67 || nota de voz ||
Atsushi trabajaba arduamente en la agencia, aquella mañana estaba solo junto con Kenji y Haruno, quien se limitaba a atender a Fukuzawa dentro de su oficina.
Esto hizo entender a Atsushi por que Dazai odiaba tanto el papeleo.
Hacía calor ligero, el aire que entraba por la ventana era fresco haciendo de su tarde pacífica aunque bastante monótona.
Entre bostezos fue que llegó un mensaje que le sorprendió, era su pareja quien se encontraba en casa descansando. Seguramente quería saber si quería que le comprase algo.
Miró hacia Kenji, este dormía profundamente, así que sonrió confiado de activar la nota de voz.
— "Ya no quiero pelear más, estoy muy triste por no poderte amar. Desesperado fui a buscar las revistas que te gusta comprar"
— ¿está escuchando la radio? — mencionó el albino confundido
— "y descubrí algo fatal, y no lo puedo, no lo quiero evitar. "
— ¿por que manda esto? — continuo preguntándose el albino
— "Y NO ERES TÚ. NI SOY YO, SON LOS PLANETAS QUE NOS DICEN QUE NO"
Atsushi pausó su audio mientras ahogaba su risa, era Akutagawa cantando.
Para empeorar su situación, los agentes volvían. Así que les toco ver a un Atsushi sonrojado y sofocado por aguantar la respiración y no reírse.
— Atsushi-kun, — le llamó Dazai — ¿te encuentras bien?
— s-si, si... ¡si, Dazai-san!
— mocoso ¿terminaste el papeleo de anoche?
— si, si, ya se lo doy — respondió con nerviosísimo. Guardó su celular y tomó los papeles para ir con Kunikida.
Por la noche, Atsushi llegó a casa, dejó sus botas en la entrada y colgó su bolso en el perchero. — Ryu, ya llegue — se anunció.
El azabache salió de la nada desde un mueble donde brincó con una escoba entre sus manos — No falta amor, ni pasión. Es el zodiaco, ¡nos separa a los dos!
Atsushi comenzó a reír. El azabache puso la punta del palo de la escoba cerca del rostro del albino.
Atsushi la tomó y le sonrió — dicen, que tu eres de agua y yo soy de fuego
— tal vez en otra vida mi cielo, los astros no te alejen de mi
— de mi
— bienvenido Jinko
Atsushi se soltó a las risas y abrazó al azabache. — ¿Que hay de cenar?
— hice croquetas de camarones, limonada y añadí una rebanada de pastel de chocolate para mi dulce tigrecito
Atsushi lo besó y le sonrió — me iré a cambiar
— apresúrate o me comeré tu parte
— sipis
A veces sus días eran demasiado divertidos.
...
Esta situación tiene una razón muy divertida, no la explicaré por qué fue demasiado divertido para darle más rollo.
Dedicado a Mxxnstars
¡Gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top