29. Take my hand, take my life
El teléfono llevaba sonando ya bastante tiempo pero sigue sin querer levantarse de su cómoda cama, hace mucho frio y no piensa abandonar la calidez de las mantas hasta que fuera absolutamente necesario... el día siguiente para ser precisos.
Había sido una semana terrible, hubo mucho trabajo que hacer. Estaban retrasados con varios comics y gracias a ello tuvo que quedarse toda la semana trabajando hasta tarde y finalmente, cuando podía salir e irse a su casa a dormir temprano, su teléfono no lo dejaba en paz desde hacia varios minutos. Para colmo todo el día tuvo dolor de estómago y ¡Todavía no se le pasaba! Era una sensación extraña... sus tripas dolían pero a la vez no. No sabía como describirlo
Finalmente, después de tres llamadas perdidas y una más que pide ser atendida si o si, se levanta a contestar; suelta un bufido de resignación mientras enciende la lamparita de noche y sus ojos duelen por el cambio de iluminación, pero si no contesta seguirán insistiendo y no podrá dormir como tanto necesita y quiere.
Planea mandar al diablo a quien sea que lo esté molestando para poder seguir en el mundo de los sueños.
Antes de contestar mira la hora... casi media noche. "Que extraño" piensa al ver parpadear el nombre de cierto rubio en el identificador de llamadas
- ¿Si? - su voz suena ronca debido a que llevaba tres horas durmiendo. Su dolor de estómago se intensifica un poco más pero no es dolor, es otra cosa - ¿Qué pasa Bert?
- Bob... - es escuchar la voz de su amigo, acompañada de un leve sollozo para saber que algo no está bien
- ¿Qué pasa? - está completamente despierto ahora, atento a todos los sonidos al otro lado de la línea mientras se sienta sobre la cama y busca sus mullidas pantuflas. Logra captar el ruido que provocan los autos, la agitada respiración del rubio y... ¿una ambulancia? - Bert ¡Contesta!
- Bob... - repite su nombre, como si fuera la única palabra coherente que puede formular, acompañado de un sollozo más audible que logra empeorar su dolor de estómago - Es Gee... - se queda congelado en su lugar, dejando caer de entre sus manos la chamarra que había sacado del armario - T-tuvo un accidente... vamos para el hospital.
~*~
Alcanzar a la ambulancia no fue tan fácil como se lo plantearon. Sus nervios estaban por colapsar, todo había pasado tan rápido... ¡Ni siquiera dejaron que subiera con ellos a la ambulancia! No sabía nada de su pelinegro y el oxigeno le faltaba de a ratos, sentía su cerebro explotar por tanta información en tan poco tiempo
- ¿Cómo está mi esposo? - atacó a la recepcionista del hospital tan solo al llegar
- Cálmese señor - el tono de la mujer vestida de blanco solo lograba alterarlo más ¡Él estaba que moría de angustia y la chica como si vendiera chicles! ¡Así de despreocupada e incompetente! "Cálmate Bert... respira" - ¿Puede decirme la habitación del paciente y el doctor que lo atiende? En unos segundos le podré informar con mayor detalle lo que pasa y usted podrá...
- ¡No, no! - corto a la chica, quien parecía molesta de ser interrumpida - Mi esposo... él acaba de llegar en la ambulancia... tuvo un accidente y está esperando un bebé - explicó lo mejor que pudo un poco más calmado... solo un poco
- ¿Es el hombre que acaba de llegar? - suelta un bufido, ¡¿Acaso es tonta o no le presto atención?!
- Si - responde lo más calmado posible - Tuvo un accidente y esta esperando un bebé... ¿Puede decirme como está?
- Necesita llenar esta forma de ingreso... - no puede estar más desesperado ¡Muere por saber como están!
- ¿Puede decirme como se encuentran? Solo quiero saber eso
- Necesita llenar la forma de ingreso con todos los datos del paciente y... - la chica sigue hablando pero no le presta la más mínima atención.
Lágrimas de impotencia y miedo escapan de sus ojos por lo que voltea a otro lado para que la tipa no lo vea. ¡Solo quiere saber como están! ¿¡Tan difícil es decirle eso!? ¡¿Qué no ve lo preocupado que esta?!
- ¿Bert? - da la vuelta de inmediato al escuchar una voz conocida, ignorando por completo a la recepcionista. Suspira aliviado al ver a Sara ahí, usando esa ropa azul que llevan los doctores cuando van a operar a alguien - Cálmate Bert - lo consuela dándole palmadas en la espalda cuando el rubio se aferra a ella como si fuera un salvavidas
- ¿Cómo es que...?
- Los paramédicos me llamaran... tenían mis datos en la billetera de Gerard
- ¿Están bien?
- No lo sé - contesta sincera, compadeciendo el estado de Bert - Hacemos todo lo que podemos, cuando tenga algo vendré a informarte - como si fuera un niño pequeño lo llevo de la mano a la sala de espera para urgencias - Tendrás que esperar aquí, debes llenar algunas formas...
- La incompetente recepcionista ya me lo había dicho - toma asiento con recelo, coge la pluma y la tablilla llena de papeles que debe llenar - ¿Por qué son tantos? - empieza a revisarlos uno por uno... ¡¿Qué es eso?!
- Había más persona en el accidente, los conoces ¿cierto? - Bert asiente sin levantar la mirada de los papeles - No hay más familiares así que...
- Entiendo - la interrumpe antes de que continué con lo que ya sabe - Gracias
Sara amarra su cabello en una coleta, esta por ir a ver como esta su paciente pero antes de darse media vuelta ve una última vez a Bert. Se nota que el rubio ha estado llorando, está tan pálido y tal vez no sea muy prudente lo que dirá
- Bert... - el aludido fija sus ojos azules en ella, esperando a que continué - Siento mucho lo de tu padre
Baja la mirada nuevamente a las hojas que tiene que llenar "¿Gerard es alérgico a la penicilina? ¿Para que necesitan saber eso?" trata los más posible de desviar su atención mientras Sara, en total silencio, da media vuelta y se va.
Trata de perderse en su actividad de llenar datos, de no pensar demasiado las cosas porque si lo hace se soltara a llorar y no quiere eso. Debe ser fuerte por su esposo e hijo, debe concentrarse en otra cosa que no sea la imagen de la persona que más ama en el mundo inconsciente y con una herida en la cabeza, con su hijo en peligro por lo que había pasado... olvidar la imagen del auto de su padre y un charco de sangre, su propio padre, la persona que lo cuido y amo y quien por poco acaba con su mundo... olvidar a ese amigo que se atrevió a tocas a su esposo, a hacerle daño, a besarlo...
Se levanta con cuidado y va de nuevo a la recepción para hablar con la chica vestida de blanco y que duda sea doctora. Se acerca y ésta se le queda mirando como si fuera un zombie, ¿Tan mal aspecto tiene? ¡Claro! ¡No es para menos!, después de todo lo que ha pasado ese día lo único que quiere es despertar de la pesadilla que significa su realidad. Despertar y encontrar en su cama a un lindo pelinegro que lo observará con adoración, con amor y una sonrisita llena de amor, recostado sobre su pecho
- ¿Se le ofrece algo señor...?
- McCracken, Bert McCracken... -hace una pausa para serenarse un poco - Necesito saber como se encuentra Frank Iero - dice con dificultad. La chica se muestra más comprensiva esta vez - También estuvo en el accidente
- Debe llenar las formas... el doctor saldrá cuando tenga algo; puede tomar asiento y esperar - incluso su tono es más amable
- Y también... q-que pasó con el Señor Edward McCracken... es mi padre
Llegó tan rápido como pudo. Después de que Bert le colgara y que saliera de su estado de shock, busco las llaves de su auto y salió hacia el hospital que el rubio le había indicado. Seguía sin poder creer lo que estaba pasando... ¿un accidente? ¿Qué clase de accidente? Bert no le había dado mucha información.
Tan solo al llegar fue directo a la sala de espera de urgencias, atento a todo para ubicar rápidamente al rubio.
No fue difícil, el lugar estaba casi vacío; en el camino se encontró con varias personas que abandonaban el lugar y en la sala de urgencias no había más almas que la de un rubio atento a varios papeles en sus manos, escribiendo quien-sabe-que.
Se acercó despacio, dándole tiempo al otro para que le reconociera y no se sobresaltara
Bert estaba tan inmerso en terminar de llenar los papeles que no se dio cuenta de su presencia hasta que estuvo a menos de cinco pasos de él. Dio un pequeño salto en su lugar por la sorpresa más después se levanto y lo abrazo, agradeciendo con ese gesto que estuviera ahí
- Muchas gracias por venir Bob... gracias - murmuro a su oído sin separarse de su cuerpo. Eso no hizo más que alterarlo; debía ser algo grave para que Bert se mostrara así... tan vulnerable
- No tienes que agradecerme nada... ¿Cómo esta Gerard?
- No lo sé - Bert se dejo caer en el sofá y continuó con su tarea - Hace quince minutos llegó Sara... dijo que me mantendría informado pero no ha venido... no sé nada de ellos... como están... - a Bob le consterno el hecho de que Bert tratara de ignorar todo a su alrededor ¡¿Qué diablos había pasado?! - ¿Podrías... puedes ayudarme con esto? - le paso una hoja de datos.
No comprendía porque Bert le daba a llenar papeles, sí era el esposo de Gerard era obvio que sabía todo eso, mas no protesto y procedió a leer los papeles.
No avanzó ni dos líneas cuando encontró algo extraño, ¡¿Por qué las hojas tenían el nombre de Frank Iero?! Cual reflejo volteo a ver a Bert, esperando por una explicación. También estaba preocupado por la salud del pelinegro y el pequeñito o pequeñita; los quería y por eso mismo deseaba que no les pasara nada malo.
En un principio Bert lo ignoro todo lo que pudo mas no fue mucho. Varias lágrimas brotaron de sus ojos junto con un sollozo ahogado; el rubio deja los papeles de lado para verlo a los ojos, azules con azules enfrentándose, transmitiendo el dolor de sus almas, sus dudas y miedos
- ¿Qué paso Bert?
- Gerard me lo dijo todo - no comprendió - Me dijo de Frank - "Mierda" - ¿Tu lo sabias? - le reprocho al verlo tan preocupado
- Conozco a Gerard desde antes que tú... lo sabía... siempre lo supe
- ¿Por qué no me dijeron nada? - en su todo no había reproche, solo quería saber por qué, se sentía traicionado, perdido. Tenía mucho miedo
- Así lo quería Gee... el pasado es pasado y nada cambiará lo que ya fue
- Pudiste decirme... - volvió al llenado de datos - En vez de separarlos te hubiera ayudado - Bob lo atrae a sus brazos, tratando de consolarlo aunque lo único que Bert necesita es saber que están bien
- ¿Qué le pasó a Frank? ¿Qué le hiciste? - es inevitable el pensar que Bert ha mandado a Frank al hospital... ¿pero a Gerard? ¿cmo fue que terminaron en ese lugar? - ¿Qué paso?
- Fui a buscar a Frank... quería hacerlo pagar - se recarga en el hombro del otro rubio. Hablar de todo aquello le duele - Me encontré con Zacky y me dijo q-que él... por su culpa casi perdemos a nuestro hijo
- ¡¿Qué?! - lo separa de su cuerpo sin poder creerlo ¿Zacky? ¡¿Por qué?!
- Zacky ama a Frank... lo hizo por amor - tuerce la boca y por primera vez en la noche analiza todo lo que ha pasado. Zacky fue capaz de dañar a alguien por amor... ¿Haría lo mismo por Gerard? - Pero no lo hizo solo - su gesto cambia radicalmente. ¡Claro que lo haría! Por Gerard haría cualquier cosa, ¡Daría su vida si fuera necesario! - Mi... padre... - le cuesta mencionarlo - Lo ayudo... fue su idea
- ¿Qué paso después? - Bob trata de entender lo que le dice, todo parece un sueño. No, una pesadilla
- Le reclamé a papá... discutimos... él quiso deshacerse de MI hijo - se aleja del cuerpo de Bob para seguir llenando la hoja de datos... la que pertenece a su padre - Regrese con Gerard y l-lo vi... besando a Frank - aprieta los puños tan fuerte que sus nudillos se ponen blancos. La impotencia que sintió en ese momento regresan, el dolor de lo que paso después cala su consciencia - Gee trató de explicarme pero no quise escuchar... salí de ahí y me subí al auto... me dijo que me detuviera - muerde sus labios para contenerse - Pero no lo escuche... Es mi culpa
- ¡Cálmate Bert! - lo sostiene de las manos con fuerza para que no se lastime. Verlo destrozado es algo que no puede soportar; imaginar como debe estar Gerard... el bebé... - No es tu culpa... fue un accidente
- ¡Si lo hubiera escuchado no habría pasado! ¡Si tan solo hubiera golpeado ahí mismo a Frank en vez de huir como un cobarde! - la recepcionista se acerca a Bob con una taza de café, este le da un pequeño trago a Bert, esperando que se tranquilice - Papá iba en el otro auto
- ¿De que estas hablando? - lo suelta y se enfoca en los papeles que su amigo había estado llenando. En la parte alta destaca el nombre de Edward McCracken, más abajo viene la hora de... "¡¿Qué?!" - Bert... lo siento tanto
- Él no quería a nuestro hijo... él lo quería desaparecer y a Gee - la mirada de Bert es tan pesada, esta tan llena de dolor que incluso puede sentirlo en carne propia - Pero era mi padre... me cuido y... ¿Qué le diré a mi hermano?
- ¿No le has llamado?
- ¡¿Qué le diré?! - pregunta desesperado - "Papá trato de acabar con mi familia y por eso esta muerto" ¡No puedo decirselo ahora!... además esta Gee... no sé como se encuentran, ¡No sé nada! Se suponía que no debía agitarse... por el bebé, por lo que mi padre y Zacky provocaron... se suponía que debía cuidarlos - muerde sus labios con fuerza, la misma con la que aprieta sus puños - ¡Mira que buen trabajo hago!
Esta por contestarle, por repetirle que no es su culpa, que fue un accidente ¡Un maldito ACCIDENTE! Nadie tiene la culpa, pero se ve interrumpido por un doctor, un hombre mayor con lentes en montura negra y aspecto calculador que se acerca con pasos decididos a ellos
- ¿Familiares del señor Iero? - se miran por un instante para negar al mismo tiempo
- Somos... amigos - dice Bert con dificultad, ambos levantándose del sofá donde estaban - ¿Cómo esta?
- El señor Iero tiene un golpe en la cabeza que requirió sutura, además tiene fracturada la pierna izquierda y dos costillas y probablemente un problema en la columna - habla rápido y claro - Sera necesario operar. Al parecer llevo un daño mayor en el choque... lo que es curioso, considerando que debió ser el señor Way quien recibiera mayor impacto - no saben si tomar eso como una buena señal o no
- ¿Está grave? - pregunto Bob... si Frank había llevado un mayor daño significaba que Gerard no estaba tan mal... ¿verdad?
- No les mentiré, el impacto fue fuerte pero llevaba cinturón de seguridad puesto. Esta delicado pero su vida no corre riesgo, solo necesito que firmen estos papeles y procederemos. Puede que el señor Iero tarde en recuperarse, pero podrá volver a caminar
- No somos familiares - no se siente apto para tomar una decisión de esa magnitud, menos con todo lo sucedido
- No importa, necesitamos actuar cuanto antes o la situación podría salirse de nuestras manos*
Bert firma el papel que le tiende el doctor - ¡Espere! - lo detiene antes de que se vaya - ¿Sabe algo del estado del señor Way? Es mi esposo...
- Lo lamento señor, no estoy al tanto del caso - con un último asentimiento regresa con el paciente, dejándolos en un silencio que los consume, los asfixia
- Estarán bien, no te preocupes - trata de animarlo Bob - ¿Ya fuiste a ver... a tu padre? - por la mueca que hace sabe la respuesta - Deberías ir a verlo... era tu padre... te mantendré informado por cualquier cosa
- No quiero dejarlos solos
- No lo haces, yo estoy aquí
- No... no quiero... no es un buen momento - confiesa, volviendo a tomar asiento - Todavía no puedo creerlo... me siento perdido
Bob aprieta su hombro en un gesto amistoso. Bert luce agotado, tanto física como emocionalmente; no debe ser fácil recibir tanta información tan de golpe, no puede imaginar todo lo que pasa por su mente ni mucho menos como se siente; perder a su padre, no saber el estado de su pareja, sentirse tan culpable...
Tratar de consolarlo con palabras que intentan quitar un poco de la carga de su alma cuando una mujer aparece en la pequeña sala y se acerca a ellos; Bert se levanta tan sólo verla entrar y él le sigue de inmediato, esperando pacientemente que hable.
El consuelo tendrá que esperar.
- ¿Cómo están? - la ataca con su más grande duda antes de permitirle hablar - ¿Están bien? ¿Y nuestro bebé? ¿Puedo vernos?
- Cálmate Bert - susurra Bob mientras lo retiene del brazo para evitar que avance más - Deja que hable
- ¿Están bien? - pregunta con sus ojos brillantes por las lágrimas que intenta retener. No quiere soltarlas porque eso supone que algo muy malo esta pasando y quiere ser optimista
- Bert... - el nombrado cierra los ojos con fuerza. Ese no es el tono que quiere escuchar
- No... por favor - le suplica con la mirada por buenas noticias
- Hacemos lo que podemos... pero su estado no es el mejor - se abraza a sí mismo en un intento desesperado por mantener la calma - Gerard tiene una herida en la cabeza... nada serio. Lo que nos preocupa es el bebé
- ¿Qué pasa? - interviene al ver que Bert no puede hablar
- Va a nacer - ambos sueltan un jadeo, uno de ellos más audible y desesperado
- Aún no cumple nueve meses... ¡Ni siquiera tiene ocho! - siente un frío recorrer su columna al recordar las recomendaciones de la doctora aquella vez en que casi pierden a su hijo - Dime que estarán bien...
- Hacemos lo que podemos - Sara siente pena por el rubio - Pero es inevitable, debe de nacer ya - le entrega una nueva tabilla con una sola hoja, no se habían dado cuenta que la traía.
Bert la toma y comienza a leerle, sus ojos se abren con horror conforme avanza
- ¿Qué es esto? - no está muy seguro de querer saberlo. A su lado Bob se acerca para leer, poniéndose pálido cuando ve lo mismo que él
- Ambos están sufriendo - le habla calmadamente, sabiendo que si se encontrara en la misma situación no lo soportaría, no al menos como lo estaba haciendo el ojiazul - No podemos estabilizarlos, hemos intentado todo. Sí anestesiamos a Gerard podríamos lastimar más al bebé y si no lo sacamos no lo soportará... es muy pronto, lo sé, pero esta sufriendo, y Gerard tampoco podrá, las contracciones se hacen cada vez más fuertes y el golpe en su cabeza no ayuda
- ¿Que quiere decir con...? - señala la hoja
- Pero si sacamos al bebé ahora puede que Gerard no resista la operación... es muy joven - evade su pregunta. Primero debe explicarle bien la situación antes de que tome una decisión - Si no estuvieras aquí le daríamos prioridad al bebé...
- ¿Me estas pidiendo que... d-d-decida entre ambos? - sus labios tiemblan, todo su cuerpo lo hace - No puedes hacerme eso...
- Bert, si no hacemos algo rápido perderemos a ambos
- ¡Son mi familia! ¡Son lo único que tengo! - Bob lo toma de los hombros para que deje de gritar y entre en razón... algo imposible considerando que él esta igual de alterado y sus mejillas empapadas con lágrimas - ¿No hay otra opción?
- Podemos proceder y esperar a que Gerard sea fuerte - las lágrimas en los ojos de ambos logran que su corazón se estruje.
Todo es tan diferente a como comenzó, jamás pensó que aquellos chicos que un día llegaron a su consultorio, nerviosos pero felices porque serían padres, tendrían que pasar por todo aquello. No era justo, ambos eran jóvenes y se amaban, ¿Qué error habían cometido, que falta fue tan imperdonable como para que fueran castigados de esa manera?
Se acerca despacio a Bert y le da un apretón en el hombro para que la mire a los ojos.
>> "¿No dejará que nada malo les pase?" <<
Ella o antes de soltar un largo suspiro "Todo estará bien, todo saldrá bien" repite cual mantra para convencerse antes de firmar la hoja y entregársela a la doctora.
- Yo le prometí... - habla inseguro. Carraspea antes de continuar para hablar con más fluidez, no deben perder tiempo - Le dije que estaría con él cuando nuestro hijo naciera
- No creo que sea conveniente para ti...
- Por favor - le suplica quedo, tomándola de la mano - Quiero estar con él... no pienso dejarlo solo
Suspira y hace una mueca; piensa que no es buena idea dejarlo pasar porque las cosas podrían salir mal, "Es su esposo... lo necesita" - De acuerdo, pero debemos darnos prisa
Bert sonríe por primera vez en la noche, una sonrisa pequeña que no logra opacar toda su tristeza, pero es algo. Voltea con Bob para encargarle a Frank, a lo que este acepta, no muy convencido.
No son amigos, alguna vez lo fueron pero le hizo daño, lo lastimo y a su mejor amigo, a la persona que amaba. "El pasado es pasado y nada cambiara lo que ya fue" ¿Por que le dijo eso a Bert? ¡Claro para calmarlo, pero ¿Por qué no tratar de comenzar desde cero? "Puedo intentarlo"
Nunca le ha gustado usar gorros, mucho menos amarrar su cabello. Piensa que los gorros, sombreros o cualquier cosa que vaya en la cabeza no le van bien pero esta ocasión hará una excepción... solo por su pelinegro e hijo; porque prometió siempre cuidarlos y estar a su lado... aunque no haya hecho un buen trabajo hasta el momento
- ¿Estas listo Bert? - el nombrado asiente - Debes estar calmado, no debes alterarlo
- ¿Está consciente?
- Algo... le pusimos un sedante no muy fuerte para ayudar con el dolor, pero no es mucho
Bert asiente, preparándose mentalmente para ir a lado de su esposo, aparentando una fuerza y calma que está muy lejos por sentir.
Desde donde esta puede ver a Gerard usando un gorro azul igual al que trae puesto, cubierto por una manta del mismo color.
Logra apreciar que no trae nada de ropa, como prueba puede ver sus hombros desnudos y su barriguita al descubierto.
Ya han terminado de traer todo lo necesario y han cubierto con una especie de cortina la barriga de Gee, seguramente para que, tanto él como el pelinegro no vean y se alteren.
En el quirófano hay seis doctores y él, de pie sin hacer ni decir nada
- ¿Estamos todos listos? - la voz de Sara se oye en todo el lugar al tiempo que termina de colocarse el cubre boca.
Nadie le contesta pero es obvio que están preparados para reaccionar en cualquier situación. Por su parte Bert se queda estático en su lugar, no se mueve, no hace nada más que estar de pie, viendo como todos hacen su trabajo. Ha olvidado que hace ahí, siente que estorba y que sería mucho mejor que se fuera. Da dos pasos había atrás para abandonar la sala sin despegar sus ojos del cuerpo de su pareja
- Bert - lo llama Sara antes de retroceda más - Todo estará bien - repite, pero no surte efecto.
El rubio da un paso más hacia atrás; todo se congela a su alrededor, el tiempo se detiene logrando escuchar solamente los latidos de su corazón y la maquina que marca los de Gerard.
Creía soportarlo pero no es así. Sería muy diferente si Gerard hubiera tenido al bebé como se tenía planeado, si una noche hubiera despertado agitado por las quejas del pelinegro, escuchando palabras de odio hacia su persona por embarazarlo y demás amenazas, pero a veces las cosas no salen como debieran, el destino te juega malas pasadas, te pone a prueba."¿Y si no soy el adecuado para él?" se pregunta mientras todo toma su curso normal "También lo lastimo... no fuimos hechos el uno para el otro... no lo merezco"
- ¡Bert! - el tono elevado junto con un quejido de dolor llaman su atención.
¡¿Qué esta haciendo?! No es momento para pensar en eso, primero esta su familia, ya después buscara una respuesta a sus dudas, por el momento su lugar esta junto a él.
Avanza los pasos que retrocedió. Ya que está más cerca del pelinegro lo nota pálido, sudoroso y en sus facciones se dibuja una mueca de dolor; la cortada en su mejilla ha dejado de sangrar y puede percatarse de dos más pequeñas que la otra.
Una de las máquinas hace un "bip-bip" molesto. Uno de los doctores ahí presentes anuncia que es otra contracción mas no le presta mucha atención, eso no le importa sino el hecho de que Gerard gime de dolor y suelta un par de lágrimas. "Estoy aquí Gee" acaba con la distancia que los separa y sin pedir permiso a nadie lo toma de la mano con delicadeza, dándole un suave apretón para que note su presencia.
- Todo estará bien cariño - acaricia su mejilla con ternura, esperando a que el otro responda abriendo los ojos o apretando su mano en señal de que le escucha - Estoy aquí - lleva la fría mano de su amado a sus labios, dejando un cálido beso que transfiere un poco de calor a su cuerpo. Solo entonces el pelinegro abre un poco los ojos, enfocándolos en él - Estoy aquí - repite, esta vez con una pequeña sonrisa pendiendo de sus labios
- Bisturí - Bert se mueve para no interferir con el trabajo, quedándose a la cabecera de la camilla, acariciando y quitando el sudor de su frente con un paño blanco mientras su otra mano sostiene la ajena.
Puede ver de reojo como los instrumentos más extraños pasan de manos en manos hasta llegar a las de Sara, mas no quiere prestar atención a eso, sino al pelinegro, que mantiene sus ojos entrecerrados y viéndole directamente; un poco de calma regresa a él cuando ve en sus facciones una débil sonrisa y desaparece tan rápido como llego con el grito de dolor que inunda la habitación, haciéndole estremecer
- Resiste Gee... - deja escapar sus lágrimas junto con las de su esposo. No le importa en absoluto que este apretando con demasiada fuerza su mano al grado de romperla - Debes ser fuerte
- Ya casi - dice Sara. Un nuevo grito de dolor no hace más que desesperar a Bert, ¿Por qué están tardando tanto? ¡¿No ven que esta sufriendo?!
- Pronto tendremos a nuestro hijo o hija en brazos - trata de distraerlo del dolor - Los llevaré a casa y seremos una familia feliz - el agarre de sus manos no ha disminuido ni un poco; la respiración de Gerard es agitada, de sus ojos caen copiosas lágrimas. Uno de los tantos monitores marca los rápidos latidos de su corazón - Los consentiré mucho... todo lo que quieran... solo debes ser fuerte - lo último le sale ahogado, siendo opacado por un nuevo gemido de dolor
- ¿Me escuchas Gee? - Sara suena preocupada - Necesito que pujes, tienes que ayudarnos*
- Está cansado - muerde sus labios preocupado, tratando de asomarse a ver como va todo
- ¿Puedes hacerlo?
- Es... muy pequeño... aún... - habla con mucho esfuerzo, a pesar del dolor y lo que le cuesta respirar
- Debe nacer ya, necesitamos que nos ayudes
Gerard asiente como puede, apretando aun más la mano de su esposo. No tiene mucha fuerza; desde antes del accidente ya sentía el dolor de las contracciones y después de éste todo había empeorado. Se sentía desfallecer, no creía resistir por mucho tiempo, aunque tener a Bert a su lado tomando su mano le daba fuerza para seguir adelante.
Jadea tratando de hacer llegar el oxigeno a sus pulmones, y haciendo acopio de todas sus fuerzas, comienza a pujar.
Una, dos, tres veces y siente que no puede más, su vista se nubla y un frío recorre su columna. "Una vez más" le pide Sara, "Una vez más" se exige a sí mismo por su bebé, el hijo al cual amaba desde que supo que estaba embarazado.
Bert muerde sus labios mientras escucha impotente los gritos de dolor de su pareja, deseando que eso termine pronto, deseando ser él quien este en esa situación y no su Gee, no soporta verlo sufrir.
Por suerte todo termina y Sara pasa a otra doctora un pequeño bulto mojado y con restos de sangre al cual llevan a una incubadora, no sin antes él logre distinguir una cabecita con mucho cabello negro. A Gerard le ponen una mascar de oxigeno para ayudarlo a respirar.
Suspira aliviado porque lo peor ha pasado... ¿no?
- ¿Qué es? - sonríe grande, esperando pacientemente a que limpien al bebé y lo dejen en sus brazos, pero por la expresión de Sara su sonrisa se desvanece. Un momento... ¿Por qué no hay sollozos? - ¿Sara? - un nudo se forma en su garganta cuando ésta deja una esponja empapada en sangre para tomar otra... y después otra.
La doctora que tomo a su hijo junto con otros dos más salen de la sala, llevándose a su bebé.
Da un paso directo a ver que pasa, por qué no le contestan y por qué se llevan a su hijo, pero el agarre en su mano se hace cada vez más débil.
Su mirada regresa de inmediato al pelinegro, quien poco a poco cierra sus ojos; el monitor que marca sus latidos cada vez es más lento y comienza a formar una línea horizontal junto con un molesto sonido
"When the hope begins to fade..."
- ¿Gee? - la blanca mano escapa de entre las suyas y un ensordecedor 'bip' moviliza a los médicos a su alrededor.
Sara continua con las esponjas, por lo menos ya debe llevar seis - No... Gerard ¡Despierta! ¡Abre los ojos! - sus manos tiemblan y su visión se nubla por todas sus lágrimas - ¡¡GERARD!!
- ¡Sáquenlo de aquí! - un nuevo doctor entra a la sala con un desfibrilador a cuestas
- ¡No por favor...! ¡¡GERARD!!
"While I recall all the words you spoke to me, can't help but wish that I was here, back where I'd love to be"
Lo último que ve en la sala es como el cuerpo de su amado se sacude y el monitor sigue sin ningún cambio.
De su pequeñín no sabe nada
"Dear God, the only thing that I ask of you is to hold them* when I'm not around, when I'm much too far away"
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