82. || cita de besos ||

El sillón color negro era el único presente de aquellos sonidos. Akutagawa Ryunosuke, el perro silencioso de Yokohama, se encontraba sentado sobre el sillón color negro de su sala de estar, disfrutando de un tierno beso por parte de su pareja, el agente de Yokohama, el tigre maravilla. Nakajima Atsushi.

Akutagawa había llegado a su hogar para ver la televisión pero el menor había decidido que quería un beso de su novio.

Así que al tigre se le hizo fácil sentarse sobre sus piernas para comenzar un largo y tierno beso. Uno donde el mafioso no sabía si el agente quería algo más o solo continuar así.

Sus brazos rodeaban sus hombros y se cerraban en su nuca, sus muslos apretaban sus piernas. Nakajima había dejado de ser un tigre para volverse una boa constrictor en aquel beso donde únicamente unían sus labios. Sus ojos cerrados y aquella sensación de tranquilidad que los llenaba.

Atsushi se aparto sonriente y miró al azabache — Ya me recargue de energías — mencionó provocando al mayor una ligera risa

Akutagawa tomó su cintura para atraparlo ahora a él — Es mi turno.

Atsushi comenzó a reír pero se vio ligeramente interrumpido por un nuevo beso.

El beso de Akutagawa no duro tanto como el del agente. El mafioso había despegado sus labios de su pareja para pasar a su mejilla. La mordisqueó con sus labios haciendo reír a Atsushi y comenzó a bajar hasta su barbilla

Allí continuó besando su barbilla haciendo al menor levantar su rostro. Su espalda se curveó y el azabache aprovechó para acomodar ambas manos en su espalda media. Acariciando lentamente mientras sus besos continuaban.

Atsushi comenzó a ruborizarse por las caricias. Los besos en su barbilla comenzaron a subir por su mejilla nuevamente llegando a su oreja. — Ryu, no pares — pidió el agente a su pareja

El mafioso sonrió, sus dedos se enredaban en el cabello de su pareja mientras bajaba por su cuello lentamente.
El pequeño agente había tomado los hombros de su pareja mientras podía comenzar a sentir los espasmos provocados por aquellos besos

Atsushi comenzó a mover su cadera pero su pareja lo detuvo tomando ahora su cadera y susurró al odio del menor — No tienes permitido moverte, Jinko. — su voz había resonado en toda su piel dejando la sensación en su cuerpo rígido. 

Akutagawa lo abrazo fuerte pegando sus cuerpos. El rostro del azabache quedaba justo en el pecho de su novio y claro. El mafioso le sonrió — Ahora yo estoy recargado. — menciono.

Atsushi tomó sus mejillas besándolo nuevamente. Se separaron y se sonrieron.

— ¿Quieres salir y tener una romántica cita y cena?

— el mafioso ¿está invitándome a salir?

— solo si el agente lo desea

— Amor prohibido, murmuran por las calles ~

Akutagawa continuó riendo al escucharlo. — podríamos quedarnos en casa y pedir pizza, ¿quieres sushi?

Atsushi sonrió abrazándolo. — si, tráeme todo eso y más

— ¿Que más quiere mi tigre consentido?

— Quiero un pastel de moka

— lo tendrás

— un café frío

— por supuesto

— y un baño contigo

— pon el agua. Haré el pedido

Atsushi se levantó alegre. Akutagawa uso su teléfono para hacer el pedido. Apenas terminaba cuando el tigre lo atacó tomándolo de los hombros para quitarle su abrigo y llevarlo al baño.

La tarde apenas daba paso a la noche y aun quedaba mucho por cenar.

...

¡Gracias por leer! 🐯

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