76. || 11/11 || Especial 2021
Era un día fresco, el 11 del 11, fecha de enamorados, fecha para la buena suerte, muchas bodas, propuestas, y el solo tenía una. Darle un beso a su pareja que jamás olvidará. Eso era todo lo que él quería.
Regresemos al inicio del día, el amanecer.
Sonó la alarma de su reloj despertador. Atsushi quien estaba cubierto hasta los hombros con una gruesa colcha se estiró y apagó el aparato. Volvió a estirarse ahora para el mismo, y giro viendo que el mayor estaba a su lado. Metió sus manos en la ropa de el para abrazarlo, con sus yemas acarició su torso y sonrió.
La sonrisa era de una acción simple pero sumamente importante, con ello ahora sabía que el mayor no tenía heridas.
Se acercó besando su mejilla y frente, acomodó la colcha encima suyo y salió de la cama. Tomó un baño rápido relajándose. Fue a la cocina donde cocino el desayuno para los dos, envolvió el del mayor, y salió de casa.
Al llegar a la agencia habían varios chocolates en cada escritorio, gente agradecida de su trabajo habían ido desde temprano a dejarlos.
Siguió su día recibiendo chocolates, regalos y buenas noticias, como cupones para comida, cine y juegos.
Regresando de nuevo, pero esta vez algo adelantados, Akutagawa despertaba más tarde, el albino ya no estaba, miró el techo serio, suspiró, y salió de la cama. Lavó su cara y tomó un baño extra rápido.
Salió a la sala donde vio su desayuno, lo desenvolvió y metió en el microondas, al principio de su relación se renegaba a aquel artefacto, ahora era su mejor amigo.
Se sentó a desayunar tranquilo mientras revisaba sus mensajes, pagos, créditos, reservaciones, todo esta listo para aquel día.
En cuanto cerró sus cuentas y terminó su desayuno, sonrió — Hoy será un gran día — manifestó alegre por darle algo bueno a su pareja.
Y fue cuando recibió una llamada, era de la florería donde pidió un ramo de flores artificiales con chocolates. Le llamaron avisándole que tuvieron un problema y no podían entregar el pedido, el dinero había sido devuelto. El azabache se enojó pero aún quedaba más.
Fue más tarde a comprar el mismo un ramo, los chocolates estaban por todas partes, así que decidió comprar una caja y un ramo natural. Se fue por un callejón para tomar un atajo a la agencia, fue cuando unos criminales pasaron corriendo y le hicieron tirar todo, Rashomon los mando a volar pero de ello solo sobrevivo una rosa. Akutagawa suspiró y la tomó, decidió guardarla en su abrigo; buscaré otro lugar donde comprar antes de llegar a la agencia.
Su buena suerte continuó, en el camino todo estaba agotado, y los chocolates que quedaban no eran muy favorables para el albino. Realmente no era su día y comenzaba a enojarse, enojarse de verdad.
Llegó a la agencia, no quería ni mandar el mensaje, pero no tuvo que, Atsushi salía de la cafetería de abajo junto a Kyouka, pudo olerlo — Kyouka-chan, espera arriba, olvide unas cosas en el café
— ¿olvidaste?
— Si, es que quería pedir café para llevar para mis chocolates
— De acuerdo.
Kyouka se fue, Atsushi entró a la cafetería, debía cubrir su coartada, salió del café aún sin el y fue a buscar al azabache — Ryu
— Ah, Jinko...
— despertaste, ¿como te fue? — preguntó mientras miraba alrededor, se acercó besando a su amado. Después le sonrió — ¿Que pasa?
— No he tenido un buen día que digamos...
Atsushi le abrazó con más fuerza — ¿Quieres chocolatitos? Tengo algunos en mi escritorio
Akutagawa besó su frente — mejor bésame más
Atsushi comenzó a besar el rostro del mayor mientras este le abrazó. Akutagawa sonrió — eres demasiado dulce
— solo para ti Ryu
Akutagawa sacó la rosa, — no es mucho y — Atsushi la tomó sonriente
— me encanta, es perfecta
Akutagawa sonrió — ¿pasó por ti?
— salgo en 2 horas
— Perfecto. Tendré algo lindo
Atsushi volvió a besarlo, fue a la cafetería, volvió con el mayor a dejarle un café y se fue sonriente.
Akutagawa bebió el café y suspiró — Bien, intentemos que sea mejor ahora.
Akutagawa volvió al centro, mientras Atsushi seguía trabajando, se esforzó más esta vez.
Fue a revisar su reservación, por suerte estaba todo bien, per había un problema. El lugar estaría repleto, el no puede estar en lugares así, así que cancelo, pero pidió comida para llevar.
Regreso a su casa, donde aquella amiga peculiar de Atsushi estaba esperando, el azabache tuvo que ponerse un cubre boca — ¿Que necesita?
— Oh, eres su pareja ¿no? Me ha contado mucho de ti, también que si te veía llevarías el rostro tapado. — el silencio fue incómodo — perdona, Atsushi dijo que podía cuidarlos, tengo un viaje urgente — añadió dándole una jaula — gracias por cuidarlos — se marchó casi huyendo de allí
Akutagawa miró la jaula y suspiró — Hola Capu y Chino — pronunció entrando a su casa.
Akutagawa dejó los conejos en la habitación, les dio una lechuga y continuó.
Primero dejó la comida en la cocina, ahora amaba el microondas. Solo debía ir por Atsushi y llegar a calentar todo.
La decoración; agradecía que Atsushi guardaba todo lo que se pudiera, incluyendo los adornos de aniversarios.
Tomó un mantel dorado, y una bolsa de globos que aún estaba allí, comenzó a soplar con máquina, ni loco lo haría el mismo. Ato los globos y miró su obra. — Esto si que le gustará.
Fue a la habitación, buscó algo de fragancia, y salió de allí emocionado por su cena.
Llegó directamente a la agencia, donde se ocultó en el callejón, Atsushi se despidió de sus compañeros, y esperó, Akutagawa se asomó — ¿porque no viene? — se quejó.
Atsushi seguía esperando, y entonces llegó Dazai — ¡Atsushi-kun!
— maldición — expresó Akutagawa
— Dazai-san, creí que dijo que vería a alguien hoy
— Es 11/11, claro que quiero ver a alguien ¿y tú?
— Espero a que pasen por mi
— ¿todavía no?
— no
— ¿Que tal si me acompañes y que te pasen a buscar? Tuve suerte hoy, alguien había reservado y cancelo
— Claro, mandaré un mensaje
Atsushi y Dazai se marcharon juntos, Akutagawa se culpaba — claro, un mensaje, que estupido.
siguió al par de agentes, Atsushi y Dazai conversaban y reían. Llegaron al restaurante; Akutagawa espero un momento para mandarle mensaje. Atsushi sonrió al recibirlo — entonces, me voy
— Jovencito — le habló uno de los camareros — usted y su compañero acaban de ganar una promo especial
— ah, es que yo, me esperan y
— oh vamos chicos, es un viaje todo pagado
— ¿Que? — gritaron ambos
Akutagawa esperaba fuera del restaurante, miraba la hora y suspiró — ¿porque tarda tanto? — se quejó, pero no pasó mucho después para que saliera — por fin sales
— oh si, es que llene una solicitud con Dazai-san
— ¿por?
— No vas a creerlo, pero la mesa que obtuvo Dazai-san era ganadora de un viaje todo pagado a Japón a la casa del pocky, y un templo.
— Vaya, que lujo
— si, todo por qué alguien cancelo en la mañana
— ¿ca-canceló?
— aaay si, el mesero nos contó que no podía decir nada, pero que le dio pena por que el chico solo pidió para llevar y se fue.
Akutagawa trago saliva, se sentía mal. Nada estaba saliendo bien, y eso le decía molesto.
Atsushi tomó su mano en ese momento y con ello sus preocupaciones se fueron — ¿Que hiciste de cenar?
Le sonrió — Nada, pedí algo en un puesto que encontré — menciono divertido y Atsushi comenzó a reír con el ¿porque? Simplemente estaba feliz con su pareja.
Al llegar a su hogar, que gran sorpresa de llevó, pues Capu y Chino andaban en la casa y si, sueltos. Había dejado la jaula abierta cuando les dio lechuga
Akutagawa casi termina con un infarto al ver a los conejos brincando y con uno de los paquetes de comida en el suelo.
Más allá de su enojo, Akutagawa estaba frustrado a tal punto que sus ojos se humedecieron, su orgullo le impedía llorar, pero los sucesos del día le estaban ganando.
Atsushi fue a regañar a capu y Chino solo para mirar a su pareja — ¿Ryu? ¿Que pasa?
— No. Yo... — trago saliva — tenía un día Perfecto y todo salió mal, todo
Atsushi miró las bolsas y sonrió, acomodó todo en platos y puso el microondas. — la comida se puede comer, solo fueron algunas guarniciones — mencionó mientras abrió el refri, — tenemos en el refrigerador — añadió sacándolo algunas, y sonrió sacando una caja — y, aquí hay un pastel de chocolate, de la marca...
Si, lo olvido, le pidió a Chuuya comprar un pastel ya que el lo iba a hacer, y lo llevaría a la casa — El pastel...
— esto es muy lujosos Ryu
— fue un regalo — mencionó — pero además, iba a sorprenderte con un ramo de chocolates
— Ryu, ¿lo olvidaste? Me dieron cientos. — se quejó, fue por su maleta y la volteó sobre la alfombra. Habían cientos como bien dijo — y eso que le di a Ranpo-San
— pero, la cena
Atsushi lo abrazó — ya se arregló, ademas hiciste un lindo decorado con el comedor
— y ¿las flores?
Atsushi le sonrió — me diste una perfecta rosa roja — le susurró coqueto — la puse en mi escritorio, esperare a que marchite y la usare de pie de pagina para mi libro favorito
Akutagawa lo miró, lo abrazó con fuerza, no iba a llorar. Atsushi sonrió consolando a su mafioso. Toco su hombro para llamar su atención, llevaba un pocky en la boca. El azabache le sonrió y comió el pocky hasta besarlo — eres maravilloso Jinko
— No, tú lo eres Ryu
Volvieron a besarse. Y el microondas sono — ¿cenamos?
— siéntate, te serviré
— sipi
Atsushi fue a sentarse esperando la comida, el azabache lo sirvió, cenaron por fin, juntos y alegres. — disculpa mi mala suerte de hoy
— Ryu, no es nada malo. Es que te la quite
— ¿de que rayos hablas?
— es por que en la mañana te bese muchísimo que tome todo lo bueno de ti
Akutagawa se soltó a las risas, tenia a la mejor pareja del mundo. Quizá la fortuna del 11/11 acompañaba su buena acción, y no los lujos a montón.
...
Así es como este especial termina, con amor, ternura...
¡Gracias por leer!
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