56 y 61 años
56 y 61 años
JungKook sonrió melancólicamente al dejar el ramo de flores sobre la tumba de su padre.
—Ha pasado un año y no he podido dejar de extrañarte, papá. Mamá te extraña mucho, su salud me preocupa, espero que esté bien. Tu muerte nos afectó a todos. Tus nietos también te extrañan mucho, ellos te adoraban tanto, eras uno de sus héroes, así como fuiste y serás siempre el mío—una lágrima escapó de sus ojos—. Te amo, papá, y espero que donde estés ya no sientas dolor.
Distinguió el olor característico de su alfa cerca. Jin había llorado también, había visitado a su madre y su padre, el último fallecido recientemente de tristeza por la pérdida de su omega.
El mayor lo abrazó de la cintura y depositó un beso en su mejilla.
—Feliz día del padre, suegro. Gracias por traer al mundo a este maravilloso omega.
—Jinnie...—el menor tomó sus manos y las besó—yo también le agradezco a los señores Kim por haber traído al mundo al alfa más dulce del mundo.
Ambos compartieron un dulce beso en los labios para luego salir del cementerio. Ese día sus hijos irían a casa para celebrar el día del padre.
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