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Sonrió cuando vio un grupo de gallinas pasar frente a él, pensando con gracia que los premios de aquellos juegos de feria habían cambiado mucho desde la última vez que él había jugado.

Ese día el pueblo estaba organizándose para poder llevar a cabo la feria de otoño, aún faltaban algunos días, pero el pueblo tenía que presentar ante el rey cuáles serían los juegos que colocarían y los premios que ofrecerían, para que Jimin pudiera juzgar si era bueno incluirlos en la feria o no.

Lo hacía más que todo porque la feria de otoño, o todas las fallas en general, eran un buen punto en donde los turistas podrán visitar el reino y aportar económicamente con sus compras. Entonces si los juegos o premios no eran buenos, no iban a querer participar y el fin de la feria no tendría sentido.

Además, él había tenido muchísima experiencia en las ferias y no le gustaba la gente estafadora. Por lo que él tenía que corroborar que, al menos dentro de lo que cabía, los juegos eran válidos.

No quería decir que él quisiera que todos ganaran absolutamente todo, porque no era el punto tampoco, sin embargo, tenía que existir la posibilidad de que al menos treinta personas por juego pudieran ganar durante todo el tiempo que duraba la feria.

La feria duraba dos días, por lo que normalmente tomaba ciertos juegos para el primer día y otros para el segundo día. Así existía variedad.

En cuanto a los puestos de comida que se presentaban también había que juzgar si podían presentarse o no, ya que no podían intoxicar a las personas que se presentaran a la feria. Por lo que cada persona o familia que ir pensaba tener un puesto de comida dentro de la feria, tenía que presentar los platillos que fueran a vender durante los dos días. Si el rey pensaba que estaban bien, podrían venderlos, si no, no.

―Espero que tu estómago esté preparado para esto―dijo Jimin con gracia mientras se acercaba a Yoongi, quien se mantenía observando por la ventana de la alcoba del menor―Los alfas de la tropa siempre vigilan que la comida no tenga algo dañino, eso es algo bueno, pero eso no quiere decir que no tendremos la panza inflada como dos enormes globos.

El alfa soltó una pequeña carcajada, pensando en que sí, normalmente cuando comían mucho parecían pequeñas lagartijas, ya que eran delgados, pero la panza sobresalía.

Las cosas habían sido ligeramente diferentes del beso de los días anteriores, sería mentir decir que se habían besado de nuevo, pero también sería otra gran mentira decir que no querían hacerlo.

Jimin se había apenado bastante cuando se separaron del beso y el mayor no presentaba mayor reacción. Y es que lo había tomado completamente por sorpresa, no se lo había esperado en lo más mínimo y tuvo que tomarse cierto tiempo para comprender qué es lo que había pasado en realidad. Igualmente, cuando la consciencia llegó a su cuerpo nuevamente, se abrazó fuertemente al menor, susurrándole que su promesa se mantenía en pie y que jamás había tenido intenciones de romperla.

Y eso lo habían hablado anteriormente, sobre darse un pequeño tiempo para poder mejorar ambos, tanto con su lobo, como personalmente y luego darse la oportunidad de tener una relación. Claramente seguían con las citas con el alfa Namjoon, en donde cada uno podía expresarse y así mejorar poco a poco.

Las cosas en realidad estaban funcionando, pero nunca habían puesto una fecha en específico para poder dar a pie su relación y eso desesperaba un poco, bueno, en realidad demasiado al menor.

Por lo que habían quedado en claro que comenzarían una relación, el alfa presentaría su cortejo correctamente, yendo todo poco a poco, no apresurando las cosas.

Por lo que los besos podrían ser algo que sucedería. No había pasado, ya que la vergüenza era más grande, pero no descartaban el que pudiera pasar.

―Sabes que siempre me ha encantado la comida de feria, así que estoy dispuesto a probar todo lo que me pongan delante―dijo el mayor con una bonita sonrisa, colocando sus manos sobre la cintura del menor, quien aceptó la cercanía con un pequeño sonrojo―He visto que ahora los premios son un poco diferentes ¿Te gustaría que ganara una gallina para ti? ¿O quizá un cerdito?

Jimin rio mientras rodaba los ojos.

Los premios realmente habían sido adaptados a lo que el pueblo quería y lo que podían ofrecer. Por lo que realmente eran muy diferentes, antes se acostumbraba a dar como premios arreglos florales, trajecitos como el que el alfa había conseguido para él, pero ahora premios eran un poco más grandes. Eso no descartaba que se presentarán premios como los mencionados anteriormente, porque si habían puestos en los que se rifaban trajecitos, flores o frutas, entre otras cosas. Pero actualmente había mayor variedad.

―Tal vez no una gallina o un cerdito, pero sería feliz con que ganes un traje para mí. Espero que esta vez nadie termine con un ojo morado y un labio reventado―el mayor hizo una mueca avergonzada, porque su yo de hace muchos años había sido una total vergüenza y era algo que todavía recordaba con mucho bochorno.

―Era pequeño e inexperto, además de que tenía una puntería de mierda, así que espero que esta vez las cosas sean diferentes y que el dueño del puesto no se sienta mal por mí―Jimin soltó una risotada mientras se inclinaba ligeramente hacia atrás, casi cayendo de culo al suelo. No haciéndolo solo por el agarre que el mayor ejercía sobre su espalda.

Las risas fueron interrumpidas por un toque sobre la puerta, ambos sabiendo que probablemente era una de las sirvientas para avisarles que ya estaba todo listo para que aprobaran y probaran los juegos.

Su predicción fue correcta, por lo que se separaron ligeramente, claramente tomándose de las manos antes de salir y se encaminaron al gran salón del castillo, en donde las personas del pueblo tendrían que entrar uno por uno con sus propuestas de juegos y puestos de comida.

Las únicas familias que tenían un puesto asegurado en las ferias eran la familia Kim, los padres de Taehyung, ya que era el mejor amigo del rey y la calidad de sus verduras era bastante conocida y aceptada, por lo que siempre tenían un puesto asegurado, sin tener que hacer todo el procedimiento. La segunda familia eran los Min, los padres de Yoongi, ellos siempre vendían sus herramientas y materiales en el puesto y era uno bastante solicitado. Además que el hermano menor del alfa colocaba al lado su puesto de repostería.

Cuando llegaron al salón vieron que varios de los alfas de la tropa estaban divididos, para poder proteger así todas las zonas posibles. No tomaban demasiado tiempo para evaluar los puestos, ya que ellos solo los presentaban en voz y los administradores se encargaban de anotar el nombre del juegos su propósito y los premios. Lo único que debían presentar aquellos que preferían tener un puesto de juegos a uno de comida, eran los premios que se darían.

Sí ofrecerían gallinas, tenían que llevar a las gallinas que se darían. Si ofrecerían cerdos, tenían que llevar a todos los cerdos que presentarían. Todo podía volverse algo desordenado, pero era necesario.

Jimin había ordenado que pusieran un trono similar al suyo junto a él, el cual sería de Yoongi. Él tendría que ser tratado igualmente con respeto por todo su pueblo, por lo que tendría que estar siempre a su lado, imponiendo respeto sobre los aldeanos. Por lo que no lo pondría en un asiento más pequeño durante las pruebas.

El primero en pasar fue un puesto de comida, en el cual ofrecía varios platos de carnes mixtas. Entró un hombre junto a su esposa, tendiéndole ambos miembros de la realeza sus platos.

―Cocinamos la carne con mucho amor y dedicación, por lo que esperamos que este puesto pueda ayudarnos a que nuestro pequeño negocio crezca―dijo la mujer con una sonrisa esperanzada, viendo atentamente a ambos chicos, los cuales comenzaban a comer.

Normalmente Jimin terminaba harto de comer tantas cosas y no terminaba comprando nada en la feria, por obvias razones, pero ahora que tenía un estómago extra que lo estaba ayudando, las cosas serían un poco más fáciles. Además, cuando ya se sentía terriblemente lleno, le pedía ayuda a Jungkook y a Taehyung para que probaran algunos platillos, también pedía ayuda a algunos alfas de la tropa.

―Mmhh―escuchó el menor de parte del mayor, sabiendo sin siquiera preguntar que le había encantado el platillo―Está muy rico todo.

Los adultos sonrieron con esperanza cuando vieron la reacción del alfa desconocido, realmente no sabían quién era, ya que el rey no lo había presentado ante el pueblo, pero sabían que era alguien importante por el simple hecho de estar sentado junto al rey y en un trono similar al suyo.

Jimin asintió totalmente de acuerdo con lo que dijo su mayor, limpiándose la boca con una servilleta y entregándole el resto de la comida a uno de los alfas en la tropa que estaba a su lado, ya que no podía comer demasiado al estar a la espera de mil platillos más.

Realmente exageraba con la cantidad de platillos, pero tu estómago así lo sentía.

El menor notó que Yoongi se había comido toda la carne que habían puesto en el plato y se preocupó realmente por su futuro, uno en el cual probablemente estaría vomitando o se encontraría lamentándose en cien idiomas diferentes por haber comido todo lo que le presentaban.

―Hyungie, no te comas todo, recuerda que tenemos muchos más platos que probar aún―dijo soltando una risita, tendiéndole una servilleta, para que pudiera limpiarse la comisura de sus labios.

―Tienen el puesto número uno aprobado, para el primer día de feria―dijo el rey con voz un poco más seria, pero manteniendo una sonrisa amigable en su rostro, haciendo que ambos adultos se abrazaran felices.

― ¡Muchas gracias!

Y realmente sería mentira decir que Yoongi había controlado con su apetito durante los primeros platos, en especial con los postres. Había comido casi todo lo que le ponían en los platos, a excepción de algunos que no le gustaron, de esos sí que dejó toda la comida que le habían puesto y se lo entregó al alfa que tenía a su lado, con una mueca de disgusto que intentaba disimular.

No todos los puestos habían sido tomados y habían pasado la mayoría de las personas que querían tomar un puesto de comida, varios de los platos fueron buenos y aceptados, pero algunos fueron malos y rechazados.

Yoongi sentía que su panza podría reventar en cualquier momento y es que la sentía tan hinchada y adolorida, que sentía que si le ponían otro plato de comida frente a él, vomitaría todo lo que había consumido en aquellos minutos.

Jimin terminó de masticar el pequeño dulce que le habían dado disfrutándolo y aprobando otro puesto más. Miró de reojo a su derecha y pudo ver que su mayor estaba en un punto de colapso que ni él podía llegar a describir. Se encontraba acomodado sobre el trono con la panza totalmente hinchada y su rostro con una mueca de asco.

―Yoongi hyung―lo llamó con tono burlesco, haciendo que el alfa lo mirara lentamente con un puchero, sabiendo que iba a burlarse de él por no hacerle caso― ¿Qué fue lo que yo te dije?

Jimin sintió cómo su sonrisa comenzaba a expandirse en su rostro de forma inconsciente, al ver al mayor rodar los ojos con molestia.

―No me dijiste nada―mintió con una mueca, cuando sintió que su panza daba un retumbo realmente espantoso, como si el tan solo hablar fuera una molestia―No quiero comer más.

Jungkook, quien se encontraba ahí junto a Taehyung para intercambiar puestos con Yoongi, soltaron una carcajada, ya que el alfa se veía realmente mal.

― ¿Crees que puedes ir a la alcoba por ti mismo o te llevamos rodando? ―le preguntó el menor, carcajeándose cuando el alfa le dio un pequeño golpe indignado, gruñendo bajo cuando su panza chocó con la hebilla de su cinturón, el cual estaba muy apretado, para su gusto.

―Creo que podemos ponerlo en el nuevo elevador, no creo que pueda subir los escalones sin desmayarse―dijo el alfa menor, quien se había acercado más junto a su pareja, para poder participar en la conversación y burlarse del mayor―O podemos pedir maquinaria pesada, hyung.

Yoongi comenzó a dar manotazos al aire, logrando atinarle a Jungkook una vez, quien se apartó mientras chillaba, siendo demasiado gracioso como para tomárselo en serio.

―Afortunadamente para ti, no quedan demasiados puestos de comida. Por lo que el olor no te dará asco―dijo Jimin mientras apretaba una mejilla del mayor, la cual se veía más regordeta por la posición en la que se encontraba―Puedo intuir también que no vas a cenar hoy ¿O me equivoco?

Yoongi iba a sacarle el dedo del medio, pero al saber que era Jimin, no se lo permitía. Ya que a su omega no podía faltarle el respeto de esa forma.

―Yo creo que quedó con algo de hambre ¿Te traigo otro plato de comida, hyung? ―preguntó Jungkook, quien sonrió en grande al ver el rostro molesto de su mayor.

A él sí le mostró su dedo del medio, dándole bastante igual.

No lograron que Yoongi se quitara del trono, porque se sentía demasiado pesado como para mantenerse parado por un buen tiempo, por lo que estuvo ahí sin comer nada, pero intentando que no le dieran náuseas por ver más comida.

Jimin se sentía lleno. pero no a punto de explotar, ya había terminado con todos los puestos de comida y ahora solamente quedaban los puestos eran juegos.

El primero que entró fue un granjero el cual traía un grupo de gallinas gordas lo cual hizo a Yoongi reír, porque las mismas gallinas que había visto por la ventana horas antes. Sorprendentemente las gallinas seguían sin problema el granjero, sí se mantenían rondando por el castillo, pero ninguna se desviada del grupo.

―Los premios son mis gallinas gorditas, las cuales han estado muy bien cuidadas y ponen muchos huevos―El granjero, muy emocionado, levantó una de sus gallinas, la cual se veía que era la más inquieta de todas y la extendió hacia el rey―Esta se la traje de regalo, mi rey, puede quedársela.

Jimin normalmente aceptaba los regalos de los pueblerinos, en especial cuando eran cosas inofensivas o que habían sido previamente revisadas, pero le ponía un poco nervioso tener que tomar una gallina.

Igualmente mostró su sonrisa más sincera y extendió las manos para poder recibir al animal, jadeando bajito cuando esta comenzó a agitarse, abrazándola contra su pecho para que no escapara.

―Se llama Luna, pero usted puede llamarla como desee.

Yoongi soltó una risa y se acomodó sobre el trono cuando la gallina empezó a agitar las alas, haciendo que una de estas diera contra el rostro del rey y algunas plumas volaran sobre su regazo.

―Mi juego se trata de darle al martillo a mi máquina de fuerza, si tiene un puntaje alto puede llevarse a una de mis gallinas. En el festival anterior utilizamos la máquina y fue un éxito, solo que en esta ocasión no daré vacas, sino gallinas.

Como si un de un llamado se trata, la gallina comenzó a agitar sus alas nuevamente. No intentaba escapar de las piernas del rey, pero si se agitaba demasiado y salían muchas plumas de su cuerpo. Lo que sea que Jimin se asustara ligeramente y apartar a las manos del animal.

―Muchas gracias por el presente, puedo notar que sus gallinas están en un muy buen cuidado. Su puesto ha sido aprobado, es el número treinta.

El granjero brinco de alegría y agradeció con una reverencia, dando media vuelta y comenzando a silbar, las gallinas siguiéndolo sin problema alguno.

―Alguien por favor ayúdeme con esta gallina―dijo el menor con algo de pánico cuando la gallina comenzó a agitarse nuevamente, esta vez intentando seguir el granjero.

Yoongi comenzó a reírse mientras tomaba el pobre animal entre sus manos, apartándolo del menor para que dejara de llenarlo de plumas y rasguños en sus piernas. Abrazó a la pobre gallina regordeta y se la atendió a una de las sirvientas, quien la llevaría con los otros animales del castillo.

―No pensé que ya había superado tu miedo por las gallinas―dijo Yoongi mientras se apoyaba sobre el reposabrazos del trono, ya sintiéndose un poco mejor como para molestar a su menor.

―No lo he superado, simplemente no puedo entrar en crisis frente a uno de los miembros de mi pueblo―dijo con una mueca mientras se quitaba histéricamente las plumas de la gallina de su regazo―Se supone que soy un rey duro, serio e inexpugnable. No pueden enterarse de que le tengo miedo a una gallina.

―Recuerdo el día en que esa gallina te persiguió por todo el patio del castillo―dijo Yoongi con una ceja levantada, sabiendo que el menor probablemente lo golpearía por la vergüenza―Fue muy gracioso.

Jimin recuerda perfectamente ese día, ya que era uno de los días de la causa de su trauma. Y es que su padre había conseguido algunos pollitos para que Jimin pudiera cuidarlos y así tener un poco más de empatía con los animales.

La cuestión del problema no eran los pollitos, porque ellos no eran malos, sino que eran gorditos, bonitos y no querían picotearle la mano o hacer algo malo. Sin embargo, lo malo llegó cuando la madre se presentó, la gallina no quería que el menor tocar a sus pollitos, por lo que siempre le picoteaba la mano.

El pequeño príncipe no contó con que la paciencia de la gallina podría terminarse tan rápido, así que mientras intentaba darle de comer a uno de los pollitos, la madre saltó sobre su espalda y comenzó a agitar sus alas como loca, para posteriormente comenzar a corretearlo por todo el patio del castillo, quería picotearlo hasta el cansancio, por lo que no dejo de seguirlo hasta que uno de los guardias la atrapó.

Desde ese día Jimin les tenía miedo a las gallinas y siempre que veía una en sus libros de texto, la manchaba o la pasaba, porque pensaba que eran animales horribles y malvados.

―Se supone que en ese entonces ya quería ser un buen alfa para mí, pero no hiciste nada por ayudarme, alfa cobarde―dijo con una mueca mientras miraba a los lados, intentando corroborar que nadie había escuchado la bochornosa broma del mayor―Además, esa gallina fue una cabrona, yo solo quería alimentar a los pollitos.

No pudieron seguir molestando al respecto, porque segundos después entró la siguiente persona que quería poner un puesto de juegos. Lo que definitivamente ninguno de los dos esperaba, era ver al anciano que alguna vez habían conocido gracias al puesto de juegos, en donde Yoongi casi perdía un ojo y su labio inferior.

El hombre se notaba de edad y es que ya era mayor cuando ambos chicos lo habían conocido, claramente no era un anciano en aquel entonces, si lo fuera no estaría en ese lugar en esos momentos, pero sí era un adulto, por lo que ambos lograron reconocerlo fácilmente cuando entró por esa puerta con unos diez chanchitos detrás de él.

―Mi rey, es un gusto verlo nuevamente―dijo Mientras hacía una pequeña reverencia, posando su vista posteriormente sobre Yoongi―Sinceramente no pensé que ambos niñitos que conocí en aquel entonces siguieran juntos, pensé que serían pareja de grandes o algo similar.

Jimin sintió sus mejillas colorearse de rojo cuando escuchó aquello, no le gustaba mucho que otras personas se metieran en su vida personal, por lo que simplemente carraspeó y sonrío de lado. Al parecer el hombre no se había enterado de la supuesta muerte del alfa que tenía a su lado.

―Es bueno también verlo después de tantos años―dijo el rey, intentando desviar el tema, ya que sabía que Yoongi podría tomárselo un poco mal, más que todo por el comentario de no saber lo que realmente pasó―Por favor, introduzca su juego y sus premios.

―Como puede ver, en esta ocasión mis premios son unos cerditos bastante gorditos. Mi juego se trata de lo mismo que en aquel entonces, sobre tirar las pilas de vasos. Tendrán cinco oportunidades con cinco pelotitas.

Segundos después, entró la que parecía ser la esposa del señor, llevando entre sus manos un grupo de tela, lo cual no podían descifrar, ya que estaba doblado.

―Para mantener la tradición que se formó durante solamente un año con ustedes, le pedí a mi esposa que tejiera otro traje idéntico al que se ganaron hace años atrás―la mujer sonrió y extendió la ropa mencionada, haciendo que tanto el menor como el mayor suspiraran ante los recuerdos, ya que era idéntico en todos los sentidos, solamente que ahora era más grande―Mi esposa se dio a la tarea de atinar la talla del rey, yo creo que sí va a quedarle y estará en el puesto como un premio, por si mi estimado de aquí―vio a Yoongi con una sonrisa―Desea ganarlo nuevamente, solo que esta vez sin lesiones, por favor.

Yoongi no se tomó en mal para nada el comentario, sino todo lo contrario. Vio ese traje como el mayor premio que puede ganarse en toda su vida, estaba dispuesto a dar lo mejor de sí en ese juegos para niños para ganar y así poder entregárselo a Jimin de la forma correcta.

No sabía sentido tan motivado por ganar un juego en su vida, hasta ese momento. Participaría en la feria y haría que ese traje estuviera dentro del armario de su omega.

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