9

Te tomaste entre tus brazos, y me cargaste entre el campo minado, hasta que me dejaste en un rincón a salvo. Tus ojos azules me alimentaban de paz, y tu cabellera negra me saludaba; mientras acaricias  mis heridas, que ardían, me quemaban.

Garganta deshecha de gritar, hasta que apareciste tú, tomaste mi corazón y me robaste un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top