Cuarta Ronda: Parte 3

La mayoría de los presentes en el balcón egipcio miraron a Nut con curiosidad, era cierto que sabía sobre Gilgamesh, la cúpula celeste sonrió mientras trataba de recordar con claridad los acontecimientos ocurridos respecto al sumerio.

(Flashback, Uruk, 1800 a. c.)

Las hazañas de Gilgamesh y Enkidu se habían hecho muy famosas al punto de que los propios dioses Mesopotámicos empezaron a plantearse qué deberían hacer ya que la razón por la que crearon al hombre toro era para acabar con el narcicismo del rey Gilgamesh.

Ishtar era la que estaba más furiosa respecto a los actos de Gilgamesh, rechazarla ha sido un error fatal de su parte, se arrepentirá, hará que desee su muerte por ello, aunque su toro haya sido derrotado todavía tenía más ases en la manga, había logrado convencer al Dios Enlil, creador de Enkidu, de golpear al rey de Uruk donde más le duele.

Mientras esto ocurría, Gilgamesh y Enkidu estaban caminando tranquilamente por un bosque, ambos estaban pasando un buen rato como buenos amigos que eran, aunque desde el punto de vista de ambos ellos eran algo más que amigos.

"¿Viste como machaqué a ese toro? Los dioses no son rivales para mí, soy invencible" dijo mientras empezaba a reír, el hombre toro solo pudo compartir una sonrisa algo incómoda, tenía miedo de la ira de los dioses, aún peor, que ellos castiguen a Gilgamesh de alguna manera, al fin y al cabo, Ishtar no es alguien que perdona fácilmente.

El rey notó la preocupación en el rostro de Enkidu, por lo que procedió a mirarlo a los ojos mientras trataba de tranquilizarlo. "No te preocupes Enkidu, no nos pasará nada, y si deciden mandar más criaturas a por nosotros, te protegeré, aunque me juegue la vida en ello" dijo con una sonrisa cariñosa, haciendo que a Enkidu se le desvanezcan las preocupaciones, inconscientemente se dieron un beso rápido para demostrar sus sentimientos y acto seguido se prepararon para dormir.

A la mañana siguiente, Gilgamesh se despertó con su habitual energía y confianza, preparado para vivir nuevas aventuras con aquel que aprecia tanto, pero esa confianza fue arrancada de repente cuando vio a la diosa Ishtar justa al lado de un Enkidu con los ojos todavía cerrados. "¡No te acerques a Enkidu, vieja bruja!"

Gritó, provocando aún más ira en la diosa que era considerara justo la más hermosa de su panteón, pero su enojo rápidamente fue sustituido con una mirada de venganza y crueldad. "Ya es tarde rey de Uruk, le hemos puesto una maldición a tu querido amigo toro"

Dijo, provocando shock en el rey Mesopotámico, el cual parecía totalmente confundido todavía, Ishtar continuó hablando. "Se morirá dentro de unos días sin que tú no puedas hacer nada para evitarlo, lo verás sufriendo y muriendo lentamente, ¡Esta es mi venganza por todas las faltas de respeto que me has hecho! Ahora disfruta de los últimos días de Enkidu"

Y, al instante, Ishtar desapareció, dejando a Gilgamesh sin poder procesar totalmente lo que acababa de ocurrir,el día anterior todo era perfecto y ahora los dioses le van a quitar lo que más le importaba en este mundo.

En cuanto terminó de procesarlo todo fue a ver a su alma gemela, el cual estaba inconsciente, pero se notaba en su cara que estaba sufriendo, Gilgamesh empezó a gritar y decir groserías por la rabia que sentía mientras pensaba qué podría hacer para evitar que la maldición acabe con la vida de su amigo, entonces una idea cruzó por su cabeza, volverlo inmortal, según había oído, hay mortales que alcanzaron la vida eterna y Enkidu podría salvarse si se vuelve inmortal.

"Enkidu, quédate aquí, haré todo lo que esté en mi mano para salvarte, aunque me cueste todo lo que tengo" Dijo decidido y preocupado mientras dejaba a su amigo apoyado en un árbol en compañía y protección de los animales del bosque mientras él buscaba la manera de salvar al amor de su vida.

(Gilgamesh acudió a Utnapishtim y su mujer, únicos supervivientes del diluvio universal que alcanzaron la inmortalidad, la prueba que ellos le dieron para saber el secreto de la vida eterna se daría si se quedaba siete días sin dormir, pero, al ser un rey y no estar acostumbrado a estar noches en vela, acaba fracasando. Luego busca unas flores acuáticas dichas por Utnapishtim que rejuvenecen a quién las toma, pero desgraciadamente una serpiente lo engaña y le acaban robando esas mismas flores, quedándose sin ninguna manera de poder salvar a la persona que tanto ama, justo por culpa de que sus lujos cómo rey lo hicieron poco resistente a las noches en vela y bastante despistado)

Gilgamesh volvía a aquel bosque después de haber fracasado en sus intentos, se sentía, por primera vez en su vida, como alguien desafortunado y fracasado, que iba a perder todo cuanto amaba, le daría todas sus riquezas y su título de rey a quién fuera solo para salvar a Enkidu.

Cuando vio después de tantos días a su más cercano amor al borde de la muerte fue cuando el rey de Uruk dejó su ego para arrodillarse mirando al cielo. "¡Por favor dioses curen a Enkidu! Vosotros queríais que dejara de ser un rey tan cruel y egocéntrico, lo habéis conseguido, me convertiría en un plebeyo de la más baja clase sólo por aquella persona que amo, ¡Si no os vale haced lo que queráis conmigo, matadme incluso! Pero salven a Enkidu, se los suplica un hombre que ha perdido toda esperanza"

Suplicaba Gilgamesh mientras lloraba desconsoladamente, de hecho, los dioses estaban planteando qué hacer, pero debido a que Ishtar deseaba verlo sufrir y Enlil en realidad ya no le importaba lo que pensase el rey, ninguno hizo absolutamente nada por ayudarlo y Gilgamesh tuvo que ver como la única persona que amaba y que lo hizo cambiar, fallecía frente a sus ojos.

(Desde ese momento Gilgamesh empezó a odiar a los dioses del panteón Mesopotámico por lo que le hicieron a una persona inocente únicamente para hacerlo sufrir, su viaje terminó poco después, con Gilgamesh tratando de traer a Enkidu de nuevo a la vida sin ningún tipo de buen resultado, finalmente volvió a su ciudad para volver a ejercer de rey, ésta vez como alguien humilde que se ganó el aprecio de sus ciudadanos, combinado con todas sus aventuras que fueron escritas en tablillas de arcilla, Gilgamesh se convirtió, infelizmente, en el primer héroe de la humanidad, incluso llamado alguna vez como el rey de los héroes)

(Fin del Flashback)

El balcón egipcio se mantenía confuso ante una sonrisa que salió de Nut, todavía estaban enfurecidos con ella por osar sentarse en el trono del fallecido Ra, pero estaban curiosos de que haya deducido el resultado de la batalla. "¿Acaso la mocosa ya tiene su predicción?" Se burló Sobek mientras Nut lo ignoraba, no tenía sentido compartir nada con el resto de su panteón. "Observad lo que queda de combate y lo descubriréis" dijo simplemente, el resto hizo caso para evitar más discusiones.

El balcón griego estaba totalmente asombrado ante el poder que ha mostrado Atlas, Zeus era el más sorprendido. "Sabía que Atlas se había vuelto más fuerte, pero nunca esperaría algo como esto, ahora mismo iguala la fuerza del mismísimo Poseidón" Dijo, haciendo que Hera mire a su esposo con la boca abierta, Hermes y Ares eran los más sorprendidos, Atenea seguía analizando la situación y Dionisio estaba durmiendo por la borrachera.

El balcón más expresivo actualmente aún así era el Mesopotámico, ellos estaban sorprendidos de las técnicas aprendidas de Gilgamesh, Ishtar estaba enfurecida ante eso, para ella la aparición de Gilgamesh era la oportunidad perfecta para ver sufrir aún más a ese hombre que la rechazó, pero parece que está tomando ventaja en la ronda incluso con un brazo inútil. "Maldita sea, ¡Atlas, acaba con él de una vez, y que sea lento!" Gritó a pleno pulmón, pero el titán no la escuchó, estaba demasiado emocionado con la batalla que estaba viviendo.

Volviendo a la arena, Gilgamesh estaba respirando del cansancio, aunque había acertado la técnica, llevaba mucho trabajo hacerlas, Atlas se sentía todavía totalmente activo y agradecido por haber aprendido una técnica para crear plataformas rocosas, sino hubiera caído al precipicio que él mismo había creado.

"Nunca había disfrutado tanto de una batalla, te lo agradezco mucho, pero debo terminar ya" Decía Atlas mientras se acercaba con su plataforma flotante hacia Gilgamesh el cual estaba en guardia, el espacio que tiene para pelear es extremadamente reducido, cosa que beneficia mucho al titán, el rey de los héroes debe mantenerse alerta y usar su ingenio si desea ganar.

Atlas dio un salto para aterrizar en el trozo de arena que quedaba, Heimdall estaba al pie de una parte de las gradas observando lo que va a ocurrir. Gilgamesh no iba a permitir que Atlas se acercase, por lo que tomó de nuevo medidas. "Lo mismo digo, yo también debo terminar esto ya" contestó mientras volvía a activar su técnica anterior, apareciendo otra vez en cronómetro en su pecho.

El agua a presión salió buscando golpear y alejar al titán. "No puedo permitir que me golpees" dijo Atlas para que de repente el poco suelo de la arena empezase a temblar y de él una parte salga volando junto a Atlas, una parte para aterrizar y la otra para hacer de escudo.

"Gilgamesh ha vuelto ha usar la técnica de las flores acuáticas, pero Atlas trata de evitarlo usando parte de la arena como escudo, actualmente solo quedan unos pocos metros de tierra en la arena"

El agua siguió saliendo y Atlas sabía perfectamente que su muro se rompería por lo que encogió su tamaño en cuanto las rocas se rompieron, el agua a presión de Gilgamesh se balanceaba de un lado a otro buscando impactar en Atlas, pero el cronómetro acabó sin haberle dado mientras el titán volvía a crear una plataforma para evitar caerse.

Enkidu se horrorizó cuando vio la consecuencia que estaba sufriendo Gilgamesh al no golpear, en general, todas las gradas se sorprendieron, la piel del héroe mesopotámico se estaba cubriendo de flores acuáticas como si fueran una infección o una maldición, Gilgamesh lo entendió ahora, si fallaba debía de entregar una ofrenda de su cuerpo por lo que su brazo roto e inútil procedió a convertirse en flores y por ende desaparecer.

"¡El brazo roto de Gilgamesh se ha convertido en flores acuáticas!"

Mientras este proceso ocurría Atlas pudo llegar a los pocos metros de arena que quedaban, tocando con sus pies descalzos flores que antes eran el brazo roto de Gilgamesh, además, ahora estaban cara a cara, sin ningún tipo de opción por escapar o mantener la distancia con el titán que había vuelto a su altura de cinco metros.

Gilgamesh vio que su brazo perdido no ha dejado ningún tipo de herida que empiece a desangrarlo, es como si nunca hubiera tenido ese brazo en primer lugar, lo cual al menos lo ayudaría a no preocuparse por la pérdida de sangre. "Eso no me lo esperaba, pero si piensas que me vencerás por eso, estas equivocado" Dijo Atlas mientras miraba hacia el rostro de Gilgamesh, quien sorprendentemente estaba sonriendo.

"¡Eso parece! Pero de devuelvo tu frase, yo seré el ganador, ¡Así podré salvar tanto a mi gente como al amor de mi vida!" Gritó, emocionando a Enkidu al punto de derramar algunas lágrimas mientras el resto de humanos empezaban a animarlo.

Atlas no esperaba que de los dioses empezaran a animarlo, era la primera vez en muchísimos milenios que eso ocurría, el resto de las deidades por fin volvían a respetarlo al punto de animarlo como es debido, Atlas no pudo evitar emocionarse también mientras miraba las gradas de las divinidades, pero esa emoción solo duró unos segundos ya que se volvió a poner en guardia.

"Terminemos con la pelea, demostremos a todo el mundo quién es el más fuerte" Dijo Atlas a Gilgamesh quién alzó su cabeza para mirarlo fijamente.

"Por supuesto Atlas, pero pase lo que pase, debo decirte que has sido un excelente rival, ¡Ahora acabemos con esto!" Dijo el rey de los héroes, y con esto empieza el acto final de la cuarta ronda.

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El siguiente capítulo concluirá la cuarta ronda. 


¿Team Atlas o Team Gilgamesh? 

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