Atsushi y Akutagawa acababan de terminar de tener relaciones, el albino descansaba boca abajo en la cama mientras el azabache iba estaba en la cocina sirviendo agua para el albino, fue cuando escucho que tocaban su puerta - ¿ahora qué? – se preguntó molesto, probablemente era su vecino preguntando si no tenían violencia doméstica, pues los gemidos de Atsushi no eran precisamente angelicales y mucho menos silenciosos, fue hasta la puerta abrió sin fijarse, es decir, era un asesino, no le temía a nadie y menos a un pinche vecino costroso. – Akutagawa – escucho la voz cantante y se sorprendió de verlos, Dazai tenía las vendas de su cuello arrugadas y sueltas, mientras que Chuuya llevaba un puñetazo en su mejilla

― ¿qu-que hacen aquí? – pregunto el azabache, claro, solo Dazai y Chuuya conocían de su departamento

― déjanos pasar – dijo Chuuya – quiero lavarme la cara

― po-por que vinieron aquí

― a explicar, tú y Atsushi-kun se fueron antes de explicarles

― no tienen nada que explicarme, es su vida.

― Sí, pero seguro que Atsushi-kun quería saber – decía Dazai quien ya había entrado al departamento

― No sé por qué piensa que Jinko podría estar aquí

― Pero lo está – dijo sonriente Chuuya

― Atsushiii-kuuuuun – comenzó a gritar Dazai mientras ponía sus manos entre su boca

Akutagawa entro en pánico – Dazai-san, Jinko no está aquí – volvió a decir pero su voz estaba cortada

― Vamos Akutagawa, yo le dije a Dazai que eligiera los pendientes – dijo el pelinaranja molesto – lo sabemos todo

― Bueno no todo, no sé exactamente cuándo se volvieron pareja – decía Dazai rascando su nuca

Akutagawa suspiro – bien, ustedes ganan – dijo ligeramente molesto – iré a llamarlo pero deje de gritar Dazai-san – pidió y Dazai sonrió

― ¡ATSUUUSHI-KUUUUN! – grito más fuerte

El azabache suspiro – no vendrá – dijo para tomar el vaso con agua y adentrarse al departamento, Dazai volteo a ver a Chuuya con una gran sonrisa. Mientras Akutagawa entro a la habitación, volvió a cerrar la puerta – Atsushi – le llamo. El albino estaba entre varias almohadas y cobertores, el azabache dejo el agua a un lado y comenzó a sacar las almohadas – Atsushi – volvió a llamarle, el albino abrió los ojos con pesadez

― Ryu... dijiste que me dejarías dormir – se quejo

― Primero toma agua – le ordeno el azabache acercándole el vaso, flexiono sus rodillas para quedar a la altura de la cama y mirar al albino

Atsushi levanto un poco el pecho mientras se sostenía con sus codos, tomo agua y sonrió – gracias

― Tengo malas noticias

― Dijiste que me dejarías dormir – se quejo

― Eso no gato pervertido – dijo jalando la mejilla de su pareja, después de ello, acaricio su mejilla – Dazai-san y Nakahara-san están aquí - Atsushi no reacciono, cabeceo ligeramente por el cansancio - ¿Atsushi? ¿me escuchaste? – jalo sus mejillas haciendo al albino quejarse - Dije que DAZAI-SAN Y NAKAHARA-SAN ESTÁN AQUÍ – dijo alzando ligeramente la voz

― ¿e-eh? ¿da-dazai-san? – pregunto sorprendido

― Si, están aquí

― ¿eh? Pe-pero

― Lo saben

― ¿e-eh? – pregunto el albino más que sonrojado

― Ponte la ropa, vayamos, quieren hablar con nosotros – dijo levantándose. Atsushi tomo con fuerza la muñeca del azabache, incluso le lastimo – Atsushi – le llamo molesto

― N-no qui-quiero... no quiero ir... - dijo el albino mientras el azabache volvía a ponerse a su altura

― Estará bien...

― Pe-pero... - sus ojos se llenaron de lágrimas – y si... ¿nos dicen que.... Debemos separarnos?

― Estará bien, no lo permitiré – dijo el azabache abrazando al albino del cuello y dejando reposar su cabeza en su cuello – todo estará bien, lo prometo, pero ven conmigo

Atsushi trago saliva, limpio sus ojos – me vestiré – afirmo el albino y el azabache sonrió

―  Te espero     

...

En realidad no lo iba a subir otro día, pero como ando teniendo fallas preferí decirlo...

¡La segunda parte ya está lista! Pero esa si la subiré más tarde o si no luego yo me confundo

¡Gracias por leer!