Primera Ronda Parte 1
Los dos días habían terminado, la arena estaba construida justo donde se dijo, en las llanuras de Prometeo, las gradas estaban llenas de nuevo, incluso algunos humanos parecieron al borde de la locura por tener que revivir esta pesadilla de torneo de nuevo, su destino vuelve a estar en juego, y aunque los dioses espectadores no lo sepan, sus destinos también lo están.
Allí, por los pasillos estaba Goll viendo una gran bolsa llena de armas hechas por Hefesto, el dios ha hecho honor a su atributo y ha podido en menos de 48 horas forjar armas divinas hechas especialmente para cada uno de los peleadores, Goll todavía recuerda la promesa que hizo con él sobre que si los humanos ganan tendría que casarse con él, aunque prefirió no pensar en ello y se dirigió a una sala para elegir tranquilamente al primer peleador, junto a ella estaba Hlokk la cual decidió seguirla y estar a su lado durante las batallas, cosa que la sorprendió debido a su carácter narcisista y egoísta, seguramente lo hace porque es la única de sus hermanas que sabe sobre el trato con Hefesto.
En la sala, Goll miraba atentamente la lista de peleadores, pensando quién podría ser el mejor para pelear primero. "¿Quién debería ser el elegido?" Pensó haciendo que Hlokk se empiece a desesperar por lo que tomó la iniciativa. "¿Qué tal este?" Dijo señalando la imagen de uno de los luchadores, Goll pareció meditarlo un poco, no es tan inteligente ni firme como lo fue Brunilde por lo que al final acabó aceptando. "Está bien, le avisaré personalmente, la primera ronda ya está a punto de empezar" dijo la pequeña alejándose rápidamente mientras Hlokk tomaba dirección hacia el balcón personal que tienen mientras sigue con un rostro serio. "Espero que pueda evitar que suceda lo de Hefesto" dijo preocupada mientras, como siempre, se miraba en su pequeño espejo, lo cual era una mala idea ya que se acabó chocando con alguien y cayendo al suelo al instante.
"¡Mira por donde vas!" gritó Hlokk como si la otra persona fuera la que tuviera la culpa, entonces fue cuando se fijó en la figura que tiene delante, con su ropa tan casual y esa paleta en la boca, sin duda se trata de Buda.
"¿Acaso quieres pelea?" preguntó de manera amenazante Buda haciendo que la undécima valkiria de un par de pasos hacia atrás con algo de miedo que forzaba por no mostrar, pero rápidamente la expresión del dios cambió a una risa cómica mientras mordía su paleta. "¡Es broma, nunca golpearía a una valkiria!" dijo mientras seguía riendo, haciendo que Hlokk se sienta algo estúpida.
"De todos modos, estaba yendo hacia las gradas humanas, ¿Ha pasado algo?" Preguntó Buda, pero Hlokk no contestó con la verdad. "No pasa nada, solo andaba distraída por mi hermoso cabello, ahora quita de en medio" contestó rápidamente mientras corría hacia el balcón de honor hecho para las valkirias, Buda se quedó mirando unos cuantos segundos hasta finalmente romper del todo la paleta, escupir el palillo y reanudar su camino a las gradas para presenciar el primer combate.
Mientras los dioses estaban todos extremadamente nerviosos, sobre todo los que sabían de su destino en el caso de volver a perder el Ragnarok, pero confiaban en las capacidades de sus 13 dioses elegidos, desde el balcón griego Zeus tomaba asiento lentamente mientras Hermes se colocaba de pie a su lado y Ares en su respectivo asiento también, pero esta vez habían muchos más dioses viendo lo sucedido desde el balcón, como Hera, la esposa de Zeus, se trata de una vieja con incluso más arrugas que el propio Zeus pero aún así tratando se vestir de manera sensual cuando no lo es. A la derecha estaba una mujer con vestimenta militar, una gran armadura junto a una lanza, se trata de Atenea, la cual miraba con curiosidad la arena en la que se iba a inaugurar el Ragnarok en tan solo unos minutos, de reojo miró a su padre Zeus bastante más serio de lo esperado, estaba así desde que volvió de su reunión para decidir el orden de peleadores, para Atenea eso era una alerta muy clara de que algo realmente grave ocurre.
A su lado estaba un asiento vacío que pertenece a Artemisa la cual por el momento ha decidido no hacer acto de presencia.
En el balcón nórdico se encuentra Thor con mirada seria junto a su esposa Sif y al pequeño Forseti en el otro lado de pie, ningún otro nórdico importante quería presenciar los acontecimientos del Ragnarok.
En el balcón hindú Shiva estaba acostado junto a sus esposas con su mejor amigo Rudra, durante los años posteriores al primer Ragnarok se habían vuelto a ver mucho más a menudo, sobre todo por la ayuda que necesita a veces por la ausencia de 3 de sus 4 brazos.
Por último, el balcón egipcio era el más preocupado, Osiris, Isis y Bastet eran los que más lo mostraban, mientras por el contrario la diosa Nut parecía totalmente neutral.
Todos los pensamientos de todo el mundo cesaron cuando Heimdall hizo acto de presencia como comentarista nuevamente, justo en ese momento Goll apareció en su balcón y tomó asiento junto a sus hermanas, había una silla para cada una, cosa que no tenían en el estadio anterior.
"¡Bienvenidos todos a la inauguración de la batalla que decidirá el destino de la raza humana, el Ragnarok comienza de nuevo!" Gritó con entusiasmo haciendo que en las gradas de los dioses se haga lo mismo mientras en la humana la gente todavía se estaba tratando de concentrar y parar los pensamientos negativos.
"¡La revancha de los dioses finalmente ha comenzado, no nos entretengamos más y demos comienzo a la primera batalla!" gritó Heimdall mientras la puerta de los dioses se abría lentamente, "Desde el lado de los dioses tenemos a uno de los más fuertes jamás vistos, un auténtico dios creador proveniente de Egipto" decía el presentador mientras el público ya podía imaginar de quien se trataba haciendo que los dioses entren en furor y los humanos empiecen a desesperar. En la arena desde la puerta no salió nadie, sino que gracias a los rayos de sol una especie de entidad apareció épicamente de la mismísima bola de luz mientras Heimdall continuaba. "¡El dios supremo egipcio que controla el sol acompañado de su fiel ojo! ¡Ra!" El dios con cabeza de águila se alzó ante todos mientras a su lado un ojo flotante giraba a su alrededor, el furor de los dioses espectadores fue tan ruidoso que algunos se tuvieron que tapar los oídos, pero lo que a Ra le interesaba era ver como los humanos egipcios empezaban a llorar y a suplicar piedad a su dios y aunque se sintió aliviado de que todavía tuviera seguidores, sabía que tenía que ganar como sea.
"Humanos, temedme igual que lo hicisteis cuando mandé a Sekmet, porque volveré a traer muerte a vuestra raza" sentenció en voz alta haciendo que muchos egipcios queden en shock por lo que su dios acababa de decir.
Aunque desde el balcón de los egipcios todos sabían que lo que decía no era verdad. "Pobre Ra-sama, y pensar que se presentó voluntario para batallar, con lo que él aprecia a la humanidad" dijo Osiris con algo de pena mientras Nut reía por lo bajo, esto sería divertido de ver desde su punto de vista.
Mientras en el balcón de las valkirias todas parecían sorprendidas por mandar ya a un dios tan poderoso igual que en el primer Ragnarok hicieron con Thor, Goll parecía a punto de desmayarse, pero se contuvo, debía tener fe en el peleador que ella había elegido.
Ra después de sentenciar eso a la humanidad se sintió fatal, pero se mantuvo sereno mientras recordaba la conversación que tuvo con Zeus antes de entrar a batallar.
(Hace unos minutos en el pasillo hacia la arena)
Se encontraba Ra preparando su presentación para aparecer ante la audiencia desde los rayos de sol, de repente alguien apareció detrás suya, era Zeus acompañado de Hermes. "Saludos Zeus, Hermes, ¿Qué desean?" Dijo de manera casual, pero con cierta seriedad, ninguno de los dos dioses se sorprendieron ya que según el águila como tiene el mismo rango que él no necesita de honoríficos.
"Solo te iba a desear suerte, al fin y al cabo, eres el primero en pelear" dijo amigablemente a lo que Ra agradeció, pero el dios griego no se detuvo y continuó hablando. "He oído que te llevas bien con los humanos y que los llevaste por el camino de la prosperidad, aunque ellos sean importantes para ti, tú mejor que nadie también sabe lo que pasará si nosotros perdemos" dijo haciendo que Ra se ponga nervioso.
"¿Qué me estás queriendo decir con eso?" Preguntó firmemente mientras Hermes parecía divertirse con la conversación, Zeus mostró su poder y sus músculos para ser así más alto que el águila y le habló de manera amenazante. "¿No nos traicionarás? ¿verdad?"
El rostro del egipcio mostró serenidad ante la pregunta. "Tengo hijos y amigos que no puedo defraudar, no te preocupes Zeus, nosotros los egipcios no tendremos misericordia"
(Presente)
Heimdall se preparaba para presentar al siguiente al peleador humano mientras Ra observaba la puerta de los humanos con curiosidad por quien sería el primer humano en pelear y por ende su contrincante.
"Desde el lado de los humanos tenemos a uno de los reyes más egoístas que ha habido jamás, castigado por los mismos dioses por su obsesión por el oro" empezó Heimdall mientras de la puerta de la humanidad una gran cantidad de monedad de oro salían y una figura robusta vestida llamativamente caminaba entre las grandes cantidades de monedas doradas, al verlo todos ya sabían de quién se trataba. "El antiguo rey de Frigia, ¡El rey Midas!"
Ra lo observó pensativamente, era un hombre robusto que seguramente tendrá más de 30 seguro, con ropas lujosas también hechas de oro, una barba un poco larga y unos ojos amarillos que reflejaban sus deseos obsesivos mientras tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Ambas gradas estaban confundidas, era como cuando en el primer Ragnarok peleó Jack el Destripador, las gradas humanas parecían ser las más sorprendidas.
"¡No puede ser, tenemos a una escoria como él como primer representante de la humanidad!" exclamó uno de los espectadores con poca esperanza, de hecho, muchas personas estaban totalmente en contra de Midas y querían la victoria de Ra, en una zona específica de las gradas dos personas parecían conocerlo mucho mejor que los demás un anciano y una niña de apenas 10 años, ambos con ropajes reales también, la niña habló primero. "Abuelo, ¿Crees que papá ganará?" esa inocente pregunta hizo que el anciano sonría. "Eso espero, para eso tenemos que animarle mucho, ¿Vale?" La niña reaccionó eufóricamente con alegría mientras el anciano parecía estar más serio, estos dos se tratan de Gordias, padre de Midas, y Zoe, hija de Midas.
En el balcón griego los dioses se quedaron sorprendidos al verlo, era un humano al que castigaron personalmente los dioses griegos, en especial Dioniso el dios del vino tuvo algo que ver.
"Entonces quiere venganza" afirmó Ares mientras Atenea miraba al rey con una mirada analítica, sus ojos se iluminaron por un momento y luego sonrió, Zeus llamó a Hermes. "Hermes, ¿Puedes llamar a Dioniso? Seguro que le interesará ver a Midas aquí" ordenó en forma de pregunta y el nombrado con rapidez asintió y salió disparado en busca de su hermanastro por parte paterna.
En el balcón de las valkirias Goll parecía ciertamente nerviosa al ver la mala reacción hacia su primer representante, pero decidió no decir ni una palabra y esperar a ver qué demonios ocurrirá en el primer combate.
En la arena, Ra y Midas se miraban fijamente sin apartar la vista del otro, la única diferencia es que Ra lo hacía con seriedad mientras Midas sonreía de oreja a oreja.
"Que el primer combate por el destino de la humanidad empiece ya!" Anunció Heimdall dando oficialmente inicio al combate.
(A partir de aquí los comentarios de Heimdall estarán en cursiva)
El ojo flotante de Ra de un momento a otro despareció de la vista de todo el mundo mientras el dios egipcio preparaba su cuerpo para el combate dando pequeños calentamientos, Midas por su parte apagó su sonrisa y miró brevemente sus propias manos para ser consciente de que lo único que tenía que hacer para ganar al dios era tocarlo.
"Adelante humano, te dejo dar el primer movimiento, demuéstrame que los mortales ya sois dignos de abandonar el nido" dijo con una risa mientras Midas se preparaba para correr y tocar al dios con alguna de sus manos.
De repente, para sorpresa de todos Midas empezó a correr a una velocidad increíble y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba al lado del dios águila, el rey humano sonrió engreídamente, será demasiado fácil.
Pero en cuanto quiso darse cuenta Ra había desaparecido antes de poder tocarlo. "¿Qué demonios?" Se preguntó para luego escuchar la voz del dios detrás suya.
"¿Qué pasa humano, acaso estás confundido?" se burló el dios del sol con un tono que enfadó a Midas.
"¡Increíble, Ra a desaparecido y reaparecido en el momento justo!"
El rey humano no contestó, sino que se giró rápidamente para esta vez alcanzarlo y convertirlo en oro pero de nuevo volvió a desaparecer y reaparecer justo en el otro lado, estaba claro que el dios egipcio está jugando con la moral del representante de la humanidad para hacerlo caer en desesperación, y así estuvo siendo durante decenas de intentos que Midas intentaba y que era en vano, mientras Ra ni siquiera se molestaba en atacar, los dioses estaban riendo ante esa exhibición mientras los humanos parecían tirarse de los pelos ante eso, pero Goll era de los espectadores de toda la arena la más desesperada y eso que apenas llevan unos pocos minutos de pelea.
En el balcón egipcio los dioses sonreían con seguridad ante esa muestra de poder de su líder, era simplemente relajante ver la inmensa diferencia de poder entre ambos combatientes, Nut se mantenía escéptica.
"Esto será pan comido para Ra-sama" dijo alegremente Bastet mientras Osiris asentía con relajación, hasta que la voz infantil de Nut interrumpió su celebración. "No celebréis cuando apenas ha empezado la batalla, de hecho, según lo veo, Ra tiene bastantes posibilidades de perder" esa afirmación descarada sin siquiera usar un honorífico en el nombre del líder hizo que muchos dioses se enfadasen, Sobek de hecho miró a la diosa con asco. "¿Y por qué dices esos argumentos sin sentido?"
La diosa Nut tenía el aspecto de una niña que apenas tendría 6 años con un pelo color azul oscuro que tenía pequeños puntos que reflejaban las constelaciones y estrellas mientras llevaba un vestido con la misma temática que su pelo. "Sólo observad" dijo simplemente antes de volver la vista de nuevo al combate.
"¡Midas trata desesperadamente de hacer contacto con Ra, pero no lo consigue por mucho que lo intente!"
"¿Por qué no puedo alcanzarte nunca?" preguntó rabiosamente mientras miraba con enfado al águila el cual rio fuertemente. "Soy el Sol en su máximo poder, tengo omnipresencia mientras el Sol esté en el cielo" dijo mientras se deleitaba por cómo el humano parecía quedarse totalmente confundido por lo dicho por su contrincante.
El rey pareció quedarse mudo ante eso, entonces no tendría ninguna posibilidad de acertar ninguno de sus ataques, y ante eso de repente se quedó paralizado sin moverse ni un milímetro.
Todos los espectadores y el propio Ra estaban confundidos.
"¡Midas a dejado de moverse! ¿Acaso se ha rendido ya ante el poderío de su contrincante?"
En las gradas humanas Gordias observaba esto con gran análisis mientras Zoe parecía preocupada.
"¿Qué le ha pasado a papá?" Preguntó la niña a su abuelo, este no dijo ninguna palabra, no sabía qué contestar.
"¡¿Qué demonios está haciendo!?" Exclamó Hrist con su cambio de personalidad desde el balcón de las valkirias mientras Goll apenas podía reprimir sus ganas de tirarse al suelo.
"¿Te rindes ya?" Preguntó Ra a Midas el cual siguió paralizado en el sitio, haciendo que el dios egipcio en un rápido movimiento use su omnipresencia para situarse detrás de Midas y golpeó fuertemente el abdomen de este que casi fue atravesado de no ser porque Ra no quería terminar ya el combate, el cuerpo del rey salió volando hacia la pared de la arena en un abrir y cerrar de ojos.
"¡Increíble! Ra ha golpeado al humano y a salido volando como si se tratara de un trapo sucio"
Las gradas humanas exclamaban, sobre todo la pequeña Zoe que empezó a llorar mientras en las gradas de los dioses el furor era notable, de hecho, en el balcón egipcio la mayoría de dioses ya estaban dando la batalla por terminada.
"¿Eso ha sido todo? Que oponente más decepcionante que tuvo la insolencia de tratar de matar a Ra-sama" dijo Bastet mientras Isis y Osiris se daban un beso como celebración, pero la cúpula celeste Nut habló. "En realidad, la batalla se acaba de tornar del lado humano" dijo haciendo que el dios cocodrilo casi la amenace de nuevo, pero decidió controlarse, esa diosa es incorregible por muchas veces que intenten.
En el balcón griego Atenea también estaba observando todo muy detenidamente, y cuando se dio cuenta de lo que había pasado no pudo evitar levantarse y gritar. "¡No puede ser posible!"
En la arena Ra miraba como su brazo se estaba intentando convertir en oro. "¿Cómo es posible?" se preguntó mientras Heimdall se asustaba ante eso al ser el que primero se dio cuenta.
El dios del sol miró su propio brazo cada vez más dorado con enojo, se había confiado y eso le había salido caro. "¡Maldita sea, Sol dame la fuerza de mil dioses!" recitó y de repente su brazo no afectado se iluminó y en un abrir y cerrar de ojos Ra arrancó su propio brazo de cuajo. Apenas habían pasado poco más de cinco minutos y el dios ya había perdido una extremidad.
"¡Estoy sin palabras! El humano ha logrado hacer que el brazo de Ra se vea afectado por la maldición y él se ha arrancado ese mismo brazo para evitar que la maldición se propague"
Las gradas de los dioses se quedaron en absoluto silencio del shock que tenían, en los balcones los dioses egipcios estaban horrorizados, Zeus alzó una ceja de la sorpresa y Ares se levantó de su asiento.
Entre toda esa conmoción Ra observaba como había perdido un brazo y desperdiciado una de las bendiciones del Sol, todo por querer ver de qué son capaces los humanos, fijó su vista en su extremidad amputada, estaba sangrando sin parar y seguramente no pararía si no hacía nada para detenerlo, estaba a contrarreloj y obligado a usar más bendiciones del Sol para tratar de asegurarse la victoria, sus pensamientos y los de todos fueron perturbados cuando una risa maníaca se hizo presente.
Esa risa heló el corazón de todos los que lo escuchaban, Jack el Destripador, desde su asiento de honor por ser un ex combatiente pareció ver en la arena el sentimiento de Midas actualmente: la locura y éxtasis.
Midas se levantó pesadamente mientras mostraba que también había recibido graves heridas, pero con una sonrisa inquietante y con un chaleco de oro bajo su ropa.
"Que mal, habrías quedado hermoso como una escultura de oro entera, ahora serás una escultura sin brazo, pero que importa es mi oportunidad de vengarme" dijo lentamente con una voz diferente que reflejaba una demencia ahora a flote, Ra quería atacar, pero se vio impotente ante esa cara, aún más tenebrosa que cualquier otra, aún más que la sonrisa de Jack el Destripador, y esto acompañado con deseos de venganza contra los dioses.
De repente el chaleco de oro de Midas se iluminó y pasó a ser una lanza para después prepararse para continuar la batalla. "¡Os mostraré el ser en lo que me convertí después de vuestra maldición!"
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