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𓂃 ࣪˖ 𖣠 ࣪our love ˖ ⌕ ⋆ ࣪.
Jungeun descubrió hace años que lo suyo es hacer música, oírla, interpretarlas, todo lo relacionado con ella y por eso se siente bien al saber que va a oír como Jinsoul toca el piano, incluso mucho mejor; harán una clase de dueto músical.
Claro, estaba que se infartaba de los nervios pero por alguna razón un tanto también emocionada y más cuando Jinsoul comenzó a tocar algunas teclas primero como una prueba y luego, hizo flotar a la sala entera con la melodía que empezó a transmitir.
Heejin se movió ansiosamente aplaudiendo en silencio, como si fueran a hacer una presentación por su cumpleaños y eso la hizo sentirse feliz, Sooyoung se quedó atrapada en cómo Jinsoul movía con agilidad sus dedos creando una fabulosa música total y Hyejoo alzó sus cejas con sorpresa y una pequeña sonrisa se asoma en sus labios.
—Vaya, es muy buena.—confirma, con Sooyoung asintiendo, mirando a su mejor amiga parecer muy nerviosa por unirse a Jinsoul, Jungeun la mira y Sooyoung le hace una seña de aliento para que comience pero al parecer no es suficiente.
En cambio al mirar a Jinsoul, quien ya la estaba mirando intercalando su mirada entre la rubia y lo que estaba haciendo en cuestión de segundos para poder dedicarle miradas de compresión a Jungeun, incluso una parecía decirle algo como "si no estás segura, entonces déjame hacerlo a mi" y eso le pareció algo sumamente hermoso
Le sonrió a la peliazul antes de, sin miedo esta vez, unírsele hábilmente a su melodía con su instrumento en un momento justo gracias a su oído músical.
Juró haber escuchado a todo el mundo jadear y exhalar aire cuando ambos instrumentos se unen en una sola melodía creando completo arte, música para sus bendecidos oídos.
Jungeun empezó con inseguridad, timidez, miedo de que no diera lo mejor de sí misma pero una pequeña sonrisa surca en sus labios cuando se comienza a desenvolver y dejarse llevar por el momento, la pianista dirige su vista por unos breves segundos hasta la menor y no puede evitar sonreír al verla, allí, destacándose como la vio antes cuando de casualidad pasaba cerca de su casa y escuchó el sonido del violín que ella tocaba, de no ser por eso, no estaría tocando junto a aquella rubia talentosa.
Minutos después Jinsoul, embelasada con la imágen de la menor tocar decide bajar un poco el tono del piano para ir desvaneciendo el mismo y dejar que Jungeun continuara sola en cuanto la ve dejarse llevar y tocar hábilmente el mismo con tanta elegancia en su postura, sonríe ampliamente, de verdad es una escena maravillosa. Jungeun por su parte no está siendo consciente de lo que la peliazul ha hecho, dejarle todo el protagonismo a ella ahora que tiene la mirada de cada invitado encima, incluso los que estaban afuera entraron para ver quien era la persona que estaba tocando y la mayoría de adultos quedaron encantados con la presentación de ambas jóvenes, llenando el lugar entero de aplausos cuando la menor termina abruptamente de tocar una vez abre sus ojos y se ve rodeada de los invitados.
Sus amigas estallaron en aplausos y halagos hacia ambas muchachas pero sobretodo a la menor que ahora bajaba su cabeza tímida haciendo pequeñas reverencias en agradecimiento, mirando hacia Jinsoul que le guiñó un ojo simplemente, alzándole el pulgar para después levantarse y dejar el piano a solas, mientras que ella se veía ahora rodeada de sus amigas.
—¡Kim Jungeun! ¡eso fue asombroso amiga!.—Sooyoung no lo pudo evitar y terminó abrazándola con mucha fuerza felizmente, al separarse se limpió un par de lágrimas, le había conmovido demasiado.—me enorgulleces tanto.—lloriqueó, haciendo así que más lágrimas recorrieran por sus mejillas haciendo reír a las demás mientras Soo abanica cerca de sus ojos con sus manos.
—Se te va a chorrear el rímel Sooyoung, no seas chillona.—Hyunjin palmea los hombros de la pelicorta quien bufa frustrada alzando su rostro intentando aguantar las lágrimas, Jungeun hace un puchero al provocar que su mejor amiga lloré así, acaba por abrazarla de nuevo.—¡no hagan eso, me harán llorar a mi tam-! ¡ven, y-ya es tarde!.—chilla también, secándose con el pulgar una lágrima que resbaló por su nariz, Heejin tenía un puchero tembloroso mientras ahora era ella quien hacía su mayor esfuerzo para no terminar llorando.
—Ustedes me ven normal pero les juro que por dentro estoy llorando también, estoy muy conmovida.—explica Hyejoo con un semblante serio ya que un mal movimiento y lloraría, después de todo, sí tiene sentimientos y son muy lindos, cuando los demuestra se vuelve una bolita amorosa, contrario a lo que es.—escúchame bien Jungeun.—sostuvo del brazo suavemente a su amiga y mayor para que pudiera verla.—quiero que audiciones, ¿pretendes dejar todo ese talento oculto para siempre? y quien sabe si incluso cantas mejor o bailas, no lo sé, creo que mereces esta oportunidad más que nadie en el mundo.
Colocó su mano sobre su hombro y vio la mueca que se le había formado en el rostro a la más baja.
—No tienes que responder ahora, quizás y si Jinsoul habla contigo te pueda convencer, digo, es gracias a ella que esta noche estás aquí y además, te hizo ir al medio de la fiesta y tocar el violín, cosa que nunca te habíamos visto hacer.
—Jamás, ni siquiera yo.—Sooyoung interviene rápidamente, la rubia de baja estatura ríe suavemente asintiendo.
—Está bien, lo voy a pensar Hyejoo pero no te prometo nada ¿ok? porque sabes como es mi padre y si se entera me encerrará peor que nunca.—jugó con sus dedos entristecida al saber el gran castigo que podría sufrir si llegase a hacerlo a sus espaldas y pudiera descubrirla.—hablando de Jinsoul, ¿la han visto? dijo que me acompañaría a casa de regreso.
—¿Ya te vas?.—heejin hizo ojitos de cachorro, haciendo sonreír divertida a Jungeun quien asiente luego de ver la hora en su teléfono, era mejor ir antes y evitar a toda costa a su padre.
—La condición era que vendría si me llevaba a casa antes de las once, son las diez y quince, papá y mamá podrían llegar en unos minutos.—murmura preocupada, mirando a su alrededor pero no lograba encontrarla. Entonces sólo empezó a despedirse de sus amigas porque sino, tendría que irse de regreso sola y eso, no iba a mentir, le aterraba.
Es decir, Jungeun jamás ha salido sola en su vida y menos ha caminado por la noche, es cierto que está en un recinto sano y con personas como su padre con dinero y negocios propios pero aún así, para ser su primera vez, le asustaba.
Salió de la casa lentamente, con dudas, si hubiera tomado el número de Jinsoul antes esto no estuviera pasando y podría llamarla para localizarla.
—¡Jungeun! espera.—se voltea rápidamente y encuentra a la peliazul corriendo hacia su dirección con algunas cosas entre sus manos, le sonríe agitada en cuanto llega hasta ella.—¿te ibas a ir sin mí? vaya, tan sólo sales y desobedeces a tu padre por esta noche y ya tomas desiciones sola.—esboza una sonrisa, la rubia sonríe tímida y niega con su cabeza.
—N-No, yo de hecho estaba... buscándote.—murmuró, jugando con la pequeña cartera donde trae su teléfono únicamente.—tengo miedo de caminar sola, así que estaba dispuesta a esperarte un poco más.—sus ojos se desvían hasta los dulces que trae la peliazul entre sus manos.
—Vi que no pudiste comer nada de la mesa de dulces y te traje algunos, son para ti.—extiende una de sus manos para sostener una de las suyas, poniendo los dulces en su pequeña mano.
Podría ser extraño y hasta algo estúpido, pero a Jungeun se le aceleró el corazón pero demasiado, tanto que llegó a sentir una sensación rara, sólo por el hecho de que Jinsoul haya pensado en ella y en que no había comido nada para traerle dulces.
—¿Y tú? ¿no quieres algunos? ¿son todos para mí?.—preguntó rápidamente con nervios.
Jinsoul niega con su cabeza y su característica sonrisa.
—No, estos son solamente para ti Jungeun, ¿me vas a rechazar acaso los dulces?.—hizo un leve mohín reflejando tristeza.—los seleccioné y los cuidé en todo el camino únicamente para ti, me duele que no los quieras.—finge limpiarse una lágrima con dramatismo, haciendo negar rápidamente a Jungeun que con inocencia, se lo ha creído todo.
—¡N-No! ¡per-perdón! me los voy a comer, sí, gracias unnie.—sonríe tímida en cuanto le agradece y la adversa le devuelve el gesto amablemente.
—Bien, vámonos cenicienta.—hizo un ademán con su cabeza y se adelantó, Jungeun la miró caminar sola por unos segundos y una sonrisa surcó levemente en sus labios antes de correr unos pasitos hasta igualarse a ella.
Estaba tan feliz, había disfrutado de la noche o bien, las horas que pudo estar con sus mejores amigas e incluso parte de ello con Jinsoul, se había divertido bastante, había bailado, cantado con sus amigas e incluso tocó el violín, algo que jamás había llegado a creer que lo haría frente a personas que no fueran sus padres, la ama de llaves y el asistente de su papá. Así que se sentía más que bien, se sentía muy orgullosa de haber avanzado un pasito más y totalmente agradecida con Jinsoul, quien se puede llevar todos los créditos sin dudas.
—¿En qué estás pensando?.—escuchó el susurro de la peliazul en su oído y se sobresaltó con nervios, sintiendo su piel erizarse y sus mejillas calientes.—perdón, es que todo está muy silencioso.—se encoge de hombros sin borrar su sonrisa.
—N-No... no pasa nada, está bien.—estaba completamente sonrojada por la sensación que la hizo sentir con tan sólo susurrarle al oído.—Jinsoul.
—¿Si?.—detuvo sus pasos para mirar a los ojos de la rubia, mentiría si dijera que no son lo más bonito que ha visto en días; son lindos, brillantes y se ven dulces como ella.
—Yo... Yo, bueno... T-Te quería hmm, bueno, agradecer por todo lo que hiciste... por mí.—bajó su cabeza avergonzada por tartamudear y sentirse cohibida al agradecerle, de todos modos, se lo debía a su padre, el que no hablara tan bien aveces o corrido, siempre su progenitor solía interrumpirla cuando habla y eso le había causado problemas.
—No es nada, realmente me ha divertido bastante la noche y wow, déjame decirte que de verdad eres una genio en el violín, tocas como profesional me encanta, te ves incluso hermosa cuando lo tocas aunque eres hermosa sin tocar también.—sonríe tras recordar la imagen.—tenías una preciosa sonrisa, tus adorables mejillas estaban rojitas me imagino por la timidez y tu postura era elegante, te veías tan cual como un ángel y no podré sacarme nunca de la cabeza lo que vi.
Cuando se percató de lo que estuvo diciendo, por primera vez en la noche Jinsoul se sintió torpe. Soltó una risita avergonzada mientras colocaba un mechón de su propio cabello tras su oreja, aún así, ya lo había dicho y al alzar su mirada encontró una imágen tan linda como la anterior, la rubia estaba sonrojada y ni siquiera la oscuridad de la noche podría ocultarlo.
—Jungeun, perdón. Aveces no puedo evitar decir lo que pienso y si te ha llegado a incomodar, entenderé que quieras que me vaya ahora.
La menor negó rápidamente, dando pasitos rápidos hasta acercarse a Jinsoul sin ser suficiente, sólo interponiéndose en el camino para evitar que se fuera. Allí, estando cerca una de la otra Jinsoul pudo notar a la perfección un tierno destello de ilusión en los ojitos de la menor
—Jinsoul.—la llamó, sonando su garganta.—¿t-tú crees que yo...? d-digo, es que... ¿de verdad?.
La pregunta última hizo a la peliazul inclinar su cabeza con confusión, entonces la menor bufó y respiró hondo, parecía nerviosa, la vio cerrar sus ojos y tomar una gran bocanada de aire.
—¿enserio crees que soy hermosa?.—dijo rápidamente, sin dejar espacio entre las palabras que le costó un poco entender bien a la mayor su pregunta, claro, hasta que una sonrisa crece en sus labios y asiente, no pudiendo creer lo adorable que es realmente.
—Sí, perdóname, de verdad. Puede que haya estado fuera de lugar que te haya dicho todo eso cuando llevamos tan sólo horas de habernos conocido pero, tenía que decirlo de todos modos, es importante que sepas que eres una chica increíble y bonita.
—Gracias.—sonríe cabizbaja, sus pasos se habían vueltos lentos, inconcientemente.—t-tú... tú también Jinsoul.—murmuró realmente bajito.
—¿Huh?.—asomó su cabeza, viéndola inflar sus mejillas con timidez y mirar hacía otro lado.
—Eres una buena chica Jinsoul, a pesar de que dijiste que tu madre te ha castigado muchas veces, parece que tú de verdad sabes divertirte y disfrutar de cada minuto que te permite el destino, y-yo... quisiera ser como tú, ser tan genial, segura de sí misma y valiente como tú.—empezó con un tono normal de voz pero a medida le iba diciendo más y más, hasta llegar a sus últimas palabras su tono de voz se había hecho bajito.
Aún así, la peliazul negó con su cabeza dándole un suave golpecito a la menor con su codo en su brazo.
—Jungeun, no tienes que querer ser cómo yo, nadie debería querer ser alguien más ¿bien? porque a ver, imagínate que todos queramos ser igual a alguien entonces va a ser igual todo, lo que haga una persona lo hará el siguiente y así sucesivamente, peor, ¿te imaginas incluso tener las mismas características y similitudes que alguien más? sería monótono, aburrido, nadie podría apreciar tu belleza si fuera así y créeme, sería una pérdida de tiempo que no lo hagan y que no se fijen en ti.
La rubia bajó aún más su cabeza, la sonrisa que tenía era tan radiante y le era imposible ocultarla, Jinsoul suelta una risita y se inclina un poco para poder ver el rostro de Jungeun y cuando la menor la descubre sacude su cabeza ocultando su rostro con sus manos.
—¡N-No, Jinsoul!
La peliazul sonrió divertida y se apartó cuando la menor la intentó apartar con una de sus manos, ríe cuando ve la mirada de reproche que le da mientras sus mejillas siguen sonrojadas.
—Ya, no te molestaré más pero debo aclarar, que se me hace súper lindo que te sonrojes y hagas pucheritos, ¡dios! eres adorable.—se acercó. Pero se acercó "peligrosamente" según la menor, ya que nunca antes algún desconocido o fuera de sus amigas se le había acercado así, sin embargo no hizo nada, no la tocó ni nada de eso, sólo se acercó y ya.—¿tienes novio?.—preguntó con curiosidad, alejándose de nuevo para acomodar su cabello ya que la brisa soplaba bastante esa noche y lo desarreglaba.
La de cabello rubio había quedado impresionada por la directa pregunta, mirando a la mayor hasta que fue descubierta y tuvo que desviar la suya.
—N-No... no tengo, tuve uno hace años pero no lo podría considerar mucho como un novio.—se encogió de hombros haciéndolo ver indiferente cuando la verdad es que ese "ex-novio" fue inventado sólo para no quedar como una tonta frente a jinsoul que quizás habría tenido muchos.
—Oh vaya, entiendo, debes de ser una chica difícil de conquistar entonces porque puedo asegurarte que muchos tienen los ojos puestos en ti.—alzó sus manos en gesto de rendición, la menor abulta sus labios negando con su cabeza.
—No es cierto, nadie se fija en mi de esa forma en que dices.—se encoge de hombros, avanzando lentamente ya que caía en cuenta de que no faltaba nada para llegar y aún quería seguir hablando con Jinsoul.—ni siquiera voy a una escuela, tengo clases en casa a través de la computadora.—menciona con ironía, no había nada peor que la desición que tomó su padre este año de sacarla oficialmente de la escuela y ponerla a estudiar en casa.
—Eso debe de ser horrible.—no había forma de intentar tapar eso, era sumamente feo a su parecer querer salir de casa y que la única opción de excusa fuera la escuela, ahora ni eso podía usar.—¿No has hablado con tus padres? si no quieres estudiar en casa deberían de respetar tu desición.
La de menor estatura niega esbozando una sonrisa amarga.
—Mamá siempre está de mi lado pero mi padre es quien toma las desiciones aquí, mamá también está atada a esta pesadilla. No es que no quiera a mi papá, no me ha hecho nada malo aún pero, quisiera que abriera sus ojos y pudiera darse cuenta de que lo hace...—respiró hondo, pues el hablar de este tema la ponía muy sensible y le provocaba algo de pánico, se ponía ansiosa.—n-no me hace bien, aveces sólo ya no p-puedo más con es-esto...
—Jungeun.—susurró jinsoul con pena, acercándose para abrazar el frágil cuerpo de la pequeña rubia que al principio estuvo algo tensa pero no pasaron muchos segundos para cuando se aferró con tanta fuerza a ella que sorprendió a la peliazul.
En ese momento, se desató algo en ambas.
No era lo mismo, pero tenían ciertas similitudes; Jinsoul sintió que su preocupación por aquella frágil chica era más que eso, que sólo una pequeña preocupación y ahora quería protegerla como nunca antes había querido proteger algo o a alguien. Jungeun por su parte, jamás se sintió tan bien abrazando a alguien, no sabía si es porque no suele verse mucho con sus amigas y por ende no las abraza lo suficiente o porque su madre no tiene la misma altura de Jinsoul, pero en el momento que se acomodó en su hombro casi podría haber ronroneado, la sensación de calidez se hizo presente y Jungeun no había encontrado tan cómodo un lugar antes más que sólo su cama.
era inevitable, ambos corazones se aceleraron al unísono por la evidente cercanía entre los dos cuerpos pero ninguna quería acabar con el contacto, Jungeun porque aún lo quería disfrutar un poco más y Jinsoul porque temía que la menor aún no estuviera completamente bien, además de que sí, se sentía bien igualmente.
Su padre, el señor Kim, moriría si llegase en cualquier momento y encuentra a su hija abrazándose con otra chica en el jardín del patio de su casa, encima con una desconocida total y a estas alturas de la noche.
Lo cual, podría haber pasado si ambas chicas no hubieran oído un auto acercarse, lo que provocó que Jungeun se apartara abruptamente.
Las alertas se encendieron pata Jungeun.
—¡Son ellos! ¡Jinsoul, debes irte!.—empujó levemente de los hombros a la más alta, quien asiente pero sostiene su mano para llevarla hacia la misma ventana a donde la había conocido, levantándola fácilmente y dándole una mano para ayudarla.—puedo... yo puedo sola, tú vete, no quiero problemas.
—No me iré hasta que estés dentro, vamos.—tira de su mano, la menor iba a bufar nuevamente en rechazo pero la peliazul chaquea su lengua y lo siguiente que hace es enredar sus brazos alrededor de la cintura adversa.—sólo levanta tus pies, hazlo.—apresuró, la rubia cundida en pánico obedeció y sintió cómo la mayor la levantaba rápidamente y en menos de tres segundos estaba dentro, igualmente, la ventana no era tan pequeña ni muy alta.—escúchame bien tierna y hermosa Jungeun, ha sido un enorme placer conocerte y compartir esta noche maravillosa contigo, ojalá que nos volvamos a encontrar muy pronto, quiero saber que haces lo que en verdad te hace feliz y que la próxima vez que nos volvamos a encontrar tomes tus propias desiciones.—sonríe, siendo iluminada por las luces del auto que estaba un poco más cerca, la menor intenta sonreírle de vuelta pero está asustada.
—¡Jinsoul ya vete! no quiero meterte en problemas.—niega rápidamente, lo próximo que sucede es que Jinsoul le dedica otra sonrisa dulce más, se acerca un poco y sosteniendo su mejilla la besa rápidamente en esa zona.
Un besito en la mejilla que ahora jamás podrá Jungeun olvidar.
—Yo huyo aveces de los problemas linda, y te enseñaré alguna vez cómo hacerlo.—ríe, apretando una mano de la rubia con la suya.—hasta luego, Kim Jungeun.—la soltó suavemente y empezó a retroceder sin dejar de verla mientras que la menor sentía su corazón todavía más acelerado y sus mejillas demasiado calientes, siendo evidente que se encuentra sonrojada.
—Adiós Jinsoul unn-...—pero no se da cuenta en qué momento sus padres terminaron de llegar y su padre abrió la puerta con fuerza asustándola, se sobresaltó y al ver la expresión de su padre bajó su mirada, aún traía en sus manos aquellos dulces que Jinsoul le había dado antes pero tras su espalda.—p-padre.
Ridículo, ¿era necesario que su voz temblara en ese instante? ¡así se daría cuenta!.
—¿Qué estás haciendo aquí, Jungeun?.—preguntó el hombre mayor arquendo sus cejas, caminando lentamente para acercarse a ella, con la menor intentando seguir ocultando los dulces.—No me hagas repetir la pregunta, cielo.
—Yo... las chicas, ellas.. pasaron por aquí y me dejaron estos dulces del cumpleaños de Heejin, sólo vinieron para traerlos, no entraron, de verdad.—sacó sus manos tras su espalda para dejar de encubrir lo que tenía ya que no había forma de seguir escondiendo eso de su papá, el de mayor edad suspiró pesadamente sobándose el puente de su nariz con fastidio.
—¿Cuántas veces te he dicho que no comas esas cosas? No te hacen bien, ¿Porque eres obstinada Jungeun? No haces caso cuando lo único que quiero es cuidarte.—menciona con enojo, la menor creía que le quitaría lo que tenía en sus manos pero lo vio negar con su cabeza e irse del salón, su madre entra enseguida y se acerca para abrazarla, tranquilizando a su hija que tenía sus ojitos lagrimosos.
—Siempre m-me habla fe-feo y-y... me re-regaña p-por todo...—hipó, intentando no llorar por la forma en que su padre le había hablado hace un momento. Su mayor asiente comprensiva y sólo la abraza más fuerte.
—Intenta cuidarte hijita, sólo que no es la forma correcta como lo está haciendo.—la suave voz de su progenitora logra calmarla la mayoría de veces, por lo que sorbe su naricita y asiente.—anda a tu habitación y cómelos, no botaremos eso a la basura, agarraré este.—toma un cupcake pequeño y besa la frente de la más baja.—que tengas buenas noches, hija.
Asiente con sus labios abultados.—buenas noches mami.
Esa noche, a pesar de haber finalizado no de la mejor forma, al estar recostada sobre su cama mirando al techo mientras se comía las galletas, cupcakes y brownies no pensó en nada más que no fuera en cierta peliazul cuyo nombre rondaba en su cabeza e incluso, en su confundido corazón.
Jungeun se sentía rara, se sentía ansiosa y torpe. Jamás se había fijado en alguien como lo hizo en Jinsoul; es bonita, es amable, es alta, tiene talento y dice unas cosas que por favor, tan sólo el recordarlo sus mejillas comienzan a calentarse.
—Jinsoul.—chilló la menor, tirando una almohada al piso como berrinche por no dejar de pensar en ella.—¡sal de mi cabeza! ¡fuera, chu, chu!.—agitó su cabeza y luego hizo un puchero, estaba loca y hablando sola.
Supuso que eso se trataba del "efecto Jinsoul."
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