09. Tiempo de preparación

Desde que Nagisa y Karma regresaron con la información del espacio, los ánimos subieron en todos los alumnos de la clase E. La probabilidad de que Koro-sensei explote es de menos del 1%. Con ese peso menos ahora pueden concentrarse en otras cosas: sus estudios, su futuro y, no menos importante, sus sentimientos.

A un día de San Valentín, los pensamientos de las chicas de la clase se concentran en sus compañeros, algunas por obligación, otras por amistad y algunas más con deseos de transmitir sus sentimientos a través de chocolates preparados con esmero y cariño.

Para Kayano, una amante de los dulces, la mayoría pensaría que preparar chocolates sería una tarea fácil, como lo pareció en su momento aquel pudín gigante. Y lo sería, por supuesto, si esos chocolates caseros no fueran para Nagisa. Llevaba casi cuatro horas y quince intentos fallidos tratando de crear los dulces perfectos. Cuando los probaba estaban o demasiado dulces, o demasiado insípidos; demasiado deformes, o demasiado normales, o demasiado extravagantes.

—¡Mierda!

Se podría decir que su intento número dieciséis era el peor de todos. En un ataque de torpeza había confundido el azúcar con la sal y sus chocolates tenían un sabor tan extraño como para poder describirlo.

Después de haber tirado esa última tanda, se sentó en una de las sillas de su cocina, estaba cansada después de haber pasado tanto tiempo de pie y si no quería hacer algo similar o peor, entonces debía descansar.

De un salto Aguri se sentó en sus piernas para acomodarse y ronronear, como si quisiera darle ánimos.

—Estoy bien, dame cinco minutos y prepararé los mejores chocolates de la historia —dijo acariciando la cabeza del mínimo.

Dicho y hecho, cinco minutos después estaba de nuevo de pie con un tazón en la mano, batiendo el chocolate junto con el azúcar (se aseguró varias veces de que lo fuera) y algunas otras cosas. Cuando estuvo todo incorporado preparó los moldes y vertió en ellos la mezcla con cuidado de no tirar nada. Luego los metió al congelador.

Mientras esperaba, limpió y lavó todo lo que usó: tazones, cucharas, moldes, tazas, cuchillos, la mesa.

Ya con todo limpio fue a su cuarto a buscar el envoltorio para los chocolates. Una pequeña caja azul cielo en forma de corazón con un listón a juego azul oscuro. Sacó los moldes del congelador y sacó uno de los dulces para probarlo.

Estaba... perfecto. No muy dulce, con el sabor suficiente. Con la forma perfecta y sin indicios de sal o algún ingrediente extraño.

Los acomodó en la caja y cerró esta anudándole el listón alrededor y haciéndole un moño. Al terminar, volvió a meterlos en el congelador para que estuvieran bien al día siguiente.

—Ven aquí, Aguri —dijo tomando a su gata en brazos para dirigirse después a su cuarto.

De un cajón de su escritorio sacó una hoja. Pensaba confesarse al día siguiente, pero no tenía ni idea de que diría, ponerlo por escrito, de forma que quedase como un libreto, quizás ayudaría. Con una pluma en la mano se dispuso a escribir un "borrador" de su confesión.

—Veamos, como debería empezar... "Nagisa-kun, sabes, yo..." No, "tú me... me..." ¡Ahg!

Dejo caer su cabeza en la mesa lanzando un pequeño grito. Tenía todas las palabras amontonadas en su mente, pero el solo pensar en que tendría que decírselas a él al día siguiente lograba que desaparecieran en algún rincón y que se trabara su lengua.

Al final lo único que consiguió escribir fue una corta dedicatoria en una tarjeta que adjuntó en el listón.

Se vistió con su pijama y acomodó sus cosas para el día siguiente. Recordó algo que Karma le había pedido, así que lo busco entre sus cosas en el escritorio, cuando lo encontró se aseguró de guardarlo.

Después de soltar un suspiro alzo a Aguri por los aires mientras daba vueltas en el mismo lugar.

—¡Mañana es el día Aguri! ¡Deséame suerte ¿sí?!

Estrechando a la gata en sus brazos se dejó caer en su cama con una gran sonrisa en el rostro.

—Nagisa-kun...

***

—¡Listo! No son los mejores chocolates del mundo pero al menos saben bien —dijo mientras observaba sus creaciones: corazones más grandes de un lado que del otro, círculos que podrían confundirse con amibas o huevos fritos, cuadrados a los que les faltaba un pedazo o que rezumaban caramelo por algún pequeño agujero.

La chica metió los dulces en una cajita alargada negra y la cerró con un moño de listón blanco. Escribió una dedicatoria en una de las esquinas de la caja con su mejor letra usando un color blanco.

Antes de irse a dormir metió la caja en el congelador, no se fuesen a derretir y adiós muy buenas todo su esfuerzo. Mira que ponerse a preparar algo para darle a ese chico en San Valentín. Ni siquiera lo pensó demasiado. Cuando se dio cuenta ya estaba comprando los ingredientes y el envoltorio.

Hacía tiempo que era consciente de sus sentimientos hacía ese chico, pero nunca había pensado en confesarse. Por lo menos no hasta que San Valentín se acercaba y escuchaba a sus amigas suspirar y emocionarse. Vaya si se sentía el amor en el aire.

A diferencia de sus compañeras no le daba muchas vueltas al asunto. Estaba nerviosa, sí, pero no en exceso. Por supuesto estaba emocionada, pero no tenía demasiadas esperanzas. Estaba casi segura de que ese chico no la correspondía. Aunque tampoco sabía si a él le gustara alguien más. Había muchas posibilidades de que así fuera, pero eso no la detendría. Estaba enamorada y así lo haría saber. Ya después se preocuparía por las consecuencias.

Ya acostada y envuelta en la oscuridad su fachada de desinterés cayó, dejando expuesto su lado inseguro. Si ese chico la rechazaba... ¿sería capaz de mirarlo a la cara de nuevo? ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo debería comportarse? Y si, en caso contrario y quizás remoto, él le correspondía... ¿Qué pasaba después?

Sin importar lo que pasara al día siguiente alguien terminaría con el corazón roto.

"Un amor donde nadie sale herido no existe"

La frase que había leído recientemente llegó a su mente. No podía ser más acertada.

Con el corazón en un puño cerró los ojos en un intento de callar sus pensamientos y conciliar el sueño. Preocuparse no serviría de nada, sólo debía actuar.

Pocos minutos después estaba completamente dormida.

***

14 de febrero por fin.

Es San Valentín, el día de los corazones desbordantes y los sentimientos latientes.

Las chicas y chicos de la clase E llegaban al edificio en la montaña llenos de expectativa. Después de ese día las relaciones entre algunos de ellos cambiarían, para bien o para mal.

Entre ellos, Kaede aún estaba insegura sobre qué diría al momento de entregar los chocolates, pero confiaba en que, al final del día (cuándo planeaba dárselos), tuviese el discurso perfecto y pudiese decirlo con una sonrisa.

—Buenos días, Kayano-san

La voz de Nagisa la sobresalto, no se había dado cuenta de su presencia por estar sumida en sus pensamientos.

—B-buenos días, Nagisa-kun —saludó de vuelta.

Nagisa dejó su mochila y revisó los libros en su pupitre. Encima de ellos encontró un pedazo de papel doblado por la mitad. Lo leyó, intrigándose un poco por el contenido. Un momento después se paró y comenzó a caminar hacia la puerta.

—¿Nagisa-kun? — a Kaede le extraño que él saliera del salón poco antes de que comenzaran las clases.

—Ya regreso —fue lo único que dijo. Sin más explicación salió rápidamente, dejando a una muy confundida Kayano.

***

"Ven por favor al patio trasero antes de que comiencen las clases"

Ese era el mensaje escrito en la notita. No tenía remitente, así que no tenía ni idea de quien lo citaría ni para qué. Que San Valentín fuese el motivo ni se le pasó por la cabeza.

Y mucho menos se esperaba que fuese ella quien lo citara.

—¡Nagisa! Viniste, no pensé que fueses a leer lanota, pero ya que estas aquí toma, es para ti.


*****

Hola!!

Me ausente dos semanas, pero las sentí como una eternidad D:

Como sea, estoy aquí con una nueva parte de esta historia, ¿que les parece?

Mmm.. ¿qué iba a decir? 

¡Ah, sí! Autospam xD

No se si lo sepan, pero tengo otra historia de One shoots también Nagikae's, así que si gustan leerla esta en mi perfil :)

Y otra cosa más, se me ocurrió hacer una nueva... pequeña sección(? de recomendaciones de animes, mangas y libros y otras cosas varias. Les parece?

Mi primera recomendación sería Cha cha cha chan!!!

¡¡Orange!! manga de Takano Ichigo

Resumen resumido por mí(?: Naho lleva una vida normal hasta que recibe una extraña carta de alguien que dice ser ella 10 años en el futuro. Lee las primeras lineas sin poder creerlo y después se dirige a la escuela, en dónde el primer punto que describe la carta se hace realidad. Llega un estudiante transferido: Naruse Kakeru, a quien ella y sus amigos invitan a salir después de la escuela. Él los acompaña, inconsciente del trágico evento que pudo haber evitado. Con un sentimiento de culpa, Naho sigue leyendo la carta que le da indicaciones especificas que la ayudarán a evitar el fatal destino de su amigo Kakeru, para así no tener arrepentimientos en un futuro...

¿Que piensan? ¿Alguien lo ha leído ya? En mi opinión es hermoso y emotivo sin dejar de lado la comedia. Es corto, pero en cada capitulo te hace sentir demasiadas cosas :'D Son 22 capítulos y un spin-off. Tiene una película live action protagonizada por Tao Tsuchiya como Naho y Kento mi sepsi crush Yamazaki como Kakeru (por cierto no la busquen, pues nadie se ha dignado en subirla y subtitularla 3:) y un anime que se estrenará en la próxima temporada de verano.

Pueeees, esa es la primera recomendación y creo que... ya.

¿Kayano logrará confesarse? ¿Quien es la chica misteriosa que también le dio chocolates a Nagisa? (creo que es un poco obvio, pero quiero saber que piensan. Hagan sus apuestas señoras y señores!) ¿Nagisa dejará de estar tan menso? ¿Karma recibirá chocolates sin veneno?

Pd. En multimedia les dejo una canción que creo que queda bien con Nagisa y/o Kayano. (Kimi no suki na uta  Interprete: Uverworld)

InfiniteTrigger_uw

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