ღ08
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Jadeó con cansancio cuando sacó otra pila de papeles de su escritorio, pensando en que no se le había caído el cabello por pura suerte, ya que el tirarse de sus mechones era algo que se había vuelto costumbre en los últimos días.
El papeleo no era cosa nueva en su vida, claro que no. Pero eso no quería decir que fuera algo a lo que se haya acostumbrado por completo, en definitiva. Antes solía tener un asistente que lo ayudara a complementar el papeleo, sin embargo, la chica había fallecido meses atrás y aún no había logrado encontrar a alguien igual de eficiente de lo que ella era para que le ayudara.
El omega cubrió su rostro con ambas manos cuando uno de los administradores del castillo entró por la puerta, teniéndole los papeles sobre su escritorio, el cual no podía estar más lleno.
―Mi rey, tenemos las peticiones declaradas de algunos pueblerinos, hemos separado los que son de necesidades básicas y otros de arreglos estructurales en el pueblo.
Si era verdad que podía tener asistentes que lo ayudaran a organizar y redactar las peticiones de los pueblerinos, eso ya era una gran ayuda. Pero nadie más que el rey podía tomar las decisiones sobre las acciones que se tomarían, eso solamente podían hacerlo los reyes de cada reino.
Normalmente entre ambos de la realeza se dividían las decisiones, el omega era quien se encargaba de las peticiones del pueblo ante sus necesidades básicas, ya que la compasión y empatía era algo que los caracterizaba. En cambio, el alfa tomaba los casos de la infraestructura del reino o similares.
Pero como Jimin participaba como uno solo, todo se le acumulaba a él
―Sé que no soy la persona a la cual quiere ver, mi rey―dijo con gracia el administrador, viéndolo con una sonrisa. ―Las peticiones no son muy complicadas, cosas pequeñas que el pueblo ve necesarias. En cuanto a infraestructura son los daños que causaron el último ataque, los cuales están casi restaurados por completo.
La complejidad de las peticiones no era lo que le preocupaba, porque realmente no solían ser demasiado estructuradas. Pero claramente debía leer con detenimiento cada una de las peticiones y examinar si realmente era posible cumplirlas, además de firmarlas y separar las que serían aceptadas y las que serían rechazadas.
―Es un gusto verlo siempre, lo que no es un gusto ver estas montañas de papeles, eso sí que no es un gusto para nada―dijo con una pequeña sonrisa, tomando los papeles que el mayor le entregaba para revisarlos de reojo, viendo que eran las peticiones de infraestructura.
―Intenté ayudar en lo que estuviera en mis capacidades, pero no pude hacer más―dijo apenado, viendo una negación rápida en al rostro del rey.
―No te disculpes por nada, hace más que bien su trabajo. Yo me encargaré de esto, usted tome el resto del día libre, vaya.
El hombre sonrió notablemente emocionado, dando una reverencia al rey en agradecimiento.
―Muchas gracias, le deseo mucha suerte.
Cuando el mayor se fue, Jimin retomó la vista sobre todo el papeleo, respirando hondo para poder llenar su cuerpo de paciencia y energía, tomando el primer bloque de páginas para comenzar a leer.
Las peticiones aceptadas eran firmadas por él y las que eran rechazadas se iban sin firma, amontonadas en un bloque diferente. Era raro que denegara una petición, ya que la mayoría de ellas tenían coherencia para él o eran importantes, además, que los administradores eran quienes le ayudaban a desechar aquellas que fueran más bien ridículas o fantasiosas.
Aprobada, rechazada, aprobada, aprobada, aprobada, rechazadísima.
Se encontraba tan concentrado en la lectura de otra petición, que no se dio cuenta cuando alguien tocó a la puerta de su oficina, levantando la vista hasta que unos dedos se colocaron frente a su rostro, viendo a Yoongi frente a él.
― ¿Muy concentrado? Casi tiro la puerta para que me escucharas al tocar―dijo con una sonrisa, viendo de reojo todos los papeles que el menor tenía en su escritorio―Bueno, veo que tienes mucho que leer.
Jimin jadeó con exageración, haciendo un pequeño puchero mientras señalaba todos los papeles en la mesa, como si no fuera demasiado obvio la presencia de estos.
―Estoy inundado en peticiones―dijo mientras se quejaba, haciendo que el mayor riera. ―Siempre revisamos peticiones una vez cada dos meses, pero esto es demasiado, jamás habíamos recibido tantas.
Yoongi tomó el paquete que el omega estaba leyendo recientemente, pasando su vista sobre cada uno de los párrafos.
― ¿Reemplazar la fuente del centro del pueblo por una más grande, en serio? ―preguntó con gracia, colocando por su cuenta el paquete de la petición en la pila de los rechazados, sabiendo que eran esos, ya que ninguno tenía una firma.
―La cambiamos hace dos meses, también fue una de las peticiones de la reunión anterior ¿Puedes creerlo? ―en definitiva el sufrimiento ajeno no podía causarle más que gracia y ternura, aunque sonara extraño. Haciendo que el menor afirmara su puchero en queja―No te rías.
El alfa miró por el lugar, encontrando una silla que descansaba al otro lado de la habitación, por lo que caminó hasta ella y la arrastró hasta el escritorio de Jimin, quedando en uno de los costados del mueble, con los papeles a su disposición.
―Los leo, te los resumo y decides si firmarlo o no―dijo mientras tomaba una pila de las peticiones que aún no había leído, colocándolas frente a él.
Jimin sonrió mientras se mordía el labio inferior, sintiéndose agradecido de haber recibido ayuda sin siquiera haberla pedido. Aunque puede que sus quejas y su cara de pena hayan sido motivo suficiente como para que el mayor lo ayudara.
―Confío ciegamente en tu criterio, puedes simplemente decir cuáles firmar y cuáles no―dijo el rey con una sonrisa, tomando la petición que había leído anteriormente, colocándola en las rechazadas.
A la mierda la fuente, había cosas más importantes.
― ¿Estás seguro? Acabo de tomarme uno de mis medicamentos, no sé en qué tan buen estado me encuentro―dijo con una sonrisa, sus mejillas pálidas viéndose más sonrosadas de lo normal, dando a demostrar que había estado durmiendo poco tiempo atrás.
―Claro que sí, con que no aceptes cosas como cambiar la fuente por quinta vez, no pasa nada.
En ese momento ambos comenzaron a leer y leer miles de papeles, el alfa solamente colocaba las hojas aceptadas frente al menor para que las firmara, todo siendo mucho más rápido que antes. No se habían dado un tipo de petición a cada uno, tomaban cualquiera y la leían, sin importar en qué aspectos destacaba más la naturaleza que en el otro.
Sabían que eran bastante centrados, no dejándose llevar por los estereotipos de sus clases, por lo que no había problemas en absoluto.
Sería mentir que se llevaron poco tiempo en terminar, algunas horas siendo consumidas por la lectura. Sin embargo, la presencia del contrario hacía que todo fuera más ameno, en especial cuando Yoongi se fue por unos minutos y regresó con refrescantes jugos naturales, lo cual hizo que el rey recuperara las pocas energías que se le habían escapado, logrando terminar todo a consciencia.
―Y para cerrar con broche de oro, firma esta petición―dijo el rubio con voz exagerada, presentando la hoja ante la realeza con una reverencia en muestra de respeto.
Jimin rio entretenido, firmando la última hoja, sintiendo que su mano podía caerse ante el cansancio y el calambre que esta tenía.
―Por una mierda, pensé que jamás íbamos a terminar―jadeó el menor, mientras restregaba ambas manos sobre su rostro, dejándolo un poco rojo incluso.
―Oh, ese vocabulario no pertenece a la realeza, mi rey.
―A la mierda la realeza también.
Yoongi rio mientras terminaba de acomodar los papeles rechazados, siendo una montaña no tan grande, a comparación de las aprobadas.
―Es momento de enviar a reutilizar estas y entregar esas―el alfa señaló la pila de los aprobados― ¿Quieres que te ayude a llevarlos?
Jimin miró la pila nuevamente, levantándose de su silla sin mucha prisa y levantando el bloque con ambas manos, no viéndose obstaculizado por el peso.
―No gracias, puedo. He llevado paquetes más pesados antes, cuando casi todas las peticiones tienen coherencia. Apreciaría mucho si le llevas esa pila a Namjoon hyung, que es mi amigo con múltiples títulos. Él se encargará de utilizarlas correctamente.
Yoongi se sintió algo nervioso ante la petición, ya que no era muy bueno hablando con personas desconocidas, mucho menos después de lo que sucedió en Gwangju.
―Claro que sí, iré entonces.
―Cuando los hayas entregado podemos vernos en mi alcoba, me gustaría que fuéramos a visitar a tus padres―eso hizo que la mirada del mayor se ampliara y sonriera enormemente, ya que tenía muchas ganas de ver a su familia―Aún no estoy seguro con que te quedes con ellos unos días, no hemos recibido respuesta del rey de Gwangju y puede que sea una propuesta de guerra lo que venga de su parte, no me gustaría que te vieran solo por ahí.
Yoongi asintió en comprensión, no dejando su emoción de lado por ver a sus progenitores y hermano.
Y es que su salud había mejorado considerablemente, ya no se sentía como un muerto en vida y tenía las energías suficientes como para salir a caminar un buen rato. Sí es verdad que los medicamentos lo noqueaban por completo, pero si los tomaba un poco más tarde, no había problemas.
―Claro, entiendo eso. Igualmente no me siento del todo seguro fuera, así que no pensaba quedarme mucho tampoco.
El menor sonrió pequeño y asintió, acercándose al alfa mientras sostenía el montón de papeles, dejándole un pequeño beso en la mejilla.
―Bien, nos vemos en un ratito, entonces.
El menor salió de la habitación, dejando al mayor atrás, igualmente siguiéndole poco tiempo después.
Yoongi sabía en donde se encontraba el amigo de Jimin, ya que era quien normalmente se encargaba de la zona eléctrica del castillo. Le decía de esa forma porque no recordaba su nombre, aún cuando no era demasiado complicado de recordar. Por lo que el camino no fue confuso realmente.
No sabía qué es lo que Jimin les había dicho a los empleados de él, ya que no estuvo presente en la reunión y definitivamente no iba a espiar. Pero sentía las miradas sobre él cada que pasaba por los pasillos, solamente que esa vez las miradas eran diferentes.
Se sentía como un niño perdido en medio de muchos adultos preocupados y si era sincero, no sabía qué sentir a costa de eso. Su lobo definitivamente no se sentía cómodo con la situación, ya que era un alfa adulto, pero las cosas habían cambiado hace tiempo.
La confianza de su lobo se había ido de golpe al vacío, sin seguridad de que en algún momento pudiera regresar o siquiera intentarlo, siendo que la situación actual no era mucho de ayuda. Aunque debía decir que era mil veces mejor que ser humillado físicamente, pero igualmente ambas cosas afectaban, de cierta forma.
Llegó a la zona en donde los empleados se mantenían, al menos los que pertenecían al área de mantenimiento. Encontró el nombre del hombre al que buscaba en una de las puertas, acercándose con cuidado de que los papeles no cayeran al suelo.
Hizo una pequeña maniobra con su mano, para poder tocar la puerta sin tirar todo, jadeando cuando logró hacerlo con algo de dificultad.
Poco tiempo después, la puerta se abrió, colocándose frente a él un hombre ligeramente más alto que él, moreno y con unos bonitos hoyuelos en las mejillas, los cuales se formaban al sonreírle.
―Buenas tardes. El rey me ha pedido que le entregue estas peticiones rechazadas―dijo mientras elevaba ligeramente la pila de papeles, recibiendo un asentimiento amistoso de parte del otro alfa.
―Me harías un gran favor si los colocas en esa mesa, hyung―dijo señalando dentro del cuarto, en donde podía ver el escritorio con varios papeles―Ahora tengo las manos muy sucias.
Yoongi vio las manos del menor, notando que sí, estaban muy sucias, como si estuviera limpiando un cúmulo de polvo.
―Claro que sí, con permiso.
Entró y caminó directamente a la mesa, en donde dejó la pila de papeles con cuidado, no queriendo arrugar los que ya se encontraban sobre el escritorio, ya que no sabía si eran importantes.
―Tú eres el famoso Min Yoongi ¿No es cierto, hyung? ―preguntó con una sonrisa el moreno, haciendo que el alfa mayor lo viera, sonriendo pequeño, por compromiso.
―Sí, soy Min Yoongi, un gusto ―se presentó con una reverencia, ya que, aunque fuera un alfa de menor calibre y edad, seguía mereciendo respeto.
―No me presentes tanto respeto, si usted es un alfa al que se le debe dar más respeto que a nadie―dijo con una sonrisa amistosa, haciendo que el mayor de ambos se confundiera un poco.
Normalmente la gente lo conocía como "el alfa que fue secuestrado por el reino enemigo" no como lo que realmente había sido antes de ese suceso, por lo que ese alfa del que no conocía de nada le hubiera dicho eso, era algo que lo confundía realmente.
―Hombre, no solo me refiero al haber sobrevivido en el reino enemigo, sino también todo lo que lograste antes de que eso sucediera. Sé que eres un alfa de calibre y muy honrado entre los tuyos.
Eso hizo que el lobo que descansaba en su interior se sintiera cálido, ya que no había escuchado algo como eso desde hace mucho tiempo. Realmente se había sentido halagado, demostrándolo en una sonrisa.
Para eso es que se había esforzado desde pequeño, para que, tanto él como la gente supiera y reconociera sus grandes hazañas como alfa, no por otros motivos.
―Te lo agradezco mucho.
Namjoon sonrió y asintió, quitándose del camino para que el mayor pudiera salir.
―Muchas gracias por traer las peticiones rechazadas, el papel me sirve de mucho. Espero verlo pronto por ahí, hyung.
Yoongi sonrió mientras salía de la habitación, dando una pequeña reverencia antes de retirarse.
Definitivamente su humor había mejorado en poco tiempo, esas pequeñas palabras haciendo que su inseguridad se suavizara un poco.
― ¿Estás listo para salir?
Jimin entró a la habitación con una enorme sonrisa, viendo al mayor sobre la cama, quien se veía listo para partir.
―Lo estoy, bastante nervioso, pero listo.
El menor sonrió comprensivo y se acercó al mayor para poder tenderle una mano, haciendo que se levantara de la cama sin mucha dificultad.
―Estarán muy emocionados cuando te vean, te han echado muchísimo de menos―la voz suave del menor hizo que el mayor comprendiera la magnitud de sus palabras.
Siempre había tenido una hermosa relación con su familia, con todos los miembros, por lo que su "fallecimiento" fue algo que dejó consternada a la familia. Incluso hubo una pequeña temporada en el que la madre de Yoongi había acusado a los Park por mandar a su hijo a esa pelea.
Jimin y la familia Min siempre habían tenido una relación preciosa, pero en ese entonces, las cosas se pusieron bastante tensas.
Después de que Jimin no se acercara a la casa de los Min por la pelea, fue la familia la que se presentó al castillo para disculparse por las terribles acusaciones, ya que sabían que el omega estaba completamente devastado, al igual que ellos. Por lo que no tenía caso buscar culpables en donde no debían. Especialmente cuando Jimin ni siquiera había entrado al poder en ese entonces y no tenía control sobre quienes iban a pelear o no.
Las cosa habían quedado en paz entre la familia y la realeza, por lo que el menor los visitaba de vez en cuando. Lo que definitivamente no se esperarían, es que llevara algo de compañía en aquella visita.
―Les dije a los alfas de la tropa que nos acompañen, también le mandé a notificar a tu madre que me presentaría a su hogar y dijo que me prepararía mi comida favorita ¿No es preciosa? ―Yoongi sonrió ante la mención de su madre, no dudaba que ella hiciera eso o más por complacer al omega del que su hijo estuvo enamorado mucho tiempo.
Estuvo, porque ella no sabía de su presencia con vida.
―Es una consentidora. No sé cómo se tomará el verme, probablemente se desmaye o algo similar―dijo con un poco de sentimiento, casi sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas, pero no quería llorar, no al menos en ese momento.
―Quizá lo haga, pero créeme que valdrá la pena. Ellos de verdad se sintieron fatal cuando les di la noticia―el omega apretó el agarre que tenía sobre el alfa, sonriendo pequeño―Vamos, entre más rápido, mejor.
El alfa asintió, tomando aire profundamente para poder salir.
El camino fue entre incómodo y extraño. La gente del pueblo claramente veía con atención al rey y al alfa que se encontraba a su lado, ya que ambos llamaban bastante la atención al tener alrededor el montón de alfas de la tropa. De por sí se sentía observado en el castillo, cosa a lo que lentamente se iba acostumbrando, pero definitivamente eso era más incómodo todavía.
Creía que lo que más llamaba la atención, era sus manos entrelazadas.
Cuando llegaron a la casa de la familia de Yoongi, los miembros de la misma ni se inmutaron realmente por el montón de gente y alfas de la tropa, porque era lo que siempre veían cuando Jimin los visitaba.
El menor tocó la puerta como siempre, apretando la mano del mayor cuando este comenzó a temblar ligeramente.
―No te preocupes, todo saldrá bien―le entregó una sonrisa tranquilizadora, haciendo que Yoongi le sonriera de vuelta.
La puerta de la casa se abrió y el rostro del padre del alfa se presentó, quien mantuvo una enorme sonrisa al recibir al Jimin, pero esta se vio deformada por la sorpresa cuando vio a la persona que estaba a su lado.
Yoongi suspiró cuando pudo ver el rostro de su padre después de tanto tiempo. No estaba tan cambiado, pero los años se le notaban, en especial por las canas y barba creciente.
Jimin vio con atención cómo ambos alfas se veían atentamente, uno totalmente sorprendido, que ni siquiera podía moverse correctamente para atender a lo que estaba sucediendo y el otro manteniendo sus labios apretados mientras luchaba por no lanzarse sobre su progenitor. Ambos manteniendo sus ojos húmedos por el impacto.
―Y-Yoongi...
La voz salió como un suspiro, finalmente logrando salir de su sorpresa inicial para abrazar a su hijo con todas sus fuerzas, casi tirándolo al suelo en el impacto. Jimin soltó la mano del mayor y sonrió, dirigiendo a ambos alfas dentro de la casa sin separarlos de su abrazo, para que pudieran tener la privacidad que el momento requería.
No quería que todos los del pueblo vieran ese momento tan íntimo.
El rey caminó dentro de la casa, para ir en busca de los otros dos miembros de la familia, los cuales estaban en la cocina.
― ¡Oh, Jiminie! ―dijo la mujer con una enorme sonrisa, encaminándose al menor para darle un fuerte abrazo, seguido del alfa menor, siendo el hermano de Yoongi.
―Es un gusto verlos, pero necesito que vengan a la sala, por favor. Les traje una sorpresa.
Ambos lo miraron con duda, pero no dudaron en ir en donde el omega les había indicado. Cuando llegaron, ambos se confundieron al ver al padre abrazando a alguien, ya que no eran capaces de ver el rostro de la persona.
―Mino ¿Quién ha venido? ―preguntó la madre con una sonrisa confundida, logrando que su esposo se separara del otro alfa, dando paso al rostro del mayor.
Tanto madre como hijo tuvieron una reacción muy similar que el esposo, la sorpresa logró que ambos se mantuvieran congelados en su lugar, mientras que sus ojos se llenaban lentamente de gruesas y saladas lágrimas.
― ¡Mi hijo! ―chilló la madre totalmente conmocionada, lanzándose de brazos abiertos al mayor, quien tenía el rostro inundado de lágrimas por el encuentro, solamente logrando llorar mucho más de lo que ya había hecho en un principio.
El hermano menor se unió al abrazo con las lágrimas a flor de piel, toda la familia formando un campo de protección sobre el alfa, un hermoso abrazo que definitivamente necesitaban desde hace mucho tiempo.
Claramente las preguntas llegarían, cómo y por qué. Estaría dispuesto a contestar todo, pero quería que esa reunión fuera algo familiar, en donde Yoongi pudiera contar todo lo que vivió y no que alguien más tuviera que decirlo por él.
Porque él era completamente independiente.
Jimin se mantuvo en el sofá mientras la familia se saludaba y llenaba de besos y abrazos, no pensaba interrumpir y quería que disfrutaran cada segundo de su reencuentro. Se unió nuevamente cuando la madre lo atrajo en un abrazo, llorando en su hombro mientras le agradecía por haber llevado a su hijo.
Se lavaron los rostros húmedos y se preparó la comida en la mesa, todos viéndose más felices que nunca y es que jamás pensaron que algo como eso llegaría a pasar. Colocaron la comida sobre la mesa y todos se sentaron a comer, si es verdad que el reciente llanto los hacía temblar, pero todos disfrutaron el momento como se debía.
Yoongi lloró cuando relató lo sucedido, todos en la mesa lo hicieron, en realidad. El mayor fue capaz de liberar todo ese sufrimiento que se había agrupado en su cuerpo desde que llegó al castillo.
Y es que Jimin era un gran punto de apoyo para él, pero sabía que también necesitaba otros puntos de apoyo, como lo eran su familia, a la que tanto amaba y había extrañado.
Finalmente Jimin le pidió a la tropa que vigilara por la noche, porque ambos se quedarían en la casa de los padres del mayor.
Y también sería mentira decir que durmieron algo, porque toda la noche se mantuvieron en un círculo en la sala, relatando y hablando todo aquello que no se pudo en su momento. Intentando así que la falta de cercanía en los años había afectado en algo a la pequeña familia.
Fue un ambiente totalmente cálido y amoroso, siendo sanador para todos los presentes.
¡Nos leemos prontooooo!✨
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