彡 33

Hyunjin se detuvo a pocos metros de distancia, estudiando la escena ante él. Jeongin, Chan y Jungwon de alguna manera habían terminado cerca del borde del estanque. Todos de rodillas, y sus manos tocaban los patos. ¡Oh wow! El pequeño chico en realidad tenía un gran pato acurrucado en sus brazos mientras Chan y Jeongin se miraban con cariño de vez en cuando.

Hyunjin no estaba atrapado en el hecho de que Jungwon se las había arreglado para tener a un pato en sus brazos, en cambio, era el hecho de que la imagen ante él es... es perfecta. Desde aquí podía ver lo dulce y perfecta que era la pequeña familia. También podía ver la forma en que Jeongin miraba a Chan cuando estaba hablando con su hijo mientras acariciaba al pato. Le hizo llegar a una conclusión... Jeongin y Chan todavía estaban muy enamorados. Simplemente tenían demasiado en el camino de su felicidad.

Por primera vez en la historia, Hyunjin sonrió ante la escena. Sin embargo, no sabía si era el hecho de que había encontrado a su verdadero amor desde hace mucho tiempo, pero sabía que también tiene que ver con el hecho de que las cosas no han ido bien para él y Jeongin. últimamente. Tal vez el destino tenía cosas planeadas... Tal vez estaba destinado a encontrarse con Sakura otra vez

Sakura, una mujer que todavía hace palpitar su corazón. Y ahora, un hijo. Solo ese hecho lo hace sentir como si estuviera en una nube. Bueno, él sabe que las cosas no van a ser fáciles. Los tiempos han cambiado y él y Sakura tendrán que tomar las cosas bastante lento. Ella tal vez ni quiera tener una relación con él. Él iba a respetar cualquier decisión que ella tomara. Y si está destinado a ser, que así sea. Pero una cosa que él sabe, después de ver a Sakura, está dispuesto a intentar ganar su corazón nuevamente. Estaba dispuesto a dejar ir a Jeongin.

Se dirigió al grupo feliz riendo. Mientras se acercaba, Jeongin se volvió y sonrió, levantándose.

—Oye, ¿encontraste lo que buscabas?

Oh, definitivamente encontró lo que quería. Hyunjin no pudo evitar sentir un poco de pesadez en su pecho cuando el hombre ante él le sonrió brillantemente. Estaba a punto de arruinar esa sonrisa. Sabía que tiene que hacerlo ahora. Él asintió con la cabeza.

—Sí, lo encontré... Uhm, ¿podemos hablar en privado?

La sonrisa de Jeongin cayó. Era evidente que algo no estaba bien.

—Claro, Hyunjin. Déjame decirle a Chan y Jungwon que estaré contigo.

—Papá, mira... ¡Leonardo me ama! —la voz de Jungwon resonó cuando le hizo cosquillas a Leonardo en la cabeza, riéndose cuando el sonido que el pato emitió—. ¡Él es mi favorito!

Jeongin se pone de rodillas, besando la cabeza de su hijo.

—Bueno, eso está bien, bebé. Leonardo es el mejor... pero ¿sabes qué? A tu papá... —Jeongin mira a Chan, quien lo observa con una ceja levantada—. A tu papá le gusta Raphael.

Los ojos de Jungwon se abren como los de un búho, chillando.

—¡¿Qué?!

Oh, Jeongin solo quería que su bebé empezara a hacerle preguntas. Chan se rio de la expresión de Jungwon, mientras se encogía de hombros.

—Raphael es un rudo total.

—Vaya... —agregaron Jungwon y Jeongin.

Chan se aclaró la garganta.

—Lo siento.

Jeongin pasó los dedos por el pelo de su bebé.

—Cariño, deja que Leonardo vuelva al estanque. Entonces tú y papá pueden discutir sobre Leonardo y Rafael mientras yo voy a habla con mi amigo, ¿vale?

Jeongin vio la mirada curiosa que Chan le dirigió.

—Tenemos algunas cosas de las que tenemos que hablar.

Chan asintió con la cabeza, mientras que Jungwon simplemente respondió: —Oki, papi.

El pequeño dejó a Leonardo de nuevo en el suelo observando cómo el pato regresaba al estanque. Jungwon se volvió hacia Chan.

—¿Papi se va?

—No, bebé, sólo fue a hablar —Chan rio suavemente—. ¿Vamos a buscar una manzana y jugamos?

—¡Sí! —Jungwon aplaudió alegremente.

Chan llevó a Jungwon en sus brazos. Miró a Jeongin.

—¿Estás bien?

—Sí, Chan. Nos juntamos después.

Hyunjin se sentó en un banco cercano al parque, como cuando estaba con Sakura. Solo que esta vez Jeongin estaba a su lado.

—Hyunjin, ¿qué pasa? ¿Te sientes bien?

Hyunjin finalmente se enfrentó a su novio.

—Jeongin, nosotros... Uhm... ya no podemos estar juntos.

El corazón de Jeongin comenzó a golpear con fuerza contra su pecho. Estaba confundido.

—Uhm... Hyunjin, no entiendo lo que estás tratando de decir... ¿Estás tratando de decir que deberíamos romper?

Hyunjin sonrió tristemente a Jeongin, que parecía algo asustado.

—Sí, Jeongin. Estoy diciendo que deberíamos romper.

Jeongin tragó.

—¿Por qué? ¿Qué sucedió? ¿Esto se debe a nuestras diferencias?

Hyunjin suspiró.

—Mira, Jeongin... no te mentiré... Sí, en parte tiene que ver con nuestras diferencias, yo... Uhm, tengo algo que decirte. Quiero que sepas la razón más importante. ¿Por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo? Se trata de algo importante y... y espero que lo entiendas.

Jeongin asintió.

—¿Qué, Hyunjin?

Hyunjin relató lo que pasó con él y Sakura. Le contó a Jeongin sobre la repentina y sorprendente junta que había tenido y de enterarse que tenía un hijo de 14 años. También incluyó cómo sus padres habían manipulado todo y cuáles eran sus planes. Hyunjin miró en silencio mientras Jeongin procesaba toda la información recién descubierta.

—Me entristece que hayas pasado por todo eso, Hyunjin. Y yo... entiendo —dijo Jeongin después de unos momentos de tranquilidad. Miró a Chan y Jungwon riéndose—. Entiendo lo importante que es querer estar con los que amas.

La mirada de Hyunjin siguió a Jeongin. Sabía el anhelo que nadaba dentro de sus ojos.

—Jeongin, sé que no es mi lugar decir esto, pero... Tal vez deberías ir tras las cosas que más deseas en este mundo también. Los tiempos han sido difíciles... sí, han sido injustos, pero pregúntate... ¿cuánto tiempo? ¿Cuánto tiempo dejarás pasar la felicidad?

Jeongin lo miró.

—No es tan simple, Hyunjin.

—Oh, pero es, Jeongin... Solo necesitas entender eso y hacer una elección. Mantente firme con esa elección.

—¿Cómo la que escogiste? ¿Elegir a Sakura y tu hijo?

—Sí. Precisamente eso. Y no me arrepiento —Hyunjin suspiró y le tendió la mano a Jeongin—. Sé que es difícil, pero la vida a veces es una perra. Y a veces no saldrá como tú lo deseas. Si la vida fuera así de simple, todos serían felices. Tienes que ir tras lo que realmente quiere tu corazón.

Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Jeongin.

—¿Y si no es lo que quiero? Estaré perdiendo mi tiempo y rompiendo más mi corazón.

—Que le dejes saber dónde estás parado. Y si él dice que no quiere eso, que así sea. Todavía puede ser un padre para Jungwon y un buen amigo para ti. Pero... si él te dice que necesita tiempo... dale tiempo... —Hyunjin explica.

Jeongin sonrió temblorosamente.

—Supongo que este es el final del camino para nosotros, ¿eh?

Hyunjin tocó la mejilla de Jeongin.

—No es el final del camino para nosotros, Jeongin. Todavía podemos ser buenos amigos. Creo que estamos mejor como buenos amigos.

Jeongin rio.

—Sí, estoy de acuerdo —puso su mano en la de Hyunjin que estaba en su mejilla—. Me encantaría conocer a tu hijo y a Sakura algún día.

Hyunjin sonrió.

—Creo que es una idea fantástica, Jeongin.

Se levantaron y compartieron un abrazo. De alguna manera ambos se sintieron más ligeros y mucho más felices. Jeongin y Hyunjin se dirigieron a la estera de picnic con un objetivo similar en mente. La felicidad.

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