Un Día Común - Rusty y Autumn
Aquel Ciervo Anaranjado cerró la puerta detrás de el, se frotó los brazos sintiendo aquel viento que enfriaba su piel y su pelaje. Consecuencia de haber pedido la habitación con balcón y olvidar cerrar las puertas antes de irse a bañar, el Ciervo al cerrar la puerta toca la pantalla inteligente que tenía a un lado de esta, seleccionó el control de las puertas del balcón y ordenó que se cerraran escuchando como las puertas automáticamente se empezaban a cerrar.
Siguió secando su fino pelaje húmedo, olvidó comprar jabón para su baño así que decidió usar el del pasillo en esa ocasión. Agradecía tener una casa que contaba con una cantidad decente de baños, mas específicamente, 49 baños, contando los baños completos con ducha o bañera, y los baños medios con solo el inodoro. Aunque no contaba los de otros lugares como los de aquel salón de fiestas que rara vez usaban.
Su casa era ciertamente extravagante, moderna y con todo lo que pudiera imaginar y querer. Un garaje de cincuenta autos, jardines, casa de huéspedes, canchas, piscinas, bares, una bolera, salón de relajación, e incluso un elevador. Como un resort privado en la cima de una colina y con la seguridad de una fortaleza.
Autumn siempre apreció todo lo que tenía, todos siempre le decían que el lo tenía literalmente "Todo", tenía un poder increíble, una fortuna de números absurdos, una familia que lo amaba y tenía amigos en la escuela.
No podría pedir nada mejor para el... Pero si desearía ser una mejor versión de si mismo, siempre creyó que le hacía falta carácter, era todo lo contrario a su padre, su padre era enorme, podía llegar a ser intimidante y a pesar de que era un hombre amable, también podía ser un hombre muy firme y con carácter, ya sea como padre o como empresario.
Autumn acarició su cabeza, sus astas a penas estaban creciendo, las astas de su padre eran enormes, claro que su padre podía cambiar de forma a voluntad para que no estorbaran, tal vez el podría hacerlo en el futuro pero su padre dijo que antes de poder hacer eso tendría que dejar que sus astas crecieran por si mismas. Un día le preguntó cuanto tardarían en crecer y su padre dijo:
"Eso varía de persona a persona, las mías tardaron un par de años en crecer cuando tenía quince"
Autumn supuso que sería su mismo caso, pero desearía al menos tener Quince y no Diecisiete, terminaría la secundaria y aún no vería sus astas en su máximo esplendor.
Además de sentirse un poco acomplejado con sus astas, también se sentía acomplejado debido a sus poderes. Sentía que simplemente no eran suficientemente buenos como los de sus hermanos o sus padres.
Aún así su padre decía que su poder era mayor que el de muchos, el era una Deidad Elemental al igual que su familia, el simple hecho de controlar algo del planeta ya lo hacía alguien muy poderoso, era Inmortal ante todo, eso era algo que no muchos podían alardear.
Pero no sabía si sus poderes realmente eran la gran cosa, su padre dijo que cuando fuera mayor, podría usar todo el potencial de sus poderes. Su padre decía que cuando el usara sus poderes en Otoño podría hacer que todas las plantas se secaran si quisiera, y si esas plantas de alguna forma se pusieran en contacto con fuego, terminaría por crear un incendio de proporciones gigantescas si el quisiera.
Poder controlar el fuego era algo que su padre dijo que podría hacer con práctica, ya sabía que podía literalmente encenderse en llamas cuando se enfadaba. Sonaba a mucho poder pero sabía que en sus manos seguramente no serían muy efectivos.
Autumn nunca deseó cambiar nada a su alrededor, pero desearía cambiarse a si mismo, simplemente era un chico inseguro, y para una Deidad, la inseguridad era un problema, una persona como el debía estar seguro de lo que iba a hacer, no podía dudar todo el tiempo de que quería el exactamente.
El de pelaje Anaranjado deja esos pensamientos de lado después de secarse y vestirse con su ropa de dormir, era una ropa simple, no era para cubrir totalmente su cuerpo, para eso tenía a sus gruesas mantas que protegerían su cuerpo del frío. Y para el frío había una chimenea pequeña cerca de su cama, no lo suficiente para ser peligrosa debido a que era de gas y no expulsaba chispas ni ninguna partícula inflamable que cayera en alguna parte de la habitación.
La ropa para dormir que se puso era muy simple, shorts negros y una camiseta blanca, prefería dormir sin suéter o pantalones que le dieran calor o que le incomodaran.
Se sentó en aquella cama tan cara, como todas las camas que había en las veintiún habitaciones de su hogar. Era bien conocido que su familia siempre tuvo aquella costumbre de gastar de forma desmedida, sus facturas eran una completa barbaridad en números y esa costumbre dejaría a cualquier millonario en la quiebra.
Pero su familia no estaba conformada por cualquier millonario, su familia estaba formada por Deidades Elementales, seres inmortales y con mucho poder los cuales controlaban los elementos de la tierra, las estaciones del año, el cielo, e incluso los planetas. No solo eran personas con Poder, eran personas con Todo el Poder, y claro que en la época actual no se podría tener poder sin tener Dinero.
Nadie sabía de donde salían tantos dígitos realmente, solo se sabía que aparentemente no tenían fin. Y su familia no temía demostrarlo, aquel hogar estaba plagado de todas las cosas mas caras que se podían encontrar en la enorme ciudad que era Safe Haven, muy pocos eran los objetos que costaran menos de tres dígitos en esa casa. El ahorro de dinero era algo que no existía en su familia, pero a pesar de eso su familia no lo presumía realmente, no temían demostrar su poder ni su dinero, eso era obvio, pero no eran presumidos con aquello y su padre siempre decía:
"No presumas tus pertenencias, cualquiera puede tener cosas caras y las puede mostrar. Pero lo mejor que puedes mostrar son tus cualidades"
Eso siempre le provocó problemas a Autumn, no era alguien de cualidades muy buenas, era inteligente y se portaba bien... Pero solo podía decir eso, no era valiente, no era fuerte, no era atlético, no era muy sociable, y podía continuar un poco mas. Pero todo lo podría resumir simplemente pensando en la frase:
"La persona menos impresionante entre las personas impresionantes"
Una familia grande, tan poderosa e impresionante, el era lo que menos impresionaría si conocieran al resto de su familia... Y todos conocían a su família.
Dejó de mirar al techo pensando en sus inseguridades, siempre se quedaba pensando en esa cosas antes de dormir. Volvió a la realidad y decidió que ya era la hora de descansar, mañana quería hacer algunas cosas...
"Clap Clap"
Ese fue el ruido de aquel par de aplausos fuertes del Ciervo ocasionando que las luces se apagaran, si había algo que le gustaba de su casa es que era muy automática, nada de esas pequeñas molestias como tener que pararse para apagar las luces o para abrir las cortinas, desde su teléfono se podía realizar todo si no podía hacerlo con gestos. Ese aparato de alto coste debido a su marca y modelo, podía controlar su habitación e incluso su casa sin problemas.
Decidió que esta noche quería admirar la hermosa vista que tenía de la ciudad, algo que podía adorar de su casa era la vista única de 360 grados que tenía su hogar, con solo caminar un poco podría tener toda la vista que quisiera, desde Norte al Sur, del Este al Oeste y desde todos los puntos cardinales, podía ver una hermosa vista cuyo mayor parecido se encontraría en un edificio de gran altura, pero incluso esta vista estaría interrumpida por otros edificios que también querían estar igual de bien posicionados para obtener la mejor vista.
Pero incluso eso sería incomparable a su hogar, en su hogar no tenía nada que interrumpiera la vista, los edificios estaba muy lejos y desde el techo, los arboles no eran tan imponentes.
Autumn tomó su teléfono y lo puso frente a su rostro encendiendo la pantalla, la luz incluso si era poca debido al fondo de pantalla de colores mas o menos oscuros, lo cegó un momento y debido a esto su agarre se perdió haciendo que el teléfono se estrellara contra su nariz, no dolió pero se sintió como un tonto al hacer aquello...
Soltó el clásico "Ugh" al recibir aquel pequeño golpe pero decidió dejarlo así para no pelearse consigo mismo por esa pequeña tontería, ingresó su contraseña de números, siempre sintió que era mas segura que las contraseñas de patrón.
Miró sus distintos chats y seleccionó el que tenía con su novio, aquel Golden Retriever un poco mezclado con un Border Collie cuyo nombre era Ruben, aunque se hacía llamar Rusty. Siempre supo que la gente los miraba un poco raro, sabían que se gustaban y eso a veces se volvía obvio, pero siempre fue raro ver a un Ciervo emparejado con un Perro, y aún mas en su familia.
Casi todos en su familia tenían de pareja a otras Deidades, eso le provocaba nervios al principio cuando pensaba que su familia no lo aceptaría, aunque lo aceptaron, claro que fue un poco raro al principio pero luego lo aceptaron aunque la gente todavía los miraba raro de vez en cuando, y claro, los medios hablaron de eso.
Por suerte su padre siempre se encargó de que los medios no acosaran ni a su familia ni tampoco a sus conocidos, después de todo, eran una familia bien conocida y pocos se atreverían a molestarlos y mucho menos a acosarlos conociendo su enorme poder.
Aunque se vio tentado a escribirle a su novio ya que seguramente a pesar de que a esa hora la gente normal dormía y los criminales salían con mas confianza a hacer sus negocios, su novio seguiría despierto seguramente pensando en su mudanza. Justamente por esa razón no le escribiría, pensó que sería mejor dejarlo centrarse en su mudanza y luego mañana le hablaría para ayudarlo un poco.
Autumn después de pensar un poco deja su teléfono y mira al frente viendo las cortinas cubriendo la luz que vendría de afuera solo dejando una tenue línea debajo de ellas. Decidió que quería ver la genial vista de la ciudad esta noche, ya no estaba húmedo así que ya no le daría frío, y le gustaba mucho la relajante vista que tenía.
Con un simple gesto poniendo sus manos frente a el y separandolas fingiendo abrir unas cortinas invisibles, debido a esta acción, las cortinas y las puertas se empezaron a abrir lentamente, las ventajas de una casa inteligente con cámaras y sensores de movimiento es que algunas cosas podían ser activadas por voz o por gestos. Esta vez decidió usar los gestos para probar la cámara de visión nocturna, y vaya que sirvió ya que registró bien sus movimientos.
Las puertas se fueron abriendo, como si fuera por arte de magia, el futuro era ahora y las casas mas modernas ahora podían ahorrar las pequeñas molestias. Autumn sonríe observando aquella hermosa vista de la ciudad, no temía dejar el balcón abierto, la casa estaba bien posicionada, sería muy complicado subir la colina para saltar al balcón.
Además, su padre gastaba fortunas cada año solo en seguridad, aquella casa era una fortaleza que costaba mas de Trescientos Millones, siempre estaba custodiada por enormes guardaespaldas armados. Autumn no tenía nada que temer en su hogar y solo con eso le bastaba...
Era una noche extraordinaria, sería un pecado no mirar un rato el cielo aunque estuviera en horas de dormirse. Su padre era quien traía aquellos cielos a la hermosa ciudad de Safe Haven, cuando el cielo se veía tan hermoso es porque su padre tenía ganas ese día de regalarle a la ciudad una buen espectáculo que mirar durante un rato con las estrellas y las auroras deleitando la vista de todos los que lo vieran.
Se mantuvo admirando aquella vista de los edificios lejanos que dominaban los distritos centrales de la ciudad, aquella vista llena de rascacielos de arquitectura variada, desde clásica, pasando por innovadora y única, hasta moderna y compleja. Era una ciudad con una variedad increíble de habitantes, y una variedad de personas implica una variedad en muchas mas cosas que solo sus habitantes.
Dio un bostezo y sus ojos se empezaron a cerrar mirando una estrella fugaz cruzando por el cielo, tal vez caería en algún lugar, tal vez solo pasaría de largo y seguiría aquel camino infinito por el cosmos hasta que tal vez en algún momento algo suceda y esa estrella finalice su recorrido.
Los ojos de Autumn lentamente se cerraron dejando que su cerebro se desconectara de todo para poder descansar de todas las experiencias que tuvo por el día, su cerebro tal vez crearía un sueño extraño con algún significado profundo, tal vez un sueño carente de significado que no debía de ser tomado en serio, tal vez otro tipo de sueño o incluso podría no soñar haciendo que todo fuera increíblemente mas rápido al simplemente cerrar los ojos por la noche y al abrirlos se daría cuenta de que era de día.
Al Día Siguiente
Rusty se levantó con la alarma de su teléfono, música rock estridente que le asustaba de vez en cuando pero que cumplía bien su función de levantarlo aunque fuera de un salto para poder apagar la alarma.
Esta vez apagó la alarma de su teléfono al instante el cual estaba en aquella mesita de noche emitiendo aquel ruido, por suerte su madre ya se había levantado o si no le hubiera gritado desde la otra habitación que cambiara el tono de su alarma o ella le quitaría su teléfono.
Algo le decía que ese día sería tranquilo pero no por eso dejaría de ser interesante, sobre todo porque ese era el día, el día de dejar aquel lugar donde pasó su infancia y donde tuvo tantos recuerdos tanto buenos como malos, era hora de abandonar aquel cuarto cuyo papel tapiz viejo y descolorido le traía recuerdos de muchas veces donde se la pasó dentro de su habitación. Ya era hora de dejarlo, pasar a una nueva etapa.
Suspiró y miró a su alrededor, un rayo de luz iluminaba su cuarto casi como una linterna en la oscuridad, con varias partículas de polvo y un poco de pelaje siendo iluminado por aquel rayo de luz después de que Ruben se quitara de encima la manta y terminara por alborotar todas esas partículas que iban viajando por toda la habitación, algunas de forma irregular de un lado a otro, algunas de forma ordenada viajando hacia abajo lentamente.
Su madre quería abandonar ese lugar donde aunque formó buenos recuerdos, no la pasó muy bien y preferiría ir a un lugar donde podría empezar de nuevo. Y Ruben lo entendía, aunque le gustaba su casa, le gustó el lugar a donde se mudarían, no era tan lejos de hecho, solo era mas al Norte, iría a la misma escuela y estaría mas cerca de sus amigos, sería divertido o al menos eso decía su madre.
Fue a bañarse primero solo para darse un último baño en aquella casa ya que de hecho se había bañado ayer por la noche limpiándose totalmente después de todo lo que hizo aquel día, el camión llegaría pronto así que le daba tiempo de comer, bañarse y juntar todas sus cosas, a no ser que el se atrasara o que el camión se atrasara por algúna atasco en la carretera o algo así.
No tardó mucho en el baño, cuando el agua fresca de la ducha detuvo su flujo constante y fue reemplazada por un goteo, Ruben se sacude con fuerza para quitar un poco la humedad de su pelaje debido a que esta misma lo hacía sentir pesado. Luego tomó la toalla con su mano y empezó a secarse lo mas rápido que podía aunque sabía que quedaría húmedo durante un rato mas.
Luego de eso su pelaje se esponjó quedando suave, Ruben gruñe un poco al verse en el espejo pareciendo una esponja amarilla así que empezó a usar sus manos para volver a hacer que su pelaje volviera a su forma natural, tardando un par de minutos pero lográndolo después de un rato.
Era hora de vestirse y por vestirse solo se refería a ponerse aquella vieja y confiable chaqueta de color blanco con rojo que usaba todo el tiempo, la tenía desde que era pequeño y siempre la usó incluso cuando le quedaba muy grande. Luego de cubrir sus brazos y parte de su torso con ella, el da una sonrisa pequeña sintiéndose cómodo con aquella chaqueta.
Empezó a bajar todas y cada una de las cajas que tenía en su habitación, su madre estaba afuera metiendo las cajas de objetos mas personales dentro del auto. Ruben bajó las cajas con sus cosas, pero la última fue la de objetos mas personales por lo que la llevó afuera con su madre, una mujer de apariencia cansada y con un mal humor casi permanente, muy parecido a su hijo debido a que el padre del chico aunque si tenía un mal humor de vez en cuando, generalmente era un poco mas animado.
No hubo un saludo ni un buenos días, no es que se odiaran ni nada, pero estaban un poco apurados y de todas formas siempre se responderían lo mismo como siempre lo hacen. Simplemente salió de la casa sintiendo como el sol estaba dando un ambiente un poco caluroso pero que probablemente sería reemplazado por uno mas fresco juzgando por las nubes blancas que se veían a lo lejos en el cielo cubriéndolo totalmente, algunas de esas nubes eran grises por lo que tal vez podrían llegar a causar una pequeña llovizna.
— Oye mamá, aquí están mis cosas, dejalas en el auto — Ruben dejó al lado de la mujer aquella caja grande la cual no tardó en ser tomada por ella y ser puesta en los asientos traseros de aquel Honda Accord del 2020, su madre antes tenía un convertible pero lo vendió para comprar un auto nuevo y mas moderno —
— Esta bien... ¿Enserio te pondrás eso hoy? ¿No quieres usar ropa nueva para estrenar la nueva casa? — Ante esa pregunta de parte de su madre, el can niega con la cabeza mientras mira a su madre —
— Mamá, esta es para ocasiones especiales, y quiero mi chaqueta favorita y especial para la nueva casa — La madre del chico se ríe un poco y luego toma otra caja poniéndola sobre la otra en el asiento trasero del auto de forma casi automática —
— Entonces todos los días deben de ser muy especiales para ti porque si no, no la llevarías puesta todo el día — Ruben alza una ceja pensando que su madre lo estaba molestando pero decide seguirle el juego —
— Bueno, desde que estoy con Autumn debo decir que todos los días son muy especiales — Cuando la mujer escucha eso ella sonríe por lo tierna que fue esa frase —
— Aww, que tierno... Aunque creo que a tu novio le molestaría que lo uses para tus excusas, así que ve y al menos ponte una camiseta — Después de escuchar eso Ruben suspira y se voltea para subir las escaleras, esa pequeña molestia de ponerse una camiseta era algo que odiaba, el odiaba todas las pequeñas molestias que siempre —
— Y ya que vas ¿Podrías traerme la caja de mi habitación?, es la única que queda — El Can solo le respondió con un par de ruidos ahogados con su boca cerrada solo para afirmar que haría lo que le ordenaba su madre —
Otra vez repitió su camino por las escaleras pero esta vez para subir ahogar con un toque de amargura y molestia, Ruben nunca fue alguien al que le agradara ser mandado pero tenía que hacerlo después de todo, así era la vida por menos que le gustara y siempre habría una persona mandandolo, ya sea su madre o un jefe al que tal vez le caía mal o incluso su novio, no es que Autumn fuera alguien como su madre pero cuando el Ciervo se ponía firme y ordenaba algo no había forma de que alguien no cumpliera la orden, aunque sabía que su novio casi nunca hacía esas cosas.
Lo primero que hizo fue ir a su habitación y tomar de una caja una camiseta blanca con un estampado de su equipo favorito de futbol americano. Luego de ponerse la camiseta se puso encima de aquella chaqueta que le hacía sentir cómodo, era su favorita y se la regalaron sus padres para cuando fuera mayor y le quedara bien, aunque la usaba incluso cuando le quedaba grande.
Al salir de la habitación con pasos lentos y casi torpes, llegó a la habitación de su madre procediendo a entrar por la puerta que había sido abierta anteriormente y que nunca cerraron. Adentro solo quedaba una caja mas pequeña que las demás. La tomó con cuidado sintiendo que no era muy pesada por lo que su contenido no le resultaba interesante, o al menos así fue hasta que cuando quería revisar su teléfono para ver la hora, la caja casi se resbala del brazo que usaba para sostenerla causando que algo de su interior cayera.
Fue ahí cuando vio aquel pequeño cuaderno, lo levantó mirándolo sin mucho interés hasta abrir la primera página solo para ver si había algo de su interés entre todo lo que podría tener. Vio la primera página y alzó una ceja leyendo el título de la primera página.
"Diario de Ruben James Robert"
Era el diario de su padre, se preguntaba que habría en el y desde cuando lo empezó. En un inicio sintió que era malo andar husmeando entre las cosas de un muerto pero luego vino a su mente el pensamiento de que tal vez su padre lo perdonaría por eso, después de todo, era su hijo y su padre siempre le tuvo confianza, a veces le contó algunos secretos.
Metió el cuaderno en la caja, luego lo tomaría. Bajó y al regresar con su madre la cual estaba hablando por teléfono, el se encargó de dejar la caja en un lugar donde la alcanzaría luego y donde no se perdería de su vista. Al terminar fue a la cocina, iba a calentar su comida en aquel microondas que le ayudaba cada vez que necesitaba una comida rápida o comer una buena comida caliente hecha anteriormente.
Al meter la comida en el interior del electrodoméstico e insertar el tiempo, vio como el sándwich en el plato giraba a una velocidad moderada mientras el solo podía observar fijamente esperando el ansioso pitido que anunciaba el fin de la espera por recibir el alimento que tanto quería. No pudo evitar preguntarse que estaría haciendo Autumn, seguramente alguna cosa extravagante o lujosa, generalmente hacía esas cosas durante el día.
Mientras Tanto
El Rolls Royce Phantom estacionado en la entrada relucía como un diamante a pesar de su color oscuro, nadie podía negar que tenía mucha presencia por si mismo pero el brillo fuerte del sol contra su superficie le daba aún mas presencia. Todo el que pasaba cerca de lo miraba incluso si le dolían un poco los ojos debido a lo resplandeciente que era, valía la pena observar un auto así, aunque solo fuera para contarle a alguien que vieron un auto así de caro en una oficina del gobierno.
Dentro de aquel auto, Autumn estaba descansando cómodamente en aquel auto, su padre adoraba esos autos y especialmente sus techos estrellados. Su padre había ordenado que lo modificaran y que lo ajustaran a su gusto. Aquel auto era tan silencioso que podía dormir en el si cerraba los ojos mucho tiempo y tenía una comodidad inigualable, con lujos en cualquier lugar donde lo mirara, y con una atención al detalle que incluso llegaba a ser obsesiva.
Aunque Autumn estaba acostumbrado, desde muy pequeño lo estuvo. Su familia siempre fue adicta al lujo y a mostrar su poder, eran de las pocas familias que podían hacer lo que quisieran cuando quisieran. Hacían cosas que incluso un multimillonario soñaría con hacer, a veces se levantaban un día y compraban un complejo de apartamentos abandonado para convertirlo en uno de lujo.
Y ni hablar de los días especiales como las bodas o los cumpleaños, mas de una vez los miembros de su familia habían gastado incluso Veinticinco Millones de Dólares solo en un cumpleaños, las bodas eran de las cosas en las que más gastaban, recordaba cuando supo la cantidad abismal de dinero que gastaron sus padres en su boda.
"Creo que estos números son falsos"
Eso fue lo primero que dijo al ver aquellas facturas viejas, pero entonces ahí fue cuando sus padres pusieron los videos de la boda. Mas de Setenta Millones en la boda de sus padres, aunque no podía decirles que no era ocasión que lo ameritara, era un día especial para todos puesto que era el día en el que la Tierra y el Cielo se unirían en sagrado matrimonio, si iba a haber una boda que superaría todos los cuentos de hadas debía de ser esa.
A veces cuando pensaba en el y Ruben, veía muchas diferencias sociales y eso lo hacía pensar en que pensaría el resto de su familia si vinieran y se enteraran de su pareja, sus padres y sus familiares mas cercanos lo aceptaron. Pero no sabía que pensaría el resto de su familia, ellos además de no estar acostumbrados a una pareja de dos hombres, también sabía que verían extraña la diferencia de la clase social.
Autumn era de una familia millonaria que fue reconocida mil y un veces en toda la ciudad, su familia como parte de los fundadores de la ciudad, se criaron entre el lujo y la excentricidades desde que la ciudad empezó a existir.
Ruben era un chico cuya familia se mantenía difícilmente en la clase media sin caer en la media-baja, su novio no era rico ni tampoco tenía una familia reconocida, se crió sabiendo como ahorrar dinero y no gastar de mas para mantener un buen estilo de vida moderado.
Pero lo mas importante ni siquiera era eso, de hecho eso era lo de menos, el problema era su especie. Autumn era una Deidad, prácticamente un Dios y los de su tipo solo se casaban con otros de su tipo, era raro ver a una Deidad interesada en alguien que no fuera una Deidad o alguien de mucho poder. Nadie dijo que estaba prohibido o mal visto, solo no era lo normal e incluso Autumn llegaba a pensar que no era lo correcto aunque no sabría decir el porqué.
Autumn salió de sus pensamientos abriendo los ojos para evitar dormirse entre la comodidad y silencio perpetuo del auto, vio una gran sombra vestida de traje y de pelaje azul oscuro la cual estaba paseándose por el lado derecho del auto, aunque algunos sintieran un aura hostil o extraña en esa sombra, el joven Ciervo sabía quien era y sabía que no habría nada que temer para el.
Un gran Ciervo, cuyo pelaje era de un bello color azul marino el cual estaba adornado de diminutas manchas blancas y de otros tonos mucho más claros de azul que estaban ahí para simular las estrellas en un cielo nocturno, sobre su cabeza unas astas enormes que cambiaron de forma a unas muy pequeñas para caber en el auto sin destrozar el techo o el cuello del hombre sobresalían del cabello bien arreglado de aquel hombre.
El padre de Autumn, conocido en toda la ciudad por ser literalmente el Cielo. Como cualquier Deidad, era un trillonario (A falta de mejores términos) poderoso y extravagante, pero también un hombre de negocios y un padre de familia, era un contador, doctor, profesor, enfermero, abogado y de hecho cualquier carrera que se pudiera cursar en una universidad. Era un ser que existía desde la creación del universo y tenía mucho tiempo libre cuando no trabajaba así que tenía una enorme cantidad de títulos universitarios, junto a sus postgrados, doctorados, maestrías y otras cosas de las que ni siquiera sabía su nombre.
El hombre le dio una sonrisa a su hijo viendo como este casi se quedaba dormido sentado en aquel asiento de cuero mas cómodo que muchas camas, el mayor encendió el auto y empezó a avanzar por la carretera manteniendo cierta precaución como cualquier conductor de dicho vehículo, su pintura era especial por lo que un solo rayón en su inmaculada pintura significaría no solo un gran gasto sino también un tiempo de espera que el Ciervo no tenía ganas de tomar.
— Si quieres dormir puedes hacerlo, no tienes porque quedarte despierto — La Deidad observó a su hijo por el retrovisor unos momentos luego centrando su vista en el camino aunque no le hiciera falta, como el cielo, podía ver todo en el exterior al mismo tiempo así que ni siquiera le hacía falta posar sus pupilas sobre el camino para saber por donde ir y cuando avanzar, como un piloto automático —
— No quiero dormir, luego me dormiría mas tarde de lo normal y mi horario de sueño se trastornaría por esta semana — Comenta el Ciervo haciendo a su padre reír un poco, luego de aquel comentario el hombre vuelve a mirar el camino conduciendo a una velocidad que iba aumentando poco a poco —
Autumn solamente observa por la ventana, el sol lo deslumbraba un poco y por suerte aquel auto al igual que otros autos de super lujo, tenía una medida para evitar que sus adinerados pasajeros fueran molestados por aquella estrella gigante que les otorgaba el calor necesario para vivir.
Con su dedo el Ciervo presionó un botón y la parte trasera del auto se oscureció lentamente cuando unas cortinas negras como el carbón cubrían las ventanas creando una barrera contra el sol y cualquier mirada discreta o indiscreta de cualquier transeúnte, cámara o conductor interesado en ver quien era el millonario que era conducido en aquel auto.
Conectando su teléfono de forma inalámbrica a la pantalla, el Ciervo se preparaba para distraerse un poco de todo abriendo Webflix en la pantalla para ver una de sus series favoritas, a el le gustaban los romances y los dramas aunque a Ruben le encantaba el terror y la acción, como dos polos opuestos pero que a pesar de eso, ambos se atraían. En ese momento el Ciervo logró distraer su atención acariciando los audífonos inalámbricos en sus manos y pensando en Ruben, se preguntaba como le estaría yendo en su mudanza, lo llamaría mas tarde ya que lo que menos quería era molestarlo o interrumpirlo en algo importante durante su mudanza.
Mientras Tanto
Un jadeo muy pesado y cansado se escapó por la boca del Can, el mismo lo dejó salir desde lo mas profundo de su garganta para dejar en claro a la realidad misma de que se había cansado de cargar las cajas, no había nadie para escucharlo pero sintió la necesidad de dejar salir aquel jadeo.
La región dorsal de su mano frotó contra el pelaje de su frente el cual tenía una muy leve pero presente humedad sudorosa debido al esfuerzo. Respiró profundamente el aire de su nuevo hogar y su nueva habitación vagando lentamente con su mirada aquella habitación del ático, era un lugar espacioso o al menos mas de lo que fue su anterior habitación.
Se estiró escuchando sus propios huesos crujiendo y luego dio un suspiro volviendo a bajar las escaleras con un toque rápido pero seguro para no caerse por la escalera como sucedió ya un par de veces. Salió sintiendo aquel calor que lo envolvió a penas salió al sol, mal momento para no tener el aire acondicionado encendido en la casa.
Vio como su madre hablaba por teléfono aunque a el no le podía importar menos con quien estuviera hablando, pero eso le dio la idea de llamar a su pareja para ver que estaría haciendo en esos momentos, podría ser cualquier cosa e incluso en su mente intentaba adivinar que podría estar haciendo. Por su parte le mas joven respiró el aire fresco de su nuevo vecindario y observó la calle observando lo bien que se veía aquel vecindario.
Cuando estaba por tomar su teléfono que descansaba de forma segura dentro de su chaqueta, sin embargo la mano de Rusty se detuvo justamente cuando estaba por tomar aquel rectángulo rojo que era su teléfono cuando su mirada captó a su nuevo vecino, lo conocía bien porque estudiaban juntos en la academia y por su extraño nombre.
Vio a aquel Zorro saludarlo desde la distancia, aprovechando que la calle de aquel vecindario solía estar despejada para caminar por en medio de la calle, de hecho Ruben disfrutaba de hacer aquello a veces. El caminar por la carretera vacía le hacía sentir libre y tenía una sensación de que solo estaba el, supuso que así debía de sentirse aquel chico llamado Spam cuando hacía eso.
— ¡Hola Rusty! ¡Que bien que seas mi nuevo vecino! — Rusty se acercó al otro ya que no tenía ningún sentido correr hasta su hogar porque el otro encontraría una forma de hablarle —
— Hola... ¿No deberías estar con tu novia en vez de estar perdiendo tu tiempo conmigo? — Al escuchar aquello Spam sonríe y mira al otro con una mirada inocente —
— Vanexa vendrá mas tarde... Y no considero que sea una perdida de tiempo estar con mi nuevo vecino, vamos abrazo de vecinos — Cuando Spam intentó abrazar al mayor este respondió apartandolo al detectar que se intentó acercar demasiado, se abstuvo de golpearlo solamente porque no quería malas relaciones con sus vecinos así que solamente lo apartó con su mano derecha y la izquierda apretándose en un puño —
— No hagas eso, no quiero que nadie me toque... — Dijo el mayor cruzándose de brazos para luego ponerse firme, mientras el Zorro comentaba algo que Rusty no se molestó en escuchar debido que su vista solo pudo centrarse en lo que en un principio pensó que era una simple hoja de un árbol hasta que distinguió su silueta rectangular —
Spam podía ser distraído pero notó claramente que el otro estaba viendo algo con mucho interés y al observar arriba vio como un billete cuyo denominación no era visible debido a su distancia revoloteaba en el aire cual mariposa, el Zorro alzó su mano intentando tomarlo junto a Rusty el cual casi empujaba al otro para poder tomarlo hasta que el billete debido al patrón irregular del viento.
Continuaron persiguiendo el billete con la esperanza de lograr alcanzarlo mientras la madre de Ruben estaba bastante distraída e ignorando todo a su alrededor mirando al jardín trasero de su nuevo hogar mientras hablaba por teléfono, ajena a cualquier asunto exterior. Al igual que ambos jóvenes los cuales eran ajenos a cualquier cosa que no fuera alcanzar el billete, incluso cuando el billete empezó a volar hacia la carretera. Ambos solo reaccionaron cuando el claxon semi-agudo de una enorme camioneta Escalade se escuchó estremeciendo a los dos al tomarlos por sorpresa.
Las pupilas del Zorro se dilataron del miedo al mirar a su lado sin ser consciente de que sus pies pasaron de la acera de concreto al cálido asfalto negro, sus orejas bajaron como si intentaran esconderse o suprimir cualquier sonido y su expresión cambió de feliz a una expresión de profunda angustia, aquella enorme bestia de 2.7 toneladas se acercaba con velocidad pero inexplicablemente todo era lento en ese momento, todo a su alrededor perdía cada vez mas color y se iba opacando al mismo tiempo, cualquier ruido que hubiera habido en ese momento ya no existía, en ese momento solo existían Spam y aquella camioneta lujosa que iba a acabar con su vida en ese instante, ni siquiera logró suspirar o respirar, solamente su cuerpo se detuvo por completo y se atrevería a decir que su corazón se detuvo del miedo helando su sangre como si fuera reemplazada con solamente un agua helada que se extendió rápidamente desde su pecho hasta el resto de su cuerpo.
Cuando solo era visible la enorme parrilla frontal de la camioneta que lo embestiría como un camión a un animal en la carretera, sintió una mano sosteniéndolo con fuerza casi lastimandolo cuando lo tomaron del hombro y lo jalaron con violencia hacia atrás. Sintió que el jalón le hizo levantarse del suelo un segundo casi como si una segunda camioneta lo hubiera atropellado o mejor dicho jalado hacia un lugar mas seguro.
Lentamente todo iba retomando su color, el ruido volvía a sus oídos, su cuerpo volvía a funcionar con normalidad y la velocidad de todo retornó. Spam no pudo evitar jadear y respirar con una fatiga inexistente cuando cayó al césped. El susto aún le dejó temblando y con la sangre helada, cerró los ojos y por menos que quisiera unas lágrimas se escaparon de sus ojos, incluso sollozó debido la bomba de estrés que se había detonado en su cuerpo por aquella experiencia cercana a la muerte.
A Rusty ni siquiera le importó que el conductor de aquella Escalade no se hubiera detenido para ver que sucedió y solo doblara la esquina como si no hubiera estado apunto de terminar con la vida de un joven, solo miró al menor con una expresión de pánico muy parecida a la que Spam había mostrado cuando estuvo a punto de ser atropellado.
— Calma, no llores fue solo un susto — Aunque Rusty fuera un abusivo, y probablemente se hubiera reído de cualquier desgracia la verdad es que no era un psicópata, o si lo era no era tan malvado como para reírse en la cara de alguien que estaba llorando después de que casi lo atropellaran —
— Vamos levántate — El Can Rubio le ofreció su mano al de pelaje anaranjado el cual hizo un esfuerzo para no llorar, intentar mover su brazo derecho no sirvió de nada ya que su hombro estaba adolorido y para avisarlo dio un gemido de dolor —
— Perdón por eso, creo que hice mucha fuerza — Spam usó su mano derecha para ser ayudado por el otro mostrando una leve sonrisa por lo que dijo el otro, le pareció lindo que se disculpara —
— Es mejor que ser atropellado... Gracias... Ten, te lo quería alcanzar — Spam mostró en su mano derecha aquel billete que empezó con todo eso, un billete de 100 dólares, por mas que el Canino quisiera aceptarlo había algo que no le dejaba tomarlo y ya como si no fuera lo justo, como si el no lo mereciera —
— ...Quedatelo... Casi te mueres por el, creo que lo justo es que tu te lo quedes — La mano del chico sostuvo la del mas pequeño y antes de que se la diera como si lo evitara toda costa. Spam mostró una expresión de sorpresa al mismo tiempo que una sonrisa sintiendo un poco de ternura por aquel gesto —
— Esta bien... Es cierto lo que dicen, Autumn te cambió para bien — Spam se asomó por el hombro del otro y observó como una camioneta Toyota negra se estacionaba lentamente en su hogar, era la camioneta de su madre —
Spam se despidió del mas grande procediendo a correr en cuatro patas como sus antepasados menos evolucionados, con una velocidad bastante sorprendente cruzando la calle en un instante aunque deteniéndose un segundo para mirar que no viniera nadie antes de cruzar para darle un abrazo a su madre, Rusty observó aquello casi sonriendo por aquel gesto de amor entre madre e hijo que mostró Spam, pero su mente estaba pensando en lo que le dijeron.
"Autumn te cambió para bien"
Aunque no lo quisiera admitir, era cierto, había cambiado un poco desde que Autumn le enseñó algunas cosas como si fuera su madre. Claro que no fue un cambio completo y eso estaba claro pero mejoró en algunas cosas y eso lo tenía que admitir aunque se aun poco... Ahora que lo recordaba podría llamar al Ciervo para saber que estaba haciendo y aclarar cualquier duda realmente inexistente en su mente.
Varias Horas Después
El de pelaje Anaranjado respiró profundamente disfrutando del olor a jabón y desinfectante que se colaba por sus fosas nasales como el humo por una chimenea. Incluso si podía ocasionarle un estornudo no podía negarse el gusto de oler el pasillo de productos de limpieza, no era una persona que limpiara mucho pero eso no le impedía disfrutar del olor.
Frotó sus hombros sintiendo su piel fría debajo de su suave y bien cuidado pelaje, producto de las corrientes de aire constantes que provenían de los conductos del ventilación aferrados al techo que refrescaban o resfriaban a quienes entraban. Suspiró con un toque de gusto por aquella actividad tan cotidiana y metió en el carrito de compras la bolsa grande de jabón en polvo sacándole un gruñido de esfuerzo al sentir todo ese peso el cual fue dejado sin mucho cuidado sobre aquel carrito de compras el cual soportó el peso sin siquiera hacer rechinar sus ruedas.
A veces observaba alrededor, viendo la silueta de alguna que otra persona distante y alejada casi como un faro a la distancia, que se mantenía en sus propios asuntos como si el no existiera pero Autumn podía darse cuenta de que ellos si existían, ninguno de ellos le devolvió la mirada si es que la sintieron debido a su lejanía.
Era un poco tarde para estar de compras, la mayoría de la gente estaba en casa descansando o preparándose para un nuevo día, mientras tanto el y su familia hacían las compras de la semana en aquel supermercado que entre toda la masa gigante de tierra y agua que era Safe Haven, era reconocido como el que tenía los productos mas lujosos.
"Solo lo mejor para lo mejor"
Eso era un eslogan interesante, expresaba claramente la intención de la tienda, aunque también un eslogan alterno bastante honesto sería:
"Solo lo mas caro para los mas ricos"
Si eso sonaba mucho mejor, aunque la calidad de los productos era la mas alta de todas, también sus precios eran los mas altos, aunque no representaba nada para el pero si sabía que representaba un gran gasto para muchas familias de clase alta...
Sus ojos vagaron perdidos entre la gran variedad de productos hasta encontrar aquel detergente que le gustaba a su madre, claro que era caro pero de los mejores. Aunque para Autumn solo representaba un producto mas para el carrito de compras que ya estaba repleto de productos.
Se agachó y aunque parecía que era para atarse los cordones de sus zapatos, realmente era para alcanzar los jabones que le gustaban a el y sus hermanos. Los mejores que había y casi siempre se acababan pero siempre quedaban algunos en la parte baja del estante, ya lo sabía, tenía experiencia en encontrar los productos que quería, había entrado muchas veces a aquel enorme lugar cuyos pasillos ya conocía de memoria.
Detrás del pasillo sus hermanos menores tenían una conversación a la que el era indiferente, a veces daba rápidas miradas de reojo a los lados del pasillo hasta que en pocos segundos su ruta continuó, alejándose de aquel pasillo de olor agradable.
Una silueta azul de altura baja lo siguió dando enérgicos pasos en el suelo apresurándose para llegar al pasillo que tanto adoraba.
— Winter no corras, el piso esta recién pulido, te puedes resbalar — De la boca del Cérvido salieron aquellas palabras en un tonto divertido pero con una sincera preocupación por el menor, como una madre hablándole a su hijo —
— No correría si no fueras tan lento — Replicó Winter entrando al pasillo acompañado de su hermano mayor procediendo a viajar pausadamente por aquel pasillo de frituras y productos en bolsas, el pasillo favorito de Winter junto a los congeladores, de ahí salían sus bocadillos —
Fue añadiendo al carrito los productos que siempre solían llevar, tomaba las bolsas mas grandes y siempre llevaba dos de cada uno de los productos que se llevaban. Siempre se comían la bolsa entera cuando la abrían así que al menos llevaría más de una para no tener que volver para comprarla en otro momento.
Fue añadiendo producto tras producto de forma casi automática, el carrito estaba lleno con tantas bolsas, cajas y recipientes. Era normal en su familia llenar al menos tres carritos de compra, alimentar una familia de Seis personas por un par de semanas requería muchos productos.
Mientras Winter metía galletas de chocolate en el carrito poniéndolas sobre una caja de cereales, Autumn distinguió una figura conocida fuera del pasillo así que dejó a Winter elegir lo que se llevarían del pasillo, pero enfatizando que no se llevarían todo en el pasillo. Al dejarlo solo aunque mirando de reojo cada cierto tiempo para verificar que su hermano menor no hacía nada, el Ciervo salió con sus pasos silenciosos fuera del pasillo como si fuera un animal asomándose para ver que había fuera y no fue hasta que sus ojos solamente se fijaron en una figura conocida, se acercó a ella con calma y con una sonrisa muy leve por encontrar a un conocido, algunos forzarían esa sonrisa pero el tenía una sonrisa genuina al encontrar a alguien a quien conoce.
— ¡Kayla!, nunca te había visto por aquí ¿Cómo estás? ¿Qué te trae aquí? — Exclamó Autumn de mientras una sonrisa se mostraba en su rostro, acercándose con una mano arriba en forma de saludo aunque al no moverla parecía que estaba jurando, como un testigo que jura decir la verdad y solo la verdad —
— ¡Oh!, hola Autumn que sorpresa encontrarte justamente aquí a esta hora... Estoy bien, estaba pasando cerca con mis padres y quisimos ver que había a la venta aquí, nunca entré pero debo decir que esta lugar tiene de todo — La Canguro le mostró una sonrisa al herbívoro frente a ella mientras le saludaba de vuelta con la mano agitandola en el aire y acercándose con ambos conversando frente a los congeladores de pescado, los ojos azules de Kayla no evitaron fijarse en el exhorbitante precio del pescado —
— Siempre ha habido cosas interesantes que comprar en este lugar, tienen desde comida hasta electrodomésticos de lujo... Interesante, hay descuentos en el pescado — Autumn observó el cartel vistoso anunciando a todos un Veinte por cierto de descuento en los productos marinos asegurándose de ser visto por cualquiera que pasara cerca. Porque incluso los ricos apreciaban y consideraban comprar los artículos en venta si había descuentos —
— Vaya, Ochocientos dólares por un salmón con descuento... Solo espero que sea el mejor de todos los salmones — Autumn suelta una risa momentánea tan rápida como el ruido de un auto cruzando una esquina, observó el salmón que había a la venta y comentó —
— Supongo que es lo mas cercano que hay — Ante el comentario Kayla se ríe un poco y luego de observar el pescado decide preguntar algo que le confundió, su rostro mostró una ceja alzada en confusión al analizar mejor las palabras del mayor —
— Pensé que eras vegetariano — Autumn al escuchar eso no tardó en resolver la duda, ya sabía que al escuchar eso sabiendo que era vegetariano ella haría la pregunta —
— Y lo soy, solo lo probé unas pocas veces porque todos los demás lo hacían... No negaré que sabía bien, pero no me siento bien comiendo un animal que estuvo vivo antes. Pero respeto a quienes lo hacen — Kayla al escuchar eso decidió guardar su comentario de pena al escuchar que el otro hizo algo que no quería solo porque los demás lo hacían en esa ocasión, para evitar cualquier insinuación decidió cambiar de tema —
— Es lindo que respetes lo que otros hacen aunque no te guste, todos deberíamos de hacerlo... Dejando eso de lado. Debe ser genial ser tan rico como para comprar todo esto sin que le duela a tu cuenta de banco — Ante lo que dijo la otra Autumn mostró una pequeña sonrisa, ya conocía esa frase en específico, todos lo decían eventualmente. Y si, aunque intentara ser mas humilde que otras deidades, no negaba que adoraba poder comprar todo lo que quisiera cuando quisiera —
— Si, se siente bien. Pero creo que mi familia me hace sentir mas feliz que mis cosas — Kayla le mostró una sonrisa grande al Ciervo, la familia de Kayla era moderadamente rica, y estuvo en contacto con varios ricos en eventos a los que asistió, muchos de ellos solo adoraban sus objetos pero apreciaba a la gente que prefería a su familia —
— Oh, que tierno... Oye, creo que tu hermano requiere de asistencia — Kayla se asomó sobre el hombro del chico con sus ojos bien abiertos para notando como aquel chico de cabello azul tenía problemas para alcanzar los tubos de papas fritas que había sobre el estante —
Antes de que Autumn abriera su boca para ofrecer ayuda a su pequeño hermano que batallaba para llegar a la cima del estante vio como este fue sostenido por una figura alta, imponente y de ojos brillantes. Era su padre el cual apareció literalmente de la nada para ayudar a su hijo menor a tomar el sabor de papas fritas que quería.
Tanto a la Canguro como el Ciervo sonrieron al ver como el padre del chico lo ayudaba, aunque por fuera pareciera un dios multimillonario y extravagante, también tenía aquel lado humano como para ayudar a su hijo a alcanzar algo que estaba muy alto para el.
Ambos voltearon al escuchar una voz femenina la cual llamaba a Kayla por su nombre con un leve toque de preocupación, una Canguro grande salió de uno de los pasillos con sus manos empujando un carrito de compras con pocas cosas en el.
— ¡Kayla!, no te había logrado encontrar y me preocupé... Oh hola jovencito, tú debes ser el hijo del gobernador — La Canguro mas grande saludó a ambos mientras sonreía, Kayla saludó a su madre suspirando levemente por lo que dijo su madre, mientras que Autumn por su parte simplemente asentía con una sonrisa sin necesidad su orgullo de ser el hijo de aquella deidad —
—Mamá, él tiene nombre — La madre de Kayla suelta una risa un poco avergonzada mientras se rascaba la nuca indicando un poco de vergüenza por no recordar el nombre del menor y tener que recibir un murmullo de su hija para recordar que su comentario no fue educado, aunque para Autumn era normal que muchos no supieran su nombre real, siempre fue simplemente mencionado como "El hijo del Gobernador" o "El hijo del Señor Sky" —
— Esta bien, la gente siempre me recuerda por ser el hijo del gobernador — Antes de que pudieran decir alguna cosa mas, una voz maternal y suave viajó hacia ellos siendo reconocida al instante por el Cérvido —
— ¡Autumn! ¡Ya podemos irnos! — Después de que su madre dijera eso de una forma involuntariamente distante cuando su voz salió de un pasillo sin que su madre se asomara, Autumn decidió despedirse para poder volver a su hogar y también porque tenía un poco de hambre y su estómago ya se sentía vacío —
— Lo siento, tengo que volver a casa para cenar — Autumn se despidió antes de caminar apresuradamente hacia a la caja para poder pagar, Kayla y su madre se despidieron con la mano observando como dos Ciervos de traje elegante seguían al Ciervo claramente siendo sus guardaespaldas, ambos miraron a ambas de reojo pero no hicieron nada mas —
— ...Vaya, Ochocientos por un pescado que tiene descuento, solo espero que sea el mejor del mundo — Kayla escuchó a su madre hablando sobre el precio del pescado por lo que ambas volvieron a considerar si querían comprarlo, incluso para los moderadamente ricos, aquella compra les podía doler en la billetera —
Frente a las cajas registradoras, los cuatro carritos llenos de los víveres que requerirían por un par de semanas se dividieron usando cuatro de las ocho cajas disponibles para acelerar el proceso, por suerte no había demasiada gente por lo que nadie se quejó de aquello o siquiera les miró mal por ocupar cuatro cajas.
Aquellos productos fueron rápidamente empacados en bolsas por otros empleados para asegurarse de no tardar mas de lo requerido, cada producto que era sostenido bajo la luz del roja del escáner era transportado inmediatamente después del pitido que indicaba el registro del producto, fueron separados ordenadamente, las botellas en una bolsa, las latas y frascos en otra, y así seguían para mantener todo ordenado sin meter todo en una sola bolsa, asegurándose de que sus clientes no tuvieran problemas al mezclar todo en las bolsas.
El proceso fue rápido y luego de escanear las tarjetas individuales para cada miembro de la familia, pudieron caminar en grupo conversando de distintos temas dirigiéndose hacia el estacionamiento, por suerte sus lugares de estacionar estaban muy cerca por lo que no tardaron demasiado en concluir su camino transportando las bolsas desde los carritos de compra a las SUV que usaban.
La primera era una gran camioneta Lincoln Navigator de último modelo, una camioneta perfecta para su padre, grande, lujosa, moderna, espaciosa, con dos de sus seis asientos removidos para mayor capacidad de carga. Eran una familia de cinco personas que requería mucha comida por lo que casi siempre usaban dos camionetas separadas para dividir las compras y no llenar una camioneta entera con ellas, por eso siempre usaban camionetas, necesitaban comodidad, espacio para los ocupantes y un maletero espacioso.
La segunda camioneta era una Range Rover SV Carmel, solo existían Diez en Safe Haven, su color bronce satinado hecho a medida le daba un perfil bajo sin dejar de lado el lujo, era tan característico de aquella camioneta como sus asientos de cuero en dos tonos, su mesa plegable automática, entre otras de sus características le darían un viaje cómodo a todos los que estuvieran en su interior... Lo menos que se podía esperar de una versión limitada de 346 Mil Dólares.
Era muy usada por su madre, con suficiente espacio para las compras, en sus cuatro cómodos asientos podían sentarse ella y sus hijos, para disfrutar de un buen viaje de vuelta a casa con todo lo que les hiciera falta.
Summer y Winter devolvieron los carritos a aquellas dos largas hileras que siempre estaban en cualquier supermercado sin importar que tan caro o barato era, siempre habría al menos una hilera de carritos de compra que esperarían sin prisa a cualquier comprador que los necesitara para cargar sus compras.
Autumn y Spring, los hermanos mayores, subieron con calma a la camioneta más grande mientras que Winter y Summer, los menores, entraron a la más pequeña con su madre.
Ambas camionetas salieron del estacionamiento captando alguna que otra mirada curiosa ya sea por quienes reconocían los vehículos o a quienes les llamaba la atención como par de camionetas Chevrolet Suburban seguían a aquellos vehículos de lujo, encendiendo sus luces azules y rojas como si se tratara de una ambulancia o patrulla de la policía, una de ellas se adelantó al convoy para ir despejando el camino y vigilando desde enfrente mientras la otra camioneta se mantenía detrás de aquellos vehículos cuidándoles la espalda.
Quince Minutos Después
Autumn bebía su Frappuccino de Calabaza y Especias, un café caro que pasó a comprar en el PawBucks, era su favorito y su azucar hacía que tuviera energías después de un largo día. El vaso aún cálido fue depositado en el portavasos mientras la camioneta avanzaba por la autopista, la mirada de Autumn no pudo evitar observar hacia arriba a través del enorme techo panorámico que le dejaba ver el cielo en todo el esplendor que podría mostrar aquel cristal semi opaco.
Al sentir una vibración en su muslo la cual le tomó por sorpresa alzó una ceja y tomó su teléfono, era un mensaje de su novio, observó la pantalla la cual le mostró un claro mensaje en letras blancas gracias al modo oscuro de su teléfono que le ahorraba a sus ojos el dolor de tener una luz brillante deslumbrándolos sin piedad.
"Perdón estuvo ocupado todo el día y salvé una vida en el proceso ¿Tu que hiciste hoy?"
Una ceja se elevó en el rostro de Autumn al mismo tiempo que una sonrisa ladeada aparecía en su rostro al escuchar aquello, esperaba escuchar toda la historia, que el supiera su pareja solo se mudaría a un nuevo hogar. Puede que Ruben intentara ver su día de mudanza como Un Día Común pero incluso si lo era para ambos, todavía habían cosas interesantes que les sucedían en Un Día Común, una conversación o una simple experiencia eran suficientes para que su día fuera algo mas único de lo que parecía, agradecían no vivir en una rutina y esperaban que siguiera así por mucho mas tiempo...
Quince Minutos Después
Autumn decidió tomar un buen descanso en su enorme sofá dejándose caer en su suavidad, miró la televisión que tenía frente a el por un momento observando como aquellos pixeles bailaban con la mejor calidad y resolución que el dinero podría comprar, ni un solo pixel de estática o mala señal estaba presente, sin embargo decidió no mirar la televisión, en vez de eso tomó su teléfono desbloqueandolo y revisando su aplicación de chats.
A su lado, descansando suavemente sobre un muy elegante y opulento asiento de cuero blanco y negro, su hermanito Winter veía algunos videos en su teléfono con el volumen de sus discretos audífonos inalámbricos lo suficientemente alto como para escuchar aquel ruido leve que lo llegaría a desconcentrar de no ser por el volumen mas audible de la televisión que ahogaba bastante bien los otros ruidos.
Autumn decidió navegar por su teléfono vagando por las aplicaciones, a veces viendo redes sociales para ver que publicaban sus amigos y compañeros de la escuela. Sus aplicaciones y cualquier contenido que requiriera internet abría al instante con menos de un segundo de retraso, producto de la tecnología 6G que habían contratado, en una ciudad con avances tecnológicos tan importantes no podía faltar la internet mas rápida posible.
Aunque el 5G fuera lo que usaba la mayoría de la población de aquella ciudad, solamente los distritos y personas mas adineradas podían costearse la mensualidad de un internet de poco mas de 800 Gigabytes por segundo casi rosando el hipotético límite de 1 Terabyte por segundo. Les permitía descargar y ver cualquier contenido con simplemente un segundo de espera.
Entró a su aplicación de chats observando sus conversaciones ya iniciadas con sus amigos, sobre el chat con su prima Camilla, el chat mas activo y que reinaba posicionándose sobre los demás era el chat que tenía con su novio Ruben. Siempre se mandaban algún mensaje y casi siempre ese chat era el primero en su lista, seguido de algún chat con sus padres u otro miembro de su familia.
Escribió rápidamente con dedos expertos dando toques leves pero rápidos en la pantalla táctil y presionó el botón de enviar viendo como el mensaje se enviaba en menos de un parpadeo, jamás vio en su pantalla aquel logo del reloj que solía aparecer cuando el mensaje no se había enviado todavía. Su plan de datos era la mitad de rápido que el internet de su casa pero era suficientemente útil.
Para ese punto no hacía falta decir que como Deidades, su familia no podía tener nada que no fuera lo mejor y mas caro, se aplicaba para todo, así era la vida de su familia y su especie. Rodeado de los mayores lujos que el dinero y el poder podían darle, con todo a simplemente un pago de distancia, podía obtener lo que quisiera cuando quisiera. ¿Autos? ¿Casas? ¿Aviones? ¿Yates?, todo lo podía tener, la pregunta sin respuesta sería ¿Que no podía tener?, esa pregunta a veces dejaba a Autumn pensando sobre que no podía tener.
Y la pregunta siempre viajaba por su mente sin lograr abandonarla, simplemente podía pensar en que cosas no podría tener. Y podía pensar en algunas cosas, pero una de ellas era en que no podría tener un mejor novio. En serio, puede que muchos dijeran que en realidad podría conseguir un muy buen novio con buscarlo pero el no quería a cualquier persona, el quería mucho a Ruben, puede que muchos los vieran juntos y pensaran.
"No coinciden en nada"
"Difieren demasiado en todo"
"¿Por qué una deidad se fijaría en un simple perro?"
"¿Acaso lo ama realmente o solo ama su dinero?"
Esos comentarios aunque eran a puertas cerradas y a sus espaldas, la gente no podía callar a veces y el se enteraba de esas cosas, si, tenían razón en algunas cosas como en que no se veían como una pareja normal, que eran muy diferentes, si todo era solo por materialismo, y la lista seguía. Pero el quería mucho a Ruben, enserio, y aunque sabía que había buenos chicos allá afuera... El jamás abandonaría a su novio por ninguno de ellos.
Mientras Tanto
Rusty cerró el flujo de agua tibia de la ducha con su pelaje bajo por el peso del agua como un trapo que era sacado del agua y goteaba sin parar, algunos mechones de su pelaje le cubrían los ojos impidiéndole ver que sucedía frente a el. Antes de hacer cualquier cosa lo primero que hizo tras forzarse a si mismo a detener el agua tibia antes de terminar durando una hora en el baño fue sacudirse lo mas fuerte y rápido que pudo cubriendo de gotas de agua todo lo que estaba alrededor aunque no hacía falta decir que ya todo estaba mojado en mayor o menor medida.
Al deshacerse del peso del agua en su pelaje, su pelaje se esponjó en un instante haciéndolo parecer una verdadera bola de pelos amarilla, se apresuró a apartar los suaves mechones de pelaje de sus ojos para poder distinguir que había frente a el. Deslizó la puerta corrediza y tomó del tuvo de acero inoxidable su toalla para secarse y aplacar un poco su pelaje con un éxito muy sustancial.
Se puso la toalla en la cintura y procedió a salir del baño con cuidado para no resbalarse, aunque era mas espacioso que su anterior baño y como en vez de una bañera había una ducha un resbalón no significaba un cuello roto, solo un buen golpe contra el grueso plástico de las puertas deslizantes de la ducha.
Salió del baño sintiendo el aire frío que se colaba por la ventana abierta del pasillo, al sentir el aire chocar contra su aún húmedo pelaje causándole un escalofrío que hubiera erizado su pelaje de no ser porque ya estaba esponjado. Se acercó la ventana que le daba una buena vista de la casa del vecino y cerró la ventana aliviado cuando la corriente de aire se quedó afuera.
Subió las escaleras al ático, prefirió toda esa zona para el solo antes que solo un cuarto, era mas espacioso y tenía ventana que le gustaba mucho, estaba justo sobre su cama y le gustaba bastante la iluminación que le daba, ahora que su casa tenía una habitación libre debido a que el usaba el ático la usaba solo para jugar con su computadora y tal vez la decoraría en otro momento cuando terminara con su propia habitación.
Subió las escaleras dejando salir un jadeo por el esfuerzo de subir las escaleras, sus manos sostuvieron con fuerza aquel peldaño de la escalera que usó para subirlas y al terminar lo soltó. Cuando terminó con aquello se quitó la toalla de la cintura aprovechando que ya tenía privacidad como para desnudarse sin temer que alguien entrara.
Tiró la toalla a una tabla de madera para que colgara y se secara en algún momento, no tardó en apagar la luz de las únicas dos bombillas que iluminaban el lugar. Luego se tiró a la cama y escuchó como crujía cuando su cuerpo impactó con ella dando un rebote que le hizo recordar a cuando saltaba en la cama cuando era niño. Se arrastró perezosamente haciendo su camino a través de la cama hasta llegar a la almohada y voltear para mirar a la pared, cuando su cuerpo hizo contacto con la cama fue como si toda energía sobrante de su cuerpo se fuera solo para que quisiera dormir.
Era como si la cama le tomara de rehén hasta que su fuerza de voluntad rompiera contra la comodidad de la cama y se dignara a levantarse... Y esta vez ella ganaría, ni siquiera tenía ganas de voltearse para revisar la notificación que llegó a su teléfono el cual reposaba sobre la mesita de noche a un lado de la cama, su pantalla se encendió para anunciar a todos que había una nueva notificación pero al Can le importaba muy poco, solo quería dormir y luego contestaría en la mañana, no permitiría que nadie interrumpiera su hora de dormir.
No tardó mucho en perder la consciencia lentamente, ni siquiera se cubrió con la manta a pesar de tener la ventana semiabierta con una muy leve corriente de aire que por ahora de hecho se sentía como una pequeña brisa que de hecho le gustaba, le gustó lo suficiente como para no querer cerrar la ventana...
...
Una luz bañaba el rostro de Rusty con un toque gentil que no le impidió sentirse molesto por el brillo que impactaba contra sus parpados los cuales abrió al sentir aquella luz, ya sabía porque su madre le dijo que no era lo mejor dormir sobre la ventana, la luz de la madrugada con un toque azulado que le recordaba a varios días de su infancia donde se despertaba temprano o de hecho alguna tarde con un tono azulado.
Su mano se acercó muy perezosamente a la ventana, lo primero que hizo fue empezar a apretar y soltar un objeto imaginario en su mano para que dejara de estar entumecida después de dormirse sobre ella para luego cerrar la ventana para evitarse algún resfriado. Dio un quejido que no se molestó en reprimir cuando volteó boca arriba sintiendo la luz en su rostro, ya entendió que era lo malo de dormir debajo de una ventana.
Se sentó con suma molestia en la cama y tomó la almohada arrojándola al lado contrario de la ventana intentando alejarse de la luz que le robaba el sueño. Al estar sentado en su cama aprovechó para tomar su teléfono siendo cegado al olvidar cambiar el brillo antes de dormir, sus ojos fueron asaltados por la luz causando un punzante dolor en ellos, los cerró con fuerza para mitigarlo y con sus ojos entrecerrados cambió el brillo de la pantalla antes de que se quedara ciego.
Vio entre sus distintas notificaciones de juegos de celular y redes sociales a las que les olvidó quitar el permiso de las notificaciones para evitar tener el teléfono lleno de notificaciones que no le podían importar menos. Pero debajo de todas ellas había una notificación que si le importaba, una de su novio, se sintió mal por no contestarle a penas le escribió pero decidió al menos responder ahora aunque fuera una hora extraña. Abrió el chat y leyó atentamente el mensaje.
"Perdona por no estar contigo hoy, mi padre me llevó a hacer unas cosas... Pero te lo compensaré"
Al leer aquello Rusty sonríe, sabía que el mayor seguramente tuvo mejores cosas que hacer ese día y seguramente eran mas entretenidas que ayudarlo con su mudanza, pero no podía evitar pensar que le hubiera gustado tenerlo ahí incluso si el Ciervo no podía cargar la mayoría de las cajas su compañía era lo que mas apreciaba de el.
"Esta bien, no hace falta compensarlo... Creo que si hubieras venido yo te hubiera tenido que compensar a ti todo el aburrimiento de una mudanza"
Envió el mensaje y suspiró, de hecho ya no tenía sueño. A veces al despertar espantaba todo el sueño y simplemente ya no tenía ganas de dormir como si el poder de la cama ya no hiciera efecto en el, su estomago se sintió apretado al mismo tiempo que vacío y rugió por comida, también era normal que al despertar a esas horas tuviera bastante hambre.
Se levantó de la cama y bajó las escaleras del ático bajando cuidadosamente, su vista acostumbrada a la oscuridad asaltada por la luz que se filtraba por las ventanas le ayudó a no chocar contra nada, su camino continuó hasta la cocina donde se encontró frente a frente contra la nevera. La abrió y su rostro solo pudo arrugarse en disgusto por no encontrar nada, ni el ni su madre compraron nada por estar ocupados moviendo cajas, habían cenado comida que ordenaron y se la comieron toda.
— Carajo... — Su mirada se desvió del interior iluminado por la pequeña bombilla de la nevera y se fijó en la ventana observando afuera, una muy pequeña llovizna mojaba suavemente todo lo que estuviera fuera incluyendo su propia ventana en la cual las gotas se estrellaban y lentamente bajaban con un rastro húmedo —
Suspiró y subió para ponerse su ropa abrigada, tendría que salir a comprarse algo o mejor dicho a explorar para encontrar una tienda, ni siquiera conocía el vecindario no que cosas había cerca excepto el autobús. Esperaba tener suerte y encontrar alguna tienda cerca, de hecho en su antiguo hogar había que camina algunas calles para encontrar alguna tienda y esperaba que esto no fuera igual. Aunque alguno no quisieran salir en una llovizna a buscar comida, la verdad es que Rusty ya estaba acostumbrado a hacer eso de vez en cuando, para el eso sería parte de Un Día Común...
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