[ x v ]

Como cada día de las últimas semana, Kunikida llega temprano a la Agencia para abrirla y, como cada día de las últimas semanas, se encuentra a Ranpo esperandole. Pero había algo diferente.

- ¿Estás bien, Ranpo? -pregunta al verlo así.

Callado, más pálido, con unas suaves ojeras... Y aun así estaba rojo, con una sonrisa más estúpida y amplia de lo normal. Tal vez, y solo tal vez, lo atribuía al girasol que tenía en su diestra. Calla, pero sabe quién ha sido el responsable de todo eso, pero no diría nada, no iba a molestarlo.

Para eso llegó Dazai.

- ¡Ah pero que bonita flor, Ranpo! -exclama con una voz tan melosa.- ¿Fue ese amigo de internet? ¡Pero que detalle tan bonito! Ya los veo juntos, ya los tan juntos, ¡Ah vivan los novios!

Contrario a lo que todos pensaron, Ranpo no le arrojó nada: ni una engrapadora, ni unas tijeras, ni un libro... Nada.
Solo se quedó callado, con una sonrisa, en su silla y mirando el girasol con cariño, girasol que se lo entregó el señor de la cafetería en nombre de, como no, su castaño ahogado.

Sí, SU castaño ahogado.

No lo dice él, lo decía en la pequeña tarjeta que también le entregó el señor de la cafetería.

" Eres maravilloso.

De: tu castaño ahogado. "

¡Ah! Su corazón iba a explotar en cualquier momento con ese detalle tan malditamente dulce, mucho más que cualquier otro postre al que le haya invitado.

No quiere ilusionarse, no lo hará, pero se siente tan bien.

Toma su teléfono y ya tiene un mensaje nuevo.

.
.
.

[ MisteryLetter ]

- buenos días
- ¿Ya estás en el trabajo?

¿Por qué? -

- ¿Por qué qué?

No te hagas el tontooo -
La flor -
Por qué? -

- ¿No te gustó?

Me encantó -
Pero no entiendo -
Por qué? -

- buena pregunta.
- ¿Sabes qué creo?

Esa fue mi pregunta! -

- ahora es mía~
- ¿Sabes qué creo?

Mmm -
No, no sé -
¿Qué es lo que crees? -

- que me gustas.
- cada día lo creo más.
- eres tú a quien encontré.
- y puede parecer completamente decabellado.
- no solo porque seamos hombres.
- y a estas alturas no es que me importe eso.
- porque no conozco tu rostro ni tu nombre.
- pero conozco cómo eres.
- y me gusta.
- me gusta que seas así.
- me gusta hablar contigo.
- me gusta halagarte.
- me gusta invitarte a comer.
- me gusta apoyarte.
- y me gustaría hacer más por ti.
- aunque sea descabellado.
- permíteme cortejarte.
- permíteme que te quiera más.
- haré lo posible para hacerte feliz.
- si dice que no, si no sientes lo mismo.
- lo acepto.
- y me disculpo si te incomodo.
- pero no puedo guardar que te quiero.
- dime algo, por favor.
- ¿Estás bien?

Felicidades, lo mataste -

- ¿¡QUÉ!?

Es bromaaa -
Holaaa! -
Soy su guapísimo compañero. -
O ah! Casi digo mi nombre jajaja -
Soy SuicideLover -

- uh hola.
- ¿Qué pasó con él?
- ¿Está bien?

Sí sí -
No se sentía bien -
Pero no es por tu culpa! -
Solo estaba un poco cansado y mareado -
Fue a enfermería -
Y yo tomé su celular... -
Y leí tu confesión -
Y dejame decirte que soy tu fan -
Y los apoyo -
Vivan los novios! -

- no es mi novio.

Aún. -

- aún.
- ¿Puedes devolverle su celular?

Ah sísí -
Pero antes -
Cuídalo -
Porque juramos que te matamos si algo le pasa -

- lo cuidaré.

Magnífico! -
Y te recomiendo que cuando ya estén viejos -
Hagan suicidio doble -
En un río, a la luz de la luna -
Eso es romántico a morir jaja~ -

- ya váyase.

Duren! -

.
.
.

Y Ranpo miraba ansioso su celular.

Ahí, sobre su escritorio entre varios reportes, estaba su celular, esperando a que lo tomara y escribiera algo. Pero no lo hacía. Solo desviaba la mirada al girasol que tenía en un florero y después volvía a ver el teléfono.

Desde que vió los mensajes del castaño, y luego de casi matar a Dazai con sus propias manos (detenido por Kunikida porque solo él podía ahorcar a Dazai), no respondió.
Estaba demasiado nervioso, su mente era un desorden mientra seguía procesando lo que el castaño había escrito hace unas horas.

"Me gustas."

Diooos de solo recordarlo sentía sus mejillas arder.

¿Feliz? Sí, estaba muy feliz.

Entonces nada le impedía estar con él, ¿Verdad?

Miedo.

Le avergonzaba decir que tenía miedo, pero lo tenía, y no es por el castaño sin rostro (que sabe que ha sido honesto con todo lo que respecta a él). Entonces ¿Cuál es el miedo?
Si lo pensaba bien, cosa que hizo, podría decir que por él mismo, por no ser... Nada, a comparación de el castaño, quien es educado, amable, romántico, honesto, agradable, comprensivo...

Miedo a decepcionarlo.

- mierda. -suspira mientras recuesta su cabeza sobre su escritorio, frustrado.

No podía creer que se sintiera así sabiendo que él es el mejor detective del mundo, que es el más inteligente en cualquier habitación, que es él mejor en estrategias... Pero no el mejor para el castaño. Ese sentimiento de inferioridad le hacía querer llorar de la impotencia al no poder ser más por el castaño, y este lo descubriría, tarde o temprano lo haría.
Porque aquello sería algo a ciegas, porque no se conocían ni los nombres ni los rostros, y tendrán que verse y podía decepcionarlo con su cabello desordenado, sus ojos, su ropa, su altura o por no ser superdotado y ser de una agencia, siendo tan ridículo de pensarlo y podría dejarlo ahí mismo y no volver a verse ni hablarse.

- Ranpo.

Frunce el ceño al escuchar aquel llamado, pero ni se inmuta. No levanta la cabeza y eso solo provoca que Fukuzawa, frente a su escritorio, suspire.

- quiesiera hablar contigo.

- yo contigo, no. -le responde con molestia.

Iba a ser difícil.

- no es por el trabajo, si eso es lo que te molesta. -le intenta tranquilizar el de cabellos blancos.

- eso es exactamente lo que me molesta.

Y vuelve a suspirar por la poca cooperación que Ranpo estsba teniendo con esa conversación.

- solo di lo que tengas que decirme y vete. -vuelve a murmurar Ranpo.- y que sea breve, no estoy de humor.

- bien, -se abstiene de volver a suspirar.- Dazai me contó lo de ese hombre.

- maldito... -murmuró, pensando en que él lo mataría sí o sí.- ese es problema mío, Yukichi, esto no te afecta.

- lo hace si estás así.

- que sorpresa. -expresa sarcástico mientras se levanta.- no te preocupes, haré mi trabajo, ya pued-

- solo habla con él. -le interrumpe con tranquilidad.- lo que sea que te esté atormentando por lo que él te dijo, lo hablas y solucionas con él. Si no lo harás, solo lo estás lastimando. -concluye para darse la vuelta ir a su oficina.

Y Ranpo lo mira irse, con el ceño fruncido pero, aunque tampoco lo admitiera, agradecido. No quiere hablar con el castaño, lo necesita.

Solo quiere ordenar primero sus ideas a lo largo de la tarde, para que aquella noche pudiera hablar con el castaño de la mejor manera.

[ c o n t i n u a r á ]

N/A: me mamé jsjsjs
Luego de tan bello capítulo, vengo a promocionarme como toda desgraciada jsjs
Hago dibujitos bonitos en Instagram como @viii.mancia, pasen, vean y si gustan, sigánme! Me ayudaría muchísimo jsjs

Y eso, espero verles mañana!

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