45. || Pijamas ||

Era sábado por la noche, Akutagawa estaba llegando tarde a casa, y eso solo significaba una cosa: Atsushi molesto.

Se suponía que los trabajos que el hacía no le quitaban mucho tiempo, es decir, Akutagawa era capaz de ponerse en el centro de varios trabajos, usar a Rashomon, matarlos y listo. Encontró las luces apagadas, Atsushi a veces hacia cosas raras pero no significará que no se pusiera alerta, a esa hora Atsushi estaba en casa. ― Atsu – le llamo dulcemente. Quizá así apaciguaría su pelea.

La cabeza del albino se asomó desde la sala, ― Ryu, aquí

― ¿Qué haces detrás del mueble?

― Hice un fuerte

― ¿fuerte?

― Si, de telas. – el azabache se acercó pero Atsushi grito ― ¡Alto allí loca!

― ¿Qué rayos Jinko? – le respondió molesto

― Debes usar un código de vestimenta

― ¿código?

― Está en la recamará, póntelo y ven

― ¿puedo encender las luces?

― Pero apúrate.

Akutagawa encendió las luces, pudo ver toda la sala llena de tela, hacían un gran fuerte donde quedaba todo apartado, más que nada era como un enorme iglú. Akutagawa fue a la habitación, si quería evitar peleas esa noche debía hacerlo que el albino quería. Al entrar a la habitación, vio la pijama colgando de un gancho ― debes estar bromeando – lo dijo para sí mismo.

Minutos después, apago las luces, Atsushi sabía que venía, volteo a ver la "entrada" y el mafioso apareció ― hola cocodrilo

― ¿Cómo haces estas cosas? – cuestiono burlón

― Me encantan – dijo sonriente el albino.

Atsushi estaba recostado en el suelo alfombrado. Akutagawa lo acompaño. Sobre su iglú se podía ver el techo. Atsushi había puesto un proyector, y una película. Habían botanas por todo el lugar y el mafioso no pudo evitar mirarlo vestido.

Atsushi llevaba una pijama de tiburón, su gorro era la cabeza, sus pies llevaba unos pequeños tiburones, él suyo era igual pero de cocodrilo ― Jinko, siempre me sorprendes

― Y tú siempre me sigues – respondió alegre

Ambos subieron los pies al mueble y sus cuerpos en la alfombra. Disfrutaron de la película mientras miraban el techo. A veces solamente hace falta un poco de imaginación para grandes cosas. 



...

¿Que les puedo decir? Esto tan lindo salio por culpa de alguien que me molestaba por mi pijama de tiburon. Espero lo disfruten

¡Gracias por leer!

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