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Respiró hondo mientras veía por la ventana de la habitación de su mejor amigo, notando que el ambiente se encontraba bastante pesado, no sabiendo si era una simple idea suya o realmente algo malo estaba cerca.

No quería decir nada, ya que de por sí era un día complicado para el rey y sumarle sus tontas suposiciones no era muy buena idea, por lo que prefirió morderse el labio y mantenerse callado.

―Por cierto...―la voz de Jimin hizo que despegara la vista del paisaje, enfocándose en el mencionado― ¿Hablaste con Jungkook sobre el tema del cachorro?

Taehyung torció los labios ligeramente, sintiéndose un poco triste por el tema de conversación, pero no quería mostrarse afectado.

―Creo que lo mejor es dejarlo, tiene razón y no es buena idea pensar en cachorros ahora. Tomando en cuenta que nos vemos solamente una vez por semana―se encogió de hombros, en su rostro notándose la verdad de sus emociones―Solo creo que todo se volvería más problemático y prefiero que no sea así.

Jimin se sintió un poco culpable, después de todo Jungkook pertenecía a su tropa de alfas de alta categoría y podía darle un horario más accesible, pero el alfa había elegido cubrir la zona norte del reino antes que otro, ya que en esa zona es en donde Yoongi había perdido la vida.

Jungkook y Yoongi fueron grandes amigos y se habían unido a la tropa juntos, para apoyarse mutuamente, por lo que la muerte del mayor fue algo impactante para el menor, quien juró vengarse del reino que le había quitado la vida a su mejor amigo. Por ello, se negaba a cubrir otra zona o tomar un horario diferente al de tiempo completo y tiempos nocturnos

Lo que no sabía, es que estaba dañando a su omega en el proceso de su venganza imaginaria, pero Jimin no podía hacer mucho.

Lo mejor que podía hacer era enseñarle a Taehyung a que su lobo no dependiera al cien por ciento de su alfa, sino el castaño podría caer en una gran depresión, una de la cual no llegaría a sobrevivir, probablemente.

―Bueno, sabes que cualquier cosa estaré siempre aquí. Incluso puedes quedarte algunos días conmigo―Jimin se sentó en su cama con una sonrisa dulce, mirando a su mejor amigo desde su posición, quien se apoyaba en el marco de la ventana abierta.

―Sería lindo, hace mucho que no nos queda

En ese momento, las palabras de Taehyung fueron reemplazadas por un grito, el omega castaño cayendo al suelo de frente por el impacto sobre su espalda.

― ¡Tae! ―chilló Jimin, agachándose para poder arrastrarse hasta su amigo, evitando así que alguien pudiera apuntarle desde afuera.

Taehyung tenía una flecha incrustada en su omóplato derecho, el cual comenzaba a sangrar terriblemente por el impacto, ya que la flecha se había expandido después de adentrarse en la carne de la espalda.

―Mierda ¡Soldados! ―gritó el rey lo más fuerte que su garganta le permitió, logrando que, en pocos segundos, dos alfas de la tropa entraran con sus armas y a la defensiva. ― ¡Traigan al doctor! ¡Ya!

Uno de los alfas se fue corriendo por la ayuda, mientras el otro vigilaba la ventana en busca de algún culpable, pero no veía nada.

―Junta a los alfas de la tropa y que busquen al maldito responsable, no dejaré que descansen hasta que esta flecha tenga un nombre y un apellido―gruñó con furia el pelinegro mientras acomodaba a su mejor amigo, para que pudiera descansar sobre él mientras llegaba la ayuda.

―Sí, mi rey. Nos encargaremos de todo.

El alfa de la tropa que quedaba salió de la habitación, llegando en su lugar algunas de las sirvientas.

―Mi rey, el doctor viene corriendo, solamente fue por sus utensilios―dijo con voz exaltada, viendo el gran charco de sangre que rodeaba al rey y su amigo―Por la diosa luna ¿Cómo ha sido esto posible?

Jimin negó con total molestia.

―No lo sé, pero quien lo haya hecho pagará caro―dijo mientras acariciaba los cabellos del castaño, quien comenzaba a perder la consciencia ante la pérdida de sangre.

El doctor entró veloz a la habitación, solicitando la ayuda de las enfermeras para poder atender la herida y sacar la flecha correctamente.

―La flecha entró profundamente, me temo que debo llevarlo a la zona de clínica para sacársela, sino puedo dañarle―Jimin asintió mientras dejaba que las sirvientas y el doctor se llevaran al omega, quien había perdido la consciencia pocos segundos antes.

El rey se levantó del suelo con un mueca, viendo sus pantalones manchados de sangre, al igual que la alfombra. No importándole en realidad la mancha.

Muchas de las sirvientas lo vieron con temor cuando salió de la habitación con los pantalones manchados de sangre, caminando con seguridad hasta el grupo de alfas que se organizaban en el centro del castillo, en donde estaba su trono.

―Háganme el favor y díganme que ya iniciaron un plan de búsqueda―la fuerte voz hizo que los alfas se formaran rápidamente en fila frente al rey, dando una reverencia.

―La hemos comenzado, mi rey. Las tropas de todas las zonas están pendientes de quién entra y quién sale del reino―Jimin asintió con la mandíbula apretada.

―Bien, ahora alguien respóndame dónde carajos está Jeon Jungkook y por qué no lo veo aquí con su omega―todos los alfas presentes se miraron entre ellos, no sabiendo si alguien lo había buscado, en primer lugar.

―Antes de venir le conté la situación y se negó a venir, eligió el asegurar la zona junto a su grupo.

Jimin casi sintió cómo sus dientes se rompían ante la fuerza que su mandíbula ejerció sobre ellos, pensando en que tal enojo podría ser perjudicial para él y su mejor amigo, por lo que intentó relajarse.

―Pues encuéntralo y dile que si no lo veo en el castillo en treinta minutos máximo, puede irse considerando un desempleado―el mismo alfa que había hablado, asintió. Dando una reverencia.

Se retiró fastidiado del lugar, sabiendo que tendría que ir con el doctor para saber el estado de Taehyung. Sabía que no era algo mortal, pero la pérdida de sangre sí era algo que podía atentar contra su vida, además del dolor que todo significaba. Y ahora que su alfa no estaba ahí, él debía ser su punto de apoyo.

Y es esa una de las razones por las que Jimin estaba harto de la gran dependencia que los lobos formaban entre sí con su pareja, tanto alfa como omega. Sabía que entre sus amigos había una relación sana, no dependiente al cien por ciento, pero en esos casos, en donde su lobo debía ser una fortaleza para aguantar sin su predestinado, se volvía una carga.

Por eso mismo Jimin se había obligado a ser diferente, porque su naturaleza como omega era una limitante a la hora de reinar solo.

―Señorita Lee―llamó a una de las sirvientas mientras se dirigía al área médica, la pequeña mujer caminando a su lado, atenta. ―Por favor ordenen mi alcoba lo mejor posible, desinfecten y hagan que sea lo mejor para que Kim Taehyung se mantenga conmigo. Pídanle a Shin que redacte una carta para la familia, en donde informe la situación y lo que se hará. Gracias.

―Sí, mi rey.

La omega se fue rápidamente para atender las indicaciones, justo en el momento que llegaron al área de medicina. Tocó la puerta dos veces, no sabiendo si era prudente entrar en esos momentos, pero supo que sí cuando una de las ayudantes del médico le abrió la puerta.

―Mi rey, puede pasar―Jimin agradeció con una pequeña reverencia, entrando a la amplia habitación, en donde había varias camas a disponibilidad de los enfermos del castillo, en ese momento, todas vacías. ―El doctor logró sacar la flecha con éxito, en este momento el joven Kim está durmiendo.

Jimin comprobó lo que escuchaba al avanzar, viendo al castaño acomodado sobre la cama más grande, panza abajo.

― ¿Encontraron algo en la flecha que sea de ayuda para conocer a su propietario? ―la pregunta fue dirigida al doctor, más que a la enfermera. El hombre mayor negó.

―No encontramos algo que la hiciera especial, es una flecha común y corriente dentro de su tipo en cuanto a expansión, hecha a mano y muy bien asegurada―Jimin tomó la mencionada, examinando el mango, notando que no había nada diferente en una flecha usual de esa clase. ―Sin embargo, puedo asegurar que esa flecha no fue hecha por cualquier persona, tuvo que ser alguien con experiencia, ya que el nudo que une el metal y la madera es fuerte. ―el rey vio de reojo a su amigo. ―Además, el material de la flecha está en buen estado, por lo que fue hecha recientemente y utilizada únicamente esta vez.

Esas palabras no relajaron a Jimin, en lo más mínimo.

―Eso significa que fue algo planificado y una flecha hecha solamente para esto―los restos de sangre habían sido limpiados, por lo que el omega rey tomó la flecha, para poder llevársela―El jefe de tropa, Jeon Jungkook, vendrá a ver a su omega. No lo dejen pasar antes de que pase por mi alcoba. Le dicen que es una orden.

Tanto el médico como las enfermeras hicieron una reverencia al comprender las indicaciones.

―Cuando despierte, quiero que le den atención a su estado y lo guíen a mi habitación, se quedará conmigo algunos días. No olviden la carta que notificará a su familia.

―Como usted diga, mi rey.

Jimin asintió, saliendo de la habitación con la flecha en su mano. Solamente le tocaba esperar al alfa de su amigo.

Apretó los labios cuando la puerta de su alcoba fue tocada tres veces, sabiendo quién sería el que se encontrara detrás de esta.

―Pasa.

Habló con informalidad, Jungkook entrando a la habitación bastante agitado. No sabía si era por haber corrido amplias distancias en su forma de lobo o por la idea de que su omega estaba lastimado.

―Jimin, necesito ver a Taehyung ¿Por qué me has llamado? ―el mencionado apretó los labios con más fuerza, levantando una ceja con un poco de burla, siendo más molestia que cualquier otra cosa.

― ¿Por qué elegiste quedarte con la tropa, en lugar de venir por tu omega cuando te dieron la noticia? ―Jimin no quería ser ningún intermediario en la relación de sus amigos, pero había cosas que no podía permitir, mucho menos sabiendo la naturaleza de Taehyung. No quería que tuviera que endurecerse como él.

―Porque quería ayudar a capturar a la persona que hizo eso, no hay otro motivo más que ese―gruñó con molestia ante las insinuaciones de su amigo, apretando los puños―No es que no me importe su salud, es que debo cumplir con mi deber y la búsqueda es parte de ello.

―No, ese ya no es tu deber, sabes que tu puesto fue limitado para que puedas pasar tiempo con tu omega. Lo haces porque no puedes despegarte del recuerdo de Yoongi, intentando vengarlo de algo que ya pasó y no podemos remediar―la voz de Jimin fue dura, su lobo manteniéndose escondido totalmente, para que sus palabras no le afectaran―Así que, desde ahora, tienes prohibido el exceder tus horas de trabajo y si lo haces, serás expulsado de la tropa.

El alfa jadeó con molestia, viéndose indignado ante las palabras del omega, quien no parecía serlo realmente.

― ¿Cómo puedes decir esas cosas? Entiendo que tu omega haya tenido que esconderse para no ser débil, pero no al punto de volverte alguien insensible por el recuerdo del que fue tu pareja predestinada―Jimin sintió un pequeño dolor al escuchar lo último, manteniéndose sereno a la vista―No intentes que nosotros nos volvamos como tú, no puedes.

Jungkook negó decepcionado, sus ojos llenándose de lágrimas, pero no dejándolas escapar por ningún motivo.

Después de un, relativamente, largo silencio, el alfa pensó que la conversación había terminado, por lo que estaba a punto de retirarse, pero la voz del omega lo hizo detenerse.

―Estás equivocado, Jungkook―habló con voz estrangulada, pero firme―No me he vuelto un insensible, se le llama el superar y avanzar. No puedo vivir lamentándome de lo que pasó e intentando remediar algo que no es posible―Jungkook dio media vuelta sobre su lugar, quedando con la vista al rey.

―Pero podemos vengarlo, podemos hacer que su muerte sea vengada.

Jimin negó.

―No nos sirve de nada el vengarnos, si dejarás que tu insistencia por darle justicia a una muerte haga que otros mueran ante tu indiferencia―eso tocó las fibras sensibles del alfa.

― ¿D-de qué hablas?

―Yo no tengo a nadie, Jungkook. Perdí a mi pareja predestinada y no pude hacer nada para evitarlo. Pero si me encierro en ese dolor, no podré ver a las personas que están a mi alrededor y puedo dejarlas ir por eso. Yoongi murió, pero tienes a Taehyung. Lo ignoras por intentar vengar al que fue tu mejor amigo, lo dejas de lado e incluso prefieres el investigar que venir a consolarlo en su dolor.

Jimin señaló sus pantalones, los cuales no se había cambiado.

―Esto es una mínima parte de la sangre de Taehyung y él solo quería algo de apoyo de su alfa, el cual está demasiado concentrado en la muerte de su mejor amigo, la cual lleva más de cinco años, como para darse cuenta de que su pareja comienza a entrar en depresión. Una que puede matarlo―la mirada del alfa se llenó de dolor, al comprender la situación―No soy insensible, simplemente he aprendido a enfocarme en lo que sí puedo intervenir y no permitiré que tu insistencia mate a mi mejor amigo, es por eso por lo que tomo esas medidas.

Jungkook se arrepintió inmediatamente de todo lo que había dicho, especialmente porque podía ver el dolor en el rostro de Jimin, quien intentaba esconderlo a toda costa.

Era impulsivo con sus palabras y en esa ocasión, se había pasado.

―Lo siento mucho por lo que dije, tienes razón―se disculpó con sinceridad, viéndose realmente afectado―Acepto la reducción de mis horas y te pido un tiempo para ayudar a mi omega con su recuperación.

El rey asintió, una pequeña sonrisa estirando la comisura de sus labios.

―Mi alcoba fue aseada para él, pero puedo darles la habitación de al lado, prefiero que se mantengan en el castillo. No sabemos si fue un ataque directamente a él o era para mí, independientemente de eso, quiero que se mantenga seguro

El alfa asintió con una sonrisa, sintiéndose un poco apenado por su comportamiento, pero mejor por el regaño que había recibido.

―Y realmente lamento lo que dije, sé que la muerte de Yoongi hyung fue doloroso para todos, en especial para ti―El mencionado se mordió el labio inferior―Y me alegra saber que estás mejor, dentro de lo que cabe. También gracias por ayudar a mi omega, prometo que tus palabras no serán en vano.

Jimin asintió, sin decir mucho más.

Jungkook salió de la alcoba más tranquilo, dispuesto a acompañar a su omega durante la recuperación.

El omega suspiró aliviado, definitivamente no le gustaba ser el intermediario en la relación de sus amigos, pero si la estabilidad de su mejor amigo dependía de ello, debía ser bastante empático, en especial al saber cómo se siente que tu lobo sea el causante y constante recordatorio de tu dolor.

Dejando de lado del tema, no dejaría pasar fácilmente lo que había sucedido, ni de broma. La persona que hubiera sido el causante de todo pagaría caro y su reino lo haría igualmente, por lo que debía esta atento a lo que su tropa de alfas dijera respecto a la búsqueda.

Se miró por el reflejo del espejo de cuerpo completo, pensando que podía tomar una ducha y cambiarse de ropa antes de ir a consultar sobre los avances de la búsqueda, ya que debía darles algo de tiempo a los alfas para encontrar algo relevante.

Entró a la ducha e intentó que el agua tibia destensara sus músculos, ya que el estrés que había experimentado en un solo día no era normal. De por sí su lobo había estado escondido durante casi todo el día, ahora que más problemas se sumaban, el pobre animal no querría ni asomar el hocico.

Cuando su reinado se dio a conocer, muchos mostraron su disconformidad, en especial los reyes alfas de reinos hermanos. Sin embargo, ellos no podían influir sobre aquella elección. Por lo que prefirieron mantenerse cerrados ante la idea de compartir ciertos elementos con un rey omega. La exportación e importación de bienes se había visto afectada las primeras semanas, debido a esta incomodidad.

Sin embargo, el carácter de Jimin no había permitido que las cosas se quedaran así, por lo que proclamó una reunión entre los poderes de los reinos hermanos, en donde las nuevas relaciones de comercio se marcarían, viendo que todos los reinos se verían enormemente beneficiados.

Por lo que la relación fue mejorando, al punto que el reino de Busan tenía pocos enemigos. Pocos, porque aún existían poderes que pensaban que derrocar a un rey omega sería cosa fácil.

Por lo que su reino siempre había estado preparado, contando con los alfas de mayor rango para proteger tanto al pueblo como a su rey.

Pero esos pequeños deslices podían pasar y él lo sabía, por lo que no tomaría consecuencias sobre los alfas de la tropa, nada más que una llamada de atención sobre mejorar la vigilancia. Pero eso no haría que su búsqueda del culpable se detuviera.

Salió de la ducha con su bata esponjosa de baño, llegando hasta su armario para elegir ropa cómoda, nada demasiado formal.

Se colocó un pantalón de vestir negro y una camisa de botones blanca, dejando su cabello al natural, para que se secara con el viento y quedaran unos ligeros risos naturales. Iba a colocarse zapatos con ligero tacón, pero rodó los ojos y se colocó sus pantuflas rojas, dándole un poco igual el andar con pantuflas por el castillo.

Dejó que su olor natural perfumara su cuerpo, siendo una combinación de frutos rojos el que era su aroma como omega, no siendo excesivo, sabiendo que había alfas por el castillo y no era correcto andar oloroso por el lugar.

Normalmente usaba supresores, para que su olor no fuera detectado, así era más fácil el evitar a posibles alfas en celo u omegas celosos de sus parejas. Pero cuando andaba por su alcoba o el castillo sin mayor interacción con los otros, dejaba que su aroma natural saliera.

Su olor ya no era para llamar a alguien en específico, porque ese alguien ya no estaba más con vida.

Se dejó caer sobre la cama, viendo el techo sin tener mucha idea de qué podía hacer para distraerse hasta que cayera la noche. No le gustaba cargarse de tareas esos días, ya que por tener su mente bastante perdida entre los recuerdos, no lograba realizar sus deberes reales correctamente. Por lo que prefería ahogarse en aburrimiento que en trabajo.

Sin embargo, sus pensamientos fueron detenidos cuando escuchó la puerta de su alcoba ser tocada tres veces, cerrando los ojos con pesar mientras se levantaba lentamente de la cama, como si su cuerpo se manejara solo ante su pereza.

Abrió la puerta ligeramente, viendo que era una de las sirvientas.

―Mi rey, ha llegado esta carta para usted, viene del reino de Gwangju―Jimin frunció el ceño con mucha molestia al escuchar el nombre de ese reino, siendo aquel el causante de una de las mayores desgracias del reino de Busan.

Habían roto lazos con ese reino y el que recibiera una carta de ellos, era sumamente sospechoso y algo que temer.

―Gracias, puedes retirarte.

La beta hizo una reverencia, alejándose después de entregarle la carta al rey.

Cerró la puerta lentamente, apoyando su espalda en la madera de la puerta para poder romper el sobre, en el que la carta estaba guardada.

Notó la letra que solo una persona utilizaba, su estómago se revolvió en molestia y asco, sintiendo que estaba a nada de devolver todo lo que había comido aquel día.

"Mi querido rey Jimin.

No creo necesitar una presentación dentro de esta humilde carta, ya que mi nombre debe ser parte de tus pensamientos durante tus mañanas y noches, por lo que me ahorrare el tiempo de escribirlo.

No recibí una respuesta a mi carta anterior, en donde corroboraba nuestro encuentro para poder conocernos y crear una relación, entre alfa de la realeza, con un hermoso omega. Mantengo mi posición en ofrecerte reinar junto a mí, que unamos nuestros reinos y podamos llevarlos a la cima.

Un omega como tú no podrá mantener un reino tan grande como Busan, tenlo en cuenta y mejor alíate conmigo.

Si no recibo una pronta respuesta, tendré que presentarme personalmente en tu reino, llevando un poco de compañía, para poder protegerme de tu hermosa y malévola mente de omega.

Te espero."

La carta no pudo generarle más que asco y desagrado en todo su esplendor, sonriendo pequeño ante la amenaza que el rey de aquel reino había utilizado para intentar intimidarlo.

Él lo esperaría con todo lo que llevara, pero él debía estar consciente que no permitía que ningún reino le amenazara de ninguna forma. Mucho menos ese reino, el cual le había arruinado la vida.

¡Hola!👀💕

Me alegra mucho que les esté gustando la historia, mantendré las actualizaciones dos veces a la semana❤️

¡Nos leemos prontooooo!✨