Capítulo 26; Una y otra vez.

Nicolás físicamente era muy guapo, su cabello era rubio y tenia ojos claros, él estaba en ultimo año de instituto y que se yo, ni se porque estoy narrando esto.

Se separó de mi y nos quedamos mirando unos segundos.

—¡Chicos! —mi madre interrumpe nuestro juego de miradas— No sabia que estaban juntos, aunque ya lo había sospechado...

—Nosotros...

—No, después hablamos de eso, ahora, vamos todos a la azotea que te tengo una sorpresa Karol.

Mi madre me sonríe cómplice y me hala con ella, mágicamente todos nos encontrábamos en la azotea, pero perdí totalmente la vista de Ruggero y Nicolás y literalmente todo el mundo.

Mi mamá me sonrió y fue cuando todos empezaron a cantar él cumpleaños.

Si, estos son los momentos en los que no sabes que cara poner.

Una vez todos lo hicieron empezaron fuegos artificiales. ¿Que? Mientras todo él mundo aplaudía y sonreían,en eso, yo también sonreí mirando a mi madre, amaba demasiado a esa mujer.

Una vez los fuegos artificiales terminaron empezaron mariachis, pero no estaban en él tercer piso (que era donde se encontraba él apartamento)

Al parecer la fiesta se extendió al primer piso y casi la calle. Sí, mi mama amaba las festividades, no se que más palabras dijeron y mas cosas pero mágicamente todos estaban bajando.

—Mamá, estoy cansada, ¿puedo ir a mi habitación? —le dije y ella arrugo la frente— ¡Pero Karol! Recién empieza lo bueno y es tu fiesta.

—Como van las cosas no creo que nadie me extrañe, dale mami —puse pucheros y ella giró los ojos —. Bien, te quiero.

—Yo más.

Mi madre se fue y me dejó sola en este lugar, todos habían bajado y ahora solo estaba yo escuchando musica que se encontraba un poco lejos.

—¿Karol? —Nicolas habla y me hace girar rápidamente, me encontraba en la azotea mirando a todos los lugares posibles la fiesta que se había hecho abajo.

—Hola, oye disculpa lo de hace poco... Yo no quería que lo hicieras, la verdad, ya sabes... Yo...

—No te preocupes —el niega —, pero... ¿Que todo sea igual? —el pone su dedo pequeño al aire y sonrió juntándolo con él mio.

—Always.

— Bien, ahora la parte seria tonta ¿Por que no estas abajo? Si recién empezó la fiesta.

—No me sentía bien —le dije—, creo que besarte me causó ganas de vomitar.

Él me empuja y hace espacio para él apoyándose a la baranda de la azotea— Mira a mi hermanita y mi mamá bailando —él ríe bajo—, enserio deberías bajar...

—No... ¿Sabes? Existen cosas que simplemente no puedes cambiar y...

—Y ahora no hablamos de la fiesta ¿eh? —él me interrumpe y se queda observándome.

—¿Tan obvia soy?

—¿Cuando vas a reaccionaras y aceptarás lo enamorada que estas?

—Cuando tu aprendas a cocinar.

—Yo puedo aprender a cocinar —el ríe—. Pero eso no se compara en nada a...

—Karol —la voz de Ruggero enfría todo mi cuerpo, nos estábamos mirando con Nicolas pero giramos viendo la puerta. Allí estaba él, parado observándonos.

—Que irónica la vida Karolita —Nicolas susurra por lo bajo girando a la azotea.

Esto era mágicamente incomodo.

—Hola Ruggero ¿pasa algo? —fueron las únicas palabras que pudieron salir de mis labios.

—¿Podemos hablar? —pregunta y le miro.

—Bueno, que no se note la gran indirecta a mi persona, yo me voy de aquí —Nicolas dice mirándole y después a mi, se acerca a darme un beso en la mejill — Cuidado con los bebés —él susurra en mi oido para separarse guiñándome un ojo.

No puedo evitar sonreír mirando él camino que hace hasta la puerta.

Segundos pasaron hasta que por fin se escuchó una voz.

—¿Sabes? La primera vez que dijiste que te gustaba él vecino creí que solo me estabas tomando del pelo y... —Ruggero habla y rápidamente giro a verle. — Y cuando él chico apareció en la puerta tuve miedo de perderte.

—¿De que estas hablando?

—Y después, cuando los vi abrazados algo dentro de mi se removió y todas esas veces que les veo juntos yo... —el iba acercándose lentamente a mi—,  yo no sabría como actuar y... Y te juro las ganas que tengo de golpearle.

—¿Por que me estas diciendo todo eso? ¿Tu no tienes una novia con la cual deberías estar ahora mismo y no hablando conmigo?

—Y se que tu también tienes celos, una pequeña parte de mi me dice que le besaste solo para darme celos... Pero la otra parte de mí me dice que te gusta y que yo no podré ser él y no podre darte la felicidad que te mereces.

—¿Por que dices eso?

—Porque quiero saber si es justo alejarme o simplemente seguir aquí, se que estamos haciendo las cosas mal pero quiero hacerlas. Quiero hacer lo correcto.

—No... No podemos estar juntos ¿Lo entiendes? ¿no? Tu tienes novia y...

—Y ya no más —él susurra y se recuesta en la azotea—. Creo que mi novia cortó conmigo esta noche y creo que quiere "tiempo"

—Lo siento... —le digo— pero si crees que soy un premio de consolación te equívocas porque yo...

—Y jamás me sentí mas libre para luchar por ti.

Él interrumpe cada frase que estoy diciendo y por fin gira a verme— ¿Te puedo besar? Tal vez tu seas la única persona que pueda hacerme sentir vivo en estos momentos.

La decisión entre besar o no a Ruggero iba a aniquilar mi cabeza en segundos.

Si lo besaba, mandaría al carajo nuevamente mi plan de alejarme de él.

Si no lo besaba, perdería la oportunidad de consolarlo.

Yo no podía ser un juego para el. Nunca lo sería. Sus palabras me confundían, y sus acciones aún más.

Si tan sólo hubiera sabido lo que iba a pasar después de todo esto, no lo hubiera besado, no hubiera jugado con fuego, no me hubiera fijado en él.

Pero si Ruggero hubiese sabido lo que el futuro traería para el y Karol, las cosas hubieran sido distintas. Completamente distintas.

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