23. So I can't hurt you anymore

- Vamos Bert... no hagas esto más difícil - el pelinegro le dio la espalda a su ya-casi-rubio esposo, hablándole con frialdad
- ¡¡Pero Gee...!! - Bert trataba de hacerle entender al pelinegro, pero era inútil
- ¡Basta! ¡¡Es mejor que te vayas de una vez!! - le aventó justo a la barriga una carpeta - No quiero verte...
- Pero Gee...
- ¡¡NADA!! ¡ADIOS! - azotando la puerta se encerró en su habitación, dejándose caer sobre la cama y tapándose por completo con las mantas mientras acariciaba su barriga, justo donde sentía una leve patadita - Es lo mejor... - con esas últimas palabras dio rienda suelta a sus lágrimas

Al otro lado de la puerta Bert estaba de pie, sin mover ni un solo músculo... pensando en lo que había pasado... pero al final decidió no darle demasiada importancia, así que se dio la vuelta, arreglo el saco gris que traía puesto y también su corbata para después avanzar a paso lento a la salida.

Soltó un largo y cansado suspiro antes de tomar las llaves para abrirla puerta principal, su corazón se había encogido por ser el causante del dolor en su pelinegro, se sentía la persona más horrible sobre el mundo, pero así eran las cosas y no lo podía cambiar. Introdujo la llave y le dio la vuelta... debía irse ahora... debía salir de ahí ¡ya!
- ¡¡BERT!! - dio un brinco de sorpresa al escuchar a su pelinegro llamándolo y después abrazándolo por detrás - No te vayas... - le dijo en un susurro quebrado - No nos dejes... - Gerard se separo del cuerpo de Bert, abrazándose de su barriga y bajando la mirada. Sus mejillas aún se encontraban húmedas y no llevaba algo que cubriera sus pies del frio... pero al menos había alcanzado a Bert antes de que fuera tarde
- Gee... - cautivado por el estado del pelinegro lo tomo del mentón para que lo viera a los ojos - Solo serán unas horas - le sonreía con obviedad, para hacerlo entender y se dejara de tanto drama, "Malditas hormonas que alteran a MI Gee"
- ¡Quédate con nosotros! - con un puchero en sus labios trataba de convencer a su casi-rubio esposo - No vayas a trabajar... ¡Por favor! - insistía cual niño caprichoso - Quédate otro día más
- Gerard - dijo serio, haciendo que el pelinegro se lo tomara como un regaño, lo sabía por la expresión de su cara - Debo ir a trabajar y lo sabes... si queremos que nuestro bebé tenga lo mejor debo ir... pero regreso a las cinco
- ¡Quédate! - le dio la espalda, atrapando sus brazos y obligándolo a abrazarlo. Gerard pegó aun más su trasero a la entrepierna de Bert el cual soltó un pequeño gemido y se dejo hacer - La pasaremos bien... - su voz era un quedo susurro que volvía loco al casi-rubio

Por su parte Bert estaba perdido en sus sentidos, percibiendo cada sutil movimiento de su pelinegro y dejándose llevar poco a poco por la pasión que le embargaba.

Gerard hubiera logrado su cometido pero, al parecer alguien no estaba del todo de acuerdo, e hizo que Bert despertara de sus perversos sueños con una la patadita, haciéndole que también recordara porque debía ir al trabajo
- No Gee... sabes que si fuera solo por nosotros me quedaría, pero debo ir a trabajar... mejor cuando regrese...
- No, has perdido tu oportunidad - Gerard se lo quito de encima como si fuese cualquier cosa y se alejó despidiéndose de él con la mano... "Malditas hormonas... ¡terminarán matándome!" rio ante la actitud de su pelinegro y decidió que lo mejor era irse de una vez, o llegaría tarde a su primer día de trabajo de un nuevo año.

Cuando escuchó la puerta cerrarse Gerard sonrió tiernamente, pues tenía un plan para estar todo el día con su Bert sin importar nada. Regresó a su habitación y tomo una larga ducha para después arreglarse y salir del departamento. Ese día Gerard y su bebé irían de visita al trabajo de papá, o eso le decía el pelinegro a su bebé para tratar de controlar las patadas que le daba y las peticiones de comida pues no habían desayunado

~*~

- ¡BERT! ¡Que alegría verte! - un animado Jared abrazaba con entusiasmo a su amigo después de no verlo en una semana
- ¡Lo mismo digo! ¿Dónde esta Shannon? - lo busco por toda la oficina de Jared, regularmente se les veía todo el día juntos "Ojala Gee quisiera trabajar conmigo... así la pasaríamos todo el día juntos"
- Le tocó ir a dejar a nuestros hijos a la guardería - alguien que pasaba por su oficina llamó su atención - ¡FRANK! ¡Que gusto verte de nuevo! - el nombrado entró a la oficina de su nuevo amigo con algo de pena
- Igualmente a ambos... espero que hayan pasado unas buenas vacaciones - saludo enseguida a Bert
- Con Shannon y mis hijos la pasamos muy bien, en navidad fuimos a visitar a mis padres
- Pues yo la pase con Gee y fue estupendo - su tono dejaba saber a que se refería. Jared solo rio ante su comentario y siguió contando acerca de lo bien que la habían pasado en año nuevo mientras Frank sentía algo arder en su interior al saber que su Gee tenía intimidad con alguien que no era él."Pues que pensabas... ¡es su esposo y tendrán un hijo! ¿Crees que fue concebido por arte de magia?" apuntaba una cruel vocecita en su cabeza - ¿Y tu Frank? ¿Qué tal tus vacaciones?
- Yo... ah... bien... si, bien
- ¿Quién era el chico al que llevaste? - preguntó muy interesado Jared - Se ve que muere por ti...
- ¡¿Zacky?! ¡No...! Él es mi mejor amigo... no me ama - rio a rienda suelta ante tan comentario ¡¿Zacky?! ¡¿Enamorado de él?! ¡Ja!
- ¿Cómo estas tan seguro? - seguía Jared apuntando con suspicacia
- Nos conocemos desde hace cuatro años... no lo creo, ya me lo hubiera dicho o algo
- ¿Entonces no son nada? - cuestionó ahora Bert - Zacky es muy amable, se la paso hablando con Gee casi toda la velada - rio - Incluso comenzaba a sentirme celoso
- Bien señoritas... será mejor que se vayan a trabajar... ¡Que clase de ejemplo dan al estar como viejos chismosos?
- ¡¡Cállate Leto!! ¡Tu eres el chismoso! - Bert salió primero de la oficina de Jared, seguido de cerca por Frank. Al estar a pasos de la suya se giro para hablar con el castaño - Creo que debemos ponernos a trabajar... debemos checar los datos que tenemos ¿No crees Frank? - el nombrado asintió - De acuerdo... ¿en tu oficina o en la mía?
- La mía aun no esta lista... Zacky se encargará de eso - ambos entraron a la oficina de Bert, un lugar amplio con grandes libreros y un gran sofá
- Confías mucho en Zacky ¿cierto? - Frank observó con detalle las fotografías que Bert tenía en su escritorio, en cada este estaba con Gerard, en una sonriéndose, en otra mirándose... en otra besándose... "¡Basta!"
- Si... él... él es mi mejor amigo, confió en el plenamente
- Y no tienes novio
- No... - tomaron asiento y comenzaron con su trabajo.

Era bastante lo que tenían por delante, Jared y Bert ya se habían organizado de tal manera que ambos podía trabajar independientemente, sin depender de lo que hacía el otro, cada quien manejando la parte de la empresa que le correspondía y en el campo de su especialidad... al contrario de esto Frank y Bert apenas se estaban conociendo y les faltaba una infinidad de trabajo... debían de comenzar a trabajar ya
- Y tu... y... ahm... ¿Gerard? - se sentía muy nervioso - ¿Como esta él?
- Esta muy bien, pero con el embarazo se pone algo...extraño - rio al recordar todas las locuras que decía, hacía y comía su pelinegro
- ¿Extraño? - Frank sonreía acompañando a Bert, ¿Cómo serían las cosas si el bebé que esperaba el pelinegro fuera suyo?
- Si... a veces me grita y después me pide disculpas llorando, también le gusta acompañar sus comidas con muy extraños aderezos - hizo una mueca - Ayer comió brócoli con chocolate y mostaza y jugo de manzana con zanahoria - la sensación de querer vomitar le invadía a ambos - Pero a él le gusta y dice que todo es para el bien del bebé
- Debe ser genial tener un hijo
- Lo es... sentir las pataditas es muy lindo y lo es más aun el ver la barriga de Gee crecer día con día
- Y... ¿C-cómo lo conociste?
- En la universidad, él era un chico oscuro y misterioso... llamó mi atención de inmediato
- Gerard es un chico muy tierno
- ¡Él es perfecto! Es una persona dulce y amorosa... - contestó, mas Frank no lo había preguntado, era una afirmación - Y merece ser feliz - eso golpeo algo dentro de él, pensando que era una indirecta - Sabes... alguien lo hizo sufrir mucho - su mirada cambio radicalmente a una llena de furia - Y yo hare pagar al maldito bastardo por hacerlo sufrir
- C-cálmate... ¿pues que le hizo?

Parecía que Bert no quería hablar, pero necesitaba sacarlo - Él maldito fue una bestia con él... lo lastimó mucho, le hizo sentir que no valía la pena vivir - Frank lo observaba atento... Bert cambio su semblante radicalmente, ya no parecía la persona amigable de siempre - Pero por suerte me tiene a mi - y de nuevo había cambiado, mostrándole una enorme sonrisa - Y no dejare que nadie le vuelva a hacer daño
- Se nota que se aman - decía apenas con aliento
- Yo lo amo con todo mi ser... él es mi todo
- Y él... ¿Te ama? - de la nada encontró una esperanza
- Si, me lo ha dicho, no sé si con la misma intensidad pero mientras él sea feliz a mi lado...
- ¿Pero si él ama a alguien más...? - Bert frunció el ceño ante las palabras de Frank... como si supiera algo
- ¿A quien más podría amar? He sido el único en su vida... no ha habido nadie más
- ¿Y el sujeto al que odias?
- No lo creo, Gee me dijo que ya no lo amaba, y que estaba dispuesto a perdonarlo por todo lo que le hizo... Gee es una linda persona, no sé como alguien puede ser capaz de hacerle daño
- ¿L-lo p-perdonaría? - se formó un nudo en su garganta
- Si, Gee me dijo que si no fuera por él no estaríamos juntos... y bueno, después de todo el muy maldito lo llevó a mis brazos - hubo un largo silencio, algo incómodo, ninguno de los dos se atrevía verse a los ojos - ¿Y que hay de ti? ¿Has luchado por la persona que quieres?

Frank no entendía de donde había sacado esa información... hasta que regresó a su mente el día de navidad, cuando les fueron a visitar - Pues... la verdad es que no, él no me merece y tiene a alguien mejor
- ¡No debes de darte por vencido! ¿Cómo sabes que él ama al otro? Tal vez no...
- Si lo hace... - bajo la mirada, dejando los papeles que revisaba de lado - Además me porte muy mierda con él... no lo merezco, él merece algo mucho mejor que yo
- ¡Claro que lo mereces Frankie! ¡Merecer ser feliz! No debes darte por vencido... uno nunca sabe
-... Tal vez tienes razón

~*~

- ¿Estas seguro que funcionará? ¿Nadie sabrá lo que en verdad paso? - recibió un pequeño botecito negro, como de medicamento. De inmediato lo guardo en la bolsa de su abrigo para que nadie lo llegase a ver
- Estoy seguro... pero debes de poner pequeñas cantidades, así todos pensaran que fue algún accidente - recibió a cambio un sobre el cual reviso de inmediato, sonriendo al ver varios billetes grandes dentro - Y tu... ¿estas seguro de lo que harás?
- ¡Claro! ¡¡Quiero que sufra!! - su sonrisa y mirada asustaron un poco al hombre frente a él - ¡Mas te vale no decir nada!
- ¿Me crees idiota? ¡Si te hundes me hundo! - le dio un amistoso apretón en el hombro - Pero ¿estas seguro que funcionara?... no crees que... ellos... ¿puedan superarlo? Se aman ¿no?
- Pueden amarse todo lo que quieran... pero perder a un hijo destruye hasta al mas sólido de los matrimonios - le sonrió con maldad para irse de una vez. En poco tiempo pondría en marcha su plan

~*~

- ¡Hola Sussie! ¿Cómo has estado?
- ¿¡Gee!? - se levanto de su escritorio y lo rodeo para llegar junto al pelinegro y abrazarlo - ¡¡Hace tanto tiempo que no te veo!! ¡¡Luces hermoso!! - lo miraba de arriba abajo - ¡No esperaba que tuvieras esta barriga! - el pelinegro solo se puso de perfil para que Sussie, la secretaria de su esposo, lo viera bien - ¡¿Puedo?! - asintió, dejando a la chica tocar su barriga
- Si... ¿pero acaso Bert no te lo había dicho?
- ¡Claro que nos contó! De hecho no hay nadie en la empresa que no sepa que Bert McCracken tendrá un hijo - Gerard se sonrojó - ¿Y de cuanto estas? Bert no quiere soltar todos los detalles - Sussie hizo un puchero, esperando que el pelinegro si soltara la sopa
- Tengo más de cinco meses
- ¡Awww! ¡Que lindo! Apuesto a que será un niño o niña hermosa viniendo de estos padres - le guiño un ojo, provocando una carcajada en Gerard por tal acción, así era la chica... muy extraña
- ¡Gracias! - hizo una pausa para recuperar el aliento - Y bueno... ¿Dónde esta Bert?
- Esta en su oficina... pero me dijo que nadie lo podía molestar - se disculpo con la mirada
- Pero alguien quiere ver a su papi trabajando - hizo un puchero y con su barriga le dio un empujoncito a Sussie. Ella sonrió ampliamente mientras se preguntaba si sería lo correcto
- Entra... pero si Bert te pregunta yo fui al baño y aprovechaste para pasar
- ¡Claro Sussie! No te preocupes... yo me las arreglo con él - le guiño un ojo para que la chica entendiera a lo que se refería.

Pasó directo a la oficina de su esposo y tocó la puerta, mas nadie contestó. Un poco confuso volvió a tocar, recibiendo a cambio un"¡Quien quiera que seas no molestes!... ¡eso te incluye Sussan!" Le molestó un poco la actitud de su casi-rubio, había olvidado que este podía ser una persona diferente en cuanto se trataba al trabajo.

Sin importarle hacerlo enojar (porque él comenzaba a enojarse) volvió a tocar la puerta, esta vez con más rudeza. Al principio no escucho que Bert le contestara, pero después identifico unos pasos furiosos y al poco rato la puerta se abrió con brusquedad, dejando ver a un Bert con el ceño fruncido y cara de asesino
- ¡¡Que no entiendes que...! - se quedo sin habla al ver el rostro que tanto amaba atónito. Muy seguramente por verlo tan molesto - ¿Gee? ¿Q-qué haces aquí? - el nombrado se molestó ya que, aparentemente, su presencia no era del todo grata
- Si, claro... ¡hola Bert, mi amor! ¿Cómo estas? Me alegra tanto verte - su tonó era irónico. Le dio un golpe en el hombro y después se dio media vuelta, dispuesto a irse - No creí que te molestara nuestra visita
- ¡NO! ¡Gee...! No... - alcanzo a tomarlo de la mano para que no se fuera - Es que... me sorprende verte... ¡¡Hola mi amor!! - lo atrajo a su cuerpo con fuerza para abrazarlo y después darle un apasionado beso - ¿Que te trae por acá?
- Alguien quería visitar a papá... y yo me moría por verte - Bert lo volvió a besar - ¿No piensas dejarnos entrar? - le dijo al separarse
- ¡Claro! ¡Pasen mis amores! - se hizo a un lado para dejarlos pasar.

Gerard estaba de lo más feliz pues ansiaba estar con Bert por un momento, lo extrañaba mucho además de que se acercaba la hora de la comida y él moría por unos nachos con extra queso y albóndigas, tal vez Bert le invitaría a comer.

Entró muy feliz a la oficina de su esposo... pero lo que no entraba en su plan era encontrarse con cierto castaño que había visto todo lo que habían hecho. De inmediato un sonrojo cubrió la totalidad de su rostro, sin contar que se quedó estático al verlo ahí... ¡¿Qué mierda hacía con Bert?!
- Hola Frank - su voz dejaba ver un poco de su molestia al verlo en la oficina de SU Bert
- Hola Gerard... ¿Cómo están? - para Frank el tono no pasó desapercibido
- Muy bien, gracias - terminó de reaccionar al sentir las manos de su esposo sobre sus caderas, relajándose al instante por el contacto
- ¡Pero no se queden ahí! Siéntate amor - Bert le ofreció su silla para que se sentara - ¿Como llegaste hasta acá?
- Tome un bus... y el subterráneo - acepto sentarse en la cómoda y grande silla del ojiazul, mientras este tomaba asiento en la que era destinada para los invitados. Se molestó un poco por tal respuesta
- Gee... ¿Por qué no tomaste un taxi o me pediste que yo o Bob pasáramos por ti? Sabes que el transporte público es peligroso
- No lo es... no quería molestarte... ni a Bob - Gerard notó la repentina palidez en Frank - Además todos son muy amables en el transporte público, ¡me cedieron el asiento en ambos! - decidió que lo mejor era ignorar por el momento a Frank - Gracias a alguien... - acaricio su barriga
- Pero aun así es peligroso... algo podría pasarles y yo moriría si eso pasa
- Pero nada paso Bertie - acercó a su esposo jalándolo de la corbata para después besarlo con cariño ante la atenta mirada del castaño - Estamos bien y hemos venido a visitarte para que nos lleves a comer - dijo sin ninguna pena
- Gee, ahora tenemos mucho trabajo... y no pensábamos ir a comer
- ¿Por qué no van a comer? - puedo continuar y...
- ¡No te dejare todo el trabajo Frankie! - Gerard sintió algo extraño en su estómago al escuchar ese mote cariñoso... era el mismo que él usaba para calmar al castaño y tratar de evitar que lo tomara sin su permiso, pero jamás funciono
- ¡Pero tienen hambre! No puedes dejarlos sin comer después que vinieron a verte
- Gee... - Bert sabía que sería inútil tratar de convencer a Frank, tal vez no llevaban mucho tiempo conociéndose, pero por todo lo que había hablado hasta ese momento lo deducía - En verdad tengo mucho trabajo... ¿Por qué no pides algo y comemos los tres aquí?

La mirada de Gerard hacia Frank era indescriptible, había cierta tensión en ambos y algo de resentimiento por parte del pelinegro por lo que este se puso a meditarlo un segundo"Trata de perdonarlo... trata de perdonarlo" se repetía una y otra vez mientras meditaba
- ¿Puedo pedir lo que quiera? - al final se rindió y decidió aceptar... ¿Qué podría pasar?
- ¡Claro! Dile a Sussie que venga

Al cabo de media hora los tres ya tenían sus platillos en la oficina de Bert. Este había pedido pollo asado con ensalada, Frank había pedido pescado asado y tallarines, la comida de ambos comenzaba a enfriarse sobre el escritorio, los dos estaban demasiado concentrados en sus trabajos como para distraerse comiendo. Mientras tanto un alegre pelinegro se había acomodado en el sofá, subiendo los pies en estos, usando como mesa su barriga. Comía sin ninguna preocupación sus nachos con extra queso y trocitos de albóndigas después de haber acabado con un gran trozo de pollo asado y ensalada de manzana con arroz hervido.

Cada uno de ellos se concentraba en sus cosas... menos el castaño que miraba de reojo al pelinegro, sonriendo como idiota al ver lo tierno que era al comer y acariciar su barriga "Cada día me enamoro más de ti... pero tú ya tienes a alguien"apuntaba con crueldad y regresaba a sus tareas.

Al poco rato Gerard paseaba por toda la oficina de su esposo, tomando libros de aquí y allá, pasando de vez en cuando por el escritorio paraver lo que hacían y de paso robarle comida a Bert
- ¿Aún tienes hambre amor?
- No... ¿Por qué lo preguntas? - Gerard se sentó de inmediato en su lugar, acariciando su barriga como si llevase un buen rato en ello
- Por que ya vas a la mitad de mi plato... si tienes hambre cómetelo... yo estoy bien
- ¿Seguro? - Bert asintió con una enorme sonrisa, pasándole el plato que gustoso tomó Gee y siguió comiendo - ¿Me regalas de tu salsa agridulce Frank? - el nombrado se sorprendió mucho al escuchar la voz de Gerard pedirle algo y mirarlo con insistencia... no había miedo en su mirada, solo deseo por la salsa agridulce"Supongo que me has perdonado... y ya no significo nada para ti"
- ¡Claro! - se la paso, notando la mirada insistente del pelinegro en su platillo - Si quieres también puedes comerte mi platillo... no tengo hambre por el momento - consiguió que Gerard lo viera de nuevo a los ojos. Se sentía feliz de ya no ver miedo en ellos "No te emociones Frank"
- ¿Enserio? - asintió - Gracias - se llevó ambos platos para poder comer a gusto sin molestar a lostrabajadores

Bert le había pedido a su esposo que no se fuera, no estaba dispuesto a dejarlo irse solo y Frank no podía ser más feliz al estar con el pelinegro y volver a escuchar su risa... aquella tan infantil y linda que siempre le había provocado un cosquilleo extraño en su estomago.

De vez en cuando Gerard daba recorridos para verlo todo en la oficina de su esposo y él podía apreciar el sexi caminar de quien daño tanto. "Si él pudo perdonarme... ¿Por qué me sigo sintiendo culpable?"
- Y Gerard... ¿En que trabajas? - rompió el hielo con el pelinegro, este le vio sorprendido pero después le contestó sin ninguna emoción en su rostro. Se sintió mal por ello, pero no se arrepentía
- Trabajo con mi mejor amigo, Bob - Frank aprecio el bufido de Bert - Dibujo comics... Bob es mi jefe
- ¡Que maravilla! ¡Apuesto a que dibujas hermoso! - Gerard no dejaba de verlo con recelo
- ¡¡Es todo un artista mi Gee!! - quedaron sumergidos en un silencio absoluto, algo incomodo para Frank
- Me gustaría ver tus obras... conozco gente y podrías ganar muy bien con un buen dibujo.... ¿Por qué no nos tomamos un café y te los presento? Podría... - Gerard lo corto
- Bert también conoce gente... y no puedo tomar café... por mi bebé - se recostó en el sofá sin dirigirles la mirada a ambos, el castaño se sentía un poco mal por que el pelinegro no había aceptado su invitación, el otro, el ojiazul, solo podía ver sorprendido a su pelinegro... él nunca le había contestado de esa forma a nadie

Después de eso se quedaron en silencio, uno apenado por la actitud de su esposo, culpando a su hormonal estado. Otro sintiéndose peor que nunca pues la persona que amaba, aparte de estar casada y esperando un hijo, le odiaba... y tenía razones de sobra. El último solo podía tratar de calmarse, pues el comentario de Iero le había molestado, ¿¡Cómo se atrevía a pensar que aceptaría después de todo lo que le había hecho!?

Para las tres de la tarde Gerard comenzaba a cabecear, regularmente después de comer tomaba una siesta, pero no quería quedarse dormido ahí... quien sabe que podría pasar. Frank y Bert seguían concentrados en su trabajo, repasando números y demás estadísticas de todo lo que competía con el área de cada uno, intercambiaban algunos datos y, de reojo, observaban cada movimiento del pelinegro.

Gerard se estaba quedando dormido por fin cuando la puerta se abrió de golpe, provocándole un susto, haciéndole despertar por completo y ponerse de pie. Los dos hombres restantes voltearon a la entrada, uno de ellos frunció el ceño al verloel otro simplemente se preocupo por la repentina palidez en el dulce pelinegro al cual amaba
- Robert... tú debes ser Frank... - decía a modo de saludo - Y Gerard... - el tono de desprecio que utilizo molesto tanto a Bert como a Frank
- ¿Qué diablos haces aquí? - Bert se levanto molesto para enfrentar a su padre
- ¡Venía a visitarte! ¿No es obvio?
- Te dije algo la última vez - su enojo creía con cada palabra de Edward
- Lo sé... nunca me imagine que estuviera aquí - posó su mirada con desprecio hacia el pelinegro - ¿No deberías estar trabajando? O es que esperas a que mi hijo te mantenga... - Gerard bajo la mirada, tratando de ignorarlo
- ¡¡Papá Basta!!
- ¡Mírate! ¿Cuántos meses tienes ya? ¿Ocho? - la impotencia de Frank crecía al no poder hacer nada, eso correspondía a Bert - Y apuesto a que tendrás gemelos...
- Señor, por favor, le pido un poco de respeto para el Sr. Way - decidió intervenir Frank
- ¡¡Largo de aquí!! - para sorpresa de ambos Bert tomó a su padre del saco y con movimientos bruscos comenzó a empujarlo a la salida - ¡No quiero volver a verte! ¡¡NO TE QUEREMOS EN NUESTRAS VIDAS! - Edward oponía resistencia así que a Bert no le quedo de otra más que sacarlo el mismo a empujones, dejando a su esposo y a Frank solos.

Cuando lo vio salir Gerard pudo soltar un suspiro y dejarse caer en el sofá con la cabeza entre las manos, estaba temblando levemente, algo que sin duda preocupo a Frank
- No te pongas así Gee... todo estará bien - Frank se arrodillo junto a él y lo tomo de las mejillas, levantando su rostro.

Después de cuatro años se veían a los ojos tan de cerca, después de cuatro años sin verse lo hacían, sin ninguna mascara, Frank dejaba que sus ojos avellanas brillaran con amor y adoración hacia el pelinegro. Este, en cambio su mirada solo reflejaba confusión y duda, no del todo convencido de la sinceridad en los ojos del castaño.

Frank estaba hipnotizado, completamente perdido en cada una de las facciones de Gerard, perdido en sus rosados labios que lo tentaban a probarlos. Se acercó despacio, esperando la reacción del pelinegro, esperando que lo alejara para hacerlo de buena forma y demostrarle que lo único que tenía para él era amor, había madurado, ya no era el hijo de puta que conoció, ese había muerto. Estaba a poca distancia de sus labios... solo un poco más, solo un poco y los probaría de nuevo, iría al cielo con un simple contacto, solo un poco...
- Basta Frank - Gerard se separó de su contacto como si quemara. Y a él le quemo en el alma
- ¡Perdóname Gee! He cambiado...
- Basta... ahora no... - se levanto y se fue de ahí antes de que Frank le hiciera algo... antes de cometer alguna estupidez

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