El Negocio - Castello

El ruido de las conversaciones y las masas de gente separadas en filas que salían o entraban de los trenes invadían tanto los oídos como la vista del Serpio que descansaba su espalda contra la fría pared blanca de aquella moderna estación de trenes bala, su cabeza se mantenía en alto con miradas discretas y rápidas a sus alrededores, a veces su mirada se fijaba en sus propios pies sin una razón específica.

A menos de un minuto de entrar se había acostumbrado a los distintos olores del lugar mayormente contaminados por el olor al detergente fuerte que usaban para mantener pulcro el suelo. Aun así admiraba todo el trabajo que conllevaba mantener limpia una gran estación de tren, pulir el piso, limpiarlo, mojarlo y lavarlo constantemente para que las personas disfrutaran el ambiente era algo difícil, especialmente cuando la gente iba de allá para acá todo el tiempo.

Su boca se movía levemente por la leve ansiedad que tenía, no tenía que ver con que haría negocios en ese lugar, tampoco tenía que ver con el hambre que tenía al no comer, el frío constante causado por los aires acondicionados que invadían el lugar o su aburrimiento por la espera. No había fumado en todo el día al levantarse apurado, su boca se sentía rara sin el cigarrillo en la boca y la falta de nicotina, usaría algún chicle con nicotina pero no había comprado ninguno y para evitar que la estación fueron contaminada por chicles, no estaba permitido venderlos y masticarlos dentro de la estación.

Al lado de aquel hombre alto estaba su hijastra conocida como Salem, aquella Gata de semblante serio y con su ojo derecho dañado desde su nacimiento, a todos les parecía raro como su ojo derecho marcado por tres cicatrices en forma de media luna de color amarillo era el único funcional, especialmente cuando eran confundidas con marcas de garras.

Aun así le daba igual lo que pensaran, ella prefería no responder a esas cosas. Ella respiró profundamente su propio aroma a cerezas producto de haber estado usando un vaper antes de entrar al lugar, siempre le gustaron y aunque Castello le decía que no los usara ni fumara ella no lo escuchaba, especialmente porque Castello se fumaba un cigarrillo cada tres horas.

Aunque Castello le decía que desperdició su dinero al comprar un vaper de Diez Mil dólares, extravagante y caro, pero ella tenía mas dinero del que podía gastar así que no le molestó comprar aquel aparato para poder relajar su estrés. Mientras estaban apoyando su espalda en la pared como si se acostaran contra ella. Veían a la gente ir y venir rápidamente, todos tenían cosas que hacer y muchos de ellos iban vestidos de traje generalmente sosteniendo maletines o sus teléfonos en sus manos.

Salem tenía un gran maletín plateado a su lado el cual vigilaba atentamente, su mirada asesina se clavaba en todo el que siquiera caminara cerca del maletín, al sentir su estómago rugiendo y rogando por comida ella soltó un suspiro.


— Al diablo, tengo hambre. Espera aquí y no pierdas el maletín — Soltó ella mientras caminaba hacia un puesto de comida cercano a pesar de que su padrastro protestara —

— ¡Oye!, tenemos que estar presentes los dos, luego puedes comer — Mientras la Gata tomaba cuidadosamente de un bolsillo de su fino chaleco un teléfono táctil plegable, luego siguió avanzando hacia el puesto ignorando las palabras del mayor —

— Son las Siete de la mañana, me despertaste para acompañarte, creo que nadie ah comido a esta hora — Salem se acercó al puesto ordenando comida japonesa, le gustaba y era comida para comer en el tren así que no hacía falta calentarla por lo que la comería mientras hacían negocios —


El hombre dio un suspiro dejando que su "Hija" fuera a comer algo. Lo despertaron muy temprano, así era ese negocio, no había horarios ni nada parecido. Cuando el trabajo llamaba tenía que ir, lo habían interrumpido muchas veces, mientras se duchaba, mientras comía, en la cama, con sus padres o sus amigos, y la lista seguía, y seguía.

El tren bala había arribado a la estación hacía menos de un minuto y esperaban a un lado de las puertas de una de aquellas "Estaciones de Trabajo", lugares para usar unos cuantos minutos u horas para poder trabajar, era curioso como esos pequeños lugares estaban tan bien insonorizados que podía olvidarse que estaba en una muy concurrida estación de trenes bala.

Entre las apuradas personas que corrían o caminaban apresuradamente un par de Avianos Cisnes portando trajes elegantes propios de su especie caminaban coordinadamente con sus manos enguantadas sosteniendo firmemente sus maletines negros que contrastaban con quienes los portaban.

Estos se acercaron con pasos monótonos pero rápidos acercándose a Castello con calma, uno de ellos da una sonrisa leve saludando al mayor.


— Hola Castello, perdón por la hora, nosotros tampoco queríamos hacerlo tan temprano — Castello estrechó la mano del Aviano y luego de la de su gemelo, al escuchar aquello da un suspiro pesado y cansado presionando sus dedos suavemente contra sus parpados cerrados —

— ¿Entonces porque carajos se supone que nos citaron a esta hora en la estación de trenes a mas de dos horas de mi casa? — Usó sus fuerzas para no gruñir y sonar como un animal molesto, apenas había dormido más de tres horas. Estaba cansado, hambriento y con frío, era normal que se enfadara —

— Porque nuestra jefa nos dijo que habría mas cosas que hacer hoy, se supone que este sería el único trabajo de hoy pero ella nos llamó diciendo que habría otro trabajo mas... Incluso nosotros tenemos que responderle a otras personas ¿Entiendes? — Otro suspiro monótono sale de la boca de Castello el cual asintió, no podía hacer nada mas en ese momento, tampoco era la culpa de los gemelos. Su hijastra por su parte regresó lentamente —

— Como sea, vamos... ¿Por qué dos paquetes? — Preguntó Castello observando la bolsa con dos paquetes de comida depositados en el interior de aquella bolsa de plástico de buena calidad —

— Tienes que comer, deja de hacerte el duro, no eres una Deidad para no comer ni dormir... ¿Ustedes van a comprar?, apuesto a que no han comido nada — Respondió la Gata tuerta mirando con su único ojo a los gemelos los cuales vieron los paquetes de comida borrosos a través de aquella bolsa —

— ¿Tienen sushi?, me encantaría comer sushi ahora mismo — Salem tomó de la bolsa uno de los paquetes revisando que contenía aquel paquete de comida y asintió dejando a los otros ver que contenía —

— Esta bien, ustedes entren y nosotros compraremos algo para desayunar — Castello asintió y tomó una tarjeta del banco que estaba dentro de su billetera, entró a aquel lugar de trabajo donde habían varios cubículos grandes, el fue hacia el fondo acercándose al panel y colocando el tiempo en 35 minutos de uso, luego pasó su tarjeta dejando que cobraran el tiempo de uso antes de que entrara —

— Genial hay máquina de café — La Felina detrás del otro se acercó portando en una mano la bolsa y en la otra el maletín plateado, dejó el maletín sobre la mesa al igual que la bolsa sacando los paquetes —

— Sabes que no soy fan de la comida japonesa, tengo que usar esos benditos palillos — Castello se sentó disfrutando de lo cálido y silencioso que era ese lugar a diferencia de la concurrida estación donde estaba situado, era como cruzar un portal que lo transportaba a un lugar totalmente diferente, presionó algunos botones en la máquina para que hiciera un poco de café —

— Puedes usar un tenedor y ya — Ante lo que dijo su hijastra Castello suelta una risa fingida y sosa antes de responder —

— No voy a humillarme tanto Salem... ¿Y ese teléfono plegable?, tu tienes otro teléfono — Salem alzó una ceja un momento sentándose al lado de su padrastro el cual dejó salir la pregunta cuando veía a su hijastra revisando sus mensajes en aquel aparato de gran calidad —

— Es el de Sam, me lo prestó, ayer se me cayó el mío y se rompió el protector de pantalla. Lo dejé con el técnico, lo iré a recoger después de esto — Castello hizo un pequeño ruido ahogado con su garganta para indicar que entendió lo que dijo su hija —

— Al menos será un desayuno de negocios, a veces hay almuerzos de negocios y a veces hay desayunos de negocios — Dice la Gata de forma divertida dando un ambiente mas cálido en el sentido figurado, le mostró una sonrisa leve a su padrastro el cual se la devolvió para satisfacción de la menor —



Treinta y Cinco Minutos Después



— Sé como suena... Pero aún tengo hambre ¿Compramos una pizza o una hamburguesa? — Dijo aquella voz joven mientras caminaba saliendo de la estación caminando hacia los autos estacionados fuera del lugar cruzando la calle —

— Compra algo para ti, yo iré a visitar a mi madre y haré unos negocios — Dice este mientras camina con sus manos escondidas en los bolsillos de su traje, hacía un poco de frío ese día y prefería abrigar sus manos —

— Y por cierto. Comete otra cosa, panqueques, pastel, o algo así. No puedes comer solo eso cuando estás en la calle, también venden otras cosas — Castello llegó a su auto cruzando entre este mismo y el auto de su hijastra mientras entraban a la acera para no correr el riesgo de que algún auto dañara la puerta cuando la abriera —

— Anotado, compraré unos panqueques en Macey's... ¿Y que tal un hotdog? — El Serpio dio una expresión de asco girando su cabeza para mirar a su "Hija" la cual dio una risa leve sabiendo que al otro le molestaría que dijera eso —

— Que asco, no te comas eso... Y no te quiero ver con Arackniss, te meterá en problemas — Al abrir la puerta el de cabello azabache con amarillo puso un semblante serio hablando con mas seriedad —

— Como sea, no iré con el papá... — Salem abrió la puerta de su vehículo el cual captaba las miradas de todos alrededor, después de todo era un Ferrari, nadie podía evitar que su mirada se fijara en un auto tan particular. Salem dio una mirada rápida alrededor haciendo que todos giraran o se fueran para evitar problemas por ser considerados unos mirones —


El Ferrari SF90 Stradale fue el primero en irse con su motor haciendo ruido y captando alguna mirada mientras aceleraba para alejarse. Por su parte Castello entró a aquel Volvo S90, un auto de lujo común en la ciudad y fácilmente podía esconderse entre los autos lujosos de gran tamaño que dominaban el Distrito Capital. No era de último modelo, era el modelo de hace un par de años pero era casi lo mismo que el actual, generalmente usaba camionetas pero ese día quería usar un auto.

Entró a aquel auto lujoso acariciando el volante y luego apretando suavemente el acelerador para ir a la carretera a hacer algunos negocios, pero antes, iba a hacer una visita rápida a su madre y también recogería a su hermano menor. Mientras cruzaba la calle para entrar a la autopista elevada decidió hablarle al sistema del auto, era el futuro y ya no hacía falta mirar su teléfono mientras conducía, con solo usar su voz ya podía llamar a su madre desde el auto.


— Oye Sarah, llama a mamá — La pantalla del sistema de información y entretenimiento del auto dejó ver como la pantalla llamaba a su madre, un par de tonos después su madre había contestado —

— Hola hijo, ¿Sucedió algo? — Ante la pregunta Castello mantuvo su vista en el camino mientras avanzaba a alta velocidad por la autopista adelantando a los autos lentos y a veces bloqueándoles el paso solo por diversión —

— No pasó nada mamá, solo quería saber cómo estabas y si necesitas algo, estoy yendo a verte y a reunirme con Ribbon Su madre tardó un poco en responder, sus conversaciones a veces eran pausadas debido a que la madre del Serpio era una mujer ocupada que solía estar haciendo cosas de negocios incluso cuando ella trabajaba desde casa —

— Bien, al menos te preocupas por mí a diferencia de tu padre... Necesito las compras de la semana, te mandaré la lista. Iría yo misma pero tu hermano estacionó esa enorme camioneta frente al garaje y no puedo salir... Tampoco quiero salir a hacer las compras de la semana — Castello soltó una risa, su hermano nunca fue caracterizado por ser el mejor estacionando, mas de una vez bloqueaba la salida del garaje y tenían que forzarlo a salir para que quitara sus distintos vehículos del camino —

— Típico de Ribbon, bien, te traeré tus compras. Estoy cerca del Excellence, te compraré lo mas caro para que veas cuanto te amo — La madre del mafioso soltó una risa bastante fuerte haciendo al otro alzar una ceja mientras doblaba para salir de la autopista y llegar a aquel supermercado tan caro —

— Eso es exactamente lo que hacía tu padre querido Castello también soltó una risa leve, su madre y el también tenían problemas con su padre y en secreto bromeaban sobre el —

— Y funcionó, por algo tienes hijos — Ambos se rieron mientras Castello entraba al estacionamiento el cual estaba poblado por varios autos lujosos, generalmente camionetas o sedanes lujosos —

— Bien, mamá. Tengo que irme, compraré tus cosas y luego hablamos — Su madre se despidió y en el teléfono del hombre llegó un mensaje con la lista de compras, este respondió con un pulgar arriba antes de salir del vehículo —


Era un día un poco nublado por lo que no le importó apagar el aire acondicionado y salir, encontró un buen lugar frente a la entrada por lo que entró con su teléfono en la mano dejando su sombrero dentro del auto ya que no estaban permitidos dentro del supermercado.



Una Hora Después



Castello salió del hogar de su madre después de tomar un poco de café y esperar un rato la hora de irse, los guardias de la puerta lo vieron irse e informaron a los demás usando sus radios. Su madre podía estar divorciada de su padre pero ella sabe muchas cosas del negocio así que su padre la mantenía bien protegida, después de todo es la madre de sus hijos así que no es que pudiera o quisiera deshacerse de ella.

El Serpio se acercó a la camioneta Ford y abrió la puerta del asiento del conductor donde estaba Ribbon esperándolo, y al instante Ribbon comprendió porque su hermano acababa de abrir la puerta para subir al asiento que él ocupaba en ese momento.


— ¡No! ¡Está es mi camioneta! ¡Yo conduciré! — Castello se tomó eso como un reto, como cuando eran niños —


Castello hizo crujir sus nudillos y procedió a forzar a su hermano a moverse del asiento, tuvo que pellizcar, golpear y empujar pero su hermano menor desistió y se trasladó adolorido hacia el asiento del acompañante.


— ¿Y eso porque fue? ¿Que hice? — Pregunta Ribbon mientras se sienta y mira a su hermano, si hubiera sido cualquier otra persona Ribbon ya hubiera enviado al infierno a quien me intento mover de su asiento pero su hermano era mas peligroso y claro que no se iban a matar el uno al otro —

— No tienes 16 años, no puedes estacionar frente al garaje de mamá y pensar que ella te pedirá que te muevas... Imbécil — Ribbon suspira, pensó que si su madre no le dijo nada era porque no le molestaba y no necesitaba salir en ese momento, aunque su madre siempre fue una mujer que ni siquiera dice que la molesta y espera que los demás entiendan porque se molestó —


Castello conectó su teléfono al sistema del auto y seleccionó una canción de rock, le gustaba a el y su hermano por lo que a pesar de la pelea, ambos sonríen y mueven su cabeza al ritmo de la música, Ribbon movía sus piernas al ritmo de la música mientras ambos cantaban la canción en voz baja.

Castello conducía hacia el Norte mientras su hermano encendía un par de cigarrillos para ambos, abrieron las ventanas y ambos dejaron salir uno de sus brazos por la ventana disfrutando de la música.


— So gotta let me know... Should I stay or should I go — Finalizaron ambos al mismo tiempo mientras entraban a la autopista que los llevaba a la frontera entre el Distrito Residencial y el Distrito Militarizado

— Me encantaría saber que se supone que intentaban decir en esa parte donde cantan "¿Me enfrió o lo soplo?"... ¿Que significa eso?, No tiene nada que ver con lo que cantaban en inglés estoy seguro de que intentaron usar una expresión pero ni siquiera la conocían o pensaron que como rimaba tendría sentido — Ante el comentario de su hermano Castello se ríe mientras expulsa el humo de su boca y nariz riéndose de eso —

— La verdad me pregunto porque dijeron eso... Aún así es una buena canción — Ribbon asiente mientras otra canción invade el vehículo y ambos repiten la misma acción que hicieron con la canción anterior —



Una Hora Después



Castello palpa las zonas donde el solía poner sus armas en caso de requerirlas sin sentir ninguna de ella, soltó un gruñido y murmuró.


— Mierda, no traje mi arma, estaba en la estación de trenes bala y dejé el auto en casa de mamá —  Por suerte Ribbon siempre tiene una o dos armas disponible en su vehículo en caso de olvidar o perder su arma personal —

— Espera, aquí hay un arma — Ribbon abre la guantera del vehículo mostrando una pistola Walther PPS


Castello toma el arma y la guarda a la derecha de su cintura como lo haría un policía, prefería enfundarlas a un lado de su pecho pero la pistola no entraba en las fundas que tenía.

En un minuto llegaron al lugar de la reunión donde cuatro personas les esperaban tres Animales Antropomórficos y un Aviano les esperaban. Dos de ellos a un lado de una Ford Lobo y los otros dos estaban fumando frente a un Jeep Wrangler.

Castello baja de la camioneta al mismo tiempo que su hermano, Ribbon abrió la puerta de los asientos traseros y tomó un maletín, sin siquiera ver el contenido, todos sabían lo que contenía. Al ver el maletín, un Zorro Rojo Antropomórfico abre la parte trasera de su camioneta revelando la carga la cual era protegida por una lona de plástico la cuál fue arrebatada para mostrar varias bolsas de plástico con una especie de polvo blanco dentro de ellas.


— Muy bien, terminemos rápido... — Dice el Zorro mientras un Azulejo Antropomórfico se acerca para revisar el maletín —


Castello se acercó a las bolsas y tomo una de ellas, sintió el peso y luego de eso el estira rápidamente su brazo derecho, con un objeto casi rectangular deslizándose rápidamente dese su manga hasta su mano. La frase:


"Una carta bajo la manga"


Era algo muy literal con el, Castello siempre tenia un cuchillo con forma de carta de póker debajo de su manga, necesitaba estirar su brazo con suficiente fuerza para hacerla salir de dónde la guardó pero siempre le vino bien.

Desplegó la cuchilla del cuchillo disfrazado como una simple carta a simple vista. Cortó la bolsa y reviso el polvo con sus ojos entrecerrados, tomo un poco con su cuchillo y luego con su dedo, observó el polvo con un leve toque amarillento, uno muy leve pero sus ojos de Serpiente lograron notarlo.

Dejo la bolsa en su lugar, limpio sus dedos y el cuchillo devolviendo el objeto a su maga después de devolverlo a su forma original. Luego de eso observó al Zorro el cuál estaba mirando a su compañero el cuál cerró el maletín y estaba dirigiéndose hacia el Jeep.

Castello no tardó más de cuatro segundos en desenfundar la pistola de su cintura, presionarla contra la cabeza del Zorro y disparar antes de que se diera cuenta de que sucedía haciendo que  todos quedarán en un shock momentáneo el cuál Castello aprovechó, informándole a su hermano con un grito.


— ¡Es una trampa! — Castello disparó hacia el Azulejo, fallo un par de veces pero la tercera bala impactó contra la espalda del animal antropomórfico —


Los otros dos animales corrieron hacia el bosque, ¿Enserio creían que ese plan iba a funcionar?, todos saben que la cocaína tiene que ser blanca, si era amarillenta o marrón, aunque fuera un poco, significaba que estaba mal cortada, no tenía una gran pureza y era más propensa a matar de una sobredosis...

Una ráfaga de balas automática desde los árboles destruyó una de las llantas de la Ford Lobo cuando impactaron intentando darle a Castello.


— ¡Vete! ¡Yo iré por el dinero! — Castello hace una seña y su hermano se subió a la camioneta para irse sin importarle los disparos —


Ribbon asintió y subió a su camioneta Ford F-150, avanzando en reversa para irse mientras su hermano corría.

Castello corrió apresuradamente hacia el Jeep para buscar el maletín y usar dicho vehículo para escapar debido a que la camioneta donde estaba la mercancía mala estaba inutilizada por la pérdida de una de sus llantas.

Castello juraría haber escuchado la trayectoria de un par de balas las cuales cruzaron cerca de el pero impactaron directamente contra la tierra enterrándose en esta.

Al saltar sobre el capó del Jeep Wrangler, las balas se detuvieron, parecía que quien o quienes disparaban estaban recargando o eran suficientemente inteligentes para dejar de disparar cuando el enemigo de cubría.

Un gemido de dolor fue captado por las orejas del Serpio el cual miro abajo, escuchó los sonidos de agonía del Azulejo el cual luchaba para no ahogarse con su propia sangre causada por el pulmón colapsado que le causó el disparo sus atravesó su espalda.

Castello levantó la pistola y disparó tres veces rápidamente, hubiera apretado más veces el gatillo de no ser porque el cargador terminó sin balas para traer a la recámara del arma.


— Malditos cargadores de una hilera — El hombre desechó el arma, el prefería las armas con cargadores de alta capacidad cuando se trata de trabajos que pueden terminar en tiroteos —


El tomó el maletín el cual resultó caerse de sus manos una vez intentando recogerlo, producto de la sangre que había salpicado sobre el maletín negro que tenía.

Dejó el maletín dentro del vehículo el cual tenía las ventanas abiertas, lo lanzó sin cuidado hacia el asiento del acompañante y luego se agachó de vuelta revisando el cadáver para buscar algún arma.

Encontró un arma escondida detrás de la espalda del animal antropomórfico, tomo la pistola CZ 75B y procedió a subir al Jeep Wrangler. Lo encendió sin problemas, aunque fuera un modelo con 10 años de antigüedad estaba bien cuidado ya que encendió sin problemas.

Al mirar al frente tomando la valiente decisión de mirar el camino vio como los tiradores con armas automáticas ahora estaban bloqueando el camino de tierra por el que llegó usando dos motocicletas de motocross.

Los dos tiradores apuntaron sus armas así que Castello decido improvisar, giró el volante, puso marcha atrás y decidió usar el otro camino de tierra el cual usaron los animales que traían la cocaína para llegar en primer lugar.

Empezó a avanzar hacia la izquierda y luego giro de nuevo el volante y el vehículo ahora apuntaba al camino. Los disparos no tardaron en llegar, agujereando la parte de atrás del vehículo y dañando los asientos traseros.

Castello apretó el acelerador y las ruedas avanzaron por el camino de tierra, el vehículo está diseñado para ese tipo de terrenos así que al menos se desempeñaba bien. Giro a la derecha del camino, necesitaba regresar a la ciudad.

El motor rugía mientras el vehículo saltaba por el terreno desigual del bosque. Pero entre todo eso Castello escuchó claramente el ruido de otros dos motores detrás de él, las motocicletas regresaron, por suerte tampoco era la primera vez que le perseguían en motocicletas, así que bajó la velocidad lentamente y cuando ambos motociclistas se posicionaron a su lado, tocó el botón para abrir las dos puertas del frente y apretó el freno, el motociclista de la izquierda se detuvo al instante para no estrellarse contra la puerta pero su amigo Lince no tuvo tanta suerte y terminó golpeándose con fuerza y cayendo de la motocicleta.

El Serpio cerró nuevamente la puerta y se preparó para un salto grande. El vehículo despegó sus ruedas del suelo y salió disparado en el aire hacia arriba, al no haber tenido tiempo para ponerse el cinturón de seguridad, el hombre tuvo que apretar con fuerza del volante y prepararse para el impacto.

Le dolió pero no le sucedió nada más que una fuerte sacudida y dolor de espalda. Cuando miro a su lado si ceño se frunció al no ver el maletín a su lado. Olvidó que el maletín podía salir volando debido a la falta de la puerta... Pero el motociclista seguía detrás de el... Volvería por el dinero después, ahora tenía que encontrar un lugar seguro y escapar de quién le perseguía.

El Perro en motocicleta intentaba apuntar su carabina M4A1 sin embargo, el terreno irregular y la velocidad a la que iban, no le era posible apuntar con precisión así que se abstenía de disparar.

Castello intentó disparar desde donde estaba pero su brazo no lograba alcanzar el punto exacto donde podría abatir al Canino, por lo que solo intentaba disparar hacia las ruedas de la motocicleta. Al mirar al frente y ver que había un camino recto, Castello decidió salir de su cobertura y abrir fuego con la pistola, siempre con una mano en el volante, si su mano se iba, una simple roca podía desviarlo y hacer que ese estrellara.

Una rafaga de balas fue disparada causando que un fuerte golpe seguido de un chispazo le arrebatara el arma de las manos, incluso observó su mano por un momento como si vacilara. Luego volvió a conducir para no tentar a la suerte, muy pocas veces una bala le arrebató el arma, fue un milagro que no le diera en una mano. 



Cuarenta Minutos Después



Castello logró librarse del motociclista cuando saltaron sobre un lago y el Perro no tenía suficiente velocidad, cayó al lago y no lo vio mas, puede que se hubiera ahogado o ya hubiera salido del lago y estuviera en algún lugar buscando refuerzos, la verdad no le importaba. 

Ni siquiera supo en que momento llegó a la ciudad nuevamente pero se sintió mas tranquilo por unos momentos, hasta que decidió intentar estacionar en alguna parte, observó el retrovisor cuando estaba por entrar a un estacionamiento y vio un vehículo que se acercaba a él a gran velocidad.

Giró a la izquierda alejándose de la entrada del estacionamiento y esquivando a la Ford Escape que intentó embestirlo, la Ford Escape frenó con fuerza para evitar seguir de largo. Castello aceleró rápidamente y presionó el acelerador a fondo mientras el otro vehículo intentaba embestirlo o sacarlo del camino, generalmente se ponía su lado y le intentaba empujar para que se estrellara con otros vehículos, sin embargo el se las arreglaba para no chocar.

En un momento dado la camioneta detrás de el empezó a empujar y golpear su parachoques trasero, añadía una velocidad adicional complicada de manejar, y el vehículo detrás de el intentaba hacerlo girar y rotar. El logró mantener el control pero fue cuando se dio cuenta de que lentamente estaba terminando en el carril contrario.

Vio como una camioneta Ford F-150 se acercaba rápidamente hacia el, giró el volante hacia la izquierda rápidamente para evitar golpearla y por suerte el conductor del vehículo mas grande hizo lo mismo para evitar estrellarse. Por desgracia para los ocupantes de la camioneta, el conductor giró hacia la derecha para evitar golpear otro auto que conducía por el carril, y terminó por estrellarse brutalmente contra una barrera de ladrillo.

El Serpio no pudo ver mas debido a que gracias a la velocidad ganada y el giro que dio, las ruedas empezaron a derrapar y al lograr hacer que el Jeep no volteara, vio frente a el un poste de luz. La carretera terminaba ahí y se suponía que debió de girar pero no pudo hacerlo para evitar que el Jeep volteara. Solo pudo presionar el freno y esperar que eso lo salvara...

Castello cerró los ojos cubriendo su vista de oscuridad en un intento de protegerla de cualquier fragmento o de cualquier cosa que por mas pequeña que fuera, podía destruir su vista permanentemente, su rostro golpeó contra aquella bolsa de aire que le golpeó la nariz con fuerza, no se la rompió pero el olor a sangre la inundó antes de que que algunas gotas de líquido carmesí salieran por sus fosas nasales.

El cristal del parabrisas se agrietó gravemente mientras Castello sentía su pecho dejar salir el aire al perder el aliento por el golpe amortiguado que se dio contra la bolsa de aire. Sus ojos permanecieron cerrados cuando a su alrededor había lluvia de fragmentos brillosos y oscuros producto de la ruptura o daño de cualquier elemento del vehículo.

No pudo evitar toser cuando todo el aire fue expulsado de sus pulmones debido al golpe intentado recuperar el oxigeno perdido causándole aún más tos, sentía que sus pulmones aún estaban apretados hasta que luego de unos segundos el aire regresó a sus pulmones lentamente cuando la bolsa de aire se desinflaba. Debido a la falta de retrovisores los cuales estaban hechos pedazos o fuera de su lugar, tuvo que voltear atrás a pesar del dolor en su cuerpo observando como un Aviano Paloma estaba cercándose lentamente mientras tomaba lentamente un arma de su bolsillo...

Castello miró a su lado viendo como una de las bolsas que causó todo sobrevivió en la guantera, tal vez estaba ahí porque los dueños del vehículo no sabían que estaba mal cortada, la bolsa tenía una pequeña ruptura, la tomó rápidamente y esperó un poco antes de lanzar su contenido por la ventana cuando el Aviano se acercó lo suficiente para asomar la cabeza, el Serpio volteó la cabeza y se lanzó sobre el otro asiento cuando el polvo blanco salió debido a la ruptura de la bolsa, el polvo blanco que contaminó el aire se estrelló directamente contra el rostro del Aviano, el cual respiró lo de lleno antes de toser con fuerza. La tos se convirtió en arcadas pero el Serpio ni siquiera se molestó en mirar atrás para ver la sobredosis, solamente salió por el lugar donde solía estar la puerta con su cuerpo adolorido por el golpe.

La escena del accidente estaba rodeada de los trozos de lo que anteriormente era el frente de un Jeep Wrangler, trozos cristalinos que relucían ante la luz del sol y el olor a aceite y gasolina escapándose del vehículo eran lo primero que cualquiera vería al acercarse al accidente, una de las ruedas estaba destrozada y la mitad izquierda del Jeep estaba terriblemente dañada.

Las sirenas de una patrulla se acercaban así que intentó correr lo mas rápido que podría hacerlo, sin embargo al dar el primer paso terminó cayendo resbalándose con un trozo de cristal mas grande que sobrevivió al choque.

Al caer no tardó en levantarse con cuidado para no clavarse ningún cristal, pero ni bien dio cinco pasos para alejarse intentando correr, un espasmo fuerte con un intenso dolor punzante desde su cuello le hizo caer al piso al instante, lo que sucede cuando te disparan con un taser. Vaya que la policía era rápida, seguramente estaban muy cerca anteriormente, esperando que algo interesante sucediera. 


— ¡Estas arrestado! — Grita el oficial tomando las manos del otro a pesar del forcejeo y esposándolo restringiendo mucho el movimiento de sus manos, no había planes así que tendría que improvisar y esperar que los dioses le favorecieran un poco —


Al ser levantado, su cabeza se impulsó hacia atrás golpeando a aquel oficial de policía joven el cual retrocedió por el golpe. Sin mirar, Castello dio una patada hacia atrás haciendo caer al mas joven impactando la suela de sus botas contra la rodilla de aquel oficial. Luego de eso Castello empezó a correr, había un vecindario adinerado cerca donde el tenía una propiedad, si lograba distraer a la policía o alejarlos, podría esconderse hasta que se fueran.

Corrió con fuerza y bajó las escaleras de un pequeño puente el cual daba paso a los caminos de los canales que caracterizaban a aquel vecindario. Escuchaba las sirenas de otra patrulla acercándose por lo que continuó su carrera cruzando una esquina y viendo el camino.



Castello continuó corriendo escuchando como un oficial le gritaba a otro a lo lejos, el Serpio tuvo que detenerse intentando esconderse con el muro pequeño de uno de los jardines de una de las casas, se agachó y tomó de su bolsillo trasero un clip, no era la primera vez que lo esposaban con las manos en la espalda y ya mas de una vez se había liberado.

Ya siendo un experto, Castello no tardó ni siquiera medio minuto en liberar sus manos de las esposas, sin embargo decidió quedarse las esposas que se acababa de quitar. Volvió a correr y cuando estaba por pasar del puente, alguien del callejón izquierdo lo atacó, un policía Aviano se abalanzó contra el. Castello se apresuró a ponerle las esposas a la mano derecha de aquel hombre mas joven el cual forcejeaba contra Castello intentando usar un taser que sostenía en la mano derecha.

El Serpio no iba a matarlo para no empeorar la situación, sin embargo no tuvo problemas en golpearlo con su mano izquierda para quitárselo de encima y esposarle a la barandilla del puente, el hombre le quitó el taser al policía y vuelve a correr escuchando a otro oficial empezando a correr detrás de el.


— ¡Detente ahora! ¡O voy a electrocutarte! — El Serpio al escuchar aquello redujo bastante la velocidad a la que corría permitiendo al otro acercarse, y cuando estuvo a menos de dos metros, Castello volteó con una gran velocidad y disparó el Taser X2, ni siquiera se quedó a ver donde se clavaron aquel par de alfileres, solamente volteó al escuchar el ruido que hacía el aparato al conducir esos Cincuenta Mil Voltios hacia el cuerpo de aquel Zorro el cual cayó al piso con un grito y varios espasmos —


Castello corrió cruzando a un callejón a la izquierda y saliendo a una de las calles, aunque las sirenas de las patrullas estaban causando un escándalo por todo el vecindario, ninguna patrulla había llegado a su ubicación. Por supuesto que el aprovechó su suerte y al llegar a su propiedad en aquel vecindario, una casa moderna pero no muy grande, destacaba un poco pero comparandola con otras casas que había en en lugar, la verdad esta no era la gran cosa.



Tomó una roca cercana que en un inicio parecería insignificante para cualquiera, solo una roca más, pero Castello sabía que era su escondite secreto para la llave, la golpeó contra la pared y al abrirla tomó la llave que se escondía dentro de ella, abrió rápidamente la puerta a un lado de la casa la cual daba a un pequeño jardín y la cerró con llave. 

Abrió la puerta de al derecha y entró al garaje, quien le dió la bienvenida al lugar fue un Cadillac CTS del 2014 estacionado aunque a Castello no le importaba en ese momento el vehículo, especialmente porque aún no se sintió seguro así que al dejar las dos mitades de la roca tiradas a un lado se apresuró a entrar a la casa abriendo la puerta y entrando en un instante, cerrando la puerta al escuchar una patrulla pasando justamente al lado de la casa.

El mismo Castello no sabía el porqué pero decido pasar unos momentos rodeado de una oscuridad constante rota por la luz que entraba de la ventana cubierta con una cortina, esperó hasta escuchar la molesta sirena de la patrulla alejándose. No fue sino hasta ese momento en el que se sintió realmente seguro para encender la luz de la sala para ver a su alrededor, no había entrado en un tiempo pero dejaba a sus hombres usar el lugar de vez en cuando así que estaba bien cuidado.

Fue directo a la cocina y lo único en la nevera era una botella a medio terminar de un litro de jugo de naranja, con la sed que tenía y el leve cansancio por correr y pelear un poco, no se tardó nada en beber el jugo directamente de la botella acabándoselo en pocos segundos.

Fue entonces cuando le empezó a doler el cuerpo, claro que cuando la descarga de adrenalina que le golpeó tan fuerte como aquel choque se fue, era obvio que le dolería el cuerpo cuando la adrenalina se fuera. 


— Mierda... Ugh, duele — Castello caminó subió al segundo piso después de cerrar la nevera y dejar la botella en la papelera —


El Serpio subió las escaleras aferrándose a la barandilla para no caerse, y al subir a la habitación con balcón se abstuvo de encender la luz para no alertar que alguien estaba en la casa. Se acercó a la mesita de noche con un teléfono de mesa el cuál tomó para realizar una llamada, y mientras marcaba el número abrió el cajón de la mesita tomando un revólver Smith & Wesson Bodyguard, alguien como el no se siente seguro sin un arma cerca.


— Más te vale contestarme — Dijo el mientras el teléfono sonaba indicando que la llamada se estaba realizando, solo faltaba que su refuerzo contestara —



Mientras Tanto



Salem dió una calada a su vaper mientras miraba el techo de la habitación de hotel disfrutando de la comodidad de la cama, estaba cerrando los ojos para dormir hasta que su teléfono vibró y berreo en la mesita de la noche amenazando con caerse si no era atendido, Salem lo tomó y contesto sin siquiera revisar quien le llamaba.


— ¿Hola? — Pregunta ella mientras se mantiene acostada en la cama mirando al techo —

— Hola Salem, necesito tu ayuda, creo que ya te habrás enterado de que el trato salió mal, tuve una persecución, hice que alguien chocara y yo mismo choqué... — Al escuchar eso Salem abre los ojos como platos, o mejor dicho, su ojo como plato —

— Claro, Ribbon me contó — Dijo Salem en un tono que sería sospechoso de no ser porque Castello no estaba ahí para verla y darse cuenta, Salem revisa en la pantalla de su teléfono las notificaciones , tenía 4 llamadas perdidas y 3 mensajes de Ribbon contándole lo sucedido y avisándole que estuviera atenta por si Castello la llamaba requiriendo ayuda —

— El punto es que tuve que correr hacia Venus Canals y me encerré en la casa que tengo aquí... Consigue un vehículo no muy llamativo y ven a buscarme, no puedo salir de aquí porque ellos ya me vieron y saben que no salí del vecindario, y no puedo cambiar de ropa — Salem suelta un suspiro cansado y pregunta —

— ¿Tengo que ir yo?, Estoy cansada ¿No hay nadie más cerca? — Preguntó Salem causando que Castello gruñera, odiaba que la gente no haga lo que el dice cuando el lo dice —

— ¡Perdí el teléfono en el choque y eres de los pocos números que recuerdo! ¿Y porque estás cansada? ¿Que andabas haciendo? — Salem gruñe al escuchar como su padrastro estaba entrometiéndose de nuevo en su vida —

— ¡Cosas!, tal vez te sorprenda pero tengo una vida y no me la paso todo el día esperando a que me llamen para ir a trabajar... — Castello respira profundo, no quería gritar para no delatarse y sabía que no debía de haberlo dicho de esa forma, pero necesitaba ayuda antes de que la policía empezara a buscar casa por casa o de alguna forma ya supieran que tenía una propiedad en dicha zona —

— Está bien, lo siento... Solo ven a buscarme, no vengas en el Ferrari, necesitas un vehículo no muy llamativo ni fuera de lugar, cuando estés cerca llama a este número... Descansaré un rato, me duele todo — Castello se despide y Salem hace lo mismo, y luego de eso la Gata mira a la izquierda al otro ocupante de la cama —

— ¿No escuchaste a Ribbon llamando? — Preguntó Arackniss mientras enciende un cigarrillo y empieza a fumar un poco —

— Claro que no pude escuchar el teléfono porque alguien aquí estaba haciendo mucho ruido, y esa persona no era yo — Dice Salem entrecerrando su ojo y dándole un codazo con fuerza a Arackniss, después de eso ella procedió a levantarse y vestirse rápidamente, no ayudaba que su ropa estuviera tirada por todo el lugar —

— ¿Y cuando nos volvemos a reunir? — Preguntó el Demonio Araña mirando a la otra terminar de vestirse y tomando sus cosas —

— Cuando sea posible... Y ni siquiera pienses en hablar sobre esto — Salem mira de reojo a Arackniss antes de salir por la puerta apagando la luz detrás de si, el Demonio Araña se encoge de hombros vuelve a cubrirse con la manta para poder dormir un rato —


Salem salió de la habitación y fue directo al ascensor, tomó su teléfono y procedió a escribir un mensaje a uno de sus proveedores de vehículos. No siempre puede robar uno o tiene uno disponible así que los proveedores se encargan de tener un almacén bien ubicado con distintos tipos de vehículos.



Quince Minutos Después



Salem conducía el Toyota Avalon del 2015 por la calle ignorando las patrullas que conducían por su lado, si este vehículo no era poco llamativo entonces ella no sabía que era disimulado. Mientras cruzaba por la entrada del lugar se detuvo cuando una Hummer H2 de la policía pasaba cerca, no era un vehículo práctico pero se veía bien.

Encendió su teléfono y le marcó a Castello usando el marcado rápido, no recordaba exactamente el número de la casa así que necesitaba que le repitiera el número.


— ¿Cual es el número de la casa? — Preguntó Salem reduciendo su velocidad para poder observar los números de las casas a su alrededor y siempre dando miradas rápida hacia atrás para asegurarse que ningún vehículo la siguiera —

— Es la casa número 5-6 Salem asiente y conduce hacia la siguiente calle, vio los números de las casas, 5-4, 5-5 y luego llegó a la 5-6 

— Estoy afuera, abre la puerta del garaje y déjame entrar — Salem cuelga mientras la puerta del garaje se abre, entró a la casa y luego abrió el maletero del auto. Abrió la ventana y miró a Castello saliendo por la puerta, pudo escuchar desde ahí un quejido de dolor proveniente de su padrastro —

— Vamos, súbete — Cuando Castello iba a abrir la puerta de atrás, la Gata no quitó los seguros y decidió ser mas específica —

— Este auto no tiene las ventanas polarizadas, entra al maletero, es un viaje corto — Castello miró mal a Salem pero sabía que ella tenía razón. Aunque le dolía mucho todo el cuerpo, tuvo que hacer un pequeño esfuerzo para entrar al maletero —


Salem salió del auto y cerró el maletero rápidamente, luego presionó el botón para cerrar la puerta del garaje y salió del lugar en su auto mientras la puerta se cerraba detrás de ella. Salem condujo lentamente y se escondió a simple vista de las patrullas un par de veces, estacionando cuando las escuchaba cerca y eventualmente logró salir del vecindario sin mas problemas.

Mientras tanto dentro del maletero, Castello realizaba una llamada, necesitaba el dinero de vuelta y debido a sus heridas el mismo no lo podría ir a recoger. Pero ya sabía de antemano quienes podrían hacerlo.



Una Hora Después



Cuatro Gatos gemelos exactamente iguales estaban sentados dentro de la camioneta Cadillac Escalade, sus rostros serios estaban observando desde las ventanas hacia fuera, aunque debido al tinte de las ventanas, era complicado notarlos, excepto por el conductor y el acompañante debido a que el parabrisas y las ventanas delanteras no estaban tintadas.



El conductor estacionó pero las acciones de sus hermanos siguieron siendo las mismas, sus indiscretos ojos amarillos miraban a todos lados mientras escaneaban los alrededores con su mirada intentando encontrar lo que buscaban. Todos ellos usaban corbatas distintas para poder ser identificados mas fácilmente ya sea entre ellos mismos o con otra personas.


— Que lugar tan lindo, me encantaría tener una casa aquí — Comentó Sylas mientra sale del vehículo junto al resto de los hermanos que lo acompañan, Sylas el hermano emocional de la familia, usaba una corbata Rosada y cuando se trata de hablar el es el rey, por algo el era el negociante estrella de la familia  —

— Es lindo... Pero sucio, no quiero imaginarme como queda tu auto después de una semana en este lugar — Sammy tuvo un escalofrío y su pelaje se erizó un segundo al pensar en eso, su nerviosismo y fobia a los gérmenes lo hace el segundo mejor limpiador que puede haber, ni una sola gota de sangre o suciedad sospechosa estará en donde el limpie, su color favorito es el Azul y por eso usa una corbata de dicho color —

— Se ve como un buen lugar para ocultar tu dinero... Pero te apuesto a que este lugar es caro, de eso no hay duda — Del vehículo salió Serge, cuando se trata de dinero o cosas de valor el es un experto y cuando que hay algo que buscar o robar el no puede faltar, su color favorito es el Verde porque le recuerda al dinero y por eso su corbata siempre ah sido de ese color —

— Dejen de parlotear, necesitamos ese maletín — Sam, el hermano malhumorado y experto en proteger habló. Su mal temperamento era algo que sus otros hermanos no apreciaban, pero aún así Sam no era un mal hermano ni le deseaba algo malo a sus hermanos —

— Espera, no veo muy bien... ¿Han visto mis gafas? — Preguntó Sylas revisando sus bolsillo sin lograr encontrar sus gafas, segundos después uno de sus hermanos le despejó las dudas —

— Creo que te las quitaste cuando nos llamaron y cuando salíamos olvidaste tomarlas — Dijo Serge mientras se dispone a revisar el lugar y luego de eso Sam solamente se dio una palmada en la cara dando un suspiro, luego de estirarse un poco la cara decidió volver a hablar —

— Entonces solo avisanos si logras distinguir la silueta de un maletín o si lo sientes con lo dedos — Sus otros hermanos se rieron como si fueran unas hienas incluso si su otro hermano no tenía la intención de burlarse o hacer a los demás reírse de su otro hermano, dejó en claro que no debieron de reírse cuando tomó dos piedras pequeñas y se las lanzó a sus hermanos deteniendo sus risas en un instante —


Todos se dispusieron a observar su alrededores, se dispersaron intentando encontrar el maletín. Sam se subió al techo de la camioneta y empezó a observar desde arriba intentando encontrar. Sus otros hermanos caminaban sobre la hierba revisando entre los arbustos, revolviendo la hierba alta e incluso quitando piedras del camino como si eso fuera a ayudar.


— ¿Sammy? ¿Que te pasa tienes parasitos estomacales otra vez? — Preguntó Sam desde la distancia al ver a su hermano retorciéndose un poco y haciendo movimientos un poco raros —

— Claro que no... Solo quiero terminar ya para ir al baño — Dice el Gato de corbata Azul mientras intenta aguantar el dolor punzante en su vejiga y las ganas de orinar —

— Ve a un árbol, tienes toda la naturaleza para hacerlo — Sammy se ofendió por lo que dijo su hermano e incluso jadeó colocando su propia mano en su pecho por un segundo —

— ¿Como te atreves a decir eso? ¿Hacerlo aquí? ¿Entre la suciedad y los gérmenes como si fuera un animal salvaje? ¿Acaso hemos evolucionado solo para hacer eso? — Preguntó el otro mientras mira mal a su hermano el cual simplemente se encogió de hombros —

— Si vas a orinarte encima que sea aquí fuera y no adentro de la camioneta — Serge se ríe y vuelve a su tarea, el Felino siseo en señal de molestia antes de regresar a su trabajo, cuando decidió acercarse a un árbol contemplando dicha idea, desistió al ve un ciempiés subiendo lentamente por el árbol —


Sammy hizo una mueca de disgusto y miró a otra parte, no supo porqué pero su mirada se deslizó hacia arriba y distinguió una forma muy específica cuando su mirada se encontró contra el sol, y este se filtraba entre las hoja del árbol, distinguió una silueta cuadrada.

Silbó llamando la atención de sus hermanos, dos de ellos vinieron mientras su hermano miope decidía quedarse cerca de la Escalade en la que llegaron. Señaló el árbol y uno de sus hermanos subió al árbol, entró entre las hojas y un pájaro que había arriba se fue volando cuando las ramas fueron movidas.

En pocos segundos un maletín fue lanzado a los brazos de uno de los Gatos el cual lo dejó en el suelo suavemente revisando el contenido, el fino maletín de forma casi cuadrada y robusta fue abierto, fueron revelados varios billetes de 100 dólares los cuales eran observados atentamente por los Felinos.

Mientras tanto, Sylas observaba el camino, su espalda estaba recostada en la cálida puerta trasera de la camioneta, entrecerró sus ojos al lograr distinguir algo extraño en el camino, lo veía acercándose y lo escuchaba, el ruido de un motor. Desenfundó su pistola SIG Sauer y la apuntó, su vista borrosa no lo ayudaba.

Aunque el no lo viera, un Lince en una motocicleta de motocross con el visor del casco roto y con la ropa desgarrada, estaba acercándose a gran velocidad, el animal levantó su carabina AKS-74U con su mano derecha y apretó el gatillo, las primeras dos balas fallaron debido a ser disparadas en movimiento y a la altura incorrecta. Pero la tercera nunca salió, el arma estaba sucia y desgastada, recién sacada de un charco de lodo y sin haber recibido casi nada de mantenimiento en los últimos meses. El arma simplemente se atoró y no continuó su letal lluvia de balas.

Cuando el Lince gruñó y desistió de la idea, se encontró con su rostro siendo golpeado por un palo grande que Sylas encontró cerca. El palo no le hizo daño gracias al casco, pero le hizo caer de la motocicleta la cual continuó unos pocos metros sin el antes de caer y apagarse. El palo se rompió y Sylas casi cae al piso por el impacto pero logró mantenerse en pie, tomó su pistola la cual guardó anteriormente en su funda.

Apuntó el arma y disparó dos veces, siempre disparaban dos veces cuando les era posible, es mejor asegurarse de que nunca vuelvan. No era muy necesario pero era mejor estar seguros a arriesgarse a que volvieran después de recuperarse de un tiro en la cabeza de alguna forma.


— Creo que deberíamos irnos — Al escuchar la orden, los hermanos se pusieron manos a la obra, estaban preparados en caso de que tuvieran que pelear o tuvieran que deshacerse de algún cuerpo que hubieran encontrado —


El maletero fue abierto, habían algunas armas y otros objetos, entre ellos un par de bolsas para cadáveres y algunas herramientas. Uno de ellos recogió la motocicleta del camino, los demás se dispusieron a deshacerse del cadáver, le quitaron todos los objetos que tuviera en el, lo guardaron en la bolsa y lo subieron a la camioneta, se desecharían del cuerpo luego.

Los gemelos subieron a la camioneta, uno de ellos dejó la motocicleta entre los arbustos y entraron a su vehículo. Encendieron la radio y se fueron rápidamente, la camioneta lujosa avanzaba con rapidez, debido a que el conductor estaba siendo apresurado por su hermano de corbata Azul.



Cinco Minutos Después



El vehículo se detuvo lentamente frente a las bombas de combustible, los cuatro salieron al mismo tiempo, uno de ellos se quedó a llenar el tanque de combustible la Escalade mientras sus hermanos entraban a la gasolinera.


— ¡Apártate! — Sam fue apartado con fuerza de camino cuando su hermano corrió y lo empujó a un lado casi haciéndolo caer, Sammy entró a la gasolinera y el empleado solo vio una mancha negra abrir y cerrar en un instante la puerta del baño —


Sam suspira sin decir nada mas, dejo a sus hermanos comprar las cosas que quisieran. Mientras tanto él se quedó afuera para hacer una llamada. Marcó el número y procedió a esperar a que le contestaran mientras se recostaba en la pared.


— Está hecho, ya tenemos el maletín... — Dijo el mientras mira a la carretera, era curioso el como podía estar en cualquier parte y pensar que nadie cruzaría por ese lugar, pero eventualmente terminaría viendo que en contra de todo lo que creía, habría alguien ahí, conduciendo en medio de la nada por alguna razón —


El Felino vuelve a mirar adentro de la gasolinera, la llamada fue colgada pero si le contestaron y esperaron a que el hablara es porque recibieron el mensaje, ajenos a cualquier mirada su hermano estaba comprando algunos dulces. Eran un dolor de cabeza pero eran su familia y los quería tal y como eran, con sus defectos y sus virtudes.



Dos Días Después



Un Ferrari 458 Italia se detuvo a un lado de una camioneta Chevrolet Suburban, el conductor, otro de los gemelos, esta vez de corbata Anaranjada, bajo la ventanilla y le dió el maletín al pasajero de la camioneta de último modelo el cuál era Ribbon. Pudieron haber guardado en maletín en la mansión pero prefirieron mantenerlo escondido en un lugar mas secreto hasta que el dueño del dinero llegara.


— Gracias — El Gato asiente sonriendo al ser agradecido por su trabajo y abandona el lugar rápidamente, la camioneta empezó a avanzar siendo conducida por Salem mientras, Ribbon y Castello estaban descansando en los asientos traseros —

— Ugh, dame otra pastilla, todo me está doliendo otra vez — Dijo Castello mientras se retuerce pro el dolor e incomodidad. Los cortos periodos de descanso debido al trabajo y el mal sueño no permitían a su cuerpo recuperarse de las brutales sacudidas que su cuerpo recibió al no usar el cinturón de seguridad y haber rebotado tanto —

— Tengo mucha sed... ¿Quieres que compre un refresco en la máquina expendedora? — Castello asiente mientras su hijastra le daba a Ribbon el frasco de pastillas para el dolor, luego Ribbon se las dió a su hermano el cuál las tomó pero al tener la boca seca decidió esperar a tener un poco de líquido en su boca antes de siquiera abrir el frasco —

— Tráeme un refresco de piña... — Salem asiente mientras estaciona el vehículo frente al centro comercial aprovechando un espacio de estacionamiento libre que había en la entrada —


Castello miró alrededor disfrutando del aire acondicionado que lo refrescaba, el prefiere el frío al calor, y el fuerte calor de esa tarde era brutal así que el aire acondicionado estaba haciendo todo lo posible por mantener el vehículo a una temperatura agradable.

Su miraba desde el asiento derecho fue a parar a los vehículos estacionados, y su mirada se fijó en un vehículo en específico el cuál estaba estacionado al otro lado del estacionamiento, por suerte los espacios de estacionamiento justo al frente de la entrada del centro comercial estaban milagrosamente vacíos en ese momento. En una primera instancia no le hubiera importado, solo era una GMC Yukon XL, una enorme SUV la cuál era más o menos el punto medio del lujo entre la Chevrolet Suburban y la Cadillac Escalade.

Lo que le interesó fue la persona que estaba abriendo el maletero y quiénes estaban caminando directamente hacia el vehículo con sus carritos de compras llenos.


— Mira a ese bastardo descarado... Es Simon, el esposo de Venganza Castello señala al Lobo Antropomórfico que también es un Vampiro, este vestía su traje elegante y parecía haber traído a sus hermanos menores de compras —

— Ni siquiera está en su territorio, ¿No sé supone que su territorio es el Distrito Capital? ¿Para qué venir a un distrito menos adinerado a hacer las compras? — Pregunta Ribbon sabiendo que no obtendría respuestas mientras asoma su cabeza, por suerte las ventanas están polarizadas por lo que nadie los podía ver adentro de la camioneta —


Salem entro al vehículo nuevamente, trayendo consigo las botellas de refresco, ella también se dió cuenta de la presencia del Vampiro, por eso se apresuró a subir y a cerrar la puerta para no ser vistos de reojo por dicha persona.


— ¿Qué hace ese tipo aquí?, ¡Ni siquiera trae guardaespaldas!, solo trajo a sus dos hermanos para comprarles cosas... — Observaron al Lobo Vampiro usando su superfuerza para meter dentro de la camioneta un par de televisiones enormes —

— No sé que hace aquí ese tipo... Pero ya que, dejémoslo, solo está mimando a sus hermanos. Mientras no se busque problemas no le haremos nada... — Castello toma la botella de refresco que la Gata le dió y toma una de las pastillas del frasco bebiéndola junto al refresco gaseoso — 


La otra subió la ventanilla y salió del estacionamiento cruzando a un lado de Simon el cuál se logró percatar de las miradas sobre el, talvez fue su instinto, sus poderes o mera coincidencia, pero volteó mirando directamente hacia ellos y lo hizo por algunos segundos antes de volver a lo que estaba haciendo en primer lugar.



Quince Minutos Después



El resto del viaje fue tranquilo, llegando a la cima del estacionamiento, Castello tomó el maletín que Salem le dió desde los asientos de atrás desde que llegaron al estacionamiento. El maletín descansaba sobre el regazo de Castello el cuál simplemente esperó hasta llegar hacia donde tenían que ir.



Una camioneta Mercedes Maybach GLS 600 estaba esperándolos, Castello salió de su vehículo con el maletín en la mano derecha, se acercó al vehículo más lujoso, la ventanilla de los asientos traseros bajó revelando a un Serpio el cuál usaba un gran sombrero, este bebía champaña en una copa, después de todo hay que darle un uso a esa función característica de los vehículos de ultra lujo como lo era el refrigerador entre los asientos traseros y las copas que traía.


— Parece que el trato no fue como debía... Okey, me equivoqué está vez, lo admito, compensaré los daños — Dijo el hombre mientras con una sola mano sostiene el gran maletín, le dió el maletín a quien estaba en el asiento del acompañante a un lado del conductor —

— Eso espero papá... ¿No me das un trago?, me vendría bien — Xanthos, el padre de Castello, asiente mientras sirve un poco más de champaña en su copa y se la da a su hijo el cuál se toma toda la champaña contenida en la copa, luego de eso, el devuelve la copa y escucha una voz femenina dentro del vehículo la cuál dice —

— Está todo — Xanthos asiente mientras el maletín es dejado en el asiento a un lado de Xanthos como si fuera alguien tan importante como el, aunque si era importante, después de todo, 2 Millones de Dólares eran mucho dinero —

— ¿Por qué tanto dinero por un solo cargamento? — Ante la pregunta, Xanthos sonríe bebé de su copa, su sonrisa indicaba satisfacción por el simple hecho de que su hijo no supiera algo —

— Oh, era de hecho un pago por varios cargamentos... Que esto te sirva de lección, nunca pagues por adelantado, y sobre todo. Nunca confíes en los Zorros, son codiciosos y hacen lo que sea por el dinero... Nos veremos luego — Xanthos se despide y chasquea los dedos, el vehículo retrocedió mientras la ventanilla subía lentamente, no tardó en irse dejando solo a su hijo —

— No creo que el problema sea su especie — Murmuró Castello mientras tomaba su encendedor de su bolsillo y su cajetilla de cigarrillos, procediendo a sacar uno de los pocos cigarrillos restantes y encenderlo en pocos segundos —


A pesar del calor, Castello no entró al interior de la camioneta, se quedó afuera fumando su cigarrillo y observando el paisaje, se relajaba cuando hacía eso y le ayudaba a pensar sobre todo...

En algún momento, su hermano se le unió, fumando su propio cigarrillo y apoyado en el alfeizar con la mirada perdida. A veces sus ojos viajaban a mirar la distorsión leve causadas por las ondas de calor que calentaban lentamente los techos de los edificios y los autos, e incluso la calle misma. Y su lado, Salem se unió usando un vapeador y observando a las personas debajo de ellos, cada uno de ellos hace algo distinto, y cada uno de ellos tiene sus propios problemas...

Castello se tomó su tiempo pero en un segundo le quitó el vapeador a su hijastra y lo guardó en su bolsillo a pesar de sus protestas.


— No fumes, te hace mal — Dijo el Serpio mientras guarda el objeto en su bolsillo y vuelve a mirar hacia —

— ¡Castello! ¡Devuelvemelo! ¡Me costó Diez Mil Dólares!, además de eso, tu fumas ¿Por que yo no puedo hacerlo? — Castello niega con la cabeza lentamente, expulsando humo de su boca y sin mirar a la otra respondió —

— Haz lo que digo, no lo que hago — Salem suspira y toma un chicle que mantenía en uno de sus bolsillos, a veces cuando se sentía ansiosa decidía mascar un chicle para distraerse y relajarse —


Los tres se mantuvieron observando cualquier cosa, realmente no miraban nada ni pensaban en nada en particular, simplemente deseaban relajarse un poco en el sol y disfrutar un momento de calma, después de todo lo que tienen que hacer. No les hace realmente orgullosos pero es lo que tienen y lo que hacen, no es cualquier trabajo ni es para todos pero ellos lo hacen, porque así lo requiere El Negocio.

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