Capítulo 18...
POV CHRISTIAN
Mmm Ana me vuelve completamente loco, después de hacer el amor la veo dormir, parece un ángel, todavía puedo apreciar las gotas de sudor en su precioso rostro. Esta mujer simple pero increíblemente hermosa me salvó la vida de muchas maneras. No sólo me salvó de morir de hambre, sino también de morir de hambre y solo. Le debo todo y me juré a mi mismo pagarselo y con creces el día que pueda. He estado convenciendola de que debo trabajar, de cualquier cosa, pero ya no soporto estar encerrado en este lujoso apartamento sin hacer algo productivo con mi tiempo y también es un poco porque no es gusta ser un mantenido, soy el hombre aquí por Dios.
Duermo profundamente como siempre que lo hago a su lado pero el día de hoy me espera la jodida cita con el jodido doctor. Ese hijo de puta me mira con tanto odio como yo a él. Sé que quiere algo con Ana, lo presiento, y como la mira tampoco deja mucho a la imaginación.
(....)
Llegamos al consultorio y Blanca me saluda pero no estoy de humor para ser amable y Ana se da cuenta ya que no dice nada y se lo agradezco, le beso la frente y entro sin más a mi suplicio.
Él está sentado en su escritorio de madera oscura y me mira por arriba de sus lentes de forma despectiva.
-Buenos días Christian, toma asiento por favor.-.
Habla falsamente con un dejo de odio. Y se bien porque es, por el mismo motivo que no quiero venir y no es porque no sepa que lo necesito, sino porque detesto como mira a Ana, y él quiere lo que es mio.¡ Ja! Sueña bastardo.
Tomo asiento en el diván color morado, pero no me acuesto, presiento que esto será rápido.
-Bien, parece que no tienes muchas ganas de hablar hoy, puesto que ni te has digado a contestar mi saludo ¿Dónde quedaron tus modales?.-
Lo miro impasible, no pienso caer a su juego.
-¿Cómo va tu relación con Anastasia?.-
Siempre es la misma pregunta, y siempre le respondo lo mismo: ¿Qué carajos te importa?. No puede con su genio y yo sonrio disfrutando como se hincha la vena en su frente. Creo que puedo hacer un esfuerzo hoy... si tanto quiere saber...
-Genial, cada vez mejor... ayer hicimos el amor de forma salvaje, no sabes como gritaba mi nombre mientras se corría.-
Sip... esto es jugar sucio y muy poco hombre de mi parte, pero estoy harto de venir aquí. Quiero desenmascararlo, que muestre de una vez quien es y valla si funciona. Se pone de pie echo una furia y se acerca a mi lanzandome cuchillas con sus ojos.
-Eres un maldito desgraciado, ella debia ser para mi y tú y tu asquerosa humanidad se interpusieron... pero te sacaré de mi camino.-
Habla entre dientes y yo me río en su cara, sus insultos y amenazas no me dan miedo. Es más...
-Mira doctorcito de cuarta, aunque te duela el culo Ana es mía y ni tú ni nadie más que no sea ella me separará de su lado. No me conoces, no sabes de lo que soy capaz así que no me provoques, no me busques porque me encontrarás y te puedo asegurar que no te va a gustar. ¿He sido suficientemente claro?.-
Se abalanza sobre mi dándome un puñetazo en la mejilla el muy hijo de puta. Salto del sillón y lo enfrento, le doy un puño en la nariz rompiendosela, la sangre brota y esto lo enfurece más. Pero me vale mierda lo que haga o diga, lo tiro sobre su escritorio cayéndose todo al suelo, no le permito que me vuelva a golpear. Lo agarro con fuerza de la ropa y lo tiro al piso para poder pegarle más cómodo, este hijo de puta me encontró, se merece esto y se lo daré con gusto. Primero por atreverse a posar sus ojos en mi Ana, y luego por golpearme.
-¡Christian por Dios sueltalo!.-
Escucho la voz de Ana a lo lejos, pero no puedo parar, estoy cegado por la rabia y a este tipejo no le quedarán más ganas de meterse con mi chica.
-¡Ella es mia maldito, entiendelo de una jodida vez!.-
Logro escupir las palabras entre mis dientes apretados por la furia y el esfuerzo de golpearlo, para que de una vez se las grave.
-Blanca trae a Taylor que está en la acera.-
Sigue hablando Ana de fondo, no dejo de estampar mi puño en su asquerosa cara que sangra por todos lados, hasta que siento como alguien me jala hacia atrás. Es Taylor, ¿Por qué se mete?. ¿Qué no ve que este tipo se merece esto y mucho más?.
-¿Qué carajos está pasando aquí?.-
Grita Ana furiosa, pero no me da tiempo a contestar y Taylor no me suelta. Flynn habla ahora levantandose del suelo, mientras yo sigo forcejeando con Taylor.
-Ella era mía hasta que apareciste maldito bastardo. Pero me las pagarás. ¡Lo juro!.-
-¿De que demonios estás hablando John?.-
Le grita Ana de vuelta cada vez más furiosa y yo solo miro, la duda entra en mi. ¿Y si tenían una relación antes de que yo llegara?. Pero ella nunca lo mencionó. No, este tipo está obsesionado con ella. Puedo verlo.
-Tú... tu ibas a ser mía hasta que esté muerto de hambre apareció... ¿O debo decir su verdadero nombre Anastasia?.-
El aire abandona mis pulmones, Ana se pone totalmente blanca y apenas logro escuchar su respuesta.
-¿Cómo lo sabes?.-
Entonces es cierto... ella lo sabe. La furia y la decepción corren por mis venas. Ella me engañó todo este tiempo. Quiero salir corriendo de aquí, no quiero ver como se siguen burlando de mi. Pero tengo que asegurarme, tengo que saber la verdad.
-¿De que habla Ana?. ¿Tú sabes quién soy?.-
-Esto deben hablarlo en privado. -
Dice Taylor a mis espaldas y me arrastra fuera del lugar sin dejarme decir nada. El bastardo tiene fuerza y por primera vez agradezco que me sostuviera y me sacara de allí. No se que hubiera echo. Salimos a la calle y camino en círculos como un león enjaulado, el aire de la calle no es suficiente para llenar mis pulmones, no puedo soportar esto.
-Tranquilo Christian. Debes calmarte.-
Me dice Taylor con suavidad pero no puedo hacerlo. Ella sigue en ese lugar seguramente riéndose de mi con ese enfermo.
-¿Tú lo sabes también verdad?. ¿Desde hace cuanto que se ríen todos de mi?.-
Escupo las palabras con odio. No confío en nadie ya. Maldita sea la hora que se cruzaron en mi vida.
-Debes calmarte y hablar con Ana, ella te explicará todo. Pero si no te calmas no dejaré que te acerques a ella.-
Eso me hace mirarlo fijamente, y es entonces cuando me doy cuenta que no puedo estar lejos de ella. Él tiene razón, tiene que haber una explicación y tengo que escucharla de sus labios.
La veo salir tambaleándose más pálida que antes y sin pensarlo la abrazo con fuerza. Aspiro el aroma de su cabello, ese aroma a manzanas que me calman... solo un poco.
-Suban al auto. Los llevaré al Escala y allí hablaran TRAN-QUI-LOS.-
Nos dice Taylor remarcando la ultima palabra. Ana tiembla en mis brazos y un sollozo se escapa de sus delicados labios. No resisto verla llorar. La ayudo a subir y abrocho su cinturón. El camino al apartamento es en silencio, mis pensamientos son un desastre, nada tiene sentido, el puto doctor que quiere lo que es mio, Ana que sabe quien soy y no me lo dice. ¿Acaso lo sabia cuando me sacó de la calle?. ¿Y qué tiene que esconder?. ¿Por qué no me lo dijo?. ¿Quién más los sabe?. ¿Realmente me quiere o es otra más de sus mentiras?. No, descarto la ultima pregunta. No me hubiera entregado su virginidad si no me quisiera aunque sea un poco. Además de que si no me quiere seguro que mi vida ya no tendría sentido, no la tenia antes de conocerla y no la tendrá después de ella.
Miro hacia ella y las lágrimas siguen cayendo de sus azulados ojos, la veo sacar su teléfono y escribir algo en el. No tengo ganas de preguntar, solo quiero llegar y que me diga toda la verdad.
El viaje se hace eterno pero por fin llegamos, la ayudo a bajar y vamos hacia el ascensor los dos, Taylor fue a estacionar el auto al garaje. Subimos en silencio, nunca estuvimos tanto tiempo sin hablarnos, nunca tuvimos una pelea, salvo la primera vez que decidí irme y no se si tendré el suficiente valor para hacerlo otra vez. Soy un hombre egoísta, descubrí eso de mi personalidad, no quiero que esté con alguien más, la quiero para mi, solo para mi, siempre.
La tomo de la cintura cuando se abren las puertas del asensor en el recibidor de su apartamento, la distancia entre nosotros es insoportable. Una pequeña parte de mi me dice que diga lo que diga no la dejaré de querer ni un poco y que la necesitaré mucho más que antes, pero la decepción está ganando la batalla que en mi interior se esta librando, confusión, miedo, desesperación y un sin fin de sentimientos nada agradables me invaden.
Afortunadamente estamos solos, caminamos hasta el sofá de la sala y nos sentamos, ella no deja de retorcer sus manos en su regazo, acto que solo hace cuando está nerviosa. La entiendo porque yo lo estoy aún más.
-Habla de una vez Anastasia, y quiero la verdad... toda la verdad.-
Mi voz sale mas ruda de lo que pretendía, no quiero asustarla. Ella me mira, con sus aguados ojos azules avergonzada.
-Christian yo... eh... yo...-
Es interrumpida por el ruido de las puertas del ascensor al abrirse. Los dos miramos para ver quien es.
Elliot Grey aparece en la sala luciendo confundido hasta encontrarnos, no me muevo de mi lugar. ¿Qué hace él aquí?.
Ana se pone de pie y corre a sus brazos llorando desconsoladamente. Se abrazan sin ningún pudor, olvidándose de que existo. Él acaricia su espalda y le habla al oido, ella asiente con la cabeza sin soltarse de su abrazo.
Mi pecho arde, el aire abandona mis pulmones, mis manos echas un puño y mis lágrimas queriéndose escapar de mis ojos. La ira y el asco corren por mis venas al comprender. Todo ahora está tan claro como el agua y la revelación rompe mi corazón, mi corazón que gracias a ella cobró vida.
Todo este tiempo se estuvieron burlando de mi......
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Besitos... 😙😙 😙
Andy....
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