Capitulo 15

Último capítulo de la primera parte!!

🛑 Éste capítulo será más largo de lo que acostumbro así que no se aburran porfavor 🙏 🛑











Su respiración era entrecortada, empujaba y ayudaba a los chicos que caían al suelo.
Corría al final de todo el grupo de chicos asustados que no habían visto a un penitente, ella sabía cómo "controlar" la situación mejor que ellos.

La desesperación abordaba cada fibra de su piel.
Sam, ¿Dónde estaba Sam?, ¿Chuck?. Simplemente ya no estaban en su visión.

-- ¡Espera! -- la sacó de su transe al soltar ese grito desgarrador.
Un penitente se acercaba veloz hacía el camino por dónde huían.

-- ¡Solo corre! -- le gritó mientras llegaban a el huerto, agradecía que la siembra que habían plantado los aradores creciera tan alta.

Guardaron silencio y lo único que podía escucharse era su respiración ahogada, que trataba de no hacer demasiado ruido.
Por un momento, solo uno breve, sintieron felicidad al no escuchar más gritos ni sonidos de parte de los penitentes. ¿Se habían ido?.

Teresa, Thomas y Zart estaban más cerca de ella, les hizo una seña para que guardarán silencio mientras poco a poco se levantaba para ver qué pasaba.
Todo sucedió tan rápido, el grito desesperado de Zart para escapar de las garras de la criatura metálica fueron en vano cuando está corrió lejos de los huertos.

-- ¡Corran, corran! -- les gritó al ver qué descubrieron donde estaban -- lo siento Zart -- dijo en bajo antes de correr cuando pudo observar al penitente jugando con el cuerpo de el chico.

Todo a su alrededor era caos, a dónde quiera que veía había fuego, y cuando miraba hacia atrás dos penitentes los perseguían.
Ahora mismo deseaba estar soñando en su hamaca con Sam y Chuck a su lado. ¿Era mucho pedir?, en ese momento sí.

El momento de defenderse llegó cuando un antiguo corredor lanzo una botella que contenía la bebida de Gally haciendo que encendiera por el calor que provocaba. El penitente se retorcía en el suelo intentando apagar las llamas en su metálico cuerpo.

>> De todas formas nunca me gustó <<. Pensó asustada al ver lo que provocó.
>> Un momento. ¿No nos perseguían dos penitentes? <<.

Un estruendoso movimiento la hizo caer al suelo, cuando volteó a sus espaldas quizo huir hacia el otro lado. La máquina estaba frente suyo dandole la espalda, observando a sus amigos como pequeñas presas, eso eran, presas.

Se levantó rápido tropezando un poco por los bruscos movimientos. Le gritaba para que se detuviera pero éste la ignoraba por completo. Sus amigos hacían el intento de huir, pero lo único que lograban era llevarlo directo a la finca.
Pudo ver una cabellera corta con hermosos risos en ella, portada por un cuerpo regordete y pequeño. Era acompañado por Thomas que lo alentaba a ir más rápido.

-- ¡Espera!, ¡Te estoy hablando maldita ojalata! -- gritaba desesperada por qué la persiguiera a ella.

Por más que le lanzaba rocas o cualquier cosa que veía, no servían de ayuda para llamar su atención.
De pronto, el penitente fue azotado y herido por dos estacas de madera. Con la respiración acelerada y la expresión asombrada, movió su mirada para ver unos hermosos ojos avellana, que en ese momento se encontraban invadidos en preocupación.

-- ¿Estás bien? -- le preguntó mientras la tomaba del rostro, examinando cada parte de el, buscando alguna herida. Su corazón no sintió desenfreno, sintió alivio al verle bien. Su estómago no sintió mariposas, sintió como si miles de rosas hubieran florecido gracias a ese hermoso y delicado tacto en ella.

-- Yo... Si -- respondió algo ida.

-- Estoy aquí, eh -- habló sarcástico Minho, quién fue el dueño de la segunda estaca de madera -- ¡También nuestro pequeño y agradable amigo! -- gritó apuntando hacía la criatura que se levantaba poco a poco.

Ambos chicos, Minho y Newt, tomaron de la mano a Victoria para jalarla hacía la finca tratando de mantenerla a salvo. Llegaron a la entrada de la construcción, les abrieron la puerta para que entrarán, pero ella se soltó de su agarre y los empujó hacia adentro cerrando la puerta fuertemente, atrancandola desde afuera. Enfrentó a la bestia que los perseguía, los separaba una distancia considerable, recordó a Zart, él no merecía morir así, recordó a Gally, ¿Dónde estaba?... Recordó a Sam ¿Acaso él... . Su agarre se intensificó en el mango de su machete.

-- ¡Ven por mí maldita cucaracha! -- le gritó enfurecida al imaginar una vida sin él, sin su hijo.

Cómo atraído por sus gritos, el penitente corrió hacia ella, sediento por destruir su cuerpo. Victoria no se quedó atras, pues poco a poco tomaba velocidad en su carrera.
Analizó su alrededor, el lugar de los constructores. Unas tablas serían de ayuda en ese momento, pero no había ninguna tabla que le ayudara. Entonces hizo lo que se juró nunca hacer, permitió aquello que nunca quería.

Se dejó capturar por sus enemigos

>> Juro que no me dejaré atrapar por más de tus estúpidos aliados <<
Pensó mientras sentía sus garras atraparla bruscamente.
Las agujas se dirigían a ella de forma lenta, lo único que hizo fue lanzar un golpe con su cuchilla, que bastó para que la lanzara hacia el aire. Inclinó su cuerpo hacia atrás y sus manos hacia arriba, el filo de la cuchilla hacia abajo mientras apretaba el mango para darle fuerza.

El penitente levantó su cabeza mientras soltaba un chillido agudo y molesto, eso hizo que apretara su mandíbula con aún más fuerza. La gravedad cobró su ley, cayó con la fuerza de su peso en ella, y el filo del machete calló el sonido molesto de la máquina.

Victoria sufrió daño cuando fue lanzada hacia un lado con fuerza. La criatura metálica se revolcaba en el suelo al tener la cuchilla en la cabeza, poco a poco sus movimientos dejaron de ser bruscos y violentos para dejar sonar un vapor caliente.

Se levantó despacio mientras sentía un dolor punzante en el brazo y a un costado del torso. Una gran sonrisa se dibujó en su rostro.

-- ¡Ja!, ¡Pedazo de máquina oxidada!, ¿¡Creíste que me ganarías!?, ¡Tu creador está mal de la cabeza si cree que me voy a dejar ganar por algo tan feo como tú! -- le gritaba mientras reía, cualquiera le tuviera miedo pues la sangre del penitente se esparcía en su camisa y shorts.

Un segundo sirvió para que recapacitara donde estaba. Corrió directo a la finca para abrir la puerta de forma apresurada buscando a quien quería.

-- ¡Chuck! -- lo llamó desesperada.

Sintió un pequeño cuerpo abrazar el suyo, se agachó un poco al ver qué no alcanzaba. Acariciaba sus risos aliviada.

-- Que bueno que estás bien, ¿No te pasó nada? -- solo negó con su cabeza aferrado a su pecho -- ¿Dónde está Sam? -- le preguntó -- ¿Chuck?, ¿¡Dónde está Sam!? -- dijo asustada al no verlo.

-- la última vez que lo vi estaba con Gally -- soltó con algunas lágrimas en sus mejillas

Con Gally. Lo más seguro era que estaba bien, confiaba en el chico para saber que su hijo estaba a salvo, pero aun asi no dejaba de serle preocupante.



















( . . . )




















-- ¡Oye Gally!, ¡Ábreme porfavor! -- llegó un chico gritando desesperado.

-- ¡Espera! -- le avisó para empezar a abrir la cerradura.

-- ¡Ah!, ¡Porfavor no! -- un penitente lo atrapó. Fue lo único que escucharon el pequeño grupo de chicos que se encontraba en la caja.

La respiración irregular del chico con cejas raras era lo que más se escuchaba, aunque hubiera querido, ya no podía hacer nada por el muchacho, que algún día considero amigo.

-- tío Gally -- lo llamó el niño con temor, ahora después de mucho, lo había llamado por su nombre -- ¿Dónde está mamá? -- le preguntó preocupado.

Él solo lo vió sin saber que decir, ni siquiera sabía dónde estaba ella, y eso le preocupaba de manera considerable.

-- No lo sé -- le habló -- pero está bien, ella es fuerte, y está con tu papá -- terminó, deberás le había costado decir lo último, pero tenía que ir aceptándolo aunque no quisiera.

-- bien -- le susurró -- ella está bien, ella está bien, ella está bien -- se repetía despacio mientras regresaba a la esquina de la caja, en donde se escondían.

Por otro lado, Gally sentía temor, temor de no poder proteger a Sam, aunque se escondían en la caja, ésta no era el lugar más seguro.
























( . . . )

























-- ... ¿¡ Y Thomas es el suicida!? -- le gritó Newt tomándola de los brazos -- ¡Tienes que ser más consiente de tu vida! --

-- oigan, pueden tener su pelea de pareja en otro lado -- se escuchó una voz.

-- ¡Cállate! -- le respondieron los dos al mismo tiempo.

-- ¡Querías que dejara que ese penitente destruyera la finca!, ¿¡Eso querías!? --

-- ¡Lo que quería es que estuvieras a salvo!, ¿¡Cómo podré protegerte si tú no me ayudas!? -- habló desesperado.

-- ¿¡Por qué me protegerias!? -- le gritó confundida.
Para ese momento eran el espectáculo principal en la finca, todos los veían atentos, esperando que Newt por fin dijera las cosas como son.

-- ¡Porque me importas!, ¡Sam también!, ¡Cuando te veo siento... -- una mano se posó en su boca, interrumpiendo sus palabras.

-- cállate -- le susurró en el oído la chica.

Estaba a punto de soltarse, pero un chillido lo interrumpió, el sonido de vapor caliente inundó la sala, mientras el aceite hirviendo se escuchaba.

Poco a poco la criatura rodeaba la finca de forma lenta. Hacía donde se movía, todos los chicos y chica se iban hacia el lado contrario, intentando hacer el menor ruido posible.

Tomó a Chuck del brazo alejándolo lentamente de la ventana que había. Por un segundo, el penitente se detuvo.
Una garra de metal entro de forma rápida por el techo de paja y palma. Se agachaban lo más que podían para evitar que lo tomarán.

-- ¡No! -- gritó un chico sintiendo las garras enterrarse en su cuerpo -- ¡Ah porfavor! --

-- ¡Lee! -- lo llamaron tratando de ayudarlo, pero ya se lo habían llevado.

Otro de sus amigos había muerto, ¿Cuántos más?.

Otra ves ese silencio inquietante, tenian sus corazones acelerados. Rogando a algún Dios existente que los ayudara. El sonido de vidrios romperse los alertó.

-- ¡Mamá! -- se escuchó una voz infantil y aterrada.

Sintió como si una parte de su vida se le fuera de las manos. Al ver a su hijo siendo jalado por una de las garras metálicas.

-- ¡Sostente! -- le pidió asustada ejerciendo la mayor fuerza posible.

-- ¡Si! -- todos trataban de ayudarlo para evitar que se lo llevaran.

-- ¡No te sueltes Chuck! -- le gritó ahora Thomas.

-- ¡Obvio no! -- le respondió.

Otra pequeña garra entro por la misma ventana, parecía no hacerle daño a nadie, hasta que saco una aguja de la punta de ella.
Eso los asustó aún más, luchando para que soltaran al niño antes de que lo picaran.

-- ¡Ah! -- se escuchó un grito conocido.
Era Alby, había tomado una cuchilla para acabar con ambas garras.

Con golpes furiosos logró terminar de destruir el metal, liberando al niño regordete que luchaba por no soltar más lágrimas, mientras era abrazado con fuerza por su madre.

Todos veían a su líder respirar agitado, y agradecieron tener a alguien como él de encargado.

-- ¿Se acabó? -- preguntaron al aire.

Una garra entró por el techo cayendo justo en la espalda del líder y tomándolo de forma brusca. Al salir, Alby logró sotenerse de una de las tablas de madera del techo.

-- ¡Alby! -- Victoria corrió junto con Newt y Thomas de forma rápida para tomar su mano.

-- sácalos de aquí -- más sin encambio, parecía que Alby solo quería hablar con ella -- por favor, salvalos -- habló sin aire al estar siendo apretado por el metal.

-- ¡Te nesecitamos Alby! -- le gritó haciendo más fuerza en su agarre.

-- me enamoré de un corazón que jamás latiria por mí -- fue lo último que dijo para sonreírle de forma nostálgica, recordando todo lo que vivieron antes del laberinto, con sus amigos, con ella. Pero él sabía, que su corazón siempre le pertenecería a el rubio, a su rubio mejor amigo que se ganó el corazón de la chica que ama, y estaba bien, él estaba bien, al saber que Newt jamás la lastimaría.

Alby murió, feliz y aliviado por haber confesado lo que sentía y que desde hace años había estado guardando.

Newt tenía razón hace tiempo, muchos larchos la querían, tuvo razón cuando por un breve momento pensó que él también estaba entre ese grupo.





















( . . . )




















-- ¡Gally! -- lo llamaron -- se estan yendo -- le avisaron para salir de la caja.

-- ¿Ya no estamos en peligro tío Gally? -- le preguntó asustado todavía.

-- quédate aquí, yo regreso por ti -- le habló -- sí alguien viene por ti y no soy yo, no te muevas de ahí hasta que yo regrese, ¿Bien? --

-- bien --

Salió de la caja de forma lenta viendo las llamas inundar el área.
Un último penitente se encontraba cerca de la finca, bueno, en realidad estaba encima de ella, pareció obtener lo que quería y después se echó a correr. Los penitentes por fin habían abandonado su hogar, dejando solo las cenizas de él.

Bajó para cargar a Sam en sus brazos y escalar la pequeña torre de cajas que actuaban como escalones para salir.

Caminaba de forma lenta intentando no lastimar al niño.
Niño que pronto dejó en el suelo delicadamente, al ver al novato salir de la finca junto con otros chicos.

-- no veas, Sam -- le advirtió mientras aceleraba el paso, dispuesto a cumplir lo que tenía pensado -- ¡Ey! -- llamó la atención de todos, pero él lo único que hizo fue darle un golpe de lleno a Thomas.

-- ¡Ey espera! --

-- ¡Tranquilo! -- entre varios muchachos lo sostenían, y Victoria estaba frente suyo intentando calmarlo.

-- ¡Ey Gally!, ¿¡Qué ganas con esto!?, ¡Tranquilizate!, ¡Solo te harás daño a ti!. Respira hondo y luego suelta -- con sus manos le indicaba como hacerlo, él la veía, y se controlaba con su sola presencia, pero cuando miraba para atrás, el novato con cara de idiota, como él le decía, lo veía exactamente como su apodo, con cara de idiota, lo cual lo enojaba más.

-- ¡Thomas! -- el grito del Chuck los detuvo, cuando voltearon hacia atrás, el novato estaba en el suelo agónico

-- ¡Que hiciste idiota! -- lo golpeó aún más la chica, enojada por sus actos.

Atrás de ella, Gally seguía luchando con los sobrevivientes para soltarse y terminar de matar a Thomas.





















( . . . )


























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-- ¡Stephen!, ¡Stephen! -- un niño rubio lo llamaba, a simple vista, muy nervioso. Intentaba contestarle, pero nada salía de su boca.
-- ¿Qué pasa Sam? -- otro niño castaño le contestó, se sintió tremendamente confundido al conocerlo, era él.

-- ¿Escuchaste lo que dije? -- le preguntó.

-- Ahh, claro, como olvidar lo que le dirías a Lizzy-- ¿Lizzy?.

-- Hestia -- No sabía de que hablaban, eran nombres que no había escuchado.

-- ¡Eso!, si claro -- soltó una risita nerviosa, mientras veía al pequeño rubio.

-- ¡Ach!, ¡le diré a Minho! -- se echó a correr seguido del otro niño.

-- ¡Espera!, ¡Sam!, ¡Necesito saber todo lo que le dirás!, ¿¡Qué tal si las palabras no son las correctas!? -- le gritó siendo demasiado dramático.

-- tu nivel de chismoso es realmente grande, Stephen --

-- ¡Oye! -- lo empujó con su mano para echarse a correr juntos de nuevo.

-- ¡Le diré cuanto me gusta! -- gritó al aire.

-- ¡Eso campeón! -- le siguió un pequeño asiático que se había metido en la conversación.

-- ¡Minho! --

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-- formense, porfavor señores -- les hablaba como si fueran adultos, cuando en realidad eran un montón de niños -- el día de hoy les daremos sus nuevos nombres, olviden los viejos, esos ya no importarán -- ¿Qué ya no importan? Eran los nombres que les habían puesto sus padres, los padres que ellos mataron.

-- ¿Qué significa eso hermano? -- le susurró Hestia a William.

-- no lo sé, solo no repliques nada --

-- los estaremos llamando, pasarán al frente para ir a sus habitaciones, después de eso, el nombre con el que los llamemos, será su nueva forma de identificarse, ¿Bien? -- hablaba una mujer mayor y rubia, su vestuario era completamente blanco, haciendo resaltar su piel clara.

-- bien -- comentó el otro hombre -- Taylor -- llamó, nadie se movía, hasta que un guardia empujó de una forma brusca a una niña -- Albert -- su amigo Alm fue empujado -- Hawking, Lee, Harriet -- habían pasado muchos niños, pero la mayoría de sus amigos no.
-- Sonya -- su amiga rubia más pequeña fue empujada, su hermano Sam intento golpear al guardia pero por obvias razones no lo logró -- Jeff, Benjamín, Teresa -- otros de sus amigos -- Galileo -- habló, tomaron a el niño del brazo de forma brusca, logró golpear al guardia pero no hacerle tanto daño, sin encambio le hizo el suficiente para que lo soltara y se pudiera ir tranquilo -- Creo que hay que lidiar con algunos, no importa, lo resolvemos -- tan solo faltaban tres niños -- Newton -- prosiguió viendo a el rubio que se mostraba algo asustado -- Thomas -- llamaron al último niño, quedando solo una niña en el centro del pasillo, aunque estaba asustada, lo disimulaba bien -- Victoria -- recitó su nombre de forma lenta y tortuosa, muy diferente a el de todos los demás.

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-- Thomas, tenemos que seguir -- lo escuchó como un susurro -- recuerda que C.R.U.E.L es bueno --

-- ¿Qué? -- pareciera que su habla había regresado.

-- cuando creaste el laberinto, lo hiciste con el propósito de salvar a la humanidad, encontraremos una cura --

-- pero... Yo los envié ahí... Envié a mis amigos a una muerte segura --

-- era necesario -- fue lo que escuc.

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-- ¡Hazlo Thomas! -- lo tenía de la camisa, jalando hacia arriba -- ¡Me mataran!, ¡No puedo dejar solo a Sam!, ¡A él le harán daño para lastimar a Newt cuando salga! --

-- ¡No puedo! --

-- ¡Tienes que hacerlo!, o de otra forma me encargaré de dejarte sin hijos, y si es que tienes me encargaré de que a ellos les duela la golpiza que te daré --

-- ¡No puedo hacerles eso!, ¡Newt me matara!, ¡Es por eso que lo enviaron a él al laberinto, para que no te hicieran nada!, ¡A los dos! -- le gritó refiriéndose a Sam.

-- si nos quedamos aquí, nos mataran. No puedo ir y escapar con Sam cuando el desierto está más que infestado de crancks, ¿No lo entiendes Thomas?, el laberinto es el lugar más seguro para ir --

-- bien -- dijo después de recapacitar -- yo me encargaré de que no se den cuenta hasta después de unas horas, pero porfavor, cuídate, lo más seguro es que cuando se enteren me envíen a mí -- el abrazo de ella no se lo esperaba.

-- gracias, Tommy -- le citó en el oído.

-- solo no te enamores de otro, ¿Bien? -- le advirtió -- Sí Newt me iba a matar por enviarlos al laberinto a Sam y a ti cuando me dijo claramente que no antes de irse. Me matará con más razón sí te enamoras de alguien más cuando no tengas tu memoria -- recibió un pequeño golpe en su hombro.

-- nunca haría eso -- le reclamó -- no necesito mi memoria para saber que amo a ese chico -- le sonrió. Haciendo que Thomas también lo hiciera al ver cómo hablaba de su amigo. Sin duda no se arrepentía de escogerlos a ellos como su pareja preferida.

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-- ¡Los mapas, Thomas!, ¡Los mapas! -- le gritó una voz. Se escuchaba distorsiona, borrosa.

-- ¿¡Qué!? -- interrogó a la nada.

-- ¡Usa tu cabeza!, ¡Los mapas!, ¡Usalos para salir!, ¡Sabes cómo hacerlo! --

-- ¿¡Cómo!? -- habló desesperado.

-- ¡Unelos!, ¡Y date un buen golpe en esa cabezota inútil que tienes ahora! -- le gritó como orden, desapareciendo el sonido y eco poco a poco.

Se sumergió en oscuridad, la desesperación y miedo crecía en su interior, el solo vacío le aterraba al no saber lo que tenía enfrente o en donde estaba, completamente oscuro he imposible de ver. Una pesadilla, una película de terror.

-- ¡Thomas! -- lo llamaron -- ¡Thomas!, ¡Thomas! -- esa voz... La conocía.

>> ¿Teresa? <<

-- ¡Ey imbécil! -- la otra voz femenina fue suficiente para despertarlo de golpe, asustado y con la respiración agitada.

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-- ¡Thomas! -- la voz de Teresa lo hizo voltear de forma rápida.

Inspeccionó el lugar en donde se encontraba, el hoyo. ¿Por qué?.

-- fue Gally -- replicó Newt, que se recargaba en la reja de la puerta, junto a él, estaban Chuck, Sam, Minho y Victoria -- él cree que son una amenaza y que todo fue su culpa -- le explicó.

-- te sacaremos de ahí, a los dos -- aclaró la corredora.

-- él tiene razón -- susurró poco audible para todos -- Gally tiene razón, todo es mi culpa, nuestra culpa -- habló viendo a Teresa.

-- ¿Qué quieres decir? --

-- trabajábamos para ellos, los que nos pusieron aquí lo hicieron para encontrar algo que buscan con desesperación... es una prueba... Yo hice el laberinto, cada sección, cada rincón, cada... Penitente -- entre más hablaba, Victoria cada vez tenía más ganas de golpearlo -- nos capturaron desde niños... nos hicieron pasar por pruebas para conocer nuestra destreza y como nos desenvolvemos... el laberinto es la primera prueba... Empezaron a mandarnos a partir de qué los primeros cumplieron todas sus pruebas --

-- ¿Todo es una prueba?, ¿Es un maldito juego? -- habló enojado Minho.

-- Victoria también trabajaba ahí -- informó sin segundas intenciones -- la obligaron a trabajar... Ella solo lo hacía por Sam, yo... Lo siento -- se lamentó.

-- Sí trabajábamos ahí, ¿Por qué nos enviaron aquí? -- habló Teresa confundida. Victoria sintió rabia por dentro al escucharla hablar de esa forma, era tan maldita y desvergonzada para hacer esa pregunta, ¿Que había de todos los que fueron enviados antes?, solo se preocupaba por ella y el por qué la enviaron aquí.

-- Lo siento -- se lamentó de nuevo Thomas. La corredora se enojaba más, pero no por lo que contaba Thomas, sino porque se disculpaba y no hacia nada al respecto.

-- deja de disculparte, novato -- le comentó brusca -- no sirve de nada que te lamentes y no hagas nada --

-- eso ya no importa -- intervino Newt -- lo que fuimos o éramos antes del laberinto ya no importa, interesa lo que somos o vamos a ser -- su mano, sin esconder nada, se deslizó a tomar la mano de la corredora para sostenerla de forma suave. Ella sintió su cara enrojecerse ante su tacto, y ante la mirada de los presentes. Sam y Chuck veían emocionados lo que pasaba -- por ahora tenemos que hablar de lo que haremos para salir de aquí --

-- ¿Cómo quieres salir?, ¿Volando? -- habló sarcástico Minho.

-- encontraron la salida, ¿No?, salgamos por ahí -- propuso Teresa.

-- No, es fácil hablar cuando no sabes nada a lo que te enfrentas -- contestó Victoria, con un tono raro en ella. Sintió un apretón en su mano que la calmó de cierta manera.

-- ¡Los mapas! -- Thomas que se había mantenido en silencio desde hace minutos, gritó asustando a algunos.

-- ¿Qué? --

-- ¡Los mapas!, ¡Con ellos saldremos! -- hablaba emocionado -- lo vi, lo vi en la visiones.

-- ¿Seguro que no oliste el fijador de Minho? -- habló confundida la corredora con un abismo de burla en su voz.

-- yo lo vi -- afirmó --

-- pero ahora los mapas no existen, tío Thomas -- le dijo confundido Sam.

-- yo puedo volver a hacerlos -- habló Minho -- pero tomará mucho tiempo, semanas --

-- No -- se escuchó la voz de Newt, causando que todos lo vieran confundidos -- los mapas están aquí, en el área -- informó. Dejando a más de uno con la boca abierta.

-- ¿Qué? --

-- Alby lo decidió -- murmuró triste -- guardar los mapas en un lugar seguro --

-- ¿¡Cuando lo decidió!?, ¿¡No se le ocurrió decirme a mí!? -- interrogó desesperado, Minho estaba enojado por eso.

-- lo hicimos después de que llegara Thomas -- confesó -- Alby creía que las cosa sería diferente a partir de entonces... Tenía razón -- dijo viendo a Thomas y Teresa.

-- ¿¡Quienes se creían para hacer eso!?, ¡Para usar de esa forma todo nuestro trabajo de años sin siquiera avisarme! -- lo tomó de la camisa.

-- ¡Minho!, ¡No cambiará nada!, Alby ya murió -- dijo con tristeza en su voz -- lo único que queda por hacer es traer los mapas, Thomas ya sabrá cómo usarlos --

>> Eso espero <<
Pensó.

-- traiganlos -- les ordenó.

Newt tomó carrera hacia un lugar en específico, detrás de él, Minho y Victoria trotaban tratando de no llamar la atención de los pocos habitantes que quedaban.

Atravesaron casi por completo el área, algo lentos por el cojeo en la pierna del rubio.

Vieron con deslices de tristeza los nombres tachados por Gally en el muro, justo el de Alby, tenía una línea en el centro, borrando toda la felicidad de los chicos. Ben... Zart... Clint... Alby. Esos y muchos más habían sido muertos por culpa de los penitentes.
Victoria sentía la sangre hirviendo al recordar que Thomas los creó, con el solo objetivo, de enviarlos al laberinto a hacer la vida de sus "amigos" más letal y corta.

Newt... Se agachó en las enredaderas que se encontraban al lado de los nombres, y comenzó a cavar, sus manos se manchaban de negro por el tipo de tierra. Victoria no decía nada y Minho veía impaciente hacia todo el claro esperando que nadie los viera.

-- ¿Ya o que? -- recibió un golpe el su brazo izquierdo -- ¡Deja de pegarme ridícula! -- le habló tratando de no hacerlo muy alto.

-- Minho... Sería más fácil si me ayudaras -- le pidió entrecortado por el cansancio.

Victoria movió sus manos dando a entender a Minho que pasara.

-- ¡Ach!, no se puede con ustedes, ya mejor casence y déjenme en paz -- exclamó, ya arrodillado y cavando. Dejando a un Newt y Victoria apenados.

Newt quería decirle a Victoria.

Victoria quería decirle a Newt.

Ninguno tenía el valor para hacerlo.

-- yo... Quiero decirte algo, más tarde... Sin Minho -- habló el rubio al recibir una parada de parte del asiático, insitandolo a hablar.

-- claro... Solo, hay que saber que haremos ahora, ya sabes, con eso de los mapas -- Minho resoplaba molesto al verlos tan avergonzados juntos, no se podían ni ver a la cara sin mostrar vergüenza.

-- ¿Ya terminaron? -- estaba recargado en uno de los baúles qué se encontraban en la sala de mapas, era el que utilizaron Alby y Newt para esconder los mapas -- ya decía yo que me faltaba un baúl -- reclamó.

-- cállate, Minho -- le ordenó Newt.

-- ¿Cómo lograron falsificar los mapas sin que Minho se diera cuenta? -- le preguntó la chica al rubio.

-- bueno... -- soltó el aire contenido, deseando que el asiático no lo golpeara en la cara -- ... Un montón de garabatos en hojas reutilizadas... Eso fue lo que se quemó en el fuego -- confesó, evitando mirar a Minho.

>> Hijo de tu gran... << Pensó el corredor.

-- no tengo madre a la que ofendas, Minho, o bueno, no que yo la recuerde -- continuó, defendiéndose al adivinar lo que pensaba.

Mientras, Victoria evitaba soltar la risa que contenía.
























( . . . )




















-- aquí están, Thomas -- el baúl se dejó caer enfrente de la reja, soltando tierra.

-- bien, sácalos -- ordenó -- damelos, ¿Están acomodados? -- el rubio asintió -- dame los primeros ocho, los primeros de cada sección -- Newt lo hizo y los demás se quedaron callados y atentos al verlo juntarlos entre ellos.

Thomas realmente no sabía por qué lo hacía, pero algo en su mente lo ordenaba de forma inconciente.

-- ¿Tienen donde anotar? -- prosiguió.

-- ¡Yo tengo este color! -- habló feliz Sam. Mostrando una crayola de color rojo que se le fue dado a su madre.

Entonces, Thomas puso a contraluz los mapas, los dibujos del laberinto se interpusieron entre ellos, dejando espacios libres en algunas partes, y una letra se formó.

"C"

Repitió el proceso, más veces, y más y más, letras diferentes se mostraban. Le deletrea cada que aparecía una de ellas, y Victoria anotaba de forma rápida.

"O"

"E"

"S"

Una última vez lo hizo.

-- es todo -- le informó Newt -- a partir de aquí, los mapas de repiten, las secciones vuelven a ser como el principio --

Y vieron las palabras que portaba la hoja de la corredora;

Correr

Capturar

Sangrar

Morir

Estirar

Oprimir

Un escalofrío recorrió sus espaldas.

-- creo... Qué tenemos que empezar a planear como salir de aquí -- sugirió Teresa.

-- tiene que ser rápido -- los apresuró Minho -- Gally planea desterrarlos mañana -- les avisó, asustando a los novatos.

-- ¿¡Cómo!? -- interrogó.

-- convenció a todos de que ustedes eran los culpables de todo lo que había pasado -- intervino Victoria -- no se equivocó, pero no es la forma correcta de encargarse de ustedes -- habló sin verlos.

-- tengo un plan -- habló en rubio -- sí dicen que encontraron una salida, esto es o puede ser la llave para salir de aquí -- señaló las palabras en la hoja -- tenemos que arriesgarnos, al contrario, que estas palabras no nos ayuden en nada, moriremos, pero prefiero eso a estar escondido toda la noche esperando que los penitentes se vayan -- alegó.

-- Sarten y Winston, ellos nos pueden ayudar, estoy seguro que también nos apoyan y van a ir con nosotros -- habló Minho -- sí les decimos que Victoria irá, ellos también lo harán -- terminó.

-- este es el plan... --























( . . . )





















Ella caminaba apurada hacia donde sabía que se encontrarían Sarten y Winston.

El plan estaba completo, ahora tenían que encargarse de que todo saliera bien.
Un jalón en su brazo izquierdo, provocó que le hiciera una llave de pelea a quien sea que fuera.

-- me rindo -- habló el rubio, que estaba de rodillas dándole la espalda, con su mano en ella.

-- ¡Newt!, ¡No llegues y me jales así como si nada! -- le reclamó.

-- tengo algo que decirte -- le dijo, después de que ella lo soltara -- te lo dije hace rato, ¿Lo recuerdas? --

-- si -- le contestó -- yo también tenía algo que decirte -- le recordó avergonzada.

-- Yo... No sé cómo decirlo... Es decir, quiero decirlo, pero no puedo, ¡No!, no, osea si quiero decirlo -- hablaba de forma apresurada, sin entender nada de lo que quiere decir -- esque se me traba la lengua, siempre tartamudeo y... --

-- ¡Newt! -- le soltó una cachetada, dejando al chico embobado -- respira, ahora habla despacio, y si vuelves a trabarte, me encargaré de darte otra cachetada, no te preocupes -- le sonrió.

-- yo... -- ahora mismo su corazón estaba acelerado, solo ella podía darle un golpe, y poner a danzar su corazón por eso. Masoquismo, tal vez -- Cuando llegué aquí, solo vi a Alby, me asuste demasiado y después tuve que esperar un mes entero para ver a otra persona... Fueron pasando los meses, y más personas fueron llegando, pero. Yo sentía algo diferente, sentía un vacío aquí -- señaló su corazón -- él me decía que me faltaba algo... O alguien -- soltó, para hacer que el corazón de la chica poco a poco se acelerara -- hice una cosa muy estúpida, yo solo quería morir, pero algo me volvió a levantar, mi cuerpo se negaba a dejar está vida, y no me quedó más que vivir con ese vacío. Y cuando ustedes, Sam y tú, llegaron aquí, ese vacío se llenó, lentamente, se fue sanando algo que no sabía que estaba roto, gracias a Sam, gracias a ti -- tomó su mano para llevarla a su pecho fornido, sonriendo emocionado -- ¡Me devolvieron las ganas de vivir!, ¡Gracias a ustedes mi corazón late feliz!, y yo... -- se detuvo abruptamente -- yo... Quiero pedirte... ¡Qué me dejes ser parte de tu vida!, no como un amigo, quiero ser algo más, quiero ser la persona que pelee a tu lado, que te ayude a levantarte si caes, quiero estar ahí, en cada cosa que hagas, en cada cosa que haga mi hijo --

-- Newt -- balbuceó sin saber que decir.

-- déjame terminar porfavor -- le pidió con un rostro suplicante -- de otra forma, la valentía que tengo ahora se esfumara como nada -- ella solo asintió -- se que una persona no puede amar a otra de un día para otro, tampoco que en solo un mes lo haga, pero esto que siento va más allá de lo que se, tal vez llevo sintiendo esto un año, o dos o todos, pero solo se que te amo, y mi corazón late como loco por ti, porfavor, quiero estar en cada momento de la vida de Sam, contigo a mi lado, yo quiero... No, yo... ¿Puedo estar a tu lado?, ¿Puedo ser esa persona con la que siempre cuentes y confíes sin temor a ser juzgada?, ¿Puedo ser el padre de Sam?, ¿Puedo ser como un padre para Chuck?... -- y después de esas preguntas, soltó la que haría estallar sus corazones -- ¿Puedo ser tu pareja? --

-- Newt -- estaba sin habla -- yo... --

-- quería decírtelo, antes de mañana, antes de que salgamos al laberinto sin saber si moriremos -- le dijo -- no quiero presionarte, y lo entiendo, solo ten en cuenta que te esperaré para la respuesta, siempre -- habló para caminar.

Lo vio caminar de forma lenta, como si su cuerpo, de forma inconciente, le estuviera diciendo que caminara así por si ella lo detenía.
-- ¡Newt!, ¡Espera! -- le gritó, y no se equivocó.

Volteó con una mueca confundida pero con un abismo de emoción es su corazón. Siendo atrapado en un par de brazos cálidos. Sintiéndose en el cielo.

-- También te amo, Newt -- le susurró en el oído, prendiendo los pequeños botones de "ganamos" en la cabeza de el rubio -- desde que hablaste, sin necesidad de verte, sabía que ya amaba esa voz desde antes, tu risa, tus ojos, tu cabello, tus labios, tu acento encantador -- soltó una risita al recordar lo tierno que se escuchaba cuando hablaba demasiado rápido -- no necesito mi memoria para saber que te amo -- le confesó.

Newt le devolvió el abrazo, atónito y aún emocionado. Victoria podía escuchar el latir del corazón de el rubio, fenetico.

-- entonces, ¿Sí puedo ser tu pareja? -- le preguntó escondiendo la emoción, tratando de calmarse.

-- claro, pero yo... ¿Yo puedo ser tu pareja?, ¿Puedo ser la afortunada que tenga tu amor? -- le interrogó nerviosa.

-- siempre -- le susurró con una mirada cariñosa, como si fuera lo más hermoso que pudiera ver en la vida -- ¿Puedo? -- preguntó tímido. Deslizando su mano por su mejilla. Ella asintió.

-- ¿Yo puedo? -- le preguntó ahora. Él dijo que si.

Y de esa forma, poco a poco, se acercaron, con el corazón latiendo desenfrenado, y el estómago sintiendo todas esas rosas que crecieron juntas hasta formar un prado colorido, con la música del amor de fondo.

Juntando sus labios de una forma suave y delicada, como porcelana fina que pudiera romperse en cualquier instante, formando un vaivén con sus labios, disfrutando cada segundo, temiendo arruinar el momento.

-- solo tú puedes curarme y destruirme al mismo tiempo, dejo mi vida en tus manos, así que porfavor, cuida de ella -- le dijo con ojos cariñosos y enamorados.

-- siempre lo hare, yo también te amo, Newt -- le respondió. -- pero eres un tonto, porque te enamoraste de una mujer con hijo -- se burló, esperando las palabras que quería recibir.

-- No... Soy un genio -- le dijo para abrazarla -- porque me enamoré de la madre de mi hijo -- le sonrió. Emocionado porque por fin podía decirlo sin temor a que ella se enojase.

Tan solo soltaron una última risa, ella lo tomo de las mejillas para darle otro beso más, y alejarse, alegando que iría con Sarten y Winston.

Él solo la vió irse, con el corazón saltando de alegría, y una sonrisa boba en el rostro. Como sus labios tocaban los suyos de forma delicada, esa escena le causaba un revuelco en el estómago, lo había logrado, había conseguido el corazón de la chica que le gustaba, no, de la chica que amaba. Sin saber que su alma y la de ella, ya se pertenecían desde muchos años atrás.

-- ¡Eso campeón! -- gritaron a sus espaldas haciendo que saltara en su lugar asustado.

-- ¿¡Minho!? --

-- se tardaron mucho, idiotas -- dejó caer su mano en el hombro del rubio -- pero bueno, hay gente retrasada -- se lamentó.

-- ¿Qué quieres? -- le preguntó fastidiado.

-- bueno, como sabrás, es mi hermana con la que te besaste recién -- le informó -- y yo, como buen hermano que soy, tengo que saber si eres apto para mi hermanita --

-- Minho, me conoces desde hace tres años, eso sin memoria, pero estoy seguro de que compartí mas tiempo junto a tu pequeño trasero, no puedes hacer eso --

-- puntos menos para Newt -- avisó a la nada -- ni modo rubio, puntos menos -- hizo cara lamentable.

-- cállate -- le dijo después de suspirar manteniendo su sonrisa. Nada le arruinaría en día.















( . . . )



















-- dejenlos ahí -- ordenó Gally -- es una lástima -- susurró.

Estaban en el presunto destierro de Thomas y Teresa.

La chica era tomada de ambas manos, y Thomas, seguía inconciente, ese quería hacer creer a los demás.

-- ¡Gally! -- lo llamaron, haciendo que todos vieran al chico, Winston -- no creo que esté bien --

-- tal vez, Thomas tiene razón, podría llevarnos a casa -- intervino Jeff.

-- estamos en casa -- le contestó Gally -- bien, no quiero seguir tachando nombres en esos muros -- los señaló.

-- ¡Y crees que desterrandonos es la solución! -- le gritó Teresa.

-- no, pero realmente no es un destierro... -- hizo una pequeña pausa -- ... Es una ofrenda --

-- ¿¡Qué!? -- interrogó desesperada -- ¿¡Gally que es lo que planeas!? --

-- ¿Encerioo crees que dejaré que Thomas vuelva al laberinto? -- continuó. -- es la única manera, cuando los penitentes obtengan lo que vinieron a buscar, todo se resolverá --

Newt vio a Minho y pasó su mano por la barbilla, haciendo el ademán de rascarse, el asiático asintió.
Chuck y Sam, caminaban despacio tratando de no llamar la atención, llevaban cargando un montón de cosas, entre ellas y la gran mayoría, armas.

-- ¿¡Estan escuchando lo que dice!? -- volvió a hablar Teresa -- eso no cambiará nada, ¡Los penitentes seguirán volviendo cada noche, hasta que ya no quede nadie! --

-- ¡Cállate! -- le gritó -- atenlo bien, ¿¡Qué no me escucharon!?, ¡Que lo aten bien! -- ordenó a los chicos que cuidaban a Thomas.

Cuando lo levantaron, Thomas golpeó a uno de ellos en donde más le duele y al otro lo tiró con la lanza que le quitó.
Mientras esto pasaba, Sarten cortaba la soga que sostenía a Teresa al poste con una cuchilla, Newt golpeaba a un chico con una lanza, Minho se encargaba de amenazan a Gally con su machete y Victoria tiraba a los tres chicos que estaban enfrente suyo.
Chuck y Sam corrieron hacia ellos de forma difícil por todo el peso que cargaban.

-- ¿Qué estan haciendo? -- les preguntó amenazante.

-- no nos quedaremos aquí para morir -- le respondió Thomas.

Minho camino con su grupo, para tomar una lanza que le fue ofrecida

-- morirán allá afuera --

-- no... Moriremos si nos quedamos, ya lo sabes, los penitentes volverán hasta matar a todos, no tiene que ser así, pueden venir con nosotros, encontramos la salida de este lugar, podemos salvarnos -- le alegó.

-- solo moriremos por tu culpa, Thomas -- le dijo -- nadie tiene que ir a ningún lado, aquí estaremos seguros, reconstruiremos el área, todo será como antes -- le habló a los chicos que estaban a sus espaldas.

-- ya nada es como antes -- habló Victoria.

-- no me hables -- por ese breve momento, la tristeza en la voz de Gally se escuchó.

-- ¡No tiene que ser así!, ¡Pueden venir con nosotros y salvarse!, ¡Saldremos con vida de aquí! -- se calló esperando a los que vinieran con ellos, confiaba en que había quienes si querían salir.

-- los siento, viejo -- le palmeó el hombro Jeff, quién poco después caminó al grupo donde estaban Thomas para tomar una lanza.

Uno y otro, otro más, y otro.

Gally miró de reojo sus espaldas, encontrando alrededor de seis muchachos.
Su odio hacia Thomas crecía más.

-- puede ser diferente, ven con nosotros Gally -- le ofreció Thomas, con la esperanza de que aceptara para irse todos juntos -- se que me odias, pero podemos trabajar juntos para salvar las personas que nos importan --

-- cuiden a Sam... Y a Chuck -- les dijo.

-- Gally, porfavor -- habló Victoria, en su interior, el dolor y desesperación porque el chico se fuera con ellos eran grandes, tenía miedo de que Gally muriera, él no era malo, solo tenía miedo al cambio, ese era su mayor defecto.

-- suerte con los penitentes -- respondió para dar vuelta, pero no se movió.

Los chicos comenzaban a irse, y entrar al laberinto, Thomas miró una vez más el área y corrió a alcanzarlos. Más sin encambio, Victoria se quedó quieta en su lugar, tratando de que su mirada fuera correspondida por la de Gally, sin embargo, eso no pasó. Comenzó a caminar para seguir a el grupo que ya había dado vuelta en el pasillo.

-- no te mueras -- escuchó el susurro del chico que fue llevado por el viento. Sin ser conscientes, una lágrima resbaló por sus mejillas, la de él, por la derecha y la de ella, por la izquierda. Dos almas gemelas, separadas de la manera más cruel.






















( . . . )



























-- ¡Vamos! --

Recorrían el laberinto a gran velocidad, enfrente iban Thomas y Minho, guiando a todos los demás chicos. Atrás, iban Newt y Victoria, cuidando que ninguno se retrasará o que estuvieran en peligro.

Sam y Chuck, se encontraban en el centro de todos.

>> Son los únicos niños, tenemos que cuidarlos, son inocentes ante esto << se repetía en su mente, aún con las piernas temblando de miedo por el tenebroso laberinto.

Pero en realidad, todos en ese pasillo de aquel laberinto, eran inocentes, niños inocentes que fueron obligados a crecer conforme su alrededor. Se les fue arrebatada su infancia, aquella inocencia de niño, en donde solo pensaban en donde estaban sus padres o cuando dulces comerían ese día.
Pudo haber sido diferente, pero la avaricia de los adultos hizo que se volvieran locas de poder, de maldad o simplemente, de una razón estúpida.

Prontamente, las placas mostraron su belleza, esa belleza aterradoramente hermosa. Siendo seguido del acantilado, y aquel atardecer que sin duda robaba alientos.

Los muchachos veían embobados la luz del sol, que se escondía poco a poco entre las nubes, esas nubes que parecían tan esponjosas.

-- vas, Minho -- lo palmeó Thomas.

-- para nada, adelante Thomas -- le cedió el paso, y aunque ya hubieran estado antes ahí, no dejaría de serles aterrador.

-- ¿Cómo crees?, tú eres el encargado, sabes más que yo, un simple novato -- los chicos del área veían aburridos y un poco burlones la discusión que tenían esos dos, ¿Así era ser corredor con ellos?.

-- son unos maricones -- les dijo Victoria, para lanzarse tomada de la liana.

Sin duda esa fue la cereza del pastel, ver cómo la corredora era más entusiasta y valiente que esos dos corredores. Qué estaban visiblemente avergonzados, mientras otros, estaban visiblemente más enamorados.

Cosa que hizo molestar un poco a Newt.

Pero solo un poco.

La liana se movió de un lado a otro, dando la señal para que uno por uno, bajaran.

-- ¿Qué es este lugar? -- preguntó un chico.

-- realmente no lo sabemos -- habló Minho -- pero veanlo como un mini laberinto -- bromeó para aliviar el ambiente.

-- cuando salgamos de aquí, lo veremos desde afuera -- les aseguró Thomas.

Siguieron caminando de forma sutil por los pasillos, era la qué creían, la fosa de los penitentes, ahora más que nunca debían ser cuidadosos.

-- ya casi llegamos, solo tenemos que girar en esta esquina -- les susurró Minho, quien iba atras de Victoria.

El asiático sintió una mano detenerlo y taparle la boca para que no hablara, haciendo que todo el grupo de chicos que los seguían se detuvieran.
Victoria movió su cabeza hacia el pasillo en el que darían la vuelta, diciendo con la mirada sería que portaba que mirara.

-- bien, hemos llegado tan lejos para que esto nos detenga -- susurró Thomas arrodillado, al ver también el pasillo -- allá hay un penitente -- confesó haciendo asustar a muchos de los presentes.

-- lo atacaremos entre todos, así será más fácil acabarlo. Chuck, Sam y Teresa irán hasta atrás, para después adelantarse y poner la clave -- ordenó Victoria.

-- tú no irás con nosotros -- le susurró Newt -- es muy peligroso -- ella lo veía ovbia, y él al entender no dijo nada más, ella tenía razón, se había enfrentado a más penitentes porque era corredora.

-- saldremos de aquí, veremos ese mundo del que nos fueron privados -- les aseguró Minho.

Victoria, se arrodilló junto a Sam y Chuck, y besó sus frentes con todo el amor que pudo dar. Para después tomar bruscamente del cuello a Newt y estampar sus labios en un beso rápido pero profundo. Dejando al chico viendo mariposas por unos segundos.

-- bien, ¡Vamos! -- gritó Thomas, para correr al pasillo junto con todos los demás viendo como el penitente iba hacia ellos.

Lo atacaron con fuerza, logrando hacerlo hacia atrás. Chuck, Sam y Teresa corrieron esquivando las garras del penitente que trataba de defenderse, una de esas garras sacudió a Chuck y luego lo hizo caer, de su mochila, el cilindro giró por el suelo, haciendo que el regordete lo siguiera por la orilla.
Lo atrapó pero estuvo a punto de caer, y Teresa logró tomarlo antes de que eso pasara.

-- eso estuvo cerca -- suspiró aliviado el niño que aún colgaba de la orilla del pasillo, pero al ver hacia abajo, vió como una de la criaturas metálicas subía lentamente, atrás de ella, otra subía -- ¡Súbeme, súbeme! -- le ordenó a la chica de cabello negro.

-- ¡Ah! -- los muchachos voltearon por el grito femenino, encontrando a Chuck tu Teresa, corriendo de un penitente que subía, rápido corrieron hacia ellos y atacaron a la criatura.

-- ¡Teresa! -- la llamó Victoria -- ¡La clave!, ¡Rápido! -- le pidió agitada.

Sacó el papel que contenía las palabras que obtuvieron al unir los mapas.

La fila de puntos rojos se encendió y examinó a los dos niños y a la chica.
Una pequeña pantalla del mismo color se mostró enfrente de ellos, formaba un anillos circular grande y anillos más chicos dentro de él. Varios números viajaban a la par de ellos, como un sistema solar.

-- ¿Qué?... -- susurró Teresa para ella misma -- ... Las secciones... -- tardó unos segundos en analizar, y después gritó a los dos corredores que llevaban más tiempo -- ¡Las secciones!, ¡Minho, Victoria!, ¡El orden de las secciones! --

-- ¿Qué? -- respondieron a la par.

-- ¡El orden! -- le gritó Thomas.

-- Ahh, ¡7! -- le gritó Minho.

-- ¡1! -- le siguió Victoria, ya que el asiático resbaló -- ¡5!, ¡2!, ¡6!, ¡Thomas! -- le gritó asustada al haber subido otro penitente, casi lastimandolo.

-- ¡4!, ¡8!, ¡3! -- completó Minho.

Teresa pulsó los números en el orden, poniendo la pantalla en verde, creyendo que ya había terminado.

-- ¡Listo! -- les avisó. Poco a poco fueron retrocediendo entrando en la estructura cilindrica.

-- ¿¡Y la salida!? -- interrogaron desesperados.

-- ¡Se supone que ya estaba abierta! -- la pantalla volvió a ser roja, asustandola -- ¿Ahora Qué? -- se formó un teclado -- esto... ¡Las palabras! --

Observó el papel en su mano y comenzó a teclear, letra tras letra.

Los demás comenzaron a correr cuando los penitentes fueron más.
Lograron capturar a un chico, que gritó desesperado por ayuda. Sin embargo, nada podían hacer.

Empezaron a sangrar sus manos, debido a la fuerza con la que sostenían las lanzas. Y más chicos tuvieron que morir intentando encontrar una salida de aquella prisión en la que vivieron.
Un chico más fue capturado, mientras las garras hacían estirar su cuerpo.

-- ¡Hawk! -- le gritaron, lamentando su muerte.

Los acorralaban de a poco, cuando voltearon atrás, los niños y Teresa, estaban a pocos metros.
-- ¡Teresa!, ¿¡Ya!? --

-- ¡No se puede!, ¡No acepta la última palabra! -- informó en una mezcla desesperada, asustada y angustiada.

-- ¿¡Cómo!? --

Por más que intentaba, la última palabra era rechazada.

-- ¡Aquí hay un botón! -- contaron los niños, que hasta el momento se habían mantenido en silencio, queriendo no distraer o molestar a los demás.

Oprimir. Eso fue lo que hicieron, los tres al mismo tiempo.

En el techo aparecieron placas, cerrando lentamente hacia abajo.

-- ¡Minho!, ¡Victoria! -- les avisaron. Los corredores se encontraban lidiando con dos penitentes, mientras el asiático tenía la criatura encima, la chica se encargaba de enterrar la lanza en la cabeza de la máquina con la que estaba peleando.

Jeff se armó de valor y enterró su lanza en la cabeza del penitente, de la misma forma que Victoria, quedando a pocos centímetros del rostro de Minho. Pero, el movimiento brusco de la criatura, lo lanzó hacia atrás, cayendo en las garras de los otros penitentes, desgarrando su cuerpo al instante.

-- ¡Chicos! -- les insistieron.

Victoria tomó a Minho que aún estaba en el suelo, atónito por ver qué le pasó a su amigo, y lo arrastró hasta estar con todo el grupo, los penitentes se amontonaban en el pequeño espacio, se acercaban cada vez más a ellos. Tan solo faltaba poco para que se cerraran las placas.

Un penitente estuvo a nada de lastimar a Victoria, pero Thomas lo atacó con una lanza, justo antes de que las placas cerraran.

Todo era oscuro en ese momento, solo se escuchaban sus respiraciones agitadas.

-- ¿Mami? -- se escuchó la voz de Sam.

-- aquí estoy -- palmeando, encontró su pequeño cuerpo, al lado del de Chuck, los abrazó a ambos.

Una fina línea se vió frente suyo, los ojos les calaron por la luz. Era un pasillo, luces parpadeaban y caían chispas de algún cable que hacía corto circuito, tenía ambos lados libres, al final decidieron por uno, sin un motivo aparente, continuaron caminando, ignorando algunas manchas de sangre que estaban en las paredes.

Llegaron a una puerta, justo en la parte de arriba en centro, se escontraba un pequeño letrero, salida.

-- ¿Encerio? -- habló atónito Sarten.

La puerta ni siquiera tenía algún tipo de seguro.

Al entrar, Victoria tapó rápidamente los ojos de Chuck y Sam. Había cuerpos.

Caminaban entre ellos de forma asustada pero en silencio.

Otra puerta más. Está vez, se abrió de forma automática, era una habitación, lo que parecía un laboratorio, aún así, los cuerpos estaban más que presentes.

-- soy la Doctora Ava Paige, soy directora de operaciones del departamento de Catástrofe y Ruina Universal -- se escuchó una voz, Minho había presionado un botón -- si están escuchando esto, es porque la prueba dió resultado y fue completada con éxito. Quisiera estar ahí en persona para felicitarlos, pero las circunstancias parecen impedirlo -- detrás de ella, los médicos que iban de allá para acá, parecían desesperados por el sonido de una alarma -- Imagino que todos ahora deben de estar confundidos, enojados, asustados. Solo quiero asegurarles que todo lo que les pasó, todo los que les hicimos, fue por una razón -- la imagen de la mujer fue remplazada por escenas de violencia, fuego, muertes -- no deben recordarlo, pero el sol quemó nuestro planeta, miles de billones de vidas se perdieron por el fuego, el hambre, el sufrimiento a nivel global. Lo que vimos fue inimaginables. Lo que vino después, fue peor, se le llamó, la llamarada -- imágenes de un hombre con las venas explotando, la piel pálida, los ojos inyectados en sangre... La transformación(?) -- un virus letal que ataca el cuerpo humano, incurable... O eso pensamos, con el tiempo surgió una nueva generación que era inmune al virus, entonces hubo razón para pensar en una cura -- Chuck vió a Victoria al sentir una presión en su mano -- pero encontrarla no iba a ser fácil, teníamos que experimentar con los jóvenes, incluso sacrificarlos en entornos hostiles, observar su actividad cerebral. Todo por el intento de comprender por qué eran diferentes, por qué son diferentes. Tal vez no lo sepan, pero ustedes son muy importantes, por desgracia apenas inician sus pruebas como pronto van a descubrirlo, no todos aprueban nuestros métodos, la gente tiene miedo -- tras suyo, hombres armados disparaban a los doctores que estaban en ese laboratorio -- tal vez estén para nosotros, pero no para ustedes, mi tiempo ya ha expirado en este mundo -- una pequeña arma fue portada en su mano, apuntada directo a su cabeza -- no pierdan la esperanza, nunca lo olviden... -- Victoria tapó los ojos de sus dos pequeños, viendo fijamente la pantalla -- .... --

-- C.R.U.E.L es bueno -- susurró las mismas palabras que dijo la mujer antes de dispararse.

Las grabación terminó con una grave estática. Una puerta se abrió automática.

-- ¿Es todo? -- preguntó Sarten.

-- creo que si -- habló emocionado, Winston.

-- dijo que éramos importantes --

-- ¿Qué haremos ahora? --

-- no lo sé... pero vamos, salgamos de aquí -- siguió Thomas.

Después de la primera. De frente veían las dos puertas corredizas que está vez no querían abrirse de forma automática

-- no -- se escuchó una voz -- no vamos a salir --

-- Gally --

-- cuidado -- susurró Teresa -- lo picaron --

-- no saldremos -- respondió con ojos llorosos.

-- escucha, seremos libres --

Él río sarcástico, queriendo soltar el llanto de sus ojos -- ¿Crees que afuera seremos libres?, no seas ingenuo --

-- Gally, baja el arma -- el muchacho había recogido una cualquiera del suelo. Ahora mismo, le apuntaba a Thomas.

Minho, que tenía una lanza, la acomodaba en su mano.
Y Victoria tomaba fuerte la mano de sus hijos, tratando de hacerlos lo más atrás posibles.

-- Ey -- llamó la atención del chico -- cálmate Gally, cuando salgamos me encargaré de mostrarte las maravillas del mundo, ¿Si?, no todo está perdido, sobreviviremos juntos -- el cejudo parecía tranquilizarse, amaba mucho a esa chica como para lastimarla, o a alguien que ella quisiera, pero las imágenes retumbaban de nuevo en su mente, cegando ese amor por instantes.

-- no puedo -- le susurró -- lo siento. Los siento tanto -- las lágrimas salieron sin control de sus ojos cuando la vió ahí, ya no era la pequeña niña que quería proteger, ya era toda una mujer que sabía defenderse sola. Sin embargo, nunca dejaría de protegerla-- lo siento tanto, hermanita, te amo como a nadie, de haber recuperado mis recuerdos antes, hubiera pasado más tiempo contigo y con Sam, perdoname por no ser un buen hermano mayor -- se giró de nuevo a Thomas, cambiando su rostro a uno de completa irá y enojo, apunto de explotar en cólera -- pero ellos nos encontrarán, nunca seremos libres, todo por tu culpa --

Todo pasó en un segundo. Minho hirió a Gally con la lanza, dando justo -o muy cerca- de su corazón.
El disparo que soltó el arma, iba directo hacia Thomas, el pequeño regordete hizo el afán de protegerlo con su cuerpo, interponerse entre la bala y el cuerpo del novato. Pero, un jalón lo quito de en medio para protegerlo con un cuerpo, la bala fue a dar justo en el hombro de la corredora. Tirándola al suelo adolorida.

-- ¡Victoria! -- se arrodillaron con ella.

-- ¡Ah! -- se retorcía en el suelo -- ¡Revisa si hay una herida en la parte de atrás! -- le exigió a quien la escuchara.

-- ¡Te atravesó de lado a lado! -- le dió un muy doloroso sape a Minho.

-- eso es bueno, significa que la bala salió -- habló un chico sobreviviente, hizo el intento de levantarse, y tras revisar que Chuck estuviera bien, trató de caminar de forma rápida, con Gally.

Se arrodilló, a su lado, viendo la lanza atravesar su pecho, sangrando en el proceso, los ojos llorosos y sangrientos era lo que recibía cuando intentaba que la mirara.

-- Ey, Gally, porfavor, no me dejes -- le susurró despacio, ahora entendía porque su corazón quería, no, amaba a Gally, ahora entendía porque el cariño que sentía hacia él, no era normal, pero tampoco de esa forma que siente con Newt -- si te vas, ¿De quién me voy a burlar?, ¿A quien más llamaré Capitán Gally?, porfavor, te lo ruego, porfavor hermano -- detrás de todo el grupo, la puerta se abrió, y entraron hombres armados, justo como en la grabación de esa doctora -- ¡No!, ¡Espera! -- la habían tomado de ambos brazos y arrastrado a la salida -- ¡Alto!, ¡Hermano!, ¡Sueltenme maldita sea! -- logró golpear a uno de los hombres, pero de inmediato, otros más la tomaron.

-- tranquila, ahora estarán a salvo -- le aseguró un hombre, podía ver sus ojos a través de el visor de su casco.

La luz intensa hizo que cerrara los ojos, intentó abrirlos y encontró arena, mucha arena, el desierto. Volaba de aquí para allá, entraba en los ojos de los chicos lastimandolos. Subieron a un helicóptero de forma apurada, los hombres disparaban de vez en cuando, le disparaban a personas, ellas corrían desde las dunas intentando atacarlos.

-- calmados -- habló otro hombre -- de aquí en adelante, estarán seguros --

El helicóptero subió la velocidad de las hélices elevandose en el cielo, poco a poco superando los muros del laberinto, ese laberinto en el que sufrieron tantas cosas.

Ahí estaba, en su máximo esplendor, cada una de las secciones, cada uno de los pasillos, todo podía ser observado por los chicos que antes habitaron ahí.
Quince chicos que estaban, de cuarenta.

Al final, Thomas cumplió su promesa, verían el laberinto, pero la promesa solo era para unos cuantos.

Victoria estaba en la orilla, con uno de sus brazos abrazando a sus dos hijos, tenía el nerviosismo, la necesidad de saber que estaban a su lado a salvo. Newt la veía, el como su mirada adolorida y oscurecida observaba en laberinto, ese en el que perdió tantas cosas, en tan poco tiempo.
Pudo ver cómo una gran lágrima silenciosa caía por su mejilla, la única que soltó, mientras las otras se quedaban retenidas en sus ojos.

Recordó las palabras que Gally le dijo a su chica.
>> Los siento tanto, hermanita <<
Habia sido un idiota al tener celos del chico, un chico que solo quería proteger a la última familia que quedaba.




























( . . . )




















La primera fase terminó, los resultados fueron más que gratificantes, Thomas y los demás tendrán que enfrentarse a más cosas en el futuro, esperemos que los resultados suban aún más nuestras espectativas. El sujeto A6; Victoria, adoptó a Chuck como su hijo, tenemos que tener cuidado con ella, sus resultados individuales en resistencia, valentía y fuerza sobrepasaron por mucho a los demás, incluso a Thomas, mantiene los anticuerpos más fuertes que hemos visto, y se encargó de acabar con varios de los penitentes que colocamos en el laberinto. Por algo la nombramos como “La fuerte”, ahora tenemos que encargarnos de que esa fuerza no nos supere. Hasta entonces, estaremos en contacto, para la segunda fase.

8:30 P.M
Lugar; desconocido.
Mensaje de voz; Doctora Ava Peich

C.R.U.E.L

































Capitulo dedicado;

A todas esas lectoras que toman su tiempo para leer, incluso las llamadas lectoras fantasmas.

Gracias por su apoyo 🤗♥️





















Aaaa!! Por fin terminó la primera parte de esta historia!!
Estoy tan feliz 😭

Terminó la primera parte basada en el libro/ película.
Más las siguentes, serán basadas en las películas.

Pronto se subirá la segunda parte, aquí mismo, ya que no soy muy fan de hacer la otra parte de forma separada/ otra historia.

Quiero agradecerles por darse el tiempo de leer ésto, ahora mismo la historia ya supero las 2K, todo gracias a ustedes.

Para la próxima parte trataré de mejorar mi redacción porque siento que aveces me falla, al igual que la ortografía, nada que no se pueda solucionar.

¿Qué opinan del final? 🤔

Muchas gracias, adiós!! 💋

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