Capítulo 10...








Pov Anastasia








Estoy en shock, Christian acaba de decirme que este es su plato favorito,  eso quiere decir que recordó algo. La alegría colma mi pecho, si supiera quién es seria todo más fácil para los dos.

-¿Qué dices cariño, recordaste algo?.-

Me mira inexpresivo, creo que está en shock también. Espero por lo que parecen horas hasta que por fin  puede hablar.

-No, no en realidad. Solo el sabor de los macarrones.-

Mi ánimo cae por los suelos y la pequeña luz de esperanza se va apagando como el brillo en su mirada.

-No te preocupes, por algo se empieza ¿No es cierto?.-

Asiente de acuerdo con mis palabras. Me gustaría sentirme tan segura de las mismas. Pero luego llamaré a Flynn para contarle. Esto en algunos puntos debe ser importante. Creo que en la comida está el secreto, desde hoy haré toda clase de comidas distintas. Tengo que agotar todos mis recursos si quiero que estemos juntos algún día.
No ha vuelto ha tocar su plato y yo tampoco, se me fue el apetito al diablo junto con mis esperanzas.

-¿Quieres ir a descansar?.-

Asiente y sin pronunciar palabra se levanta y se va hacia su habitación.  Me quedo sola en la mesa mirando mi plato a medio terminar, no puedo esperar a mañana. Me dirijo a mi habitacion a buscar mi teléfono, cuando lo encuentro marco el número de Flynn quien contesta al primer tono.

-Anastasia que milagro saber de ti dos veces en un mismo día. -

Ruedo los ojos, su actitud me está colmando la paciencia y si no lo mando con su mamasita es porque lo necesito.

-John, Christian al parecer recordó algo, estábamos comiendo macarrones con queso y derepente se puso blanco como el papel y me dijo que ese era su plato favorito pero no recordó más, sólo su sabor. ¿Qué debo hacer?.-

-Mira, por lo que pude hablar con él hoy al parecer tuvo un accidente que le hizo perder la memoria. Esto quiere decir que necesito su historial médico para saber que tratamiento debo llevar con él. Solo no podré hacer mucho. Que haya recordado aunque sea un sabor es una buena señal porque quiere decir que eso significó algo en su vida anterior que subconscientemente recuerda. Lo mejor será adelantar la sesión para dentro de tres días. -

¿Y ahora que carajo hago?. Christian me dijo que no quiere volver a verlo y todavía no tuve el valor de preguntarle qué pasó con John.

-Si lo del médico ya lo hablé con él, tengo que sacarle una cita para llevarlo. ¿Tú crees que pueda recuperarse?.-

-No puedo asegurar nada si no tengo su historial preciosa. Llévalo y ni bien tengas todo me llamas que lo atenderé sin cita previa.-

Cuelga dejándome con la palabra en la boca. Estoy segura que un médico que se respete no le llama preciosa a su paciente. Si Christian me lo pone difícil no se que haré porque el maldito es bueno en su trabajo.
Inspiro y expiro una gran cantidad de aire y marco a mi doctor de cabecera.

-Buenas noches doctor Lynch, llamo para hacer una cita para un amigo. Para mañana mismo si es posible.-

-Hola Anastasia... Mmm creo que tengo un espacio a las diez de la mañana, ¿Te parece bien?.-

-Perfecto doctor ahí estaremos. Gracias. -

-Te espero. Que pases buenas noches.-

Al fin un doctor que se comporta como debe. Aunque este tiene casi sesenta años y John no llega a los treinta y cinco.

Cuando mis padres murieron yo tenia diesciseis años y no veia el mundo como lo veo hoy. Estaba a un paso de ser una paciente depresiva, lloraba encerrada en mi habitacion hasta quedarme dormida. No comía y no quería estar con nadie, ni siquiera con Gail. Un día después que se cumplieran los tres meses de su partida encontré unas pastillas en el botiquín de mamá, los extrañaba tanto que el dolor no me dejaba pensar con claridad, me tomé el frasco entero. Ya no quería sentir ese vacío en el pecho que solo llenaban ellos. No recuerdo nada de esa noche, al despertar estaba en un habitación de hospital y Gail estaba ahí tomada de mi mano llorando, Taylor me miraba con una mezcla de preocupación y decepción. Fue en ese momento que entendí que tenia por quien seguir adelante, ellos me querían como a una hija, no podía hacerlos sufrir de ese modo. El doctor Lynch me recomendó a su amigo psicólogo y fue ahí dónde conocí a Flynn, debo decir que me ha ayudado mucho aunque el dolor y vacío siguen en mi, me hizo ver que mis padres no hubiesen querido verme mal. Así que trato día a día de ser una mejor persona para que ellos dónde quiera que estén se sientan orgullosos de mi. Esa era mi misión, espero algún día reencontrarme con ellos y poder abrazarlos, mirar a los ojos a mi padre, esos ojos color miel que me veían con adoración y me hacían sentirme amada, esos ojos que solo transmitían paz. ¡Dios como lo extraño!, él era mi héroe, mi ejemplo a seguir. Mi mejor amigo.
Me acuesto en mi cama y trato de dormir, pero mis recuerdos no me dejan, al parecer, esta sera una larga noche.
Despierto a las tres de la madrugada bañada en sudor, una pesadilla en la que me comunicaban que mis padres habian fallecido me despertó. Siempre es el mismo sueño y por desgracia es la realidad. Me levanto y decido ir a tocar el piano, mi padre me lo regaló cuando cumpli cinco años y desde entonces empeze a tomar clases, ahora puede decirse que lo toco como una profecional. Me coloco la bata y bajo, me siento y empiezo a tocar una melodia triste, como mi maldito estado de ánimo. Tener a Christian aqui conmigo removio sentimientos que crei estaban guardados y superados, pero como siempre... no siempre es lo que parece. Sigo tocando hasta que una sombra a los pies de la escalera llama mi atencion, paro abruptamente y me giro para encontrar a Christian alli mirandome en la oscuridad.

-¡Me asustaste Christian!. Lamento haberte despertado, no era mi intención.-

Camina despacio hasta sentarse a mi lado.

-Tranquila, no lo hiciste. No podia dormir, lo que pasó hoy me tiene confundido. Nunca desee tanto recuperar la memoria hasta que te conocí.-

-Lo harás. No te preocupes, debes ser paciente.-

-La verdad es que siempre tuve miedo.-

Su declaracion me sorprende, y es que para ser sincera, estoy conviviendo con alguien que no tengo la menor idea de quien es, y lo mas trite de esta situacion es... que él tampoco.

-¿A que le temes?.-

-A todo. ¿Qué tal si era una mala persona?.  ¿O un asesino?. O no tenia familia. Y si la tenia ¿Por qué no estaban conmigo en el hospital cuando desperté?.  Tal vez hice algo realmente malo para que me dejaran solo y no me buscaran. No se... todo me lleva a conclusiones desagradables.-

Lo abrazo por instinto, para que sienta que ya no estará solo nunca más.

-¿Sabes?, no me importa quien hallas sido en tu otra vida. Me importa quien eres ahora y lo que puedes llegar a ser.-

-No quiero ser malo Ana. No quiero saber que fui malo alguna vez.-

Habla mirando fijamente las teclas del piano, las acaricia con tanta delicadeza que cualquiera que lo ve diria que ama este instrumento. Lo que hace a continuacion vuelve a dejarme en shock, cierra los ojos y suspira largamente, coloca sus manos sobre las teclas y empieza a tocar una canción de Bethoven, la conozco bien ya que fue la primera que aprendí a tocar. Sus largos dedos se mueven de forma perfecta y mis lagrimas caen en cascada por mis mejillas. Resulta que el hombre a mi lado es una caja de sorpresas que al parecer juntos estamos descubriendo.
La pieza termina y yo suelto el aire que no sabia estaba conteniendo. Él abre los ojos y me mira, sonrie de lado y se encoje de hombros.

-Tal parece que sabia tocar esto. ¿Cómo se llama?.-

-Piano.-

Es todo lo que puedo decir, la capacidad del habla ha abandonado mi cuerpo, pero otra desconocida para mi hasta que lo conocí a él se despierta, el deseo. El deseo por este herido y exageradamente guapo hombre que me atrapa en su gris mirada y no puedo salir de ella, no quiero salir de ella.
Me acerco despacio, muy despacio sin despegar mis ojos de los suyos hasta estar a centimetros de sus labios. Esos perfectos y deliniados labios carnosos que llaman a solo una cosa....










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Besitos 😙😙 😙

Andy...









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