48. || San Valentín 2020 ||
Abrió sus ojos lentamente, usualmente despertaba de lado, así que se giró para quedar boca arriba, y se sorprendió. ― ¿eh? ― dijo Atsushi mientras su rostro comenzaba a sonrojarse. El techo había desaparecido y lo único que había eran cientos de globos coloridos pegados en el techo ― Ry-Ryu ― le llamo, lo busco con su mano pero solo hizo que volteará, el azabache no estaba. Decidió levantarse, aun su espalda le dolía por su aventura nocturna. Se estiro, se puso sus pantuflas de felpa de tigre. Camino hasta que salió del cuarto, el departamento seguía igual, o más bien, el pasillo. En cuanto llego a la sala de entrar, se quedó mudo.
La sala estaba repleta de masetas coloridas, flores, plantas, cada tallo grueso llevaba un hilo con una foto de ellos colgando, miro al mafioso en el centro de la sala, Rashomon estaba inflando más globos mientras Akutagawa al mirarlo decidió cerrar el libro que tenía entre sus piernas ― de-despertaste antes ― menciono con un ligero rubor
― Ry-Ryu...
― Feliz San Valentín Atsushi
El agente tapo su boca sorprendido ― Ryunosuke... Akutagawa Ryunosuke, perro mafioso, ¿tu hiciste esto?
― Seré mafioso... - se quejó ― pero te amo, y a ti te encantan las plantas y flores
Atsushi corrió a la mitad de la sala y abrazo al mafioso por sus hombros ― Eres el mejor novio mafioso que un agente puede tener
― Dudo que existan más
― Por eso eres el mejor
― Hey... - se quejó molesto
El menor tomo las mejillas del mayor, lo beso y sonrió ― ¿Qué tienes allí?
― Un libro
― Si eso veo, pero escribías algo
― No es verdad
― Déjame verlo
El azabache suspiro, le paso el libro al albino, Atsushi lo abrió mientras el mafioso acomodaba el cuerpo del albino entre sus piernas, todo eran fotografías de lugares, algunos oscuros, otros relucientes, eran lugares y edificios de Yokohama. Eran reloj con horas, osos, o incluso flores ― ¿Por qué son? ― pregunto el albino
― Te dije que no lo había terminado
Señalo la fotografía de un callejón ― el callejón donde nos conocimos ― el albino se sonrojo, el mafioso paso la página y señalo una crepa ― el sabor de la crepa que compartimos en nuestra primera cita ― Atsushi lo miro. El mafioso señalo la fotografía de una máquina expendedora ― la máquina que usamos en nuestro primer viaje ― Akutagawa volteo a ver al albino, el agente lloraba. Su nariz estaba tan roja y las lágrimas caía ― Jinko... ― Atsushi se voltio para abrazarlo con fuerza, llenaba el hombro del mafioso con sus lágrimas y fluidos nasales. El mafioso suspiro ― Eres lo más especial que tengo... mi única luz. Gracias por un año más
Entonces se quedaron allí, entre las macetas decolores, las plantas llenas de fotografías, el piso de madera, la alfombracolor gris oscuro, el mueble individual blanco, el libro sobre el suelo, elmafioso sobre el suelo y el agente sobre el mafioso. Aquel abrazo partía delprincipio hasta el final. Una unión inquebrantable del Yin y el Yang.
...
Feliz San Valentín a todos
¡Gracias por leer!
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