Capítulo 19: It's a trap
La infraestructura del salón no difería en gran medida del resto de las instalaciones, los escombros pestilentes colgaban de las columnas y muros; 3 luces parpadeaban intermitentes sobre sus cabezas, dándoles escasamente la iluminación para contemplar desde el umbral al destructor de 3 metros de altura.
—Loki—Habló Peter por lo bajo—¿Qué...
—Bienvenidos sean—Irrumpió una voz distorsionada, señal suficiente para poner a ambos hombres en guardia—He esperado con ansias su llegada, Loki Laufeyson.
—Pues parece que te has mantenido ocupado—Le zanjó Quill—Dime, ¿Los Zeen-lavians tuvieron al menos la oportunidad de defenderse?—Acusó con ironía.
El tercero demoró en replicar—La poca relevancia de tu participación culminó, Star-lord—Declaró llanamente—Ya no eres necesario.
—Eso lo decido yo—Dijo el Jotun con solidez, dando un paso adelante—No te equivoques—Agregó buscando el origen de aquella transmisión pues por la ligera estática interferencia, era evidente que el desconocido no se encontraba en persona—¿Entonces te divertiste?, ¿Especialmente con los niños?.
—Entiendo su suspicacia, por lo que me veo en la necesidad de aclarar que el planeta ya se encontraba en este estado cuando arribé—Explicó el extraño—Toda una desdicha.
—No pareces muy afectado con la noticia—Resaltó Loki.
—Este fue un lugar que ovacionó la armonía; me pareció apropiado honrarlo con nuestra pacifica reunión.
—Estoy seguro que los altos sabios que resguardaron la ciudadela, estarían orgullosos—Soltó el Rey con ironía—Si estuviesen vivos, por supuesto.
—"En la desgracia de unos, están las oportunidades de otros"—Citó sin timidez el tercero—Tu deberías saber eso mejor que nadie, Laufeyson.
El Jotun halló inocuo continuar con ese hilo de la conversación, ya que de todos modos dio por aceptada la idea de acabar con quien fuese que se escondiera tras aquella cortina de humo. Tomaría retaliaciones contra el causante de ese extermino, pero antes había prioridades con las que lidiar.
—No encuentro educado el que no estés para recibirnos como es debido, después de un viaje tan largo—Se quejó el azabache—La falta de modales, no es una buena forma de comenzar una negociación.
—Es acertado me temo; no obstante ambos sabemos que de presentarme, ya me habrías arrancado la cabeza.
—Eso suena más a mi estilo en realidad—Se metió Quill—Así que en vez de dar la cara, enviaste a tu amiguito de metal como carne de cañón.
—No deben preocuparse por mi centinela—Calmó el sujeto—Está ahí para asegurarse que el convenio transcurra con tranquilidad.
—La charla ya me aburrió—Advirtió el Jotun variando su tono de piel al añil de su raza—No disfruto de ser amenazado—Enseguida con un grácil virar de su mano, inmovilizó por completo al vigía desde los pies, bloqueando cualquiera de sus posibles tentativas ofensivas—Muéstrate, suelta lo que tengas por decir y terminemos esto como caballeros.
—No es pelea lo que busco, Laufeyson.
—Ya que lo mencionas—Intervino Star-lord—¿Cómo es que conoces a Loki, en primer lugar?—Requirió el humano bajo la inquisidora mirada de hechicero.
—Tengo una ofrenda para el heredero de Jotunheim—Anunció el incognito, pasando deliberadamente del mercenario—Considero que luego de eso, quedará más que satisfecho.
—¿Tu madre no te enseñó a no recibir cosas de desconocidos?—Se mofó Peter desdeñoso.
—"Lo barato, sale caro"—Citó el Rey en un antiguo proverbio Midgardiano—Si deseo algo lo consigo yo mismo, sin reparar en cuantas gargantas deba desgarrar en el proceso—Escupió amenazadoramente.
—¿Qué es lo que más deseas, Laufeyson?—Provocó el anónimo—¿Poder, venganza, destrucción?...
—Mis propósitos no son incumbencia de un genocida como tú—Replicó Loki ladeando levemente el cuello—Aparte de la información que extraeré bajo mis propios medios, no tienes nada que pueda llegar a interesarme.
—Juzgándome tan contundente...¿Acaso es justicia lo que buscas?.
Loki no opinó o desmintió su afirmación.
—Eres fuerte sin lugar a dudas, empero precisas de un arma digna de un verdadero Rey—Recalcó el recóndito—Para juzgar y castigar a los pecadores insolentes, e impartir la ley con tus propias manos¡.
Precedidas por un súbito crujido, varias baldosas rectangulares del suelo se abrieron permitiendo a la oculta plataforma de hierro, elevarse desde las profundidades.
Por reflejo instintivo, ambos visitantes retrocedieron a la defensiva y desde una distancia prudencial, observaron el montículo que revelaba la congelada reliquia.
—Te hago entrega de lo que es tuyo por derecho—Sentenció el tercero, al tiempo en que el Ataúd de los Antiguos Inviernos resplandeció con mayor ímpetu, una vez se halló a pocos metros del Rey de escarcha.
Los ojos esmeraldas del hechicero se perdieron en la belleza del artefacto bañado en eternos y helados destellos; procurando en la medida de lo posible el ocultar del resto, como la esencia astral que rodeaba al objeto, hizo resonancia con el núcleo glacial de su báculo, obligándolo a ceñir el arma con mayor resistencia.
—Loki—Balbuceó Quill sin asimilarlo todavía—Loki, eso es...
—Una buena imitación—Habló el Jotun saliendo de su impresión inicial—He de reconocerlo—Añadió retomando su imagen inalterable.
—Quizás porque no lo es—Se defendió el desconocido—Pretender engañar al dios de las mentiras sería algo insensato de mi parte.
—Es falso, tiene que serlo—Negó Peter—El ataúd lo robó el viejo decrepito hace más de 1500 años y ha estado en Asgard desde entonces; resguardado por él, su hijo y todas las tropas del reino—Argumentó cruzado de brazos— Loki encontró una pérdida de tiempo, ventaja y esfuerzo ir a hurtarlo, eso sin mencionar que un tipo como tú no podría siquiera acceder ahí.
—Una aseveración imprudente, Star-lord.
—El destructor—Expresó Loki a secas.
—¿Qué hay con él?—Inquirió el humano.
—Inicialmente me pregunté cómo lo había adquirido—Comentó el azabache—Verás, los destructores fueron creados en número reducido por eruditos de antaño, memorables maestros en las artes místicas—Expuso con conocimiento—Eventualmente dieron cuenta que lo más sensato era dispersarlos, precisamente por la peligrosidad que representaba el que solo una persona poseyera un ejército de ellos—Narró—Hasta el día de hoy, se desconocía sus paraderos con excepción de uno—Reveló paseando la yema de su dedo pulgar, suavemente por la superficie tersa de sus labios—El que hace miles de años fue entregado al rey Bor, heredado a Odín y actualmente usado como último cortafuegos de la bóveda de Asgard.
—¿Si estaban perdidos, cómo demonios este tío posee uno?¡.
—El "¿Cómo?", no viene al caso—Destacó el Jotun—El hecho es que cada uno de ellos, fue diseñado a partir del mismo y único código—Añadió—Hipotéticamente si una persona consiguiera meter uno de estos en Asgard, no tendría ni que derrotar a su semejante—Planteó perspicaz—Me explico: Si conoces y sabes invocar la secuencia originaria a partir de la cual nacieron, puedes controlarlos a todos.
—Espera¡—Exclamó escéptico el mercenario—¿Dices que esta cosa dejó obsoleta las defensas de la cripta tan fácilmente?¡.
—No doy por sentado nada—Aclaró Loki—Digo que de ser así, básicamente solo deberías eliminar a uno que otro soldado, coger el cofre y abandonar el salón atravesando de regreso el portal por donde llegaste—Intuyó el azabache—No tomaría más que un par de minutos.
—Veo que los mitos sobre la destreza de tu intelecto, no eran errados—Glorificó el anónimo—Todo sucedió tal y como dijiste, Laufeyson—Manifestó—Odín es un usurpador. Todo lo que jura proteger, lo ha conseguido dejando un sanguinario cementerio bajo sus pies...tu especie incluida.
—Todo suena tan perfecto desde tu perspectiva. ¿Enserio crees que Loki confiará ciegamente en ese "hermoso" discurso?—Alegó Peter, arrugando sus fosas nasales—¿Loki?...
El hechicero no contestó, sus labios se encontraban planos en una delgada y diminuta línea; su semblante absorto y determinado con la mirada fija en un punto específico, levantó la inquietud en el guardián de la galaxia.
—Loki, ten cuidado...no tenemos idea de quién es él...
El azabache lo ignoró por completo, serpenteando precavidamente en dirección a la plataforma metálica. Su vista se encontraba clavada en la reliquia gélida y nada más.
—Loki, no me gusta esto...
Pese a las advertencias del castaño, el Rey llegó al montículo, almacenó el cetro fuera de vista y dando movimientos circulares con sus dedos, envolvió el ataúd en una mágica aura verdosa haciéndolo levitar de cerca. Con el eficiente conjuro de detección, corroboró que en el ente ancestral no residía peligro alguno.
—No detecto lecturas de amenaza—Enjuició el Jotun sin detener el escrutinio.
—¿Cuál es el truco?—Vociferó altanero el mercenario—¿Un rastreador imperceptible? ¿O una bomba microscópica termonuclear?¡.
—¿Me consideras capaz de tal cosa?—Reprochó el hombre falsamente ofendido—Es un ofrecimiento altruista sin ulteriores intensiones.
—Y un demonio¡—Contratacó el castaño—No queremos esa baratija, la arrojaremos al vacío junto con tu cadáver¡.
—¿Acaso has olvidado quien soy, Quill?—Reprendió el Rey en un eco escalofriante—La sangre del linaje real de los gigantes de escarcha, corre por mis venas...Si este llegase a ser el verdadero, tiene que ser mío—Impuso el azabache—Siempre ha sido mío...
El sonido tras el parlante rio, su guasa apestaba a kilómetros de distancia—Tómala, Laufeyson...hazlo y todas tus dudas se dispersaran—Alentó el tercero—Una vez lo veas, lo comprenderás todo...
—El único que necesita comprender algo eres tú, pedazo de mierda espacial¡—Gritó Peter adelantándose y quedando al lado del Jotun—Eres tan estúpido como aparentas si es que piensas que Loki va a comer cuento, agachar la cabeza y caer ante los encantos de un asesino en masas¡.
—Desconozco la razón a por qué sigues aquí—Contestó llanamente el otro—Tu no le representas, no tienes voz ni voto. Eres un simple mensajero.
—Cierra el hocico, imbécil¡—Ordenó el castaño fuera de sus casillas—Puedes coger esa replica de porquería y metértela por el culo¡—Amenazó rabioso—Realmente creías...Loki¡.
Previo a que el humano pudiese evitarlo y antes de que el príncipe Asgardiano, reparara en los innumerables cabos sueltos que rodeaban la catástrofe que azotó el reino dorado; Loki, hechicero supremo y heredero del poder de los primeros gigantes, desvaneció su encantamiento y sujetó el sarcófago con sus propias manos.
El siniestro complejo se sumergió en un sepulcral silencio.
Loki cerró los ojos y suspiró de placer cuando la natura del legendario artefacto penetró en él, unificándose con la esencia escarchada ancestral de Ymir, que emergió desde lo más íntimo de su ser y el Aliento de Wyverno de hielo idóneo ya en su cuerpo; llenando cada una de sus células, con el mismo imponente frío que lo poseyó aquella noche en el Manantial de los Inviernos Imperecederos.
Las falanges del hechicero fueron tornándose azules desde sus uñas, pasando por la dermis bellamente delineada de sus muñecas, trazando armoniosamente su camino hasta colorear de índigo las facciones de su rostro; confirmando de esta manera que las sospechas que en principio se negó a creer.
—Es real—Susurró Loki con el vapor gélido proviniendo desde sus pulmones y volviéndose visible al chocar con el ambiente sofocante de aquel recinto.
—Hijo de puta—Musitó Peter, estremecido por desagradable presentimiento—Loki, no.
—¿Cuántos seres han muerto para que finalmente pudiese tenerlo en mi posesión?—Especuló con sus radiantes ojos carmesís perdidos en la infinidad del tesoro frente a él—Ya no importa en realidad—Consintió enseñando fugazmente su dentadura—Dime...¿Cuál es el precio?.
—Como dije, no pretendo nada en retribución—Reiteró complaciente—Ahora el poder es tuyo para arrebatar todo lo que te fue prohibido desde tu nacimiento y mucho más, hijo de Laufey...
—Jodete¡—Interrumpió Peter harto de la inconcebibles circunstancias—Tú y tu centinela os podéis ir al mismísimo infierno¡—Objetó dispuesto a acabar con todo—¿Crees que con esto lo tienes comiendo de tu mano?¡—Arrojó el mercenario—No tienes idea de con quien estás tratando¡—Lanzó en un arrebato—Si él no barre el piso contigo primero, ten por seguro que lo haré yo¡.
—Los humanos son tan patéticos...como una mosca que se revuelca en su propio estiércol, pataleando débil e infructuosamente, condenada a ser devorada y pisoteada por su inminente aniquilación—Se burló el incognito, dejando de lado la cortesía postiza con que inició la transacción.
—Los exterminaste a todos—Atinó a decir el castaño, aguantando las ansias de devolver con creces aquel humillante insulto—Puedo ver perfectamente que eso es lo que quieres que haga Loki con otras razas¡—Bramó furibundo y encarando al no presente—Él nunca haría algo como eso, jamás!
—Cállate, Quill—Ordenó con indudable molestia el azabache.
El mercenario sufrió un breve lapsus de bloqueo, procesando incrédulo lo que acababa de oír.
—¿Cómo es que he podido soportarte tanto tiempo?—Se cuestionó Loki con cruel retórica—Siempre has sido un fastidio.
—Tienes que estar jodiendome—Susurró Peter al contrario—Me llamaste traidor, pero ¿Qué hay de ti?...un hipócrita que vende su lealtad al mejor postor—Contratacó ofendido—¿Qué hay de Jotunheim?, el hogar que corre grave peligro por su culpa!—Recriminó resentido—¿Y los Zenn-Lavians? ¿Las personas que me aseguraste eran buenas e inocentes?!—Insistió exasperado y herido—¿Es que ya nada de eso te importa en absoluto?!.
—Dije que te calles, humano inútil¡—Rugió toscamente el azabache, empujándole por el pecho con un venenoso mirar desprovisto de familiaridad.
Quill se amarró al poco autocontrol que le quedaba, suprimiendo el impulso de plantar un puño en la cara del desagradecido, que anteriormente consideró su mejor amigo.
El mercenario no comprendía porque el ataúd lo cambió todo tan drásticamente. Loki ya tenía el arca, el cetro, el apoyo de su ancestro, el Wyverno de escarcha, el respeto y lealtad de su pueblo.
¿Por qué esa basura despertó semejante odio irracional, que egoístamente prevaleció por encima de la aspiración por un futuro mejor?; echando por la borda sus ilusas esperanzas de que con el pasar del tiempo, el hechicero se replanteara el alcance y consecuencias que acarrearía una toma bélica por el poder de Yggdrasil.
—Eres insignificante, terrícola—Canturreó eufórico el incognito, despedazando su ensimismamiento con su desagradable y cizañera participación—Una nueva era ha empezado hoy, una en la que no hay cabida para cosas intranscendentales como tú.
—Un solo humano vale más de lo que algún día podrías añorar a ser¡—Replicó el castaño pateando la plataforma y derribándola en trizas desperdigadas por las baldosas polvorientas—Ya he tenido suficiente, tu...
—¿Contra qué lógica discutes, Star-Lord?—Concordó Loki con su semblante plano e insensible— Tu raza es inferior. Nunca podrás ver la realidad desde la perspectiva de entes superiores como nosotros—Aclaró guardando el sarcófago con un conjuro básico.
Peter calló rememorando nostálgico al azabache sonriente en las tardes de ocio en compañía de los infantes Jotun, el afecto que no conseguía disfrazar al compartir momentos con su madre, los gestos de fraternidad hacia sus coterráneos y el aprecio por sus aprendices; detalles tan simples como una broma salida de tono en momentos críticos, que en retrospectiva hacían ver que cada instante junto a Loki era a su peculiar modo, extraordinario.
El hombre a su lado no era el Loki que conoció y en quien creyó poder confiar su vida. Star-lord debió sentirse enfadado por esto, pero en su lugar la decepción se abrió paso por ese devastado y amargo sendero.
—Que desperdicio de aire y espacio—Complementó el anónimo.
—Oh, no tienes idea—Resopló el Jotun jocoso—Solo un huérfano paria con problemas y delirios de moralidad, que jura que el arrejuntarse a una manada de escoria, va a compensar lo lamentable que es su propia existencia.
—Que te jodan¡—Contestó Quill escupiéndole en los pies—Sociópata de mierda, tu padre estaría tan orgulloso¡.
Los nudillos del Jotun tronaron congelando vivo al otro con la mirada; fácilmente el castaño diferenció las arterias del otro hincharse por el furor, reacción inmediata a lo que personificaba esa escueta frase.
—No tiene por qué contaminarse las manos—Comentó el tercero cordialmente—No será ninguna molestia para mi soldado hacerse cargo—Anunció simultaneo al deshielo escurriendo por la estructura metálica del centinela—Estaría encantado de hacerlo yo mismo; para empezar les aseguré que él no era necesario, por lo que no fue mi deseo tener que recurrir a él—Alardeó—Pero ordenes son órdenes.
—¿Qué fue lo que dijiste?—Preguntó Quill con una repentina y pequeña sonrisa ladina.
—Silencio, todo terminará en segundos—Declaró el oculto seguido de las flamas emanando por las cuencas artificiales.
—Podré envejecer más rápido que ustedes, pero mis oídos todavía sirven bastante bien—Jugó Peter alzando los hombros—¿Ni siquiera estás a cargo, no es así "tipo duro"?—Le insultó con sátira y una carcajada exagerada—El chiste se cuenta solo, tanta habladuría sobre ser superior y solo eres el mandadero de turno¡—La risotada continuaba debiendo sujetarse del abdomen—Ahora todo tiene sentido; si esta es la calidad de tu club de lameculos, no me sorprende en absoluto que tengas que recurrir a Loki para que haga el trabajo sucio—Prosiguió burlándose sin dar tregua.
—Cierra la boca, humano inservible; estoy aquí por Loki Laufeyson¡.
—Y yo que pensé que todo era paz y conciliación—Zumbó el mercenario—Más bien sonó a que ya tenían preparadas nuestras lapidas con anticipación—Se jactó desenvainando el par de pistolas.
—NO MÁS CHARLA¡—Bramó colérico su adversario, confirmando así que Star-Lord había dado en el clavo.
—Mira, Igor—Siseó Peter en tonillo manso como si tratase con un crio—Se amable y tráeme al jefe, ¿Quieres?—Rogó sarcásticamente—Dios, vaya pedazo de segundón que resultaste.
—SUFICIENTE¡—Impuso la voz aumentando el volumen de sus aullidos, tan ensordecedores y furibundos que las luces del techo titilaron con mayor agitación—HOY TODAS LAS DEUDAS VENCEN¡.
Quill no pensaba retroceder llegado a ese punto, desconocía el resultado pero no se marcharía sin dar una buena pelea. Levantó sus armas y apuntó directo al destructor, su dedo índice apretado contra cada uno de los gatillos; no obstante a segundos de dar el primer disparo, violenta e insospechadamente una mano le agarró por el brazo derecho, sobresaltándolo de pies a cabeza.
El castaño giró su rostro tan rápido que su cuello tronó con el movimiento, así chocando a centímetros con las iris verdes del hechicero. No tuvo tiempo de objetar ya que en lo que tarda un respiro, su alrededor se transformó atravesando uno de los portales que en el pasado le vio usar centenares de veces, reapareciendo en el hangar donde aparcaron.
La acción salida de la nada hizo a Peter tambalear por el inevitable mareo, sin embargo el Jotun no le concedió pausa para recuperarse y volvió a jalar de su extremidad, casi arrastrándolo a la plataforma de aterrizaje correspondiente.
—Loki¡—Gritó el guardián deteniéndose con dureza—¿Qué carajos te sucede?¡—Expresó exaltado y forzando al otro a detenerse—¿Podrías explicarme como luego de toda tu mierda allá atrás, ahora huimos de ese infeliz?¡—Lo confrontó con una brusca aprehensión a su hombro—¿Qué demonios te pasa?¡.
El hechicero finalmente le dio cara, observándolo con las cejas curvadas de un modo que nunca antes le demostró; una gota de sudor inició su sutil descenso por las sienes del azabache, acompañada de su quijada tan apretada, que bien podría cortar el acero con la línea de su mandíbula.
Loki se sacudió el agarre y continuó su camino deteniéndose al final de la primera compuerta, apoyándose en uno de los costados del marco—Es una trampa¡—Masculló el azabache recalcando desgarradamente cada silaba—Tenemos que irnos¡—Aulló moliendo sus cuerdas vocales—AHORA¡
Para Quill, Loki era símbolo de fuerza inquebrantable; era el hombre que conoció la muerte y el sufrimiento desde bebe, que combatió por siglos enteros contra el terror e injusticias al que fue aventado, que persistió y maduró con fortaleza la cual le llevó a vengarse de su padre y sembrar las bases de un imperio, siendo ahora el cabecilla y estandarte de toda una raza.
Pero ahora, en ese preciso instante Peter contempló trasparente como el cristal, que lo que dibujaban esas elegantes pupilas dilatadas ya no era resentimiento o irritación, era algo mucho peor. Algo que lejos de otorgarle sosiego, le heló la sangre como una lluvia mil témpanos bajo cero.
"Miedo".
Ante eso, Star-Lord sintió su mundo venirse abajo. Los nervios del otro lo consumieron de infame manera, repartiendo inmovilizadores escalofríos desde sus talones, perforándo como miles de agujas penetrantemente la parte de su cerebro que a duras penas, no había sucumbido ya en el despótico pánico.
—Quill¡—Le llamó impaciente el ilusionista—No puedo hacer esto solo, te necesito aquí¡.
Loki comenzó a jadear resultado de su ansiedad, aquella ineludible desde el momento en que todos los cabos se resolvieron; desde el exacto segundo en que las piezas dispersas de ese calamitoso rompecabezas, se armaron dejándolo de cara a la verdad que tanto anhelo conocer, pero que ahora deseaba desapareciera con la misma sorpresiva contundencia con la que arribó.
Un conflictivo tesoro robado y una invitación anónima, encubrieron la realidad del funesto escenario que ese monstro maquinó desde las sombras, estático mientras observaba divertido como las fichas se ubicaban en su lugar, dándole el visto bueno para por fin alzarse con sus destructoras garras, sobre todas las almas vivientes de ese basto, brutal y hermoso universo.
"Debo regresar...necesito protegerlos". Caviló el hechicero agobiado por el sin número de preocupaciones. "Tienen que saberlo...todos tienen que saberlo".
—Peter¡.
El castaño parpadeó recuperando control sobre sí, gracias a la inesperada extrañeza que le provocó oír aquella expresión. El humano fue consiente que desde que sus caminos se cruzaron en Mos Eisley, era la primera vez que Loki le llamaba a secas por su nombre de pila.
Como un detonante, la anatomía del menor recobró movilidad y se adelantó al puente de mando. Quill se abalanzó contra el tablero principal y oprimió múltiples botones con prisa; el sonido de sus yemas humedecidas repicando contra las teclas y el nudo de saliva bajando por su tráquea, eran solo ambientados por las pisadas de ambulantes del Jotun a pocos metros.
—¿Loki, que está...
—Luego¡—Le cortó el hechicero—Despega de una puñetera vez¡.
—No, me canse de tus juegos¡—Escupió Quill dando un puntapié a una de las sillas rotatorias—¿Cuál trampa?, ¿Por qué corremos?, ¿Quién demonios es él?, ¿Qué está sucediendo?¡—Exigió el mercenario sujetando con agresividad el antebrazo del contrario—Estoy metido en esta mierda tanto como tú, así que por todos los cielos Loki, háblame¡.
—Necesito que confíes en mi—Murmuró el azabache sin quejarse o esquivarlo.
—¿Qué confié en ti?¡—Exclamó con sarcasmo el castaño—Hace unos minutos intentaste matarme, dejando en claro que no te importaba en absoluto—Alegó Star-lord alejándose del hechicero, afligido por la mera memoria de lo sucedido—Confiar en ti es lo que nos tiene jodidos, confiar en ti es como meter la mano en una trituradora, confiar en ti...
—Peter—Habló Loki en un efímero lapsus de calma—¿Cuánto llevamos de conocernos?—Preguntó al aire sin aguardar respuesta—Luego de tanto, es decepcionante que aún no sepas distinguir cuando miento—Concluyó elevando ligeramente una de sus comisuras—Aunque supongo que lo de "Huérfano paria", tal vez fue un poco excesivo—Meditó—Si, te concederé eso.
El castaño achinó los ojos—"¿Un poco Excesivo?"—Parrafraseó abriendo gradualmente su boca hasta enseñar ambas hileras de dientes como un perro rabioso—¿"Un poco"?¡—Chilló señalándolo acusatoriamente con su dedo índice—¿Has perdido completamente la cabeza?¡.
—Supe desde el principio que yo era a quien quería—Confesó en un suspiro el azabache—Obviamente él no iba a admitirlo—Justificó acomodando un mechón desalineado de su cabello—La mejor manera de destapar a un mentiroso, es hacer que caiga por el mismo peso de sus palabras—Razonó con experiencia—Y tú tienes una facilidad para colmar la paciencia de las personas, así que...
—Espera!—Le frenó Quill enseñándole las palmas—Para ponerlo en evidencia...¿Tu confiaste en mí?.
Loki bufó girándose en sus talones y desviando su atención a uno de los ventanales de la embarcación—No te pongas en un pedestal, usé los medios que tuve a la mano como siempre—Replicó vigilando los alrededores en busca de contratiempos, que sabía llegarían inevitablemente, aun si desconocía desde que ángulo.
—Lo que dije sobre tu padre...no iba enserio, sabes—Se disculpó el castaño—Solo estaba cabreado.
—Solo arranca la maldita nave—Contestó Loki ladeando la cabeza y retomando momentáneamente la relajada curvatura en su boca.
El humano sonrió relamiendo su dentadura con una fugaz templanza en su pecho—Fuerte y claro, compañero—Obedeció aplastando su trasero en el puesto de piloto y abrochando el cinturón de seguridad, se dispuso a jalar de un tirón la palanca que comunicaba con los motores.
Las luces de la cabina pestañearon junto con una imprevista sacudida, que obligó al Jotun a sujetarse de una de las ranuras del muro. Al unísono todos los sectores quedaron a oscuras, a excepción de la escasa iluminación que se filtraba por las ventanillas delanteras del puente de control y el bombillo rojo de emergencia que se precipitó de pronto.
—Loki, tenemos problemas!—Vociferó el mercenario con los iris fuera de órbita—Graves problemas¡.
—Nunca estuvo en sus planes dejarnos ir—Gruñó el ilusionista, estampando su puño en una de las mesas ahora marcada por una gran abolladura—¿Informe de daños?¡.
—¿La versión corta o la larga?¡.
—Quill¡.
—No tenemos energía¡—Notificó el castaño—Las células de potencia están secas, los núcleos primarios obsoletos y los secundarios vacíos—Avisó histérico—Sin estos es imposible activar los propulsores, las armas de defensa, los escudos reflectores y mucho menos dar un salto¡.
El azabache entreabrió los labios agachando la mirada—Quizás si re-direccionamos las reservas de los generadores a un solo motor, sea suficiente como para despegar...
—No, Loki—Anunció el mercenario tecleando con desesperación cualquier comando de último recurso—Las baterías suplementarias fueron desocupadas también...Apenas puedo mantener las funciones primarias de presurización, gravedad artificial y un bajo nivel de oxígeno en el aire...pero no durará mucho.
—Creí que nos atacarían de forma directa—El Rey Jotun cerró lentamente los ojos, sobándose el entrecejo con dedos temblorosos—Pero lo han hecho por debajo de cuerda desde que llegamos...
—Si no podemos despegar y tampoco proteger el casco exterior, es como si tuviésemos una diana pintada en la frente—Dedujo Peter recostándose en el espaldar—Loki, no iremos a ningún lado en este estado...
—¿Cómo no lo vi antes?—Susurró el hechicero desintegrándose en un océano de recriminaciones—Debí haberlo sabido...era mi trabajo, era mi deber...
—¿Entonces qué haremos?—Preguntó el humano afanoso por una solución— ¿Cuál es el plan?¡.
—Vendrá—Divagó Loki dando pasos hacía la esclusa que conectaba al resto de la nave—Guardó lo mejor para el final...
—Mira, podemos ganar algo de tiempo si alteramos el vector automático de la nave e intentamos un arreglo manual; en alguna parte deben tener almacenados repuestos o algo que...
—Nos quiere en la superficie cuando suceda—Continuó perturbado el ilusionista en voz alta.
—¿Quieres prestarme atención?¡—Le interrumpió Peter crispado—¿Cuándo suceda qué?¡—Indagó agitando los brazos expresivamente—En el peor de los casos iremos a por ellos y les liquidaremos antes de que...
—NO¡—Mandó Loki dominante—Eso es lo que él quiere¡.
—Me vale un Odín lo que él quiera¡—Replicó el menor.
—No lo entiendes¡—Rugió el Rey Jotun dando un fuerte pisotón al suelo—No lo conoces, no sabes de lo que es capaz¡.
—Escúchame, Loki¡—Insistió el humano posicionando sus dos manos en cada uno de los hombros del gigante, en un intento tranquilizador—No hay manera en nuestras condiciones actuales, que consigamos abandonar la atmósfera...Pero podemos derrotarlo, tu y yo¡
—SI NO NOS MARCHAMOS AHORA MISMO, ESTAMOS MUERTOS¡.
Quill entregó su fe a la idea de que con el poder de Loki, siempre sería suficiente para barrer con cualquier malnacido con el que se topasen; que junto a él encontrarían la salida, incluso en tan desventajada situación.
La sentencia del hechicero resonó irreversible y horrorizada, logrando que finalmente arremetiera como una bala disparada a quemarropas, contra la esperanza que aún conservaba el guardián de la galaxia.
Peter retrocedió tumbándose inerte en el sillón del capitán. Tantos años de su vida desperdiciados, momentos valiosos que no apreció lo suficiente y personas con las que ya no podría compartir esa calidez de su corazón.
"Groot, Rocket, Drax, Mantis, Gamorra...Lo lamento, amor". Se despidió percibiendo distante, una gota salada escapándose por su mejilla desprovista ya de la emblemática mascara. "No regresaré a ti esta vez".
—¿Vamos a morir aquí, verdad?...
Loki le observó con un horrible estrujamiento en su tórax, algo que no pudo o quiso reprimir.
Pese a su habilidosa capacidad lingüística, el hechicero se encontró sin palabra alguna que pudiese expresar lo que verdaderamente sentía: Ese agobiante sinsabor a derrota, a arrepentimiento por no ser capaz de proteger a las personas que le importaban; a miseria por la desolación en la que perecería su pueblo e Yggdrasil víctimas de su incompetencia.
A la deriva en ese abismo de resignación, la voz melodiosa del primer sonido que recordaba desde que nació, apareció cálida y amorosa elevándose entre la nauseabunda muerte que lo sujetaba por los tobillos.
"Ten cuidado, hijo"
Esta no llegó sola...
" Yo entrenaré, creceré, aprenderé, me convertiré en un gran guerrero y luego pelearé por ti¡".
"Porque eso es lo que hacen los amigos".
Al igual que una vez en el pasado cuando la ilusión de un futuro prometido, se vio frustrada por bestias sanguinarias; Loki conmemoró la razón por la que combatía sin descanso, por la que respiraba y progresaba día a día en la fortaleza de hielo que él mismo levanto de las ruinas de un reino en desgracia, el glorioso propósito al que aún estaba a millas de alcanzar.
"Espero la vejez me permita ver el día en que te conviertas en aquello que estás destinado a ser, Loki".
El rey sonrió con nostalgia, debiendo contener las emociones que hacia siglos no revelaba al mundo; que le pertenecían y eran tan suyas, que le amedrentaban tanto como animaban en momentos de soledad, de manera que se las reservó para sí mismo siendo tal vez lo único que nunca consideró revelar a alguien más: El ser de la llama mística en su interior, de la magia entregada a él cuando nadie en ese desalmado universo y la desdichada historia, lo creyeron posible.
"No habría orgullo para mi más grande que ese".
"Lo prometí esa noche". Caviló el hechicero. "Ahora Jotunhiem me necesita, Yggdrasil caerá y todo como lo conocemos dejará de existir". Pensó determinado. "Soy el único que conoce la verdad, es mi responsabilidad...no porque sea hijo de Reyes reverenciados por generaciones y me siente en un trono dorado...es porque fue mi elección".
—No—Contestó el ilusionista con firmeza—No lo haremos, Peter.
El hechicero dejó a su extraordinaria habilidad como cambiaformas, con rapidez convertir su esbelta y delgada fisionomía, en una considerablemente más corpulenta y musculosa. El traje de cuero a verde y negro, fue remplazado por un ajustado enterizo rojo decorado con franjas y escuderas plateadas, que se extendió hasta recubrirle gran parte de la cabeza, esta ya desprovista de su representativa melena negra. A través de aquella mascara, solo las marcadas y rudas facciones masculinas que dibujaban su nariz, pómulos y barbilla quedaron a la vista; dando la impresión de que podría derribar un muro con su simple expresión rebosada en virilidad.
—Volveremos a casa—Juró Loki con ajena voz gruesa, irradiando enceguecedora luz por sus brazos, piernas y espalda; Las oleadas de rayos mutaban al contacto con el viento en flamas centellantes, envolviéndolo en un esplendoroso y chispeante fulgor humanoide.
—Jesus Christ¡—Vociferó el humano contemplándolo, debiendo cubrirse el rostro por la ferocidad de la energía que su amigo expedía—¿Cómo demonios has obtenido imitar a uno de los "Eternos"?¡—Habló Quill comenzando a sudar como cerdo, sin recuperarse de la impactante transfiguración.
—No es relevante; pero siempre supe que añadir a Makkari a mi repertorio, podría salvarme alguna vez—Informó el ilusionista, volteando a verlo de reojo—La cantidad de electricidad que puedo emitir al acoger su morfología es casi ilimitada, más que suficiente para recargar a tope todos los sistemas y salir pitando de aquí—Exclamó antes de teletransportarse fuera de la escotilla exterior, prosiguiendo a ponerse en contacto con la superficie del hangar y ubicarse bajo el tren de aterrizaje.
—Estarás expuesto ahí afuera¡—Temió el mercenario—Te cubriré¡.
—No¡—Contradijo el Jotun—Tu lo dijiste, hay que hacerlo de forma manual¡—Le echó en cara, removiendo la tapa inferior del fuselaje que le concedía el acceso a la esclusa de reparaciones—Tu avísame cuando las lecturas sean las mínimas para despegar¡—Instruyó apoyando sus palmas contra el cableado y comenzando a trasferir la fulminante potencia a través de los circuitos de la nave—Nos marcharemos en cuanto podamos, Peter¡
—Está bien¡—Concordó el humano no muy convencido, pero aun así reconociendo que Loki tenía mejor conocimiento de lo que hacía—Ni un segundo más, ni un segundo menos¡—Vociferó rotando su atención entre la pantalla que conectaba a la cámara de la zona donde Loki se encontraba y el tablero el vertiginoso incremento de la barra de carga—Ya casi estamos, Lok's¡—Anunció con un repentino entusiasmo—¿Necesitas que haga algo?¡.
Al estar vinculado con las células centrales, Loki percibía como los mecanismos y secciones iban reactivando su correspondiente ejecución—Los eternos son vulnerables al dolor mientras producen esta clase de poder¡—Manifestó extrañamente optimista—Solo vigila que el perímetro este despejado a lo que termino; si por alguna razón interrumpo la transmisión, un cortocircuito podría colapsar el sistema de refrigeración¡.
—1 Motor a plena capacidad, uno más y el salto a la velocidad de la luz nos alejará de este basurero en un santiamén¡.
El Jotun al oír esto, sonrió poniendo todo su empeño en completar la tarea diligente y en el mejor tiempo posible. Fue de este modo hasta que el repicar de brutas pisadas, hizo eco a sus espaldas.
—LOKI¡—Advirtió precipitado Quill.
Sin desperdiciar una milésima, el hechicero giró su torso en la dirección donde el extraño pretendía pillarlo por sorpresa, procurando en todo momento no entorpecer la única esperanza que tenían de salir ilesos de aquel planeta.
—CUIDADO¡—Bramó impotente el guardián de la Galaxia desde el puente de control.
Loki se alistó mentalmente para ganar la batalla en pocos segundos, ya que bien sabía el tiempo no era algo de lo que gozaran desperdiciar; empero, ninguna de sus predicciones le preparó para lo que presenció.
La boca del Jotun quedó colgando en sincronía con su respiración estancada y sus cristales estupefactos de cara al hombre frente a él. Las facciones, líneas, contornos de su fisonomía, sumadas a la memoria prodigiosa del ilusionista, le bastaron para reconocer pese a las notorias variaciones en su apariencia ahora platinada, fornida y cubierta por escasas prendas, al sujeto cabizbajo de pie a muy corta distancia.
—¿Radd?—Llamó Loki en un tono mesurado e inseguro, que delataba su inminente preocupación y desconcierto.
—LOKI, ENTRA EN LA NAVE AHORA MISMO¡—Gritó Peter aterrado por el nombre oído y la inofensiva reacción del contrario.
—¿Eres tú?—Cuestionó el hechicero obteniendo nada más que un imperturbable silencio por parte del otro—¿Qué ha ocurrido en Zenn-La?...¿Dónde está Sahlla-Bal?..¿Ella se encuentra bien?¡.
—TENEMOS LA ENERGÍA SUFICIENTE PARA DESPEGAR, LARGUÉMONOS¡—Insistía abrumado el guardián de la Galaxia—LOKI¡.
—NORRIN¡—Lanzó el Rey Jotun, demandando una respuesta que descartara lo que lamentablemente ya daba por cierto.
—No—Respondió llanamente el contrario en un áspero gruñido, enseguida elevando su pérfida mirada indolente y pérdida en la eterna obscuridad—Norrin Radd ha muerto.
Los 6 sentidos de Loki estallaron en centenares de alarmas instintivas, forzándolo a concentrar toda la fuerza lumínica en una sola de sus extremidades; mientras que apresuradamente plantó su otro brazo a centímetros de su rostro, creando una barrera mágica del más alto alcance que el desgaste se lo permitió; tomando como suma prioridad el resguardar la parte expuesta del vehículo de escape y su actualmente vulnerable cuerpo.
—Soy Silver surfer—Masculló el heraldo dando con su destructivo y caustico vendaval de energía cósmica, un golpe directo al hechicero sin un mísero rastro de la compasión que una vez sintió.
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Las cartas se revelan, pero solo Loki sabe lo que significan. O al menos eso pensó.
Memorias del pasado y un nuevo enemigo.
Uno que apareció para recordarle que nadie es intocable
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