, la mujer no dejaba de verlos con una sonrisa a boca cerrada confundiendolos al máximo. Incluso Vince no sabía lo que pasaba por la cabeza de la doctora.
-- interesante. Me parece lógico que te hayan mandado al laberinto. Aunque debo de admitir que temía que te mataran por lo que hiciste... Por lo que hicieron -- su mirada viajó a la chica que aún seguía amenazando a Vince.
Quien volteó confundida y algo arta de todo el rompecabezas.
-- la primera vez que hablamos, Thomas, me dijiste que no soportabas ver morir a tus amigos uno por uno, ni ver a tu amiga sufriendo por eso -- comenzó con su relato -- la última vez que hablamos me diste todas las coordenadas de las instalaciones de C.R.U.E.L y me dijiste que tu amiga te ordenó darmelas, la misma amiga que te habia obligado a enviarla al laberinto -- las expresiones de terror y sorpresa se posaron en los rostros de la mayoría.
¿Quién desearía un destino tan cruel?.
-- ¿Por qué ella haría eso? --
-- temia lo que le pudieran hacer a ella y a su hijo -- en ese momento supieron de quien hablaba -- descubrió algo grande, algo que puede cambiar el curso del mundo, C.R.U.E.L lo supo, pero ella no estaba dispuesta a seguir trabajando para ellos, así que decidió perder sus memorias, que se las arrebataran a su hijo, a darle aquello tan anhelado por ellos --
-- ¿Qué puede ser tan importante como para hacer algo asi? -- murmuró Thomas aterrorizado, acababa de descubrir, que era la razón por la que la chica y el pequeño sufrieran en el laberinto.
-- no lo sé. No te lo dijo... Victoria decidió llevarse eso junto con su memoria, y no hay nada que se pueda hacer que esté en nuestras manos -- se lamentó decepcionada.
Las miradas posadas en su cuerpo, la comenzaron a poner nerviosa.
¿Qué era aquello que quería ocultar con tanto fervor?.
-- vengan -- dijo poniéndose de pie. Esperaba que todo el grupo la acompañara. Pero al final, terminó siendo sólo Thomas y Jorge.
Los demás querían descansar, relajar los músculos tensos y entumecidos que los acompañaban.
Se aseguró de que sus hijos estuvieran bien y comenzó a trepar ese pedazo de montaña que estaba cerca.
Al llegar a la punta, sintió el viento en sus mejillas y que la hicieron cerrar sus ojos.
Soltó una ligera risita al sentir el cosquilleo recorrerla, por fin estaba comenzando a destensar sus músculos contraídos.
Estaba sentada sobre unas rocas, completamente sola, bueno, no del todo, ella, el viento fresco y aquel sol que lentamente baja por el horizonte.
Escuchó unos ligeros pasos a su espalda, tan ligeros que parecía que no querian romper el ambiente en el que estaba sumergida.
No necesitó voltear para saber quién era.
Tras suyo se posó un cuerpo más grande y fornido, sus piernas se juntaron con las de ella, sus manos se posaron en su cintura abrazandola y recargó el mentón en su hombro pegando asi la espalda con su pecho.
-- ¿Estás bien? -- susurró tranquilo y suave, no quería terminar con esa aura cálida que se había formado.
-- más que bien, estamos juntos -- respondió de igual forma entrelazados la mano del rubio con la suya, dejando suaves caricias en su suave piel.
-- no lo digas así -- la acercó más a él aspirando su aroma -- me pones nervioso -- confesó con un creciente sonrojo.
La chica soltó una carcajada y miró sus manos unidas, tan perfectas juntas.
-- me gusta ponerte nervioso -- confesó ahora ella -- te ves más lindo -- dijo dandole un beso en la mejilla.
-- estás más amorosa que de costumbre. Creo que antes hubieras evitado cualquier tipo de estos temas --
No era de ser tan cariñosa... Pero ahora... Cuando se comenzaba a sentir segura... Tan a salvo... Se podía dar esa especie de lujo.
-- estoy bien -- dijo soltando el aire que había contenido, con una sonrisa sincera y brillante.
Newt la veía de perfil, tan cerca de su rostro al tener el mentón en su hombro.
Era tan perfecta.
Sus ojos... su sonrisa... Su cabello... Sus mejillas... Su voz, esa que lo volvía loco... Esa rudeza que lo atontaba... Todo...
-- eres preciosa... -- soltó en un suspiro con temor de que su comentario se haya perdido con el aire.
-- no hagas eso... -- empujó un poco el rostro del rubio con una de sus manos.
El chico se rió un poco dejando salir el aire de sus pulmones.
-- ¿Hacer qué? -- preguntó divertido.
-- mirarme así -- entonces entendió, al ver sus mejillas, estás eran cubiertas por un tono carmesí.
-- es la única forma en la que puedo mirarte -- dijo para darle ahora un beso en los labios.
Lento y suave, sin prisas.
¡Diablos! Cómo le encantaban.
-- dejen de comer enfrente de los pobres -- pero como siempre.
Alguien tenía que interrumpir.
-- Minho... -- lo nombró tratando de escucharse tranquilo -- ¿Habrá un momento en el que no metas tu apestoso trasero? --
-- ¡Deja de hablarme así! ¿¡Qué no ves que me pones sensible!? -- dijo dramático -- ¡Mira como me trata tu rubio, hermanita! --
-- ¿Por qué vinieron aquí? -- comentó Newt algo enojado por la repentina interrupción.
-- llevamos rato viéndolos -- Sarten que venía atrás del asiático llamó su atención.
-- y nos cansamos de tantas cursilerías... Y antes de que lo digan... Sí... Nos hace falta una novia -- les dijo Winston al verlos abrir la boca para reclamarles.
-- no todos tenemos la suerte de los feos, como Aris que estuvo en el laberinto lleno de chicas. A veces digo, la suerte de los feos, los hermosos y sexys la deseamos -- siguió Minho, volviendo a quejarse de “las injusticias de la vida”.
-- ay, Minho, ¿Qué haremos sin ti? --
-- nada, no serían capaces de seguir sin mi espectacular y bien dotado cuerpesote --
Soltaron carcajadas al mismo tiempo por las ocurrencias del chico.
Siguieron manteniéndose en silencio cuando las risas terminaron.
El viento era tan tranquilo, que no creían que nada fuera a arruinar el momento.
-- ¿Recuerdan esto? La tranquilidad de todos los días -- una voz diferente se alzó entre el silencio.
-- ¿Cómo está Brenda? -- dijo Victoria de forma rápida, al ver llegar al castaño.
-- se mejorará... La doctora me dijo algo... Interesante -- su expresión era de duda.
-- ya suéltalo --
-- creó una especie de cura con mi sangre, ¿Crees que eso era lo que querías ocultar? -- dijo con inmensa curiosidad.
-- no... Era otra cosa -- informó segura, si la doctora sabía eso, significaba que no tenía nada que ver con lo que sabía, según escuchó, nunca se lo dijo a nadie.
-- pues si es así, me quedé sin ideas --
-- eso es raro, siempre estás con tus planes, listos para casi matarnos -- agregó al final, con un tono de voz muy gracioso.
-- muy graciosa -- frunció su ceño exageradamente mientras simulaba risas.
-- tranquilos -- dijo Newt.
-- él no coopera/ ella no coopera -- dijeron al mismo tiempo.
Al instante se miraron amenazantes.
-- parecen chihuahuas apunto de ladrar, ya parenle -- dijo Winston cansado.
Los chicos Thomas y Victoria, se vieron unos segundos más para después soltar unas pequeñas risas.
Movieron la cabeza en gesto de asentimiento y se dejaron en paz.
Ahora todo volvía a ser silencio de nuevo.
Cada uno sentado en una roca, ya sea grande o pequeña, disfrutando de la tranquilidad y paz.
Al ver el hermoso paisaje, ese sol en su esplendor, el desierto, las verdosas montañas. Tan hermoso, no pudieron evitar que muchos recuerdos vinieran a sus mentes.
-- me hubiera encantado que Alby, viera esto -- soltó Newt melancólico. No importaba si gustaba de su chica, no importaba lo malhumorado que fue, las veces que lo regañaba. Él siempre sería su mejor amigo.
-- y Ben -- dijo Minho con ojos llorosos sin dejar que nadie lo viera.
-- Jeff -- habló Sarten recordando como el chico había arriesgado muchas veces su vida para salvarlo cuando pelearon con los penitentes al salir. Pero que al final, la perdió estando tan cerca.
-- Hawk -- confesó el morocho, volviendo a vivir la escena en dónde el muchacho se sacrificaba y dejaba a un penitente atraparlo por Sam.
-- y Gally -- soltó al final con aire deprimido y la mirada perdida en los rayos que seguían ocultándose tras la pradera.
Cómo extrañaba a su hermano. Nadie sabía cuanto, solo su quebrantado corazón que no soportaría más las muertes de alguien de su familia.
Cómo extrañaba sus hermosos ojos, sus extrañas cejas y su actitud tan... Él.
-- y Winston -- repitió Sarten tomando desprevenido a todos por su repentino comentario.
-- ¡Aquí estoy yo! ¡Sigo vivo, idiota! -- le alegó el muchacho, totalmente indignado.
-- diablos, lo siento ¿Sabes?, esque no te veía hablar casi --
-- ¡El que no hable no significa que ya me haya muerto! --
-- cálmate, Winston, ahora tú pareces el Chihuahua, pero apunto de atacar -- se burló Victoria, recuperando su humor después de haber dejado de lado su episodio anterior.
-- me tratan muy mal... Es por ser morocho, ¿Verdad? -- falsas lágrimas escapaban de sus ojos.
-- dame paciencia, porque si me das fuerza lo mato -- susurró arta a Newt que se rió en bajo sin más.
-- ¿Saben dónde está, Teresa? -- preguntó Thomas interrumpiendo la escena.
-- está allá, es algo rara -- dijo Sarten señalando una roca más alta que en dónde estaban.
La chica de hermoso cabello negro e inolvidables ojos azules estaba, al igual que ellos, viendo el horizonte. Pero era diferente, ella parecía buscar algo entre todas esa inmensa luz que mandaba el sol.
Thomas decidió dejarlos y subir con ella.
Vaya chico enamorado. Pensó Newt con una sonrisa, no le agradaba para nada Teresa, pero si a Thomas le gustaba, ¿Que tan mala podía ser?.
( . . . )
Estaban solos...
Winston, Sarten y Minho habían decidido darles “privacidad”. En realidad solo bajaron de la pequeña montaña de rocas para ir a conversar con Aris, Harriet y Sonya. Aprovechando cuidar a Sam y Chuck.
-- ¿Que opinas de ella? -- le preguntó Victoria cuando lo vio dar otra mirada hacia abajo.
-- ¿De quién? --
-- Sonya, la vez a cada rato... ¿Qué piensa? --
-- me recuerda a alguien... Pero mi estúpida memoria no sabe a quien -- contó contrayendo sus músculos.
-- ohh -- por fin comprendía, a él le pasaba igual.
-- espera... ¿Estabas celosa? -- dijo Newt después de haber reaccionado a su comentario.
-- ¿Qué? No, por qué dices eso -- actuaba desentendida.
-- admitelo -- habló emocionado.
-- que no -- contestó molesta
-- no tienes porque estar celosa -- comentó apretándola más a él -- eres mi reina... Mi mujer... Mi novata... Mi corredora... ¿Sabes que eres la dueña de mi útero? --
-- ¡Newt! ¡Tú no tienes útero! -- le gritó molesta.
-- bueno, si tuviera tú serías la dueña -- le dijo en completa sinceridad
Trató de hacerse la enojada, intentando empujarlo y hacer que la soltara de su agarre.
-- ¡Que cosas tan tontas dices! --
-- cálmate -- le dijo susurrando en el oído.
-- ¡Pues deja de decir eso! --
Una sonrisa arrebatada y contenida salió de sus labios. Sus ojos se cerraron por la inercia del momento y el sonido del aire saliendo de su garganta creó una hermosa melodía.
-- no puedo evitar decirlo... Soy completamente tuyo -- Soltó con un tono bajo y lento.
Un cosquilleo la recorrió completamente.
su voz era jodidamente sexy.
-- ¿Cómo puedes ser tan perfecto? --
Otra risa escapó de sus suaves labios.
-- así nací -- ahora sí, una carcajada abandonó la garganta de Victoria. Y Newt apretó hacia él mostrando su disgusto.
Se quedaron en un silencio, absortos en su mundo. Ahora estaban a salvo
Por fin dejarían de correr por sus vidas de sol a sol, estaban tranquilos, con la calma rebosante en sus cuerpos.
-- ¿Escuchas eso? --
El muchacho la miró mientras guardaba silencio, no sabía a lo que se refería.
-- helicópteros -- susurró horrorizada buscando la causa del sonido.
Se hacía cada vez más fuerte con el pasar de los segundos.
En el horizonte, junto cuando los últimos rayos de luz de iban, luces se encendieron repetitivamente.
Amenazantes hacia ellos.
Entonces, justo ahí, ella entendió que no se podía hacer nada si estban ellos.
No serían felices, si C.R.U.E.L seguía existiendo.
Holaaaaa!!
Me convertí en lo que jamás prometí me convertiría.
Un autor que no actualiza seguido 😭
Me tardé semanas para este capítulo, pero esque no estaba en casa.
¡Fui a Mazatlán!, si alguien es de ahí, hermoso lugar 😍 jamas lo olvidaré.
Pero en fin, aquí estamos, vivitos y coleando y con más imaginación que nada.
Asi que ando lista para hacerlos morir de amor ❤️ o llorar de dolor 😭. Cualquiera de los dos jaja.
Que opinan?
Nos vemos en el próximo capítulo.
Adiós 💋
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