Capitulo 12

-- Nuevito -- dijo Minho -- si crees que fuiste valiente al venir aquí, vas a tener que escucharme. Eres el garlopo más miertero que conozco. Ya estás muerto, igual que nosotros --.

Thomas sintió que la cara se le encendía. Había esperado aunque sea un poco de gratitud.

-- no podía quedarme ahí parado y abandonarlos a ustedes aquí --.

-- ¿Y de que nos sirves aquí? -- prosiguió Minho con una mueca de irritación -- Como quieras, güey, rompe la primera regla. Matate, no me importa --

-- De nada. Solo trataba de ayudar -- susurró. Tenía ganas de darle un golpe en la cara.

Minho dibujó una sonrisa forzada y luego se arrodilló junto a Alby. Victoria estaba boca arriba, con una mano en su rostro mientras trataba de controlar su respiración agitada.
Trataba de ignorar los hechos pasado, tratando de ignorar como el novato entro al laberinto sin tener idea de lo peligroso que era.

-- ¿Qué le pasó? -- preguntó Thomas haciendo a un lado su enojo.

-- no quiero hablar de eso -- dijo Minho mientras tomaba el pulso del moreno y se agachaba a escuchar su corazón -- Digamos que los penitentes saben muy bien hacerse los muertitos -- completo tomándolo por sorpresa.

-- ¿Quieres decir que lo picaron? --

-- eres desesperante, novato -- está vez habló la chica. Sintiéndose bien al decirle a alguien "novato", ya se había cansado de decirles su nombre a los demás que insistían con llamarla novata. Aún así evitaría decirlo mucho ya que sabía lo fastidioso que era.

-- ¿Se va a morir? -- se obligó a decir, sabiendo lo superficial que sonaba.

-- Lo más probable. Dado que no logramos volver antes del atardecer. Podría morir en una hora. Yo no sé cuanto pueda resistir una persona sin el suero. Claro que nosotros también estamos muertos, de modo que no te pongas a llorar por él. Eso mismo, bien muertos en poco tiempo --
Lo dijo tan naturalmente que a Thomas le costó asimilar el resultado de eso.

-- ¿Enserio nos vamos a morir? -- era incapaz de procesarlo -- ¿Me estás diciendo que no hay una posibilidad de salvarnos? --

-- Ninguna -- se obligó a decir la chica, intentando mantener algo de esperanza en su cuerpo, esperanza que ya no tenía, creía que morirían ahí, creía que había fallado.

-- Tiene que haber algo que podamos hacer, ¿Cuántos penitentes vendrán a atacarnos? -- preguntó harto.

Los dos corredores acharon un vistazo al pasillo que llevaba al interior del laberinto, como esperando que las criaturas llegarán atraídas por la mención de su nombre.

-- No lo se -- respondió Victoria.

-- Tampoco es como que lo sepamos -- hablo Minho -- si por mí fuera les diría: Quédense tranquilos y se me relajan, no vengan a comernos porque se que soy muy sensual para ustedes. Comanse al novato, se ve que se quiere morir pronto -- terminó con una mueca fastidiada.

-- ¿Alguien se quedó dentro de los muros de noche y logró sobrevivir? -- preguntó tratando de controlar su enojo.

-- Nadie --

Frunció el ceño, deseando encontrar un rato de esperanza.

-- ¿Cuántos han muerto ya? --

Minho miró hacia abajo, estaba agachado con el antebrazo en la rodilla, completamente exhausto y aturdido.

-- ¿No viste el cementerio cuando te atacó Ben? --

-- Si --
Entonces así fue como murieron. Pensó.

-- Esos fueron los que encontramos, hay otros cuyos cuerpos no se encontraron -- agregó señalando distraídamente al área -- Ese maldito cementerio está ahí por una razón. Nada arruina tu día como estar recordando a tus amigos muertos --

Se levantó y tomó los brazos de Alby, después señaló hacia sus pies.

-- sujeta esas cosas apestosas y ayudame a arrastrarlo a las puertas, démosle un cuerpo que puedan encontrar en la mañana --

Thomas no podía creer que hiciera un comentario tan morboso.

-- ¡¿Como puede ser que esto este ocurriendo de verdad?! -- gritó hacia las paredes, dando vueltas en círculos. Creía que se volvería loco.

-- No hagas ruido -- interrumpió el asiático -- despiertas a mi hermana -- respondió ante su cara confundida. La chica había caído sumergida en sus pensamientos, viviendo en un mundo que solo le pertenecía a ella.

-- nos vamos a morir. No te preocupa -- le respondió con los ojos algo llorosos.

-- Hombre deja de llorar. Lo hubieras pensado mejor antes de entrar y romper las reglas. Ya no te puedes arrepentir. Vamos levanta las piernas --.

Con una mueca de dolor ante su retorcido estómago las tomó. Mientras el asiático se acercaba a su hermana.

-- Ey, Ey -- le susurró en el oído, mientras la movía un poco -- Vamos, levántate Vic --.

La ayudo a levantarse mientras regresaba a levantar las piernas del moreno. Más despierta que nunca, la chica los dirigió tratando de encontrás el pasillo más seguro.
Con cuidado de no escontrar a otra de esas cosas metálicas que le causaban pesadillas y malos recuerdos.













( . . . )















-- Vamos, déjalo aquí -- Minho lo apoyó en un muro dejándolo semisentado. El pecho de Alby subía y bajaba con una respiración ahogada, pero su piel estaba empapada de sudor. Parecía que no resistiría mucho tiempo.

-- ¿Dónde lo picaron? -- les preguntó -- ¿Puedo verlo? --

-- No. No puedes verlo, puede tener marcas por todo el cuerpo que no sería distinguible ver en donde lo picaron exactamente -- contestó con impaciencia cruzándose de brazos y recostandose en la pared.

-- ¿Por qué no los pico a ustedes? -- vaya ánimos que nos das por estar vivos novato.

-- No lo se. Tal vez si lo hizo y nos dará un colapso a ambos --

-- Ellos... -- continuó pero no supo cómo seguir. No sabía si Minho hablaba en serio.

-- no hubo un ellos, solo el que pensamos que estaba muerto. Se puso como loco, pico a Alby y después desapareció -- explicó para después ver hacía los pocos pasillos que se lograban ver a través de la oscuridad casi completa -- pero estoy seguro que ese y más van a venir a matarnos con sus agujas --.

-- ¿Agujas? -- se cuestionó, el tema le parecía cada vez más inquietante.

-- si, agujas -- afirmó y ya no mencionó nada más. Su rostro mostraba que ya no lo haría.

Thomas levantó su mirada hacía los enormes muros de enredaderas. La desesperación había causado en él la necesidad de hallar una solución a los problemas.

-- las lianas, ¿Por qué no trepamos por ellas? -- Minho y Victoria se vieron para después soltar un suspiro fastidiado.

-- Te juro nuevito, que nos debes conciderar un puñado de inútiles. ¿Crees que después de todos estos años no lo hemos intentado ya? --
Por primera vez sintió su furia por encimas de su miedo.

-- solo trato de ayudar, güey. ¿Por qué no dejas de rechazar todo lo que digo y me hablas --
En un salto enojado, tomó su camisa con fuerza.

-- ¡Esque no lo entiendes, garlopo!. Tus intentos por tratar de aligerar el ambiente y mantener la esperanza solo lo empeoran. Estamos muertos, ¡Muertos!, ¿Me oyes? --

-- ¡Minho, cálmate! -- la chica se levantó tratando de detenerlo.

No sabía que era más fuerte en ese momento, si la rabia que sentía o su lastimas al escucharlo. Se estaba rindiendo muy fácil.

Minho observó sus manos aferradas a la camiseta de Thomas y la vergüenza lo invadió. Lo soltó lentamente y se volvió a tirar al muro, mientras tomaba las manos de Victoria que se había arrodillado a su lado.

-- Ay hermano -- susurró mientras apretaba aún más fuerte las manos de su hermana -- Nunca tuve tanto miedo en mi vida --

Abrió la boca para hablar. Pero un sonido lo interrumpió.
Minho alzó la cabeza hacia los oscuros muros mientras una mueca de terror lo abordaba.

-- ¡Tenemos que irnos! -- se levantó apurado y tomó a Victoria de los brazos para jalarla -- ¡Están algo lejos!, ¡Aún podemos huir! --

Al ver qué Thomas no se movía, quiso volver con él para ayudarlo. Pero otro jalón la interrumpió.

-- ¡Vamos! -- volteó a ver a la chica y pudo ver su rostro enojado -- ¿Que? --

-- ¡No podemos dejar al novato solo! -- le gritó mientras se soltaba -- ¡Además, Alby está ahí, no dejaré a ninguno! --

Corrió a ayudarlo mientras que buscaba una idea para huir sin hacer mucho ruido.
Fijó su vista hacia arriba y encontró la idea perfecta.

-- novato, ey -- tocaba su hombro mientras trataba de encontrar un liana suficientemente fuerte -- novato -- seguía ignorandola viendo aterrado un pasillo. Esperando no ver nada que pudiera alterarlo más -- ¡Thomas! -- lo jaló del hombro fuertemente y pareciera que por fin reaccionó -- ayudame, sujeta a Alby con estas lianas, pásala por debajo de sus axilas y aprietas, ¿Bien? -- asintió aún algo aturdido por el miedo.

Mientras Minho se lamentaba la existencia con las manos en su cabello.

-- ¡Minho!, ¡Ayudanos! -- le gritó buscando hacer las cosas más fáciles -- ¡Minho! -- el chico volteó rápido ante su tono -- ¡Ahora! -- le ordenó desafiante con un deje de horror.

Lentamente subía y subía el cuerpo de Alby, perdiéndose entre las enredaderas. Dejaban caer su peso para que el de Alby se elevara.
Hubo un momento en el que Minho miró por el pasillo de la vuelta. Un sonido como el de garras rosando el piso. Sintió horror y el como su corazón pedía y exigía a gritos una sola palabra: correr.

-- ¡Victoria, Victoria vámonos! -- le susurró en intento de que no lo escuchara alguien más que ellos. Volteó asustado al escuchar otro sonido -- ¡Vámonos! -- gritó ahora un poco más alto. Girando su rostro sudoroso y horrorecido hacia el muro que abría paso a una extraña criatura.

Se separó asustados y jaló a Victoria corriendo para el lado contrario. Haciendo que el novato se levantara por el peso del otro chico moreno.

-- ¡Espera Minho, detente! -- intentaba soltarse para regresar pero unos pasos lentos la hicieron agacharse a buscar un escondite.
Encontró uno estre todas las enredaderas y el asiático al ver esto solo se soltó a correr.

Esperó solo unos segundos y terminó por ver la primera y después la segunda y tercera... Quinta... Octava. ¿Cuantas patas tenía esa cosa?. No quería saber.
Lentos y tortuosos. Así podría describir esos minutos que tardó en desaparecer ese cuerpo metálico que chorreaba aceite caliente.

Minutos de silencio en el que trataba de ocultar su agitada respiración.
Salió con cuidado de no hacer ruido. Y volvía lentamente a dónde el novato.

Lo vio salir de un escondite similar al suyo y lo ayudo a subir y atar a Alby. Tratando de contener la sonrisa por la cara asustada al no haberla visto cuando salió a ver si el penitente se había ido.

-- Atalo, con fuerza -- dijo en un susurro mientras hacia un nudo resistente.

Repitiendo su acción, Thomas se separó para ver su intervenida idea, resistía el cuerpo de Alby, estaba bien.

Escucharon otro ruido. Cómo de una rama romperse y metal clavándose en el piso.
Tomó la mano de Thomas y lo jaló hacia el pasillo de la vuelta. Se mantuvo con la espalda en el muro y a Thomas lo tenía frente suyo dándole la espalda, con la mano derecha suya en la boca para que no hiciera ruido y su otra mano sosteniendo su brazo izquierdo.

Se asomó poco para ver si se había ido. Pero lo que vio fue como lentamente caminaba por el final del pasillo, su respiración se cortó y apretó sus manos.
Después de segundos pudo respirar tranquila pues el animal metálico se había ido.

Sintió unos ligeros golpes en su mano y reaccionó a la situación. Thomas respiraba agitadamente tratando de que el mayor aire posible entrara a sus pulmones. Su asfixia gracias a la corredora que apretó sus manos al momento de ver al penitente.

-- oye novato, ¿Ya estás mejor? -- le preguntó algo alarmada por lo que había echo anteriormente.

Thomas solo asintió intentando calmar los nervios y miedos que sintió. Trataba de sobrevivir a un penitente y a el laberinto por una noche, pero termina muriendo por la única corredora que hay en el área.
¡Que vergüenza!.
De esa forma mucho menos van a respetarlo y lo seguirán llamando nuevito o Shank.
Y no es que pensara que era débil. De echo, creía que la chica era la más fuerte que recordaba, que era más fuerte que muchos en el área. Creía que era más fuerte que él.

-- estoy... Estoy bien, vamos --

-- es mejor ir a otro lado -- caminó despacio detrás del novato que iba hacia donde estaba Alby. Intentando ver si tenían alguna posibilidad -- Thomas, Ey, vámonos, esa cosa puede regresar -- haciendo caso omiso a sus advertencias. Thomas continuó analizando el pasillo.

Hubo un momento en el que se detuvo. Pareció haber escuchado un pequeño sonido. Cuando miró a sus pies observó algo que corría con velocidad, era minúsculo, y podía jurar que vió letras marcadas en su cuerpecillo de metal, por un momento se alarmó al verlo.

-- es un escarabajo, es la forma en la que nos vigilan -- dijo la chica con cansancio en su voz. La primera vez que le dijeron eso su reacción fue de total sorpresa, después de un sentimiento de miedo y terror, ¿Acaso ellos sabían cada unos de sus movimientos?, pareciera que la respuesta era que si, pero aunque le causaba horror e incomodidad no podía hacer nada al respecto. Y los demás muchachos del área parecían no tomarle importancia.

-- ellos nos... -- no terminó su frase. Al seguir al escarabajo con sus ojos rojos como dos pequeños focos se detuvo antes de terminar de mirara hacia arriba. Sintiendo como algo húmedo y caliente caía en su hombro. Con la respiración acelerada terminó de ver hacia arriba seguido de la chica, encontrando lo que más querían evitar.

Un breve silencio antes de que la criatura metálica se dejará caer al suelo soltando un rugido agudo y penetrante para sus oídos.

Asustados corrieron y dieron vuelta a los pasillos que se les cruzaban. La corredora los guiaba a ambos mientras intentaba concentrarse y pensar un plan de escape.

-- ¡Te dije que nos fuéramos, novato! -- gritó mientras hacia que él fuera enfrente con un jalón para después empujarlo.
Intentaba encontrar algo que le sirviera en ese momento, su cuchilla no era la opción, se rompería de inmediato.
-- ¡Izquierda! -- le gritó mientras daban la vuelta tratando de no caerse mientras la horripilante criatura los seguía.

Llegó un momento en el que el pasillo fue recto, y al final de este estaba otra criatura como la que los seguía. Thomas dudó en detenerse pero el chillido a sus espaldas lo hizo acelerar el paso. Estaba entrando en crisis, ¿Morirían así?, en ese momento se arrepentía de haberse puesto tan necio con Victoria.
-- ¡A la derecha Thomas! -- le gritó la chica reavivando las llamas de esperanza en él.

Esperanza que se esfumó cuando vio a otro penitente en lo último del pasillo, impidiendo el paso.
Voltearon para ver cómo los dos penitentes que tenían antes entraron al pasillo en el que estaban.
Victoria tomó una decisión desesperada mientras una idea se formaba en su cabeza.

En pocos segundos superó a Thomas y sacó su cuchilla. Le gritó lo que tenía que hacer.

-- ¡Sígueme!, ¡Haré una brecha para que pases!, ¡Da vuelta a la izquierda y luego a la derecha, yo te alcanzaré! -- comentó como último en tono de orden.

A pocos metros de la criatura metálica, se dejó caer para resbalar en el suelo, tomando su cuchilla con ambas manos y haciendo presion al momento de pasarla por el estómago del penitente.

Y que me perdone el novato.
Fue lo que pensó al saber qué Thomas venía justo atrás de ella

El muchacho se echó a correr mientras la chica se quedaba a distraer a los tres penitentes que los seguían.
Y sinceramente, ahora se estaba arrepintiendo, pero un golpe de adrenalina la golpeó fuerte.

Si no puedo vencer ahora, ¿Cómo voy a poder proteger a las personas que amo?.

Respiro profundamente y se lanzo contra los dos penitentes de pie, ya que el otro --al que le había cortado el estómago -- estaba en el suelo.














Sam












Lo último que ví antes de que esas puertas grandes se cerrarán fue a mi mami viéndonos a Chuck y a mi.

Después sentí como el tío Gally me abrazaba fuerte, su rostro se escondía en mi cuello mientras me abrazaba. Sentí algo mojado en mi playera, y como su pecho parecía temblar. Cuando lo abrazaba más fuerte parecía humedecerse más la playera.

¿Por qué mami se quedó de aquel lado del muro?, ¿No quiere quedarse con nosotros?.

Después de unos minutos el tío Gally solo se levantó para besar mi frente y revolver mi cabello. Se fue con la mirada baja

-- papá -- lo llamo mientras siento mis ojos algo pesados -- ¿Porque mamá no quiso quedarse con nosotros? --
Siento mucho movimiento que hace que levante mi cabeza de sus piernas.

-- tu mamá no quiso dejarnos, bien. Ella nunca va a querer dejarnos, porque nos ama, nos ama con todo su corazón y no es capaz de querer dejarnos. ¿Entendieron? -- le digo que si, mientras Chuck también lo hace y vuelve a recargar su cabeza en el hombro de papá y yo regreso a recostar la mía en sus piernas.

Tengo miedo, mami está allá sola con el tío Minho y el tío Thomas, ellos pueden estar en peligro. No quiero que le pase nada a mi mami, no quiero que nos deje solos.

El tío Alby no se movía, pero no creo que hay sido un buen momento de dormir.

Quería a mi mami aquí, que me acariciara mi cabello mientras hacia ruidos como una canción.
Siento que mis ojos me pican y cuando quiero quitarme la comezón con mis manos, veo gotitas de agua,
¿por qué hay agua en mis ojos si no a llovido desde en la tarde?, no lo sé, si mami estuviera aquí seguro lo sabría.

Solo quiero que esten bien.

Porfavor quiero que el tío Minho este bien.

Quiero que el tío Thomas este bien.

Que el tío Alby este bien.

Porfavor quiero que mi mami regrese para abrazarme y que nos diga te amo.
Quiero que mi mami este bien... Para.. que podamos ser de nuevo... Una familia.

















-- ¡Oye novato! -- lo llamó mientras corría detrás de ella -- ¡Corre más rápido! -- detrás de ella al final del pasillo se escuchó un chillido de parte de dos penitentes, había logrado deshacerse de uno pero aún quedaban esos dos -- ¡Aquí da vuelta a la izquierda!, ¡A la izquierda novato! -- se hubiera ido derecho de no ser por una mano que lo jaló.

Era el asiático que los había dejado antes.

Dejando su enojo de lado, se acerco a él y le contó su plan, empezaron a ir más rápido y daban vueltas a los pasillos sin dudar, como si supieran a dónde iban exactamente.

Empezó a despejarse el camino, ya no había tanta vegetación como antes y los muros comenzaban a hacerse más delgados y separados.

Thomas veía maravillado.
¿En serio después de años encontramos la salida?, Eso fue lo que pensó.

-- No te emociones novato -- le respondió la chica al adivinar lo que pensaba.

-- No es una maldita salida, no te creas tanto larcho --

Thomas estaba confundido, ¿Cómo... . ¿Acaso esa no es una salida?, estaba con muros casi inexistentes, y después de un pasillo que se formaba diferente a los demás, al final, estaba una zona sin muros, libre. Camino intentando llegar más allá de la terminación de los muros.

Una mano lo arrastró al menos dos metros atrás, de una forma brusca. Cuando volteo se encontró a la chica con rostro algo preocupado y al asiático con una mueca de fastidio.

-- ¿Que te pasa? -- le pregunto brusco.

-- te acabo de salvar de una muerte segura, miertero, así que no te pongas de esa forma conmigo si no quieres quedarte sin descendencia, ¿Me escuchaste? -- le preguntó al final.
El chico asustado ante la amenaza se hizo para atrás con algo de miedo. Mientras escuchaba a Minho soltar una risa algo baja.

-- hubieras dejado que siguiera avanzando -- lo escucho murmurar y se sintió sumamente ofendido. Apunto de replicar voltearon asustados ante los chillidos de las criaturas metálicas que los perseguían.

-- ¿No se cansaron? -- preguntó algo arto de la situación.

-- ¿Por qué no les preguntas?, alomejor te contestas -- giro los ojos fastidiado por el comportamiento del chico nuevo.

Mientras discutían la chica armaba un plan para deshacerse de los penitentes y salir vivos en el proceso.
-- póngase en fila -- les dijo.

-- ¿Qué? -- preguntaron ambos al mismo tiempo.

-- ¡Que se pongan en fila maldición! -- les gritó al ver lo cerca que estaban.

Haciendo caso a la mujer, se formaron en fila esperaron órdenes de ella.

-- Cuando yo diga, se hacen a un lado, ¿Entendieron? -- No nesecito que le contestaran para saber que dijeron que "si" con su cabeza.

Cada vez se acercaban más, el pasillo era angosto como para que los dos penitentes corrieran a la par. Eso fue lo que descubrió la chica, que tomarían una posición como la suya.
Los nervios empezaron a invadir a Minho y Thomas pero la confianza que tenían a la chica lo hacía quedarse quietos en el lugar.

La chica estaba temblando pero no quitaba su rostro desafiante y calculador.

Cuarenta metros... Veinte metros... Quince metros... Diez metros... Cinco metros y...

-- ¡Ahora! -- les gritó y lo hicieron de inmediato.

Vieron como el primer penitente que los seguía caía al vacío que estaba en el lugar, seguido del otro que logró sostenerse de la orilla.
Con toda la valentía y fuerza que logró juntar se lanzó hacia él, para darle una patada con ambas piernas en aquel rostro horrendo. Haciendo que por fin cayera al vacío para acompañar a su compañero.

Ella tenía la respiración acelerada.

Los dos hombres presentes la veían estáticos por todo lo que había pasado.

Ella creó un plan para salvar a todos mientras ellos estaban discutiendo. Y después lanzó un penitente al vacío con una patada mientras ellos veían aterrados como intentaba subir.

-- vámonos -- les dijo cómo si nada. Cómo si no acabará de matar a dos penitentes.

Mientras corrían a lejos de ese pasillo, el novato tenía miles de preguntas en su mente, pero sabía que no se responderían todas, o bueno, tal vez algunas si.

-- ¿Que era ese lugar? -- le preguntó al asiático, quién lo miro cansado.

-- era el acantilado -- le respondió por fin.

-- ¿Y esos muros pequeños? --

-- les llamamos las placas --

-- ¿Por qué? --
Suspiró profundamente aguantando las ganas de golpearlo en la cara.

-- llega un punto en el laberinto en el que los muros se van haciendo menos y más dispersos, al punto de que ya no hay muros, a esas las llamamos placas, no hay una razón para decirle así. El pasillo en el que entramos es el único que da a un área libre. Los demás van de regreso al laberinto. A esa área libre le llamamos el acantilado, creo que ya sabes por qué, ¿Verdad? --

Thomas asintió intentando conformarse con esas pocas respuestas a sus muchas preguntas.

La chica se mantenía sería mientras corría. El asiático no podía estar más agradecido por todo lo que fue posible gracias a ella.
Y Thomas solo estaba admirado, fascinado de la mujer valiente y fuerte que era.

Parecía que todo iba bien, se acercaban a el pasillo en donde Alby se encontraba y no podían esperar por saber si seguía vivo o no.
Un sonido más los alertó, es decir, un chillido, justo enfrente de sus ojos se encontraba otra de esas cosas que querían evitar toda la noche. Sin embargo, pareciera que esa no era su noche de suerte .

-- ¡Carajo! -- gritó la chica mientras corrían hacia el lado contrario. Estaban cansados de todo eso, correr toda la noche por sus vidas, esperaban con ansias el momento en el que el sol saliera para darle fin a su tortura.

Minuto, tras minuto, pasillo tras pasillo.
Se podía escuchar como el laberinto cambiaba, significaba que pronto las puertas se abrirían, debían deshacerse de el penitente si no querían que entrara al área.

-- ¡Aquí, aquí! -- gritó Minho siendo el primero en entrar en un pequeño y angosto pasillo que poco a poco se cerraba. Seguido del novato que iba de segundas.

Pero la chica se quedó en la entrada, esperando a el penitente, le gritó para que de alguna forma corriera más rápido.

-- ¡Imbecil!, ¡Te estoy esperando! -- lo provocó esperando que su plan funcionará.

-- ¡Victoria! -- le gritó el asiático preocupado.
Viendo cómo la chica entraba al espacio reducido.

Amortiguó su caída con el cuerpo, sintiendo un dolor increíble. Los dos chicos escuchaban como la chica festejaba y reía feliz.

-- ¡No pudiste conmigo garlopo miertero, shank estúpido! -- le gritó mientras reía -- ¡Tampoco tus compañeros imbéciles! --

Mientras la escuchaban reír, ellos parecían tener un colapso y se preguntaban cómo era que estaban vivos.

-- vamos por Alby -- les dijo la chica después de pasar la euphoria del momento.

Corrieron algo lento siguiendo a la chica.

Mientras amanecía poco a poco regresaron con Alby, para comprobar si seguía vivo. Suspiraron aliviados al ver qué lo estaba, lo habían logrado, sobrevivir a una noche en el laberinto. Claro que después de casi cuatro infartos al ver a esas cuatro criaturas metálicas que los perseguían.

















( . . . )


















El sol salía y cubría cada parte del área, despertando a todos los muchachos. Los tres chicos que durmieron recargados en el muro también lo hicieron, estaban de pie frente a las puertas que se abrían ese día esperando que entrarán y volvieran.

Una hora había pasado y sus esperanzas caían para perderse. Era obvio que no regresarían, ¿Por qué creían que si?.
Poco a poco, muchacho tras muchacho se iban del lugar, al final solo quedaron seis chicos.

Newt... Sam... Chuck...

Gally... Winston... Sarten.

-- ¿Van a regresar, verdad papá? -- preguntó Sam algo triste por ver cómo sus tíos se rendían tan fácil.

-- ellos regresarán -- les dijo seguro. Mientras una expresión seria cubría su rostro.

Sam estaba triste pero una sonrisa se escapó al ver cómo su padre confiaba en lo fuerte que era su mamá.


Dos horas: nada

Con las esperanzas muertas se preparaban para irse. Gally, Sam y Chuck se abrazaron mientras que el mayor mojaba la playera del más pequeño con sus lágrimas, sintiendo que había fallado, que no había protegido a uno de sus motivos de felicidad.

Sarten y Winston se miraban tristes, con los ojos apagados. La chica que les sacaba sonrisas se había ido, pero no nos confundamos, era su confidente, su amiga. Amistad sincera, sin segundas intenciones o sentimientos románticos.

Y Newt... Newt estaba de rodillas, mientras sus ojos eran cristalizados por las lágrimas que querían salir, sintiendo como su alma y corazón perdían una parte de sí.

-- ¡Oh si!, ¡Si! -- se escuchó el grito del niño regordete.
Haciendo que levantarán la vista rápidamente viendo como cuatro figuras se acercaban lentamente a el área.

Los gritos de los pequeños que detonaban felicidad fueron suficientes para llamar la atención de todos los habitantes.

Que corrieron rápido a las puertas viendo como Alby caía inconciente al suelo seguido de el novato que respiraba agitado. Mientras Minho estaba de rodillas y Victoria se encontraba boca arriba sosteniéndose con los brazos hacía atrás.

Al instante fueron recibidos por todos los muchachos.

Victoria era abrazada por Gally, Sarten y Winston quienes lloraban como unas niñas aferradas a su madre, pero claro, Gally lo disimulaba muy bien.

-- lleven a Alby a la finca -- les ordenó Newt a unos fregones que se encontraban cerca.

Para después abrazar sin decir nada a su chica, junto con Chuck y Sam quienes se aferraban a ella con temor a perderla de nuevo. Bueno, en realidad, Newt también lo hacía, sintiendo como su corazón y alma perdidas, eran encontradas por la luz de esas personas que amaba.

La mayoría veían atentos la imagen. Observando lo que muchos anhelaban, observando lo que muchos ya no tenían.

Una familia.

-- ustedes... -- fue interrumpido por otra voz.

-- ¿Vieron algún penitente? -- preguntó alguien entre todos.

-- si, fueron cuatro -- respondió Thomas agitado mientras estaba de cuclillas.

La pequeña familia se separó para dejar descansar a la chica.

-- no solo eso... -- habló Minho -- él mató a tres de ellos -- terminó ocasionando un silencio sepulcral.

-- ¿Qué? -- preguntó sonando lo más natural posible -- eso no es cierto -- negó para después ver a la única chica -- ella los mató a todos -- respondió ahora causando que las miradas se dirijan a ella.

-- no seas modesto, novato -- habló tratando de quitarse toda mirada de encima -- tú lo hiciste --

-- no -- habló seguro -- tú lo hiciste, los mataste. Uno cuando me diste la oportunidad de escapar de los tres penitentes que nos seguían -- empezó a enumerar -- Dos en el acantilado.  Y otro más cuando el pasillo se cerró. El mérito no es mío, es tuyo. Tu eres valiente y fuerte, yo no -- terminó para verla.

-- eso no importa ahora, novato -- suspiró para darse la vuelta -- lo que importa es el buen descanso que me voy a dar -- dijo para estirarse y caminar a las hamacas.

-- Victoria -- la detuvo Gally -- ¿Dónde... esta tu zapato? -- terminó para ver su pie descanso, siendo cubierto por su calceta negra.

-- pregúntale a los malditos penitentes... Cuando los veas -- hablo mientras bostezaba. Para tomar camino de nuevo.

>> ¡Se hará una asamblea! <<

Fue lo último que escucho antes dormir y de sentir dos pequeños cuerpos abrazarse a el suyo.











































Capitulo dedicado a:

justsomeone_hp

Gracias por tu apoyo 🤗♥️








































¡Capitulo 12!

Cada vez nos acercamos más al final!!

¿Y saben a qué más nos acercamos?

Exacto!! A la confesión!! 😍😍

Un pequeño spoiler: la confesión es antes de que abandonen el laberinto 🤫

Escriban en donde exactamente creen que es, los leo.

No puede expresar lo agradecida que estoy con todos ustedes.

Pues: OUR SON
ya tiene mil lecturas 🤧🤧 gracias!!

Nos vemos en el próximo capítulo voten y comenten porfavor.

Adiós!!

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