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Jadeó asustado cuando un golpe hizo que se despertara, levantándose de la cama de golpe para poder ver a los lados, notando que aún se mantenía bastante oscuro. Se estiró para poder encender la luz de la pequeña lámpara de noche, manteniéndose quieto para poder escuchar mejor.

No tenía ni idea de lo que podría haber sido ese sonido y no estaba seguro de si era algo de lo que debiera preocuparse, pero sabía que la duda no lo dejaría dormir en absoluto, por lo que optó en salir a revisar los alrededores.

Desde el ataque a Taehyung y la carta que fue enviada desde el reino de Gwangju, no había podido dejar de pensar en que todo era un plan del príncipe de ese reino, porque claramente sabía perfectamente quién había sido el dueño de la carta.

Otra explosión se escuchó a lo lejos, haciendo que terminara por quitarse las sábanas de encima y brincar de la cama, colocándose sus pantuflas para poder salir a corroborar. Cuando abrió la puerta de su habitación, notó que no había sido el único en levantarse, ya que muchos alfas de la tropa y las sirvientas corrían por los pasillos.

En ese momento, Jungkook se acercó a él corriendo, viéndose bastante alterado.

―Jimin, el reino de Gwangju ha enviado a sus tropas, están entrando al reino y atacan todo a su paso―el rey gruñó mientras caminaba al lado de su amigo alfa, escuchando todo mientras apretaba la mandíbula―La tropa se está preparando junto a las tropas de Seúl y Daegu, estamos listos para atacar cuando des la orden.

Llegaron al gran salón, donde estaba una pequeña terraza, observando por el ventanal que algunos caballeros del reino enemigo entrar al reino.

―No quiero que los ataquen aún, vamos a tomar una táctica diferente, esa tropa no puede regresar a su reino vivos, tienen que comprender la señal que les enviará el reino de Busan.

Jungkook asintió mientras veía el mismo ambiente, preparado para dar la orden, al saber cuál era la técnica que el rey quería utilizar.

―Lo que sí te ordeno es que les digas el plan, ataque en el centro del castillo. Cuando les avises necesito que lleves a las sirvientas y a Taehyung a un lugar seguro y te quedes cuidándolos. No quiero que ninguna persona de Busan sea lastimada, protejan a todos y cuiden a los niños. No quiero ningún fallecido de nuestro reino.

―Los alfas están listos y nadie inocente morirá hoy―habló con seguridad, haciéndole una señal a otro alfa de la tropa que esperaba a la distancia, quien asintió y se fue― ¿Preparamos la guillotina?

Jimin sonrió pequeño.

―Claro que sí, quiero que esa guillotina esté preparada para todos los atacantes, ninguno será liberado. El reino estaba advertido.

Jungkook asintió y se retiró del lugar, sabiendo que los segundos eran totalmente importantes en esos momentos.

Jimin bufó y dio media vuelta, caminando hasta su alcoba para poder tomar su corona antes de bajar, ya que era parte de su presentación y no podía dejarlo de lado. Puede que sea un momento de tensión, pero la corona era algo sumamente importante, además de que formaba parte de su presentación.

No era posible que se apareciera ante los enemigos con una mala presentación.

El castillo era un caos, si es que esa palabra podía realmente describir lo que estaba pasando. Entendía realmente a los sirvientes y niños, porque no era algo común en el reino que atacaran de esa forma, ya que ese reino era sumamente respetado por su poder e influencia en Corea.

Pero él mantenía la calma, sabía que el reino de Gwangju era fuerte en ciertas características, en especial en sus víveres, pero en cuento a pelea, no podían hacerlo solos, siempre debía tener a un reino compañero para luchar.

En especial después del momento en donde aquel reino atacó a Busan con otros reinos, todos se vieron desventajados enormemente ante el rompimiento de los lazos comerciales. Por lo que nadie se había atrevido a atacar.

Bajó al gran salón del castillo, en donde su trono se encontraba al medio del lugar, normalmente se mantenía ahí cuando escuchaba las peticiones del pueblo, pero en normalidad se mantenía ocupado por todo el castillo o en su alcoba. En ese caso, era una ocasión especial, ya que debía recibir a aquellos que se encontraban atacando su reino.

―Ya saben cómo funciona esto, ellos vienen a amenazarme, ustedes se mantienen calladitos en sus puestos, cuando de la señal pueden salir a atacar y listo. Espero que los alfas que se encuentran afuera estén protegiendo correctamente al pueblo.

Los alfas de la tropa se mantenían en sus puestos, los cuales consistían en mantenerse en la parte alta del salón, todos ocultos para poder lanzarse una vez el rey diera la señal. En la parte de abajo se encontraban más alfas, la diferencia era que estos se encontraban en su forma de lobo, por lo que el ataque sería más directo y neutralizador.

―No quiero que maten a nadie, quiero que todos sean asesinados por la guillotina frente al pueblo. Ellos deben presenciar todas las muertes de aquellos que se proclaman nuestros enemigos ¿A quedado claro?

― ¡Todo claro, mi rey!

Jimin asintió satisfecho y se sentó en el trono, subiendo una de sus piernas sobre la otra, quedando cruzadas mientras balanceaba ligeramente su pie.

El ruido de los gritos fue desapareciendo, sabía que los alfas protegían a los aldeanos, por lo que el escandalo iba desapareciendo, mientras los enemigos se acercaban al castillo.

La puerta fue empujada de golpe, haciendo que una de las puertas saliera volando un poco lejos, pero no llegando a dañar a nadie.

Jimin rodó los ojos con tremenda molestia cuando vio que, el ataque no era realizado por el rey del reino, sino que por el príncipe, el mismo que le había enviado esa carta horrorosa y el mismo que había atacado a su mejor amigo.

― ¡Rey Park Jimin! ―gritó el príncipe mientras entraba al castillo con pasos ruidosos, manteniendo un grupo de alfas de su tropa detrás de él, todos con las armas alzadas, preparados para disparar―Pensé que volvería a verte, pero no pensé que sería en estas...circunstancias.

El omega rey dejó que entraran, manteniéndose tranquilo ante la situación.

―Le dije a tu padre que si volvías a mi reino, lo único que regresaría sería tu cabeza ¿No te quedó claro? ―habló con tono neutro, no mostrándose realmente amenazador, más como un recordatorio casual.

―Ay, mi hermoso Jimin...―se rio con burla―Soy el príncipe Lee Kwan, futuro rey de Gwangju ¿Quién no querría tenerme detrás?

Jimin levantó una mano.

―Definitivamente yo no quiero, así que agradecería que te fueras de mi reino y te olvidaras por completo de mi puesto como rey, porque eso es lo único que buscas ¿No?

Kwan se acercó un poco más, haciendo que los alfas que se mantenían ocultos apretaran los puños, pero no podían atacar si no veían la señal.

―Sabes que jamás acepto un no por respuesta, Jimin, por lo que no pienso irme si me niegas lo que te exijo―Jimin comenzaba a cansarse de ese tonto monólogo, por lo que chasqueó los dedos, haciendo que los alfas de la tropa del reino contrario le apuntaran a Jimin con sus armas, el príncipe sonriendo con arrogancia. ―Si no aceptas a las buenas, lo harás a las malas.

El omega se sintió bastante aburrido, por lo que pensó que no se tomaría realmente el tiempo de hablar con él. Sería más divertido escucharlo gritar de pánico mientras una cuchilla gigante le cortaba la cabeza. Eso sí que sería divertido.

Rio suave ante la idea, pero primer quería asegurarse de algo.

―Solo quiero saber una cosa, puede que eso influya en mis decisiones―dijo mientras bajaba la pierna, haciendo que los alfas de Lee quitaran el seguro de las armas, pensando que el omega podía atacar.

― ¿Qué es lo que quieres saber, preciosura?

Se aguantó las ganas de soltar una arcada.

― ¿Fuiste tú quien le disparó a mi amigo? Bueno, no tú, porque dudo que tengas una puntería medianamente decente, pero sabes a lo que me refiero―Lee soltó una pequeña risa, escondiendo sus manos detrás de su espalda.

―Tienes razón en ambas cosas, no tengo una buena puntería y por ello envié al mejor arquero del reino―sonrió muy orgulloso, haciendo que la sangre de Jimin hirviera―Si te soy sincero, el primer plan era que lo asesinaran, sería bastante fuerte, pero una señal bastante buena para mostrar lo que soy capaz de hacer―el tono que utilizó solo hizo que se molestara más―Pero fui considerado, por ese momento. No me molestaría llevar a cabo el plan inicial.

―Bueno, gracias por la información―Jimin hizo un movimiento con sus dedos sobre su corona, siendo la señal que permitía la entrada de los alfas de la tropa.

Los lobos saltaron de forma sigilosa, logrando neutralizar a varios de los atacantes, al igual que los alfas de las alturas, quienes neutralizaron y alejaron las armas cargadas, evitando así que una fuera activada y causara problemas.

Jimin suspiró y se levantó del trono cuando todos fueron retenidos, acercándose específicamente al príncipe Lee. Se agachó frente a él, disfrutando completamente su rosto de pánico, al verse atrapado.

―No sabes el gusto que me dará ver tu cabeza ser separada de tu cuerpo―sonrió en grande, mostrando su hermosa dentadura y sus mejillas ocultando sus ojos―Envolveré tu cabeza personalmente, con un papel bonito y una carta hecha a mano, espero realmente que a tu padre le guste su regalo.

La boca del príncipe fue amordazada, por lo que sus gritos e insultos eran totalmente incomprensibles, haciendo que el rey sonriera mucho más, como no lo había hecho en varios días.

―Mi rey, la guillotina está lista para su uso ¿Le gustaría que reuniera al pueblo? ―preguntó uno de los alfas, recibiendo un asentimiento.

―Diles que será hora de la guillotina, los niños deben ser enviados a la zona de cuidados mientras tanto. Quiero que todas las sirvientas se mantengan con ellos.

El alfa asintió, corriendo a acatar las indicaciones.

Normalmente a las ejecuciones no se presentaba todo el pueblo, pero sí una cierta cantidad para ser testigos de las promesas que el rey había realizado el día de su coronación, eran verídicas. Por lo que los niños de aquellos que tomaban puesto en la ejecución se mantenían al cuidado de las sirvientas.

Tomó camino a la cocina, ya que quería verificar que todos estuvieran bien, en especial Taehyung, quien no había podido recuperarse al cien por ciento.

Abrió las puertas de la gran cocina, suspirando aliviado cuando vio a todos bien.

―Los atacantes han sido retenidos, pueden salir. La ejecución será en unos minutos, por lo que les pido que retomen sus posiciones y quienes deben servir ante los niños, lo hagan―los trabajadores asintieron, comenzando a movilizarse.

Se acercó a sus amigos, siendo Jungkook quien mantenía al omega entre sus brazos.

― ¿Todo en orden?

―Todo bien, no han logrado dañar a nadie y aseguramos que el castillo estuviera libre de intrusos―aseguró el alfa―Lo llevaré a la alcoba ¿Te gustaría que estuviera en la ejecución?

Jimin acarició el rostro de su mejor amigo con una sonrisa, pasando un cabello detrás de su oreja.

―Sí, te quiero asegurando con la tropa. Será algo rápido y podrás regresar con Taehyungie―el pelinegro mayor asintió, dejando que el rey se retirara de la cocina.

Su semblante cambió mientras se dirigía al pequeño coliseo que se encontraba cerca del castillo, en donde los actos importantes se llevaban a cabo, en especial las ejecuciones. No iba a cambiarse de ropa, la ocasión no lo merecía, no le importaba ir con sus pantuflas.

Aún era muy temprano por la madrugada, las cinco de la mañana, por lo que pudo ver. Quería terminar con todo para poder volver a dormir.

Una de las sirvientas se le acercó mientras salía del castillo, susurrándole.

―Mi rey, su corona está chueca―dijo con un pequeño sonrojo― ¿Le gustaría que se la acomodara?

Jimin jadeó mientras se detenía, agachándose un poco para que la chica pudiera acomodarla.

―Muchas gracias, hubiera sido muy penoso el darme cuenta de que tenía la corona chueca en medio de una ejecución tan importante―dijo con una sonrisa, contagiándola a la sirvienta, quien terminó de acomodar la corona.

―No es nada, mi rey.

Jimin salió del castillo, acompañado por alfas que le brindarían total seguridad, todos dirigiéndose hasta el coliseo.

Si era sincero estaba bastante emocionado, desde que perdió a Yoongi a manos de la tropa de aquel reino, había deseado con muchas ganas el hacerles pagar con la misma moneda y realmente el príncipe se lo había dejado bastante fácil.

Sabía que eso no arreglaría nada, pero al menos se sentiría satisfecho.

Cuando llegó a la zona alta, los trabajadores hicieron una reverencia, el omega subiendo los escalones hasta la pequeña terraza, en donde podía dirigirse al pueblo y ver la ejecución con mejores detalles.

Se paró frente a la silla que se mantenía a lo alto, en donde los pueblerinos presentes hicieron una reverencia de noventa grados. El coliseo llenándose poco a poco.

―Lamento que el inconveniente haya sido a estas horas de la mañana, realmente a todos nos ha tomado por sorpresa―comenzó a hablar Jimin, teniendo la atención completa del pueblo―Pero las cosas son así y la traición de los reinos hermanos debe ser pagada, sin importar la hora.

Jimin se sentó en el llamativo y ostentoso trono, haciendo que el pueblo se sentara también.

―Como sabemos, la traición es algo que nuestro reino no deja pasar ni logra perdonar, por lo que todos aquellos que participen en eso, se vuelven nuestros enemigos. El reino de Busan no tiene piedad sobre sus enemigos.

El pueblo celebró ante las palabra del rey, terminando con sus gritos poco tiempo después, para que el rey pudiera continuar.

―El príncipe Lee, del reino de Gwangju ha tenido el atrevimiento de atacar nuestro reino y amenazarme con armas y palabras―dijo, una pequeña sonrisa estirándose en el costado de sus labios―Por lo que su muerte será glorificada por nuestro reino y su cabeza será enviada a su reino, en muestra de nuestra credibilidad ante los castigos que prometemos a causa de traición.

El pueblo volvió a celebrar.

Los alfas de la tropa llevaron al príncipe primero, el cual tenía la boca amordazada y las extremidades atadas. La diferencia entre el príncipe y la tropa era que los miembros de la última tenían su rostro cubierto con sacos para papas, para mantener de cierta forma su dignidad. En cambio, en príncipe tenía su rostro descubierto ante la vergüenza pública.

―El príncipe será el primero, disfruten la justicia hecha realidad. Traición es traición.

El pueblo gritaba con emoción cuando el príncipe fue empujado hasta la guillotina, intentando esquivar de manera tonta su destino, aún cuando era imposible el escapar de la situación.

Los gritos de sufrimiento fueron opacados por los de emoción, la guillotina bajando rápidamente y logrando que la cabeza cayera en una cesta.

Jimin sonrió enormemente cuando vio el cuerpo caer, pensando que había sido la mejor imagen que había tenido después de muchos años.

―Aquellos que sean participes en la traición también serán castigados. Los aliados de nuestros enemigos, se vuelven nuestros enemigos.

La fila avanzó, el proceso avanzando de forma eficiente.

Muchos de los alfas del reino contrario intentaban luchar por liberarse, otros se mantenían quietos ante la aceptación de su destino. Pero en definitiva lo que llamó la atención de Jimin, fue un alfa que comenzó a agitarse terriblemente, haciendo que dos de los alfas de la tropa tuvieran que tomarlo, siendo Jungkook uno de ellos.

― ¡No me maten, por favor! ―el grito fue totalmente desgarrador, todos los presentes notando que su garganta estaba muy dañada, su voz notándose distorsionada.

Jimin gruñó.

― ¡Acepta las consecuencias de tus acciones, no seas cobarde! ―gritó con molestia, no le gustaba cuando los traidores lloriqueaban por piedad.

― ¡Por favor, no soy parte del reino de Gwangju, sino de Busan!

Esas palabras definitivamente lograron que el pueblo se mantuviera atento, ya que jamás habían visto algo como eso.

Jimin se levantó de golpe, viendo al alfa que hablaba con el ceño fruncido.

― ¡Yo era parte de la tropa de Busan, pero hace cinco años fuimos atacados y fui secuestrado por este reino!

Jimin no podía decir que su corazón dio un vuelco cuando escuchó aquellas palabras, porque claramente sabía qué personas habían sido atacadas cinco años atrás, por ese reino en específico.

― ¡No mientras, las mentiras no te salvarán, solo harán tu muerte más dolorosa! ―el pueblo estaba sorprendido, ya que en otra ocasión, el rey ignoraría las palabras del traidor. Pero en ese caso le respondía e incluso se había levantado de su asiento.

― ¡No estoy mintiendo, por favor!

Jimin sentía un dolor en su pecho y definitivamente no iba a detenerse si no se aseguraba de las palabras de aquel alfa.

―Si descubrimos tus mentiras, tu muerte y humillación serán peores―dijo mientras caminaba hasta la entrada interna del coliseo, listo para bajar y verificar.

El alfa que pidió piedad fue apartado de la fila, siendo sostenido por los dos alfas.

La misma sirvienta que se acercó a acomodarle la corona se acercó con bastante miedo.

―Mi rey, no creo que sea buena idea, puede que se trate de una trampa para dañarlo―Jimin sonrió pequeño, negando con la cabeza.

―Cualquier intento de daño será imposible, no se preocupe por eso.

El rey colocó sus pies sobre la arena del lugar, haciendo que el pueblo se levantara para dar una reverencia. Caminó sin titubeos, quedando frente al alfa del reino contrario.

―Jimin, no creo que sea buena idea, es una perdida de tiempo―dijo visiblemente afectado, ya que Jungkook claramente sabía quienes habían sido dañados aquel fatídico día y realmente no sabía cómo tomarse lo que había escuchado.

―Dime quién dices ser y por qué deberíamos confiar que eras parte del reino.

El alfa jadeó de dolor ante el terrible agarre que mantenían los alfas sobre sus brazos, lo estaban dañando mucho.

―Soy Min Yoongi, era parte de la tropa real, mano derecha del alfa Park.

Jimin sintió un tremendo golpe en su pecho ante aquellas palabras, sus piernas debilitándose ligeramente por la confesión, sintiendo a su omega chillar en su interior, como si ambos fueran a tener un colapso. Sin embargo, debía mantener la compostura.

― ¡No te atrevas a usar ese nombre en vano! ―gritó con dolor, intentando pensar que todo era un terrible mentira y que el amor de su vida no estaba frente a él, vivo.

―Mi rey, quíteme este saco y verá que soy yo, también mantengo el tatuaje de la tropa―dijo en un jadeo, realmente adolorido y cansado. Hablar era un martirio para él.

― ¿Crees que soy estúpido? No pienso arriesgarme―jadeó, dando un paso hacia atrás―Comprueba tu identidad.

El alfa atado sollozó con dolor, tragando duro para poder aliviar el dolor en su garganta y lograr hablar sin sentir que se moría, porque definitivamente su cuerpo estaba a nada de colapsar por los daños.

―Eres la joya más hermosa que he tenido el placer de admirar y no hablo de tu corona.

Jimin sintió en ese momento que su mundo explotaba en miles y miles de pedazos, su cabeza comenzó a punzar y sus manos a temblar, definitivamente su lobo no era de ayuda, quien se encontraba en una crisis totalmente comprensible.

Recordaba esas palabras, claramente que lo hacía y definitivamente nadie más podría saber esa frase con exactitud, nadie más que su Min Yoongi.

Dentro del pánico, quitó de golpe el saco para papas de su cabeza, sus ojos llenándose de lágrimas cuando vio el rostro demacrado de Min Yoongi, su Min Yoongi.

Se veía tan mal, totalmente delgado, más pálido de lo que su piel era naturalmente, su pelo opaco y sin vida y su cuerpo totalmente dañado, notándose que había sido maltratado por todos esos años. Su tatuaje de la tropa de Busan estaba sumamente dañado, con costras y heridas frescas sobre él, como si hubieran intentado quitárselo.

Jungkook no pudo seguir sosteniendo a Yoongi, igualmente en total sorpresa con la situación.

El rey parpadeó, soltando algunas lágrimas.

―Llévenlo con el doctor, ya. Rápido―jadeó aún sin lograr comprender la situación, tragando duro para poder dar la espalda a su pueblo y que no lo vieran llorar.

― ¡Las ejecuciones seguirán sin mí! ―gritó para el pueblo, caminando rápidamente hasta el interior del coliseo, sin tener real conocimiento de su realidad.

― ¡Sí, su majestad!

Desde hace muchos años que no se sentía de esa forma, tan confundido, perdido e impactado, quería tirarse al suelo a llorar y lograr entender qué demonios estaba sucediendo y por qué le dolía tanto.

Jamás se hubiera esperado que la causa de uno de sus mayores dolores se presentara nuevamente frente a él, con vida. 

¡Hola!👀💕

Lamento el no haber actualizado el viernes de la semana pasada, es que se me olvidó publicar el miércoles y lo subí jueves, entonces preferí esperar a subir dos capítulos seguidos JSJS

Por cierto ¡Mañana tendré mi primer gatito! Me he estado preparando en todos los sentidos para adoptar correctamente a uno y me lo entregan mañana, no saben lo emocionada que me encuentro, espero que ustedes también estén muy bien💕

¡Nos leemos prontooooo!✨

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