42 y 47 años
42 y 47 años
Jin entró a la habitación de su amigo. Se lo veía bastante bien a pesar de que hacía poco había empezado con la quimioterapia.
Al verlo, Nam le sonrió marcando sus hoyuelos y le indicó que se sentara a su lado.
—¿Cómo te encuentras?
—Mejor que otros días, hoy al menos no me duele demasiado el cuerpo.
—¿Has visto a tus hijos hoy?
—Vendrán después de la escuela, la única a la que vi fue a Emily. Me alegra verla caminar, es muy curiosa.
—Y muy parecida a ti—recordaba Jin—. Tiene tus hoyuelos al sonreír.
—Alex me lo recuerda siempre—rio levemente—. Pero...te llamé para hablar de otra cosa.
—Dime.
Seok Jin vio a su amigo sonreír antes de levantarse y buscar algo en un bolso que estaba cerca de ellos. Quiso ayudarlo a caminar, pero NamJoon se lo negó alegando que todavía podía caminar sin ayuda.
Al regresar le entregó unos papeles que Seok Jin miró para luego pedir una explicación con su mirada.
—Quiero...que te hagas cargo de la empresa cuando ya no esté, Alex necesitará alguien que lo ayude y tú eres mi mejor opción, Jin. Eres al único en quien puedo confiarle esto.
—Nam... tú, ¿estás seguro de esto?
El alfa menor suspiró.
—Alex no estará bien cuando llegue el momento, por eso necesito a alguien que se haga cargo de la empresa hasta que él pueda manejarla sin que mi recuerdo lo mortifique. Lo que menos quisiera es que viva toda su vida pensando en mí y en lo que no pudimos vivir. Me gustaría que volviera a hacer su vida, que conociera otro alfa y...
—Sabes que Alex no hará nada de eso, ¿verdad? Él no reemplazará tu recuerdo con otro momentáneo solamente para cubrir tu ausencia. Nam, sabes que Alex es omega de un alfa. Y ese eres tú.
NamJoon suspiró, sus ojos cristalizándose.
—Lo sé, pero me gustaría que continuara su vida, que conociera a alguien más sin necesidad de sentirse culpable, quiero que brille de la misma forma en que lo hacía antes de enterarse de mi enfermedad. Sólo quiero que sonría hasta el final de sus días de esa bella forma que me enamoró, no quiero que lamente mi perdida ni tampoco quisiera que llorara cuando me vaya. Pero... sé que eso será imposible. Es lo único que no me gusta de morir. Saber que dañaré a la persona que amo es lo que más me disgusta porque le prometí a Alex en nuestros votos matrimoniales que jamás derramaría una lágrima por mí, a menos que sea de felicidad. Pero ya ves, no podré cumplir con esa promesa—dos lágrimas escaparon, secándolas rápidamente con el dorso de su mano—. Me duele...saber que no estaré ahí para mis hijos por más tiempo. No los veré casarse, ni conoceré a mis nietos...Todos esos sueños que creé al conocer a Alex morirán junto conmigo muy pronto...
Seok Jin no pudo decirle nada y simplemente lo abrazó.
Sabía que el final de NamJoon era inevitable.
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