27 y 32 años

27 y 32 años

—Kim EunWoo, ¿qué te he dicho de pintar las paredes?

El pequeño de apenas dos años salió corriendo hacia el jardín para salvarse del regaño de su madre. Solía dar miedo cuando se enojaba y ya era la tercera vez en el mes que pintaba las paredes ¡pero no era su culpa! Las paredes eran blancas y perfectas como para plasmar su arte en él.

JungKook puso sus manos en su cadera molesto, no le hacía gracia tener que pintar por tercera vez la sala ese mes.

Iba a ir por el niño hasta que sintió unos brazos enredarse en su cintura con delicadeza. En ese momento se cruzó de brazos sabiendo de quien se trataba.

—No lo salvarás de mí otra vez—dijo el menor.

—Vamos, Kookie, es solo un niño. Además yo recuerdo que hacías lo mismo a su edad. Tu pobre madre gastó mucho en pintura en esa época.

—Pero eso no quiere decir que él deba hacer lo mismo. Ya estoy cansado de pintar la sala.

—Pregúntale a tu madre su secreto para no cansarse de pintar la sala cinco veces al mes.

—Pero yo estoy embarazado y ella no lo estaba.

Jin sonrió bajando su mano para acariciar el vientre de cinco meses de su pequeño.

—Somi parece inquieta.

—Está enojada con su hermano.

—¿De verdad? Yo creo que no le gusta que estés enojado con él.

JungKook sonrió y volteó un poco el rostro para darle un beso en la mejilla al alfa.

—No es enojo, solo molestia.

—Pues déjalo, yo me encargo de pintar. Tú ve a asegurarte de que no traiga gusanos en los bolsillos para criarlos bajo la cama.

Y tras un beso pequeño, Kook fue a ver qué hacía EunWoo mientras Jin se encargaba de ir por la pintura. 

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