Capítulo 12; Un sentimiento.
«En el silencio de mi habitación, aún siento el murmullo de tu voz lastimándome con un dulce adiós dejándome vació el corazón»
—¡KAROL SAL DE TU HABITACIÓN HIJA! LLEVAS TODO EL FIN DE SEMANA ALLÍ ADENTRO Y CON ESA MÚSICA.
—DEJAME MAMÁ —grite y abracé a mi grande perro de peluche mientras le subía al equipo de sonido.
«Y no puedo olvidarte si te veo en todas partes, si en el último beso me robaste el aliento»
¿Por qué cuando te sientes mal escuchas música mal?
¿Qué es eso? ¿Algo del demonio? O sea, se supone que debes escuchar música alegre para sentirte alegre. Pero sin querer terminé escuchando música a todo volumen, en español y que recordara a mi infancia.
«Darle al destino una oportunidad, mas vuelvo a caer cuando pienso en ti, no soy nada sin ti»
—Odio que las canciones tengan sentido ahora —me dije a mi misma mientras abrazaba aun mas a mi gran perro de peluche.
—Si, yo también, estas depresiva ¿eh?
Rápidamente giré mi cuerpo encontrándome con la persona con la cual menos pensé en encontrarme.
Me levante— ¿Tu qué haces aquí?
—Tu mama me dejo pasar, resulta que nuestras madres ahora son amigas.
—Que bien, Nicolás —medio sonreí—. Oye, no es que te quiera echar pero ahora mismo no quiero visitas en mi habitación, aparte no me he duchado, son las cinco de la tarde y sigo en pijama.
—Oh si, claro, sólo que nuestras madres se pusieron a hablar de la moda de no se donde y después tu madre vino a gritarte porque tenes la música a todo volumen y me pareció menos aburrido estar aquí.
—Hoy no tengo mucho humor, lo siento.
—¿Es por tu novio? —el pregunta.
Suspiro— Si —me senté en mi cama y puse mis codos en mis piernas mientras miraba al piso, ahora sonaba una canción diferente en el reproductor dándole otro ambiente a la habitación—, apaga eso —dije y Nicolás lo hizo sin rechistar, que genial se sentía tener un sirviente.
Bien, no he dicho eso, mejor ignorenlo y sigan con sus vidas...
—¿Queres hablarlo? —el sentó a mi lado y le miré.
—No creo que te importe mucho mi vida, además, el no es mi novio.
—Si, yo también lo creo pero me acabe de mudar y pareces ser la única chica que puede ser mi amiga por ahora.
—Claro —asentí girando, mire a la pared y empecé a recordar.
«Sus ojos estaban conectados con los míos que ni mi cuerpo podía reaccionar bien, estaba tan concentrada en él que olvide por completo el mundo y por completo que esto era actuación, tal vez fue mala idea perderme en su mirada en ese momento, pero nadie parecía decir nada, así que pensaba que estaba haciéndolo bien.
El puso su mano en mi mejilla y sus labios ya estaban rozando los míos lo cual hizo alborotar un zoológico entero, pero no alcanzó a tocar mis labios porque fueron despegados rápidamente.
—¡Así quiero la escena chicos! —el director exclamó sonriendo.
Si, habían dicho la palabra "Corte" y de vuelta al mundo real.
Que linda vida tengo ahora.
Asentí sonriendo y lo miramos— Bien, ahora de nuevo, pero recuerden dejarse llevar, piensen que están besando al amor de su vida. Que se yo, pero lo estaban haciendo perfecto chicos. Ahora acomódense.
Ruggero puso su mano en mi cintura y me hizo sentir una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, le sonreí.
El iba a decir algo pero fue interrumpido por un rápido "Acción"
Era ahora o nunca.
O bueno, era ahora porque teníamos que hacer esta escena hoy.
Dicen que los ojos son la puerta al alma, pues no se que estaban pensando ahora mis ojos, o si quiera si mis ojos podían pensar, pero tal vez con un beso podría decir todo lo que no puedo decir en la vida real. Tal vez un beso te puede cambiar la vida.
O tal vez este no era mi caso.
ACTUACIÓN KAROL.
A C T U A C I Ó N.
Pero esa palabra se esfumó en mi cabeza cuando sus labios tocaron los míos en definitivamente, un beso.
No supe como describir ese momento, yo solo quería que él estuviera mas cerca, pero no podía. No podía moverme, así que simplemente apreté su hombro mas de lo que debí hacerlo.
El pareció notarlo un poco, su mano empezó a dar pequeños movimientos que me electrizaban por completo.
Les juro que quería mover mis labios y besarle, pero no podía, era un beso Disney, así que simplemente me quede con el calor que el podía darme con el poco toque.
—CORTE —el director dijo y el se separo muy despacio de mi sonriéndome mientras me guiñaba un ojo.
Tonta ilusionada.
Estas nerviosa Karol, cálmate.
Me dije y simplemente Sonreí.
—¡Muy bien chicos! Amo esa química —habló el director—, ahora por favor quiero otro beso pero en diferente ángulo, quiero que te separes de él y mires hacia allá que es donde va a estar Simón, ¿entendés Karol?
Asentí rápidamente, no se que pasaba por mi cabeza en ese momento, tenia que separarme de él y eso era actuación.
El debía besarme.
Mas no quería besarme.
—Si claro —dije sonriendo y gire a ver a Ruggero.
El me miro unos segundos antes de que dijeran "acción" y sus labios tocaran los míos pero esta vez fue tan diferente, simplemente me separe de el después de unos segundos e hice lo que me dijeron.»
—Entonces... Estas mal ¿por eso? —Nicolás pregunta y giro a verlo entrecerrando los ojos.
—No —dije suspirando—, es algo... Que pasó...
—¿Qué pasó? —le mire y no supe que decir.
«Salí de allí una vez la escena fue terminada de grabar y me dirigí al baño pensando en mil cosas mas que mi cabeza podía soportar, teníamos que grabar la ultima escena de nuevo, nos dieron 15 minutos de descanso.
Suspire y me mire al espejo, todo bien Karol, todo está perfecto. Sonríe.
Cinco minutos dándome apoyo emocional salí. Pero creo que la mejor idea que pude pensar fue quedarme encerrada en el baño.
Tal vez la escena que presencie fue algo que yo sólo pude obtener en ficción, Ruggero besaba y atraía demasiado a Cande, vale, no quería pensar nada, rápidamente giré y me dirigí de nuevo a la pista.
Vamos a grabar Karol.»
—Entonces ¿El tiene novia? —Nicolás pregunta mirándome.
—¿Te imaginas a alguien con mas mala suerte que la mía? —me burle de mi y suspiré.
—Él —dice.
Gire a verlo y no entendí a que se refería.
¿Era un insulto o un cumplido?
No le preste mucha importancia a lo que Nicolás acababa de decir, pero creo que, el y yo, tendremos una buena amistad.
—Yo... Tengo que bañarme —insinuó para que el se vaya.
—Claro, pero antes —se acerco y me dio un abrazo—... Espero que sirva de algo.
Y la verdad es que si, necesitaba un abrazo.
La puerta se abrió, y entonces...— Hola Karol —dijo el, su expresión cambio en cuanto vio el abrazo que teníamos Nicolás y yo.
—Ruggero, ¡¿qué haces acá?!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top