Novena Ronda: Parte 1
Heimdall dio la señal desde su cómodo y seguro asiento volador mientras todos observaban las capacidades de combate que daría el desconocido Tonatiuh.
"Así que tú eres Moisés, tu historia llegó incluso a América, espero que demuestres tus contactos con las entidades infinitas" Dijo Tonatiuh con una voz emocionada y desafiante al mismo tiempo, Moisés lo miró fijamente en respuesta para acto seguido negar con la cabeza.
"Parece que eso es lo único que todos recuerdan de mí, en fin, comencemos a pelear, dios" Dijo el profeta en voz baja, aunque su tono de voz denotaba una gran acidez en la última palabra dicha, como si odiase la palabra *dios*.
"¡Entonces vamos allá!" Gritó Tonatiuh mientras comenzaba a correr a una velocidad insana hacia su adversario, pero Moisés no se movió ni un milímetro.
"¡Tonatiuh hace el primer movimiento!"
En cuanto Tonatiuh estuvo a una buena distancia trató de darle un puñetazo contundente en la cara, pero el humano, demostrando tener mejores reflejos, le dio con su bastón en el estómago con una fuerza inesperada que lo hizo arrodillarse para acto seguido volver a golpearlo con el bastón, pero esta vez en la cara, haciendo que el dios caiga al suelo de la plataforma de piedra.
"¡Moisés responde con gran habilidad y manda al dios mexicano al suelo!"
Tonatiuh se levantó rápidamente mientras se sobaba la la mandíbula con una sonrisa. "Esa no me la esperaba, ya sé por qué fuiste elegido por el dios infinito Yahvé, ¡Pero esto es solo el calentamiento!"
Moisés pareció enojarse cuando el dios mencionó a Yahvé, pero al instante volvió a su rostro sereno.
En un abrir y cerrar de ojos, todos observaron como los rayos de sol hicieron que las manos de Tonatiuh se prendan en llamas. "¡A ver si aguantas el calor del mejor representante del Sol!" Gritó para acto seguido correr hacia Moisés con sus manos en llamas.
Desde el balcón de las valkirias se encontraba Nut en su asiento, quien suspiró ante esa frase. "Ese título siempre lo tendrá Ra" Dijo ella en voz baja mientras miraba al dios con curiosidad.
"Ladras mucho, pero no veo que seas una amenaza" Dijo el profeta mientras observaba a su adversario aproximándose rápidamente.
Moisés movió su bastón ligeramente y acto seguido una gran cantidad de agua proveniente del río que fluye alrededor de la plataforma fue lanzada hacia Tonatiuh, quien recibió de lleno la cantidad del líquido, pero no se inmutó y continuó acercándose.
"¡Toma esto!" Tonatiuh saltó y con sus puños se lanzó a por él con el impulso conseguido del salto. Moisés se apartó del lugar y movió más cantidades de agua hacia el dios, quien falló el golpe y recibió varios proyectiles de agua en sus brazos.
"¡Tonatiuh falla el golpe y recibe una buena cantidad de agua como respuesta!"
"¿Cortes?" Preguntó Tonatiuh al ver que sus brazos ahora estaban llenos de cortes provocados por el agua.
"Si lanzas agua a mucha velocidad puede llegar a ser cortante para la piel, y parece que tú no eres la excepción" Dijo el profeta con seriedad mientras observaba al Dios que seguía en pie a unos centímetros de él.
"¡Humanos astutos! ¡Parece que ya no sois esas ratas que me traían sacrificios!" Dijo el dios mexicano mientras comenzaba a reír, desconcertando a gran parte del público.
"Pensaba que los dioses americanos seríais más serios" Dijo Moisés con aparente frustración mientras miraba al dios el cual seguía riéndose.
"Somos serios cuanto nos conviene, pero también sabemos identificar una situación chistosa, ¡Cómo ésta!" Esa última frase la gritó mientras trataba de pillar por sorpresa a Moisés y golpearlo en mitad de la conversación, pero el profeta lo esquivó fácilmente moviéndose los milímetros justos y acto seguido volvió a golpear a Tonatiuh con su bastón, pero esta vez en las costillas.
"¡Tonatiuh sigue recibiendo golpes, parece que Moisés es intocable!"
"¡Eso no duele!" Dijo el dios mientras prendía fuego a sus puños de nuevo y comenzaba a acribillar a Moisés a golpes rápidos, pero el profeta sabía dónde moverse para esquivar los golpes.
"¡Tonatiuh continua con sus golpes ígneos, pero Moisés no parece tener muchas dificultades para esquivarlo!"
"Deja de ser tan estúpido" Dijo Moisés mientras invocaba más agua de los alrededores y la arrojaba sobre el dios, pero, para sorpresa de Moisés los puños continuaron en llamas, logrando finalmente golpear al profeta en el pecho, pero no fue lo suficientemente fuerte como para atravesarlo, aún así, el golpe fue acertado.
"¡Tonatiuh logra acertar un golpe!"
Moisés, al ver que su túnica estaba en llamas, se la quitó rápidamente y la tiró al río, viendo que aún así la túnica seguía ardiendo.
"La primera vez fingí que el agua funcionaba, ¡Pero en realidad mi fuego únicamente puede ser apagado por los poderes de Tlaloc!" Dijo eso mientras se reía, sabiendo que por mucha agua que tenga a su disposición no podría apagar sus llamas.
Moisés ahora mostraba todo su cuerpo de cintura hacia arriba mientras hacia abajo todavía un poco de ropa de pastor que le cubría los justo, esto mostraba a la vista que su pecho tenía una quemadura en forma de puño, el golpe antes recibido le había dejado una marca.
"Ya me lo imaginaba" Contestó Moisés con seriedad mientras miraba a Tonatiuh, quien volvió a prender en llamas sus manos.
"¿Po qué esa seriedad? Para un profeta legendario como tú esto debería ser tan divertido como a mí" Dijo Tonatiuh mientras volvía a correr hacia Moisés con sus manos prendidas en llamas.
Moisés no contestó, sino que se concentró en evitar los puñetazos de fuego que trataba de asestar su oponente, logrando de nuevo esquivar los golpes con gran habilidad.
" ¡La escena se vuelve a repetir con Moisés esquivando los golpes de Tonatiuh!"
Todos en las gradas y balcones observaron como cada vez hacía más calor, producto de las emociones eufóricas del dios peleador.
En el balcón hindú, Shiva parecía haber llorado durante mucho tiempo a juzgar por sus cinco ojos hinchados y rojos, pero ahora se mantenía serio y sereno, todo lo contrario a la actitud que él mostraba siempre, mientras que Rudra le estaba prestando más atención al nuevo balcón americano, donde reconocía a varias de las deidades presentes, incluido el propio Tlaloc que ahora estaba allí.
En el balcón americano, se encontraba una figura imponente con el ceño fruncido, se trataba de Huitzilopochtli, dios de la guerra, quien se encontraba observando el combate con una mezcla de emociones. "¡Yo querer pelear!" Dijo el dios con una gramática mal dicha debido a que fue criado en mitad de la naturaleza.
Quién le contestó era una especie de dios serpiente que parecía tener emociones alegres ante la situación, es el dios Quetzalcóatl. "No te enojes, Tonatiuh ha sido elegido por Tlaloc y él sabía mucho más que nosotros sobre el Ragnarok, incluso yo, siendo el líder del panteón no tenía ni idea de lo que hacían" Dijo el dios con una mezcla de sentimientos, Tlaloc contestó.
"Elegí a Tonatiuh porque lo conozco y tengo la confianza de que su poder será suficiente para dar la victoria que tanto espera nuestro bando" Dijo el dios de la lluvia mientras todos volvían a prestar atención a la arena de combate.
"¡No podrás esquivar para siempre!" Dijo Tonatiuh quien no estaba cansado mientras notaba una pizca de cansancio en Moisés.
Moisés tampoco contestó eso, sino que continuó esquivando hábilmente los golpes ígneos que trataba de asestar su oponente, hasta que llegó un punto en el que Moisés había empezado a retroceder, pero no por cansancio sino a propósito.
"¡Cae ante el poder de los dioses americanos!" Gritó Tonatiuh cuando fue a dar su puñetazo con más fuerza con tal de pillar por sorpresa a Moisés, pero la sorpresa la llevó Tonatiuh cuando vio que Moisés saltó al río que rodeaba los alrededores de la plataforma.
"¡Moisés salta al río! ¿Qué tramará?"
Tonatiuh estaba realmente confundido, pero su confusión se desvaneció cuando el suelo de piedra de la plataforma comenzó a temblar, viendo todos como el agua comenzaba a levantarse.
"¡El agua de la arena se ha levantado formando una especie de tsunamis que rodean la plataforma!"
Moisés se encontraba en zona antes llena de agua con un rostro todavía serio, observando que sus capacidades dadas por Yahvé estaban listas para ahogar al dios igual que hizo con aquellos egipcios hace tantos milenios, Moisés todavía recuerda con amargura como tuvo que asesinar al pueblo que lo crio, pero apartó esos pensamientos de su cabeza y desató las aguas en forma de tsunamis. "¡Esto termina ya!" Gritó Moisés y los tsunamis se lanzaron encima de Tonatiuh, quien los recibió de lleno, dejando a todos con la boca abierta, de hecho, la silla voladora de Heimdall casi de ve afectada por las gigantescas olas.
"¡Menudo poder desatado! ¿Tonatiuh podrá aguantarlo?"
Todos, dioses y humanos ya daban la batalla por terminada, a excepción de los dioses americanos, quienes permanecían expectantes, de hecho, Tlaloc sonrió.
En apenas unos segundos la voz de Tonatiuh resonó en todo el estadio. "¡El agua no es nada comparado con el Sol!" Ese gritó vino acompañado con una gran cantidad de fuego que se generó en esos tsunamis.
Todos observaron que en cuestión se unos minutos Tonatiuh evaporó todo el agua, quedando ahora la plataforma rodeada por más tierra seca, Moisés no pudo ocultar su sorpresa.
Era cierto que Tonatiuh había sufrido heridas en sus articulaciones y huesos por la presión y el peso del agua, pero gracias a su poder y velocidad seguía vivo, y todavía no había gastado ni la mitad de su poder.
Moisés parecía dejar de lado su serenidad. "Eso no me lo esperaba" Dijo el profeta mientras Tonatiuh sonreía ante eso.
"¡Si te estuvieras divirtiendo seguro que te estarías riendo!" Fue una respuesta inesperada del dios que confundió a Moisés.
En unos segundos Tonatiuh bajó hacia la tierra seca que antes era un río para acercarse a Moisés.
"Veremos que puedes hacer aparte de mover el agua, gran profeta elegido por Yahvé" Dijo Tonatiuh con una sonrisa mientras en un instante su cuerpo entero se prendió en llamas.
"¡Qu-Qué! ¡Tonatiuh ha prendido todo su cuerpo en llamas!"
Moisés no pareció intimidarse, todo lo contrario, se enfureció cuando el nombre del dios infinito volvía a ser mencionado.
"¡No menciones a ese dios infinito!" Gritó el profeta mientras miraba fijamente a su oponente, parece que todavía quedan muchas cosas por ver en la novena ronda.
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Hasta aquí el capítulo, espero que os haya gustado.
Ahora sin nada más que decir, adiós.
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