10. I'll still be thinking about you and the times we had

- ¿Cómo están doctora? - Bert tomó la mano de Gerard, quien estaba dormido en una camilla del hospital.
Después de que su noche se viera interrumpida por un dolor en su pareja, Bert le tomó entre sus brazos y le llevó hasta el carro, sin importar que su pelinegro ya no fuera tan ligero como hacia unos meses, lo único que importaba era que ambos estuvieran bien. Ya en el carro llamó a Sara por ayuda, pidiéndole verse en la clínica donde siempre lo hacían para finalmente, después de un rápido viaje al hospital donde incluso ignoró algunos semáforos rojos, le atendieron.
- Aparentemente esta bien... - Gerard traía una bata puesta, con ayuda de Bert se la habían puesto y también traía un cable que monitoreaba sus signos vitales y otro pegado a su estómago con el que monitoreaban los latidos de la personita dentro de él - Los exámenes que le hice no muestran nada... lo más probable es que fuera solo un dolor de estómago, además el bebé esta más que bien - se acercó al monitor y desconectó todos los cables que rodeaban al ojiverde - No es necesario que se quede... pero debe de estar muy cansado ya que no ha despertado
- Tal vez los este, hoy fuimos a una cena en la empresa para la que trabajo... me acompañó a pesar de que me dijo que se sentía cansado... - bajo la mirada apenado y con la yema de los dedos acariciaba la mano de Gee
- Eso combinado con la ropa ajustada que llevaba... es necesario que compre ropa para embarazo, así estará más cómodo, la ropa normalpodría lastimar al bebé
- Lo haremos... Gracias - Sara tendió su mano para despedirse de sus pacientes mas Bert la tomó de la mano y la atrajo a sus brazos, apretándola fuertemente contra su cuerpo - Muchas gracias
Ella solo asintió e iba a salir por la habitación cuando recordó algo importante - Si algo más le duele es necesario que no tome ningún medicamento... pueden hacerle daño al bebé
- Lo recordaremos... de nuevo, gracias

Sin más Sara salió de la habitación, quitándose la bata en el camino. Dentro de esta, Bert se debatía en como despertar a su pelinegro, se veía tan cansado que no quería molestarlo, "Tendré que cargarlo de nuevo" y sin más lo tomó entre sus brazos. Había caído dormido al llegar al hospital ya que durante el camino el dolor había aumentado y después comenzado a disminuir, dejándolo por más cansado después de un largo y estresante día

Para cuando llegaron a su hogar ya eran más de las 2am. Como hacia horas, Bert lo cargo de regreso a la habitación, le recostó en la cama y comenzó a quitarle el abrigo, pero a diferencia de la primera vez, Gerard no despertó para incitarlo a hacer algo más, al contrario, se acomodó bajo las mantas cuando le hubo quitado el pantalón y siguió durmiendo. Bert se quito la ropa y se sentó en la cama, mirando a su esposo y como se hacía bolita en la cama para estar más cálido y también abrazaba su vientre, tratando de proteger contra todo a su bebé. Se tumbo a su lado y le atrajo a sus brazos, transmitiéndole calor a través de su cuerpo y aspirando el dulce aroma que desprendía su cabello.

Cerró los ojos con una sonrisa, acariciando uno de los costados de su pelinegro; para cuando abrió los ojos su sonrisa había desaparecido y solo podía ver fijamente el rostro que más amaba, además de sentir un profundo miedo. Se veía indefenso... como cuando lo conoció, y sin mencionar que tendría un bebé, ¿Y si algo salía mal? ¿Y si les pasaba algo? Desde hacia cuatro años el pelinegro se había convertido en su vida, desde el instante en que le vio entrar al salón de clases, con su ropa toda negra que le hacían lucir tan bien... pero con una mirada perdida y llena de dolor, dolor que él borró con mucho esfuerzo y que, esa noche, había vuelto a los ojos de quien más amaba al sentir que algo podría ir mal con el bebé... y después estaba ese pequeñín al que ya amaba con todo su corazón a pesar de no saber si sería niño o niña, a pesar de no conocerlo ni haberlo visto, a excepción de las ecografías... pero no era lo mismo

Por eso, antes de caer él también dormido, pidió, rogó a todos los dioses conocidos y por conocer que nada saliera mal con ellos, que les protegieran contra todo y que jamás les dejaran solos. A cambio él ofrecería su vida si fuera necesario con tal de que ellos estuvieran bien.

~*~

- ¡Vamos Gee! ¡¡Levántate!! - Bert lo movía con gentileza tratando de despertarlo, recibiendo a cambio un golpe con la almohada y un"mmhh" como respuesta - ¡Vamos!
- Bert... ¡Shhh! - decía aún adormilado - Es muy temprano... - saco su cabeza de entre todas las cálidas mantas que cubrían su cuerpo - Estamos cansados - dentro de su casa de cobijas se hizo bolita, abrazando su barriguita*

En la última cita con la doctora les había ido de maravilla, el bebé estaba creciendo sano y fuerte y el susto de hacia dos semanas había quedado en el olvido pues no se había vuelto a repetir. Todo iba bien con el bebé e incluso le habían visto de nuevo en una ecografía, esta vez más clara y casi morían de felicidad al ver a su pequeñín, ansiando el momento en que lo pudieran tener en sus brazos.

Por su parte Gerard también se encontraba bien, había subido unos kilos más y últimamente se sentía muy cansado, la doctora les había dicho que era algo normal pues el bebé le robaba las energías, por eso era importante que se alimentara bien. A pesar de esos pequeños malestares, no olvidando que su humor comenzaba a cambiar de manera más continua (para mala suerte de Bert), de que su apetito aumentaba y de que llevaba dos días en la cama sin hacer nada más que dormir, ambos sabían que valdría la pena... y, para la felicidad de ambos, la barriga de Gee comenzaba a crecer día con día, no podían ser más afortunados.

Y en ese momento, Bert trataba de hacer que su esposo se levantara de una buena vez de la cama, la doctora también le había dicho a Gee que debería de hacer ejercicio en unos meses y él solo quería que Gerard comenzara ya por su bien, algo que el ojiverde no entendía
- ¡Nada de eso! ¡No has hecho nada en dos días! Es justo que te levantes - sin previo aviso tomo las mantas, jalando de ellas y destapando a la persona en la cama - ¡¡Ahora!!
- ¡¡ROBERT!! - se levanto hecho una fiera - ¡MAS TE VALE DEJARNOS EN PAZ! - se acercó a Bert, quien le miraba atónito desde donde estaba aun con las mantas en sus manos, y se las quito, volviendo a echarse en la cama dándole la espalda para después hacerse bolita para cobijar bien su crecido vientre - Además... mi bebé esta dormido todavía... - le hablo con un tono adormilado, como si su anterior arranque de ira no hubiera pasado - ¿Por qué no te quedas con nosotros? - se dio la vuelta para verlo con sus ojos grandes y suplicantes - ¡Quédate con nosotros!!
- Ya te lo había dicho Gee... - dejo en el pasado el arranque de Gee, sentándose en la cama junto a él, sabía que en su estado eso era normal y no debía tomárselo a pecho o haría llorar a su pelinegro - Ayer llegó el último dueño que faltaba... y ayer falte por ir con la doctora. Debo conocerlo cuando antes... Jared lo hizo desde hace dos semanas... en la cena, al parecer llegó de último minuto... y me dijo que le cayó bien
- Así que prefieres conocer a un sujeto sin importancia y dejarnos solos... - se movió sobre la cama para que su barriguita pudiera quedar a la vista de su esposo mientras la acariciaba por encima de las mantas
- ¡Nunca los dejaría solos! Por eso te pido que me acompañes... - puso su mano encima de la de Gee y después acarició su barriguita - Que me acompañen, ¿no quieres ir al trabajo de papi? - dijo lo último usando una vocecita y dirigiéndose al bebé dentro de Gee, pegando su oído y tratando de escuchar la respuesta del pequeñín
- ¡Shhh! Está dormido - susurró - Y hace mucho frio como para levantarnos... mejor luego te visitamos, o tal vez más tarde pasemos a tu trabajo, a la hora de la comida para salir juntos... sería lindo salir a comer como cuando éramos novios ¿no? - Bert se incorporo de la cama con una enorme sonrisa que se ensancho cuando Gerard se levanto, quedando sentado y apoyando su espalda en la cabecera
- ¿¡Cómo sabes que esta dormido!? - Gerard solo se encogió en hombros
- Está dormido... lo sé, por eso aún no tengo hambre - le sonrió con travesura
- De acuerdo - dijo convencido - Y sería lindo que saliéramos... pero cuando éramos novios no tenías cuatro meses de embarazo, ¿no te importará que todo el mundo te vea? - le miro dudoso, la semana pasada el ojiverde no quería ir a ningún lado porque"estaba más gordo"
- ¡Por eso quiero salir! Quiero que todos vean que tendré un bebé de la persona que amo... y de paso conozco de una vez a tu nuevo compañero de trabajo

~*~

<< - ¡¡Eres un idiota!! Eres... - el llanto le impedía seguir hablando - Yo te amaba... - todas las fuerzas que tenía hacia unos instantes se esfumaron, cayendo de rodillas al suelo y escondiendo su rostro en sus manos - ¿Por qué con él? - le miro a los ojos fijamente, estos se encontraban rojos a causa de su llanto
- No es para tanto - camino tambaleándose hasta donde estaba, mas él se levanto lo más rápido que pudo al tenerlo a su lado. No quería estar cerca de él ni un segundo más, no después de lo que hizo
- Eres un idiota - repitió por segunda vez - Hiciste de mi vida una mierda... pero ya no más - tomó la maleta que había hecho y se dispuso a irse
- ¡No te puedes ir! - como si no estuviera ebrio, se levantó con rapidez y le alcanzo antes de que saliera de la habitación y desapareciera de su vida - ¡Eres mio! ¿¡Entiendes!? - le jalo del brazo con fuerza, haciéndole que soltara la maleta - Mio... - Y sin otra cosa en mente mas que hacerlo suyo y hacerle saber quien 'mandaba' le empujo con todas sus fuerzas a la cama, subiéndosele encima y tomándolo con mucha mas fuerza de las manos para que dejara de resistirse
- ¡¡Suéltame maldito bastardo!! - y con esas palabras vino el primer golpe de la noche... el primero de muchos de esa larga y tortuosa noche en que, una vez más, le hacia suyo sin su permiso, que ultrajaba el cuerpo de la persona un día dijo amar, que lastimaba de la peor manera a la única persona que amo, sin importarle su llanto o los débiles golpes que le soltaba, sin importarle las suplicas para que no le hiciera nada y le dejara en paz, sin importarle su dolor ni nada referente a él. Pensaba que no importaba, que en realidad jamás lo amó y si se iba no le afectaría en absoluto... que equivocado estaba>>

- ¡Mierda! - su pecho subía y bajaba debido a su agitada respiración, cerró los ojos fuerza para borrar todas las imágenes de su cabeza. "Fue solo un sueño... solo un sueño" se repetía una y otra vez para tratar de calmarse... para tratar de engañarse diciéndose que era solo un sueño cuando no era más que su crudo pasado

Dio varias vueltas sobre la cama, todavía no quería levantarse pues era muy temprano y apenas comenzaba diciembre, el clima era el más frio de lo que recordaba que era en Nueva Jersey, aunque también podría equivocarse... desde hace cuatro años que no vivía ahí.

Como no tenía ni la más mínima intención de volver a dormir por miedo a que sus recuerdos salieran a la luz durante sus sueños mejor se fue a bañar. Sería un gran día... desde hacia dos semanas había conocido a uno de los dueños con los que compartía la empresa, un tipo alto y bastante atractivo de nombre Jared Leto, y a su esposo Shannon que, junto con Jared, se encargaban de la mercadotecnia de la empresa. Fue una agradable noche y, en el fondo, agradecía a su gran amigo, Zachary (al que todo el mundo le decía Zacky) haberle, prácticamente, obligado a ir. Fue una buena cena, a pesar de que llego al último; Jared le dio la bienvenida y se disculpo por el otro dueño, el tal McCracken, quien se tuvo que ir pues su esposo se sentía mal y por tanto a él aún no lo conocía, pero eso terminaría ese día, en pocas horas llegaría a su nueva oficina y conocería a su último socio... solo esperaba que todo saliera bien.

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