7. Will you come home and stop this pain tonight?
Abrió y cerró varias veces la boca mas ninguna palabra salió de sus labios, su mirada nunca se despego de sus pies y después de unos minutos el silencio fue roto por la misma persona que había hecho la pregunta
- Es de buena educación mirar a los ojos a quien te esta hablando - Gerard levantó la mirada quedando frente a unos ojos azules, como los que tanto amaba, pero estos no reflejaban nada - ¿Y bien?
- P-pues... eh... Bert... Bert y yo pensábamos e-en decirle... pero... ah... n-no ha - su suegro el interrumpió
- ¿Podrías hablar sin titubear tanto? - decía molesto, moviendo la mano para que se detuviera - Es muy molesto tratar de descifrar lo que quieres decir - frunció el ceño ante el tono en el que le hablaba su suegro
- Si, estoy embarazado - dijo por fin
- Esa no fue mi pregunta... es obvio que estas embarazado... te ves mas...grande que la última vez que te vi - el pelinegro se molesto mas por el comentario - Mi pregunta es porque no me lo habían dicho...
- No hemos tenido tiempo... Bert se cambio de oficina y el último mes ha estado muy ocupado... y con lo del bebé no ha tenido mucho tiempo, ni yo... lo siento
- Claro - le sonrió de una manera tan extraña que le hizo sentirse aun más pequeño - Y ¿De cuanto estas?
- Estoy por cumplir tres meses - olvidando todo su malestar al estar frente a una persona tan dura, no pudo reprimir esa una sonrisa al tiempo que acariciaba su estomago por encima de la playera del pijama
- ¡Pero si apenas llevan dos meses casados! - se levanto abruptamente del sillón, caminando de un lado a otro, notablemente molesto - ¡De seguro lo estabas cuando se casaron...! ¡No me creo esa mierda de llegar virgen al matrimonio! Y... ¿es de Bert? O fue el único idiota que se dejo embaucar
- ¡¡No me ofenda!! - se levanto Gerard de su asiento, enfrentando por primera vez al padre de su esposo - ¡¡Claro que es de Bert!! ¡¡Llevamos prácticamente el mismo tiempo de casados que yo de embarazo!! El que usted sea un mal padre... - fue interrumpido por un fuerte golpe en su mejilla derecha que hizo a su labio sangrar
Sostuvo con su mano su mejilla afectada, trataba de detener lo más que pudiera sus lágrimas, no quería parecer débil ante él... no le daría la satisfacción. Edward le miro sin ninguna expresión en su rostro, como siempre hacía, le sorprendía que ese muchacho tonto se atreviera a contestarle así ¡a él!... Se las haría pagar algún día
- Aun es tiempo... - Gerard regresó su mirada a su suegro, este se acercaba con lentitud a él, hasta quedar a una muy corta distancia - Todavía tenemos tiempo para que abortes... no quiero queeso - con un dedo pico el estomago de Gerard, haciéndole soltar un pequeño quejido y que retrocediera varios pasos - Sea mi nieto... no creo que duren mucho... ¡Es más! Me sorprende que Robert no se haya cansado de ti aún...
Ira era lo único que corría por las venas de Gerard, estaba verdaderamente molesto por el atrevimiento del otro a tocarlo de aquella manera. Sentía sus ojos escocer y unas grandes ganas de vomitar, pero se contuvo... debía esperar a que ese señor abandonara su hogar primero
- ¡No me importa si le quiere o no...! ¡¡No nos importa!! y aunque Bert no quisiera al bebé yo lo tendría porque es una parte de mi, yo lo llevaré dentro de mi por seis meses mas y yo me encargaré de él, nadie vendrá a decirme que hacer con mi vida ni con mi cuerpo... así que le pido que se vaya ¡AHORA!
- Mira niñato tonto... cuando Bert se aburra de ti y te abandone no quiero que estés molestando...
- Él me ama y nunca me abandonaría - sonrió, sintiéndose superior al ver a su suegro fruncir el ceño en clara señal de molestia - Y ahora ¡LARGO!
- Tal vez creas que has ganado - decía al tiempo que Gerard le empujaba hacía la puerta - Pero no permitiré que arruines la vida de mi hijo con un niño que ni siquiera debe ser de él... ¡¡me las pagaras Way!!
Le cerró la puerta en la cara, sin querer escuchar aun venenosa palabra más. Se dejo caer, apoyándose en la puerta cerrada, soltando por fin las lágrimas que retuvo mientras ese hombre estuvo en su hogar. ¿Cómo se había enterado? Era lo que se preguntaba mientras trataban de controlar su llanto"malditas hormonas"pensaba para justificar que últimamente se soltará a llorar por cualquier cosa.
Se incorporó con cuidado, un leve dolor comenzó a martillar su cabeza. Iba a su habitación, dispuesto a recostarse, descansar y dormir hasta que Bert llegara cuando las nauseas regresaron. Salió corriendo al baño para vaciar su estomago; esa última semana los vómitos habían comenzado a disminuir pero aún no desaparecían por completo. Después de su desagradable visita (y de devolver todo lo que hasta el momento había comido) regreso a la cama, cubriéndose con todos los cobertores que había para protegerse del frio que día con día comenzaba a ser más insistente e intenso, y no era para menos contando que comenzaba el mes de noviembre
Con un último suspiro se dejo caer al mundo de los sueños, cuando llegara Bert arreglarían la discusión que tuvo con el padre de este, juntos verían una solución, como siempre
~*~
- ¡¿Gee?! - entro por completo al departamento, cerrando la puerta con seguro tras de si y dejando su abrigo en el sillón mas cercano a su paso. Gerard había cumplido con su promesa de no hacer nada.
Paso por la sala, encontrando el mismo tiradero del día anterior, después por la cocina encontrando los platos sucios, por suerte había comprado comida china y hamburguesas, así no tendría que preocuparse por encontrar platos y vasos limpios. Fue hasta la habitación que compartía con el amor de su vida, deteniéndose antes de abrir la puerta al escuchar unos leves sollozos. Con el corazón en la mano abrió intempestivamente la puerta, provocando un respingo en el pelinegro que yacía en la cama, bajo un montón de mantas y cobertores
- ¡Bert! - secó rápidamente sus ojos, saliendo un poco de aquella montaña de mantas - No te escuche llegar - esquivo la mirada para que su esposo no notara su deplorable estado, una vez mas ¡Malditas Hormonas!
- ¿Qué es lo que le pasa a mi osito Gee? - dejando las bolsas con comida a un lado de la puerta fue hasta donde el pelinegro, subiéndose con cuidado en la cama y acomodándose, quedando él apoyado en la cabecera con Gerard en sus brazos - ¿Por qué estabas llorando?
- Vas a matarme cuando te enteres... - apoyo su cabeza en uno de los hombros de Bert
- ¿Estas embarazado? - ambos rieron ante la broma, mas después recobraron la seriedad - ¿Qué pasa?
- Pues... creo... no... le grite a tu padre
- ¡¿Qué?! - lo soltó bruscamente - ¿Cuándo?
- Hace rato... vino a saber la razón por la que no le habíamos dicho que sería abuelo... no sé quien le dijo
- ¿Y que paso? - volvió a atrapar a Gerard entre sus brazos, su corazón latiendo agitado ante lo que eso podría significar... si conocía tan bien a su padre como lo hacía, de seguro nada bueno - ¿Cómo lo tomo?
- Me... me sugirió que lo abortara - esta vez Bert lo tomo con algo de rudeza para girarlo y le viera de frente
- ¡¡¿Hizo que?!! - apretaba con mucha fuerza los hombros de Gerard, relajándose un poco cuando le escucho quejarse
- Me... me dijo que no quería que fuera su nieto - puso una mano sobre su estómago - Me dijo que te aburrirías de mi y me dejarías... así que lo mejor sería que no lo tuviera - rompió a llorar una vez más
Sin tener cuidado soltó una vez más a Gerard y se levanto de la cama, dando vueltas como león enjaulado, sin poder creer hasta donde era capaz de llegar su padre... despreciar de esa manera a su futuro hijo o hija... jamás se lo perdonaría y mucho menos el hecho de hacer sufrir a quien más amaba
- ¡¡Ese maldito... ese maldito!! ¡¡Me va a escuchar!! - tomo el teléfono, dispuesto a arreglar el asunto y exigirle a su padre una disculpa para Gerard - De seguro te trato mal... de seguro... - volvió su mirada a Gerard, percatándose hasta ese momento de algo importante - ¿Qué te paso en el labio? - se acercó a la cama, tomando del mentón a Gerard para que este no esquivara su mirada - ¿Qué te paso en la mejilla? - vio el ligero moreton que se había formado en la mejilla de Gerard, un frio recorrió su columna al ver como su esposo esquivaba su mirada y se alejaba, tapándose por completo con las mantas - No...
- Él decía que no eras el padre, que ya estaba embarazado cuando nos casamos... le dije que era un mal padre - su voz salía amortiguada - Y...
- ¿Qué fue lo que te hizo? - se subió una vez mas a la cama, sentándose en la orilla y quitándole a Gerard de encima todas las cobijas - Dímelo Gee...
- Él... se enojó... me soltó un golpe - antes de que Bert se levantara y fuera a hablar con su padre, Gerard se adelanto, abrazándose a su cuerpo
- ¿Solo eso? - pregunto sin devolver el abrazo
- Si... se fue muy enojado... prácticamente lo eche de casa... lo siento - paso por alto cuando Edward pico su vientre
Nadie decía nada, Gerard estaba abrazado a Bert, esperando a que le correspondiera. Cuando decidió que lo mejor sería alejarse, su esposo correspondió el abrazo, apretándolo contra su pecho con fuerza pero sin llegar a lastimarlos
- Disculpa a mi padre Gee... no sabe de lo que se perderá... - sin que Gerard lo esperara, Bert comenzó a llorar, abrazándolo con un poco mas de fuerza por el pecho, quedándose ahí hasta que calmo su llanto
Se quedaron así por un buen rato, hasta que el estomago del pálido pelinegro comenzó a rugir... amenazando con comerse a Bert si no ingería algún otro alimento
- Que bien que no me olvide de lo que me habías pedido - una enorme sonrisa apareció en el rostro de Gerard
- ¡Dime que trajiste sushi! - antes de llegar al marco de la puerta, Bert se giro, viendo con una interrogante en su rostro a su extraño esposo - ¿O que fue lo que te pedí?
- Comida china o una hamburguesa... nunca pediste sushi
- No tiene lógica lo que me dices ¡Claro que quiero sushi! Pero por ahora me conformo con la hamburguesa
- ¿Quieres que vaya...?
- Déjalo así... ¡muero de hambre!
Se encogió de hombros y regreso a la cama, donde un alegre oji-verde saltaba apoyado en sus rodillas y manos en la cama, feliz de que Bert fuera tan lindo y complaciera sus pedidos... si así era ahora cuando comenzaran con mayor intensidad sus antojos lo volvería loco
Comieron mientras hablaban del día de Bert y como uno de los nuevos dueños le había caído de las mil maravillas. El oji-verde lo escuchaba atento, sin dejar de degustar una gran hamburguesa con mucho queso
- ¡Debes de conocerlo! ¡Es una persona genial!
- Me pone celoso como hablas de él - soltó Gerard tratando de aparentar calma cuando dentro de si moría por saber quien era ese sujeto y dejarle en claro que Bert era solo suyo
- ¡Awww! No te pongas celoso Gee... él esta casado y tiene una hija y un pequeño de apenas un año... se ve que ama a su esposo... ¿Cómo me dijo que se llamaba? - pensó por un momento - ¡Diablos! No lo recuerdo... era algo con S... - trató de recordar de nuevo - No, no me acuerdo... pero él es genial y tiene unos geniales ojos azules... y sus hijos también los tienen, incluso me enseño unas fotos
- Y para todo esto, no me has dicho como se llama
- ¡Cierto! Se llama Jared Leto... y debes conocerlo!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top