Capítulo 6...
POV Anastasia
Allí, al final de la escalera se encuentra un joven de pelo corto cobrizo, alto, un poco delgado pero musculoso, lleva pantalón de jean oscuro con unas converse blancas, una remera negra, que deja ver su cuerpo a la perfección y un suéter negro también. Su pelo bien peinado, aunque algo rebelde y está afeitado.
Mi boca se secó y estoy segura que la tengo abierta de par en par. Nuestros ojos se conectan y una tímida sonrisa aparece en su perfecto rostro, me quita el aliento por completo y siento como mis mejillas arden. No puedo dejar de mirarlo, sus ojos grises como el acero tienen un brillo distinto ahora. Es total y completamente hermoso, perfecto. Jamás creí que el resultado sería este.
Derepente Gail aparece detrás de él y sonrie como boba, ya que se da cuenta que nos quedamos sin movernos, como en una burbuja, solo él y yo.
-La mesa está servida.-
Logro artícular palabra y no se me ocurre que más decir. No salgo de mi asombro, ¿Qué hacía un joven tan guapo mendigando en la calle?. No debe tener mas de veintitrés años.
-Sígueme por aquí. -
Lo guía Gail, ya que debo parecer una tonta en este momento. Le agradezco internamente por ayudarme. Despacio, con una elegancia que no había notado hasta este momento, baja la escalera.
No me he movido ni un centímetro de mi lugar. Cuando llega al último escalón, toma mi mano derecha y la besa con delicadeza, un calor sofocante me recorre el cuerpo concentrándose en mis mejillas.
-Gracias.-
Solo eso me dice y yo asiento con la cabeza. Tengo que recuperarme maldita sea, jamás nadie me hizo sentir así. Me recompongo y entrelazo nuestras manos para así caminar juntos al comedor.
-Toma asiento por favor. -
Le digo soltando nuestro agarre y señalandole una silla a mi lado.
Él se sienta y mira la mesa. Parece incomodo.
-¿Pasa algo Christian?.-
-No, bueno si... nunca usé todo lo que hay aquí. -
Me dice apenado.
-Bueno yo te enseñaré todo lo que necesites, por ahora solo mírame y haz lo mismo que yo.-
Le respondo amablemente, pero tengo curiosidad, ¿Cómo es que no sabe nada?. Quizás vivió toda su vida en la calle. El pensamiento me estruja el corazón.
Veo a Taylor acercarse junto a Gail, siempre comemos juntos ya que son mi unica familia. Él se sienta en la cabecera, mientras Gail sirve la lasaña. Su olor invade el ambiente y observo como Christian cierra los ojos. Sonrio a este gesto. Luego que termina de servir se ubica a la derecha de su marido, yo estoy en la otra cabecera y Christian a mi derecha.
-Bien... buen provecho. -
Les digo a los tres y al unísono me responden gracias.
Llevo mi primer bocado a la boca, está delicioso, nunca me decepciona esta mujer. De reojo veo a Christian tomar el tenedor con miedo, sonrio y me pongo de pie. Él levanta la cabeza y me mira mientras lo rodeo y me ubico detrás de él.
Tomo los cubiertos de sus manos y se los acomodo bien. Pongo mis manos sobre las suyas, al instante la corriente se hace presente y un silencio abrumador se instala a nuestro alrededor. Pero la ignoro, igual que a todo lo demás.
-Asi se corta.-
Le muestro sin despegar mis manos de las suyas. Una vez que lo cortamos, lo ayudo a pinchar un trozo con el tenedor y lo llevó hacia su boca. La imagen me roba el aliento una vez más, cierra los ojos al momento que la lasaña ingresa en su boca y un gemido casi inaudible se le escapa de su garganta.
-¿Te gusta verdad?.-
Pregunto sabiendo bien la respuesta.
-Jamás comí algo parecido. Es simplemente delicioso.-
Me responde mirando a Gail agradecido. Lo suelto delicadamente y vuelvo a mi asiento. En ese momento me doy cuenta que no estamos solos, ya que veo como esos dos se lanzan miradas cómplices. Mis mejillas arden y no se el motivo. O prefiero mejor no saberlo.
-Esto es un vino blanco, pero si lo deseas esta copa de aquí contiene agua.-
Le informo mientras le muestro cada copa. Él asiente con la cabeza e intenta volver a cortar un trozo, sin mucho éxito debo agregar, yo trato de concentrarme en mi plato así no se siente tan incomodo. De reojo sigo observándolo y simplemente no puede, la guerra entre hombre y utensilios definitivamente la perdió. Dejo mis cubiertos sobre la mesa y le hago señas a Taylor y Gail para que hagan lo mismo, ellos fruncen el ceño pero al ver el desastre que esta haciendo Christian comprenden que voy a hacer.
Corto un pedazo con mi mano y con la otra toco la mano de él. Cuando me mira lo llevo a mi boca y saboreo, Mmm así está más rico...
Una sonrisa deslumbrante aparece en sus carnosos labios dejando ver una hilera de dientes perfectos. Suelta sus cubiertos y agarra un buen trozo con sus grandes manos, lo lleva a la boca y lo come como si no hubiera un mañana.
Nosotros seguimos comiendo (con las manos) no puedo creer estar haciendo esto. Si mi madre me viera se estaría tirando de los pelos.
Me limpio con una servilleta y tomo un sorbo de vino. Él al verme hace lo mismo. Lo veo tragar y saborear.
Ya no queda nada en su plato, el pobre si estaba muerto de hambre.
-¿Quieres más Chris?.-
-Mmm no, gracias. Creo que está bien así. -
Me dice no muy convencido, y sé que si quiere más. Creo tener una idea...
-Bueno, yo si quiero más. Nana, ¿Puedes servirme?.-
Ella al entender mi juego sonrie con picardia y se dispone a servirme.
Sus ojos se van hacia mi plato, parece un niño y me parte el alma.
-Bueno, tal vez si sobra un poco...-
Dice con las mejillas sonrosadas y es tan tierno en este momento que me gustaría abrazarlo fuerte.
-Claro que si cariño, siempre cocino como para un batallón. -
Le responde y le vuelve a servir.
Cuando terminamos de cenar lo llevo al sillón blanco en forma de L que está frente a la chimenea. Él se queda mirando las llamas perdido en sus pensamientos. Pero mi curiosidad me está matando, quiero saber más de él. Necesito saber más de él.
-¿Por qué no me cuentas de ti Chris?.-
Gira a mirarme y un lento suspiro se escapa de sus labios.
-No se mucho en realidad. Sé que me llamo Christian porque una enfermera me llamó así cuando desperté en un hospital. No se que me sucedió, ni porque llegue hasta ahí... o cuanto tiempo estuve. Pero al momento que volví a despertar tenia tanto miedo que decidí escaparme. Tengo recuerdos muy borrosos de mi pasado, una voz que me llama con dulzura. Pero ningún rostro.-
Vuelve su mirada a las llamas y una lenta lágrima recorre su mejilla hasta perderse. Este joven sufrió demasiado. ¿Pero por qué nadie lo buscó nunca?.
Tomo su mano y la guio a mi cintura, él me ve confundido. Llevo mis brazos a su cuello y lentamente me acerco para abrazarlo, su cuerpo parece una roca. Lo siento aspirar el olor de mi cabello y poco a poco se va relajando. Me aprieta con más fuerza y sus sollozos inundan la sala. Lloro con él, por su desgracia, porque quiero que se encuentre bien. Nadie debe pasar por esto, se lo que es sentirse solo, aunque Gail siempre estuvo para mi, había días en los que ella se marchaba a visitar a su madre y yo quedaba sola en la mansión, Taylor estaba en su estudio la mayor parte del día trabajando. Yo me encerraba en mi habitación y lloraba hasta quedarme dormida. Sé que no es lo mismo, por lo menos yo se quien soy. Tengo que ser fuerte por los dos, en este momento soy lo único que tiene, y así será.
Me separo y me acomodo en el respaldo del sillón, lo guio hasta tener su cabeza en mi regazo. Él se deja ser y se acomoda mejor, su mano abraza mis piernas y un suspiro sale de su cuerpo. Acaricio su pelo aun húmedo por la ducha y lo siento relajarse cada vez más hasta que se queda dormido.
Yo no puedo, mi cabeza va a mil, pensando en, ¿Qué haré ahora?.
Lo primero será llamar a Flynn, mi psicólogo, y hacer una cita para Christian. Por lo pronto mañana no iré a la empresa, se que Kate puede manejar todo sin mi. Me quedaré con él todo el día, haré que se sienta en casa, lo haré feliz... por lo menos el tiempo que decida quedarse a mi lado.........
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Besitos 😙😙 😙
Andy....
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