Capítulo 3; ¿Confundiendo la realidad?


Habían pasado 6 meses desde que había llegado a Buenos Aires y a el set de Soy Luna.

Al principio todo fue extraño para mi, adaptarme a una nueva vida y a un nuevo estilo... Pero lo hice, tenía a mi madre y había comenzado a hacer amigos que se estaban volviendo como hermanos.

En una semana comenzaríamos las grabaciones, la verdad es que los días eran agotadores a la hora de ensayar en patines, las clases de actuación e incluso al grabar canciones. Pero era mi sueño, quizás estar en una pantalla para un público de todas las edades, me aterraba un poco.
Temía que la fama me consumiera o que el fracaso me hundiera, pero siempre tenía aquellas palabras de mi hermano rondando en la cabeza: "Estés donde estés y tengas el dinero que tengas, recuerda de donde viniste, y la humildad que te enseñaron".

Eran las 6:00am y la camioneta de Disney estaba justo en frente de mi casa, tomé algunos implementos y me puse mi gorro favorito.

Me despedí de mi madre y subí, justo se encontraban Carolina y Valentina.

— Buenos días, chicas. —dije con una sonrisa.

— Hola Karol, ¿cómo estás? ¿Sabes de la sorpresa qué tiene el productor? — respondió de una manera alegre Carolina, la mire algo confundida y negué.

— Bueno, al parecer, comenzaremos las grabaciones en México. —respondió Valentina mirando algo distraída su celular.

— ¡¿Es en serio?! —dije sorprendida. La verdad, es que hace seis meses cuando nos encontrábamos en la reunión junto a el director no había prestado mucha atención a los viajes que deberíamos realizar.

Había leído el libreto y sabía que tendría que volver a México, pero no entendía porque tan pronto, aunque, pensándolo bien, ya era hora para iniciar a grabar.

— Si, pero solo viajamos algunos.  —contestó Valentina dándome una sonrisa y asentí.

Minutos más tarde estábamos en el set, el productor ya estaba arreglando todo para las grabaciones mientras nos entregaba un libreto.

— Bien, supongo que al iniciar ya lo leyeron pero quiero que lo vuelvan a leer, es el primer capítulo que grabaremos en México, por ahora, solo regresen a casa, apréndanse el libreto y nos vemos en una semana en el aeropuerto.

(...)

—Karol levántate que tienes que estar a las 6 en el aeropuerto. —escuché gritar a mamá mientras me recostaba más en mi cama, la verdad es que no quería levantarme, estaba tan cómoda— ¡KAROL! —gritó señorita regañona y suspire, sabía como se ponía, así que simplemente abrí los ojos y suspire, miré el reloj: ¿¡LAS 4;30 DE LA MAÑANA!? Debe ser una broma.

Después de un corto baño, porque hacia demasiado frío, me puse lo mas cómodo que encontré y bajé para ver a mi madre, ella ya estaba en la puerta lista para salir.

—Tengo sueño —la mire enojada.

—En el avión puedes dormir, vamos —dijo y asientí, la verdad dormí como 15 minutos en el auto mientras íbamos, después con los gritos de mi madre pude bajarme y ponerme unas gafas de sol, hoy no era mi día.

—Tenés una cara...—Valentina se burlo a mi lado mientras asentía, mi madre se fue con los productores o no sé quienes.

—Tengo sueño —Mike se sentó a mi lado y asentí para recostarme en su hombro.

—Yo también.

—No es que te quiera joder aunque la verdad es que sí, pero ¿por qué tenés puestas unas gafas de sol a las 6 de la mañana? —Valu se burló y gire los ojos, ella dirigió su mirada a su teléfono, a lo lejos divise a Ruggero caminando de la mano de su novia, la verdad ella me agradaba en lo poco que la conocía.

No sabía porque los estaba mirando tanto, las gafas de sol evitaban que ellos supieran que los miraba, tal vez imaginarme la conversación que estaban teniendo seria divertido, ella hablaba, el asentía, él hablaba, ella asentía, se besaban y abrazaban y ella se iba, el venia hacia acá y ya parecía un poco tonta viéndolo, así que cerré mis ojos para imaginarme que estaba dormida en el hombro de Mike.

Escuché como saludaba a Valu pero su voz ya se escuchaba lejana, dormía mucho y despertarme a las 4:30 de la mañana es un delito para mi.

—Chica delivery, despierta —alguien me movió y abrí rápidamente los ojos.

—¿Qué quieres? —suspiré quitándome las gafas de sol y encontrándome con la cara de Ruggero— Espera... ¿por qué me dijiste chica delivery?

—El libreto, tenes que tomarte muy en serio el papel.

— ¿El libre...? Ay no —exclamé—... olvidé leer el libreto, y aparte lo dejé en la mesita al lado de mi cama, ay no, mi madre me va a matar.

—Creo que Luna Valente no es la única distraída —se burló y se sentó en donde antes estaba Valu —, yo te presto el mío no te preocupes.

—Gracias —digo y me recuestó—... ¿dónde fueron Mike y Valu? —Pregunté mirando a todos lados.

—Valentina se marea en los viajes y Michael la acompañó a comprar una de esas pastillas.

—Ah —asentí y lo miré—. Entonces... Me-e puedes prestar tu libreto, ¿por favor?

—Si, voy, solo déjame enviar un mensaje —el levanta la mirada y me sonríe, después se queda viéndome unos segundos.

—¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? —pregunté.

—Si-i —respondió—, quiero decir no, o sea si pero no —el niega—. Solo tenes una pestaña en tu mejilla, espera.

Tocó mi mejilla suavemente y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, después quitó su caliente mano de mi mejilla —listo, ya esta— lo miro y me sonríe.

—¿Rugge? ¿Mi amor? —Rugge giró rápidamente y ahí estaba... Cande con los brazos cruzados observándonos.

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