Capítulo 7...
POV Anastasia
Despierto sobresaltada. Miro el reloj despertador que marca las cuatro de la mañana. No se bien que me despertó hasta que escucho un grito desgarrador que proviene de la planta baja. Pego un salto de la cama y corro escalera abajo justo en el momento que veo a Taylor en pijama con el arma en la mano en el medio de la sala. El pánico aumenta cuando me doy cuenta que el que grita es Christian, seguramente eso me despertó. ¿Qué le están haciendo por Dios?. Este es el departamento más seguro de Seattle, no puede haber entrado alguien.
Taylor me intercepta, cuando mis pies se dirigen hacia la habitación, algo me dice que tengo que estar con él.
-Ana te quedas aquí, iré a ver que sucede. Pero por nada del mundo te mueves de aquí. ¿Está claro?.-
Me dice en un susurro, yo asiento con la cabeza y Gail que venía detrás de él me abraza en silencio.
No se cuanto tiempo estuve parada en el mismo sitio, no fue mucho en realidad, pero ya no lo soporto más. Me suelto de los brazos de Gail sin darle chance a detenerme y corro hacia la habitación de huéspedes. En el momento que abro la puerta la imagen que ante mi está, es desgarradora.
Christian está sentado en la cama agitado y bañado en sudor, tiene los ojos cerrados fuertemente y respira con dificultad, su pecho sube y baja rápidamente. De pronto y sin pensarlo subo a la cama y lo abrazo. Él me envuelve en sus brazos y su llanto se hace presente. Su cuerpo se sacude sin piedad apretandome más a su pecho. No lo resisto, lloro con él. No se que lo tiene así pero mi deber en este momento es consolarlo.
Le acaricio ritmicamente la espalda, su llanto a disminuido hasta convertirse en sollozos pero mis lágrimas no dejan de caer.
¿Por qué me hace tan mal verlo así?.
Su cuerpo se ha relajado considerablemente y me separo un poco para mirarlo a los ojos.
-¿Qué sucedió cariño?. Puedes confiar en mi.-
Le digo dulcemente acariciando su mejilla. En sus ojos puedo distinguir la tristeza y el miedo.
-Tuve una pesadilla. -
-¿Quieres contarme?.-
-No, no en este momento. Solo quiero...-
Se queda en silencio sin terminar la oración, con los ojos recorre la habitación que es alumbrada por una tenue luz que seguramente encendió Taylor, y el cual ya no está aquí. Hago lo mismo que él para pedirle a Gail un vaso de agua.
Ella está en el humbral de la puerta con una mano en la boca y la otra secándose las lágrimas.
-Nana nos traerías dos vasos de agua y algo de fruta por favor.-
Asiente incapaz de hablar y sale en busca de mi pedido. Me giro nuevamente hacia Christian.
-¿Qué es lo que quieres?.-
Sus ojos asustados conectan con los míos unos segundos y luego baja la mirada. Levanto su barbilla y hago que vuelva a mirarme.
-No tengas miedo de hablar conmigo cielo, solo quiero ayudarte.-
-Solo quiero que... me... abraces. -
Sin pensarlo me acerco más y rodeo su cuello apoyando mi cabeza en sus duros pectorales. El aroma de su cuerpo me embriaga y no se si yo lo calmo, o él a mi, pero me relajo en su pecho. Una pequeña parte de mi se siente segura aquí, en sus brazos.
-Aquí está lo que pediste mi niña.-
La voz de Gail rompe nuestro momento, me libero de sus brazos y agarro un vaso de la bandeja que dejó sobre la mesita de noche. Se lo paso a Christian quien lo toma de una sola vez. Me entrega el vaso vacío y le doy el otro. Bebe un sorbo y me lo da.
-Gracias, ya me siento mejor.-
-De nada, ¿Quieres alguna fruta? .-
Niega con la cabeza.
-¿Hay algo más que pueda hacer por ti?.-
- No, ya has hecho demasiado por mi, lamento haberte despertado.-
Baja la mirada y se pasa una mano por el pelo desordenandolo más de lo que ya estaba. Me vuelvo a sentar a su lado y pongo mi mano sobre la suya.
-No es una molestia, comprendo que habrás pasado por mucho tu solo. Pero ya no lo estarás más, quiero que vivas aquí el tiempo que haga falta para que recuperes la memoria. Tienes un pasado y es necesario que te revise un médico para saber la gravedad del problema. No pienses que me molestas, hago esto porque quiero y porque puedo. ¿Comprendes eso Christian?.-
-Lo entiendo Ana, pero tu no tienes que hacer esto. No estas obligada, ¡No me conoces por el amor de Dios!.-
El tono de su voz va en aumento, pero no me intimida. Tiene que aceptar.
-No necesito mucho tiempo para conocer si una persona es buena o mala. Lo veo en tus ojos Christian, ¿Qué persona que está muerta de hambre le da su única comida de días a un completo desconocido?. No eres malo y esto que quiero hacer por ti... no necesito nada a cambio ¿Ok?. Con verte bien será suficiente pago en lo que a mi respecta.-
-No cambiarás de opinión, ¿Verdad?.-
Pregunta rendido y mi cara se ilumina como árbol de navidad. Niega divertido ante mi expresión.
-Tu ganas... pero algún día voy a devolverte todo lo que estás haciendo por mi, y llegado el momento no quiero un no por respuesta, ¿Es un trato?.-
Pregunta estirando su mano para estrechar la mia. La tomo sin dudar y la sacudo sin borrar mi sonrisa.
-Es un trato. Bien, ahora descansa que en un rato saldremos al centro comercial, necesitas ropa y calzado y perfumes y productos para acearte y ...-
Me interrumpe poniendo un dedo sobre mis labios. El contacto sorpresivo hace que un jadeo se me escape, y un fuego que nace desde mi interior me invada por completo, él acaricia lentamente mi labio inferior aumentando así, esa sensación de fuego.
-No creo necesitar todo eso que dices, pero si te hace feliz, acepto.-
Asiento enbobada, perdida en el mar gris de sus ojos. Necesito salir de aquí pero ¡Ya!.
-Descansa Christian, estaré en mi habitación por si se te ofrece algo.-
Suspiro y salgo casi corriendo. Camino hasta la cocina por una taza de té. La necesito con urgencia.
(...)
Amanece en Seattle y yo no pude volver a dormir nada. Son las siete quince y creo que es hora de levantarme, camino como zombie a la ducha y la enciendo. Me desprendo del pijama que consiste en un short demasiado corto y una blusa blanca de tirantes. Esta madrugada no me di cuenta de ponerme la bata cuando sucedió el episodio con Christian, ¡Que vergüenza!, debo recordar que ya no estoy sola en este departamento.
Saco mi ropa interior y me meto a la ducha, el agua medio tibia me relaja de una noche agotadora. Lo primero que haré será llamar a Flynn, quizás pueda atenderlo hoy mismo, también a Kate para avisarle que no iré hoy a la oficina.
Ya son las ocho y estoy lista, seque mi cabello y lo ate en un moño, llevo un pantalón negro una blusa roja y mis converse favoritas. Estoy cómoda para un día de compras, me hace tanta ilusión que no puedo esperar.
Bajo a desayunar y allí está Gail preparando todo.
-Buen día nana, ¿Y Christian? .-
-Buen día Ana. No lo se... no lo he visto desde esta madrugada. Debe estar durmiendo todavía.-
-Iré a despertarlo. Preparale café por favor, unas tostadas de pan integral, jugó de naranja y....-
-Tranquila, lo sé. Debe alimentarse bien.-
Me dice sonriendo, adoro a esta mujer. Asiento y salgo en busca de mi huésped especial.
Toco su puerta y no responde, el miedo se apodera de mi, ¿Y si se fue? No, no, no debe estar dormido. Respiro ondo y abro la puerta. Allí parado está él, frente al espejo tocando su reflejo, parece que no se da cuenta de mi presencia porque sigue perdido en sus pensamientos. Camino despacio hasta quedar a su lado en el espejo y nos miramos a través del mismo.
-Nunca me había visto asi.-
Comenta con nostalgia.
-Eres hermoso.-
Las palabras salen de mi boca sin que pueda detenerlas. Me sonrojo escandalosamente cuando su sonrisa tímida hace aparición en su rostro.
-Gracias.-
-Ven vamos a desayunar, así podremos irnos de compras más rapido.-
Suspira pesadamente pero asiente y me sigue al comedor.
La mesa está repleta de cosas deliciosas.
-Siéntate, te debo un café. -
Se sienta a mi lado y observa todo como si fuera la primera vez que ve un banquete solo para él.
-Sírvete lo que tu quieras. -
-Gracias. -
-Oye debes dejar de agradecerme por todo y comer más, ¿Si?.-
Asiente avergonzado, creo que fui un poco ruda pero si dejo que se sienta así no entrará en confianza nunca. Quiero que se sienta en casa, como si hubiera sido suya en otra vida...
Lleva puesta la misma ropa que le dio Gail anoche, se ve bien en ella, me parece que es de Taylor aunque no recuerdo vérselas a él. Comemos en silencio. Yo tomo un té, una ensalada de frutas y una tostada y él bebe su café a gusto come tostadas, huevos y tocino, algunos cupkates de arándanos, jugo de naranja, prueba algunas galletas de miel y no se donde le entra tanta comida. Yo he terminado, así que me disculpo y me levanto de la mesa.
-Permiso, tengo algunas llamadas que hacer. Vuelvo enseguida, Tay prepara el auto iremos al centro comercial.-
-Claro pequeña, aquí te espero.-
Le sonrio a Christian y me dirijo a la biblioteca. Tengo un estudio aquí, pero me siento más cómoda rodeada de libros. Me siento en mi silla en el escritorio y marco primero a Kate que al tercer tono contesta.
-Steele, ¿Dónde te has metido?.-
Grita del otro lado de la linea.
-Hola si estoy bien, gracias. Mira te llamo porque no iré a la oficina hoy, se presentó algo que debo atender.-
-¿Cómo que algo?. ¿Que pasó?. ¿Te encuentras bien?.-
Puedo sentir la preocupación en su voz. La quiero como a una hermana y ella a mi también.
-Estoy bien amiga, tranquila es solo que tengo que hacer algo... luego te contaré bien lo prometo. Confía en mi ¿Si?.-
-Por supuesto que confío en ti. Bueno de verdad espero que todo esté bien. Llámame si necesitas algo.-
-Lo haré, no te preocupes. Adiós y gracias por cubrirme hoy.-
-De nada. Te quiero.-
Colgamos y marco a Flynn que al primer tono responde.
-Anastasia, ¿Cómo estas?.-
-Hola doctor, estoy bien, gracias. Quiero hacer una cita para hoy si es posible.-
-¿Te encuentras bien?.-
He creído que el doctor tiene un enamoramiento hacia mi. Espero solo sean ideas mias.
-Estoy bien, en realidad es para otra persona. ¿Tendrás un lugar para él hoy?.-
-Entonces es un hombre...-
Comenta con un dejo de desdén. Mmm, esto solo agranda mis sospechas, si es así tendré que cambiar de loquero.
-Si, es un joven que perdió la memoria. ¿Puedes o no?.-
-Claro, tengo un espacio a las quince .-
-Perfecto, estaremos ahi puntual. Adiós. -
Cuelgo sin esperar respuesta, no tengo ánimos para ser amable con nadie más que con Christian. Tomo mi bolso y me dirijo a la sala. Allí está él esperándome.
-Estoy lista cariño. ¿Nos vamos?.-
Se levanta y viene hacia mi. Toma mi mano y la besa dulcemente, sus ojos cálidos me miran atravez de sus pestañas arqueadas.
-Me gusta que me digas cariño...-
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Voten y comenten...
Besitos 😙😙😙
Andy....
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