Intermedio
OUDE MAGIE (Magia Ancestral)
Autora: Clumsykitty
Fandom: DC/Marvel AU
Parejas: Stony, Superbat, Cherik, Winterlord, Halbarry, entre otras.
Derechos: pues a escribir sobre cosas que no me pertenecen.
Advertencias: esta historia es extraña como su creadora, angustiosa, cruel y salvajosa. La receta de siempre en un mundo inspirado por The Witcher. Avisados están.
Gracias por leerme.
***INTERMEDIO***
Un Vándalo.
En el principio...
Cuando el mundo fue creado, luego de las flores, los árboles, los ríos, los mares... aparecieron los elfos. Ellos fueron los primeros en nacer y en sus ojos se quedaron las estrellas que les recibieron. Luego de los elfos, siguieron el resto de las criaturas mágicas.
Los últimos seres en aparecer fueron los humanos.
Se dice que por ello fueron débiles, frágiles, con una vida muy corta a diferencia del resto de los seres o los elfos que gozaban de inmortalidad. Todos llamaron a los humanos como "los hermanitos" por ser tan diminutos en poder y vida que debían ser cuidados.
Poco a poco los humanos fueron esparciéndose por todo aquel enorme territorio, un solo continente que apenas iba tomando su forma conforme el resto de las criaturas mágicas lo transformaban, ya fuese el fuego de los dragones, los puños de los trols, los árboles de los elfos... los humanos se agruparon en tribus moviéndose por ese continente.
De una de esas tribus, la Tribu de la Sangre, había un humano que no gustaba mucho de lo que veía, como los trataban. Pero no era muy fuerte ni listo. Solo era un excelente cazador para su tribu que competía con otra, la Tribu del Oso. En una de esas competencias por carne para el invierno, es que aquel humano inconforme fue alcanzado por una enorme explosión que cambiaría al mundo para siempre.
Murió cuando un trozo de cristal verde se clavó en su corazón.
Resucitó cuando al caer por el fuerte terremoto, su cuerpo tocó una piedra negra en lo profundo de una cueva.
Cuando despertó, junto a esa piedra que pareció hablar en su mente. Se dio cuenta que ya no era el mismo, como tampoco el mundo. Había pasado mucho tiempo desde que cayera en ese agujero. Los humanos ya no estaban en tribus, se habían asentado cerca de los bosques donde los elfos cuidaban de ellos como si fuesen mascotas.
Enfurecido, quiso llevarse a sus hermanos quienes no le reconocieron porque eran los hijos de los hijos de aquellos niños que nacieran en su tribu. Al ser tan fuerte ahora, con magia superior a la de los elfos, se convirtió en un peligro para estos. Lo cazaron, lo atraparon. Fue un rey elfo en particular, muy joven casi un niño pero que tenía un enorme poder, de los primeros nacidos entre su pueblo.
Agamemno.
Serviría al pueblo elfo del rey hasta que "purificara" su mente, pero aquel humano no lo hizo. Rencoroso por haber sido hecho esclavo, reservó sus nuevos poderes para mostrárselos a sus pares, aquellos humanos también inconformes con ser solo las frágiles mascotas de los inmortales primeros hijos del mundo. Los reunió a todos, siempre de noche donde los búhos habitaban.
Les enseñó la piedra que le hablaba.
Sobre el poder de la oscuridad.
Pero no pudo concretar sus planes contra el rey Agamemno, pues resultó que otro hombre, de la Tribu del Oso, también había recibido los dones cuando la explosión. Ambos pelearon, uno del lado de la noche y otro del día. Fue una victoria que supo a empate, porque su enemigo terminó muerto, y él también. Solo que sus búhos lo llevaron donde la piedra donde quedó dormido una vez más.
Cuando abrió sus ojos, Agamemno ahora ya era viejo, estaciones habían pasado cientos de veces. Sus búhos se mantuvieron todo ese tiempo reuniéndose, aprendiendo como les enseñó de las debilidades de cada ser que habitaba el mundo, especialmente a esos humanos que los elfos eligieron como aprendices de magos. Le susurraron al oído las cosas que necesitaban para rebelarse contra sus amos.
La sangre del rey elfo ya dominaba el continente, y aquel hombre se juró borrarla para siempre de todo recuerdo y toda historia por haberlo hecho esclavo. Reunió a su Corte de Búhos, los envió con la ponzoña para hacer la guerra mientras él se transformaba en su enemigo, un siervo elfo que entró al palacio de Agamemno para verter en su copa un veneno fatal.
No era para matarlo, eso era demasiada compasión.
Lo volvió loco.
Escucharía de boca del rey lo que la piedra le había susurrado, la existencia del poder mayor a la magia élfica que gobernaba el continente. La fuerza capaz de aniquilarlo a él. Sus búhos le advirtieron de algo más, de los signos que anunciaban el regreso de su némesis, ese humano de la Tribu del Oso cuyos descendientes directos se convirtieron en la Casa de Xavier.
Murió de nuevo, cuando aquel Meta Humano ya consumido por las ponzoñas arrebató la vida a Agamemno. Su cuerpo fue preservado una vez más, dejándolo en la cueva en el sur que el mar luego inundó. La piedra fue llevada al otro continente, alimentada por los pensamientos impuros de los humanos y la ambición de un Meta Humano a quien fue obsequiada. Eso lo hizo despertar más poderoso, y más pronto.
Dos Niños del Cometa.
Las dos partes del espíritu de su mayor rival.
Pero ya tenía a su Niño Profecía.
Él los mataría, y cuando aquel niño extinguiera todo, la oscuridad aparecería para gobernar por siempre. Para que él gobernara por siempre con su Corte de Búhos que había borrado sigilosamente todo rastro en la historia sobre él.
Nadie lo esperaba.
Y la victoria sería suya.
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