6. Wooyoung y Yeosang

ㅡ¡Lo siento señor cebollín por cortarle sus ramitas!, le prometo que le echaré agua todos los días para que vuelva a tener. ㅡUn jovencito de cabellos dorados, llamado Wooyoung, se encontraba cosechando las verduras de su patio y colocándolas en una cesta que reposaba en su brazo.

El contenido se encontraba casi lleno, Wooyoung pensó que si podía vender todo quizás su padre le regalaría un pequeño caballo que estaba en la tienda de juguetes. Sabía que en su estado actual no podían permitirse eso, pero Wooyoung haría todo lo posible para lograrlo.

ㅡDeja de perder el tiempo y ve a la plaza. Si no vienes con dinero te castigaré. ㅡWooyoung al sentir la voz tosca de su padre, se enderezó y asintió apretando sus labios.

Luego de que su madre murió, Wooyoung había estado trabajando con su padre. El último mencionado era carpintero, mientras que Wooyoung cosechaba las verduras del huerto de su madre y las vendía en la calle a su corta edad; esas verduras era lo único que le quedaba de ella.

Wooyoung partió con su cesta en el brazo, con unos pantalones cortos que dejaban mostrar de la rodilla hacia abajo y una camisa blanca de mangas cortas que ya estaba con una tonalidad beige por el uso. Fue caminando hacia la plaza, se sentó en una banca, dejó a un lado la cesta y por último dejó al frente un pequeño cartón con unas palabras que no reconocía porque no sabía leer.

ㅡToma pequeño, por dos ramas de cebollín. ㅡUna señora de sonrisa amigable le tendió unas monedas a Wooyoung. Éste último sacó lo requerido y se puso a contar el pago.

Su padre sólo le había enseñado a contar hasta diez, a diferenciar el color de las monedas y el número que salía en el centro de ellas, es por eso que de dio cuenta que tenía monedas de más por dos ramas.

ㅡDisculpe, sólo necesito estas dos monedas, tome el resto. ㅡWooyoung le tendió las tres monedas de más que se le habían entregado.

ㅡEres un niño inteligente, deberías ir a la escuela. ㅡLa señora no recibió las monedas que se les eran devueltas. ㅡNo es mucho, pero espero que con eso puedas volver a casa pronto. ㅡWooyoung apenado intentó darle algo más de su cesta, ella sólo nego varias veces y se fue.

Ya el sol se había ocultado y todo tenía tonos naranja, se le había hecho más tarde que otros días pero por suerte pudo vender todo lo de su cesta. Guardó el cartón y se bajó de la banca, no pudo evitar ir hacia la juguetería para ver por la vitrina el caballo de juguete que estaba en exhibición, por suerte aún seguía ahí y nadie lo había comprado aún.

Wooyoung colocó ambas manos en el cristal, estaba tan sumido en sus pensamientos que no notó cuando su cesta, que la había dejado en el suelo, fue llevada por un hombre. El pequeño fue alertado por el sonido de las monedas chocando entre sí, corrió detras del adulto pero sus piernas cortas no alcanzaron las zancadas grandes que daba el ladrón, por lo que lo perdió de vista en unos minutos.

La carrera fue tanta que no podía reconocer en donde se habia metido, no conocía el nombre de su calle y tampoco podía leer el cartel que decía en que lugar se encontraba. Estaba desesperado y se había quedado sin el dinero de hoy, no podía pensar en cómo lo regañaria su padre.

Porque después que su madre se fue justo a él nacer, Wooyoung era el que recibía todos los malos tratos de su padre. Parecía que lo odiaba, ya que desde que concebió a Wooyoung, la salud de la mujer había desmejorado de forma considerable. Wooyoung siempre esperaba lo peor al hablar con él, al convivir con él todos los días, su miedo crecía siempre.

Nunca conoció el amor de una familia de verdad.

Pudo llegar a casa cuando ya se había ocultado el sol, pero se consiguió con la sorpresa que sus únicos tres conjuntos de ropa estaban en el suelo y los dos juguetes desgastados que tenía también. No hizo falta explicación alguna, su padre al verlo le dijo que ya se había enterado en la calle y que no volviera más.

Él no tomó nada, de todas formas nada de eso le pertenecía en realidad, así que se fue llorando todo el camino hasta la plaza; donde se desplomó en un banco y ahí fue que empezó a derramar con todo lo que tenía por dentro. No sabe por cuánto tiempo estuvo así, sólo que se despertó y ya era de día, pero el sol lo tapaba la cabeza de alguien que lo miraba desde arriba.

ㅡL-Lo siento mucho, ya me voy a ir, puedes usar el banco. ㅡWooyoung dijo de forma atropellada al ver la cara seria del niño frente a él.

Parecía que tenían edad similar, tenía cabello castaño bien peinado hacia atrás y ropa que lo hacía destacar como un noble. Por la mirada que le estaba dando a Wooyoung, éste último pensó que estaba molesto por acaparar el banco, pero estaba equivocado.

ㅡParece que estás sólo, yo también lo estoy. ㅡEl refinado niño se sentó e invito a su contrario a sentarse de nuevo en la banca con unos golpecitos de una de sus palmas a la madera, esta vez con una pequeña sonrisa. ㅡMi nombre es Yeosang, ¿cuál es el tuyo?

A pesar del contraste entre clases de ellos dos, Yeosang siempre lo veía como un igual. Su padre era uno de los mayores contribuyentes en la iglesia de la ciudad, así que luego que Wooyoung le contó que lo habían echado de su casa, lo llevó a ese lugar y le explicó su caso a los curas. La única condición para dejarlo quedar era sí soñaba con servir a la iglesia cuando sea mayor y, después de un leve pellizco de parte de Yeosang a Wooyoung para que aceptara, lo dejaron quedarse ahí (Ya que el de cabellos dorados no sabía a qué se referían con un señor llamado Dios)

En ese lugar, y con ayuda de Yeosang, Wooyoung aprendió a leer, escribir, sumar y restar. Incluso Yeosang estaba impresionado con lo rápido que era para matemáticas, los cálculos mentales no eran un reto para Wooyoung.

Así la amistad entre ambos fue creciendo hasta hacerse adolescentes, Yeosang adquirió el hábito de enseñarle a Wooyoung lo que aprendía en clases y éste último le contaba sobre su día. Ya que en esta etapa de la vida de Wooyoung, consiguió trabajo para cargar y descargar mercancía de barcos en el muelle, era cierto que no era mucha la paga pero al menos le servía para alquilar una cama del hostal más barato y salir de la iglesia porque vio que esa vida en la iglesia no era para él.

Un día, Yeosang llevó a Wooyoung a su casa para enseñarle sobre lo nuevo que había aprendido: cartografía. Aunque Yeosang iba relajado hablando por todos los pasillos del grande hogar, Wooyoung sentía que las miradas de todos los sirvientes estaban puestas en él; pensó que era por su ropa con leves marcas decoloradas por la sal del oceano y sus botas igual. Es por eso que trato de ir lo más cerca a él que podía, se sentía incómodo, se sentía como una persona chiquita en un lugar tan grande.

ㅡ...De todo esto que te mostré, aquí estamos nosotros. ㅡTerminó de explicar Yeosang y señaló una de las tantas formas irregulares del mapa que estaba extendido en el escritorio de su padre.

ㅡ¡Tenemos que visitar todos las demas lugares! ㅡWooyoung a pesar que estaba perdido por la clase que le daba su amigo, no podía evitar contagiarse de su entusiasmo.

Mientras seguían hablando, el sonido de la puerta abriéndose con fuerza los asustó y dirigieron su mirada a ésta, era el padre de Yeosang viendo al de cabellos dorados con fuego en los ojos. Wooyoung al sentirse intimidado se colocó detrás de Yeosang y jaló levemente su camisa con timidez.

Cuando éste último comenzó a humillar a Wooyoung porque era pobre y que sospechaba que era un ladrón; Yeosang empezó a responder que era du amigo y que no le importaba nada de eso, porque la clase social no demostraba qué tan buenas eran las personas.

Entre medio de la discusión, Wooyoung decidió dar un paso atrás, le pidió a su amigo que no siguiera discutiendo más con su padre por su culpa y se fue del lugar con en corazón apretujado. Yeosang vivía con otro estilo de vida que él, así que trataba de comprender porqué lo habían tachado de ladrón o que quería aprovecharse.

Aún así, eso no disminuyó la amistad entre ambos, más bien se volvió unida y más aún cuando Yeosang le contó a Wooyoung tiempo después que sus padres pensaban enviarlo a estudiar a Inglaterra. Yeosang no quería quedarse complemente solo y no quería irse ya que pensaba que sus padres incluso estaban buscando una mujer para él en ese lugar como ya habían intentado varias veces.

ㅡEn estos días, en el muelle hay muchos barcos buscando marineros... ㅡComentó Wooyoung al aire dándole un brillo en los ojos a su amigo. ㅡDecidas lo que decidas te apoyaré al igual que tú lo has hecho conmigo. De hecho, hay uno que me ofreció hablar con el capitán porque hice un calculo para las raciones rápido... podemos preguntarle

Es así como al día siguiente ambos amigos buscaron al hombre que había mencionado Wooyoung, por suerte seguía buscando marineros. Era una persona alta, de cabello negro y sus labios formaban una sonrisa que trataba de ser alegre, pero lucía incómoda.

Éste último se presentó con el nombre de Seonghwa y ambos lo siguieron hasta llegar a un bergantín anclado a lo lejos del muelle, tenía maderas de distintos colores en su casco y ambos pensaron que era el mar que lo había parcheado.

Al momento de subir a cubierta, Wooyoung y Yeosang parecían intentar combatir contra la brisa y el leve movimiento del barco, sus pies parecían tratar de pegarse al piso; uno de los integrantes de la nave, los vio y negó con la cabeza mientras los veía intentar caminar hacia la habitación que había en ese nivel.

Entraron a lo que parecía ser el camarote del capitán, éste último estaba con una lista en sus manos y de espaldas a ellos, se rascaba la cabeza y parecía que estaba teniendo un momento difícil haciendo inventario. Al escuchar la puerta abrirse volteó y la primera impresión que tuvieron es que parecía un pirata por toda su ropa y aspecto en general, su mirada era curiosa y pasaba del más alto de los tres a los recién llegados al barco.

ㅡMi capitán, ellos quieren ser parte de la tripulación. Él es el muchacho que le comenté que vi haciendo calculos de provisiones. ㅡSeonghwa señaló a Wooyoung y éste se inclinó un poco nervioso al escucharlo. ㅡEl otro viene con él, pero no sé qué habilidades tenga. ㅡComo el capitán dejó la lista en su escritorio y los empezó a analizar con la mirada, ambos jóvenes se colocaron nerviosos porque no decía ni una sola palabra.

ㅡSólo buscábamos a uno, pero... ㅡEmpezó a decir el hombre, sin embargo, Wooyoung no aguantó más los nervios y soltó lo que tenía atrapado en su garganta sin pensarlo dos veces.

ㅡSu nombre es Yeosang, él sabe leer, escribir y habla con buenos modales. ¡También sabe de mapas y puede hacer lo que usted le enseñe! ㅡLa voz de Wooyoung comenzaba a subir con cada palabra atropellada que decía, sus manos sudaban de la idea de que a Yeosang no lo aceptaran por no verse como alguien del mar. ㅡ¡Nunca hemos estado en un barco!, ¡pero le aseguro que trabajaremos duro para hacer lo posible!. Por favor, necesitamos escapar de este lugar que tantos malos recuerdos nos ha traído.

El capitán no parecía convencido al decir que no tenían experiencia como marineros, pero no pudo evitar ayudar a los dos muchachos que lo necesitaban y más aún que a él le daba dolor de cabeza hacer calculos del inventario y de navegación, ninguno de sus bacalaos lo hacía bien y por eso tenía que hacerlos él.

Seonghwa parecía conmovido por las palabras del rubio, porque él tampoco había nacido para estar en una nave y ahí estaba aprendiendo paso a paso.

Es por eso que cuando el capitán se presentó, les dió la bienvenida y prometió que les enseñaría todo lo que era necesario para ser hombres de mar, ambos amigos sonrieron genuinamente y soltaron una gran carga de sus hombros.

Lo que conocieron después de zarpar es que el Illusion no simplemente era un barco mercante, se habían vuelto piratas al mando del capitán Hongjoong.

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