NUEVA HISTORIA SCOROSE VS TOMROSE

Corazón.

¿Alguna vez te han roto el corazón?

¿Haz sentido esa sensación de frustración, coraje, decepción y combinada mezclada meticulosamente hasta la última célula de tu cuerpo?

¿Porque las personas debemos sufrir, amar, reír o llorar?

Lo más importante, ¿Por qué debemos sufrir y llofar por amor?

Eso no sonaba lógico, ni para ella ni para nadie (o eso quería pensar ella) Se suponía que el amor consistía en un sentimiento hermoso que debía llenarte de dicha, un sentimiento que dos personas debían compartir, sin embargo, ella nunca tomó en cuenta que había distintas concepciones de amor y lo más escencial: que el amor debía ser recíproco, y no siempre era el caso de ambas partes.

Una lástima que se diera cuenta demasiado tarde.

Una taza de té de tila frente a ella emanaba el vapor de la temperatura, y una chica miraba como si fuera lo más extraordinario que pudiese haber en el mundo mágico como en el mundo muggle.

<<Debes ser fuerte, debes ser fuerte por ti. >> se repetia una y otra vez.

— ¿Vas a tomartela o sólo la seguirás viendo? — inquirió una voz a las espaldas de la pelirroja.

Rose ni siquiera se esforzó por voltear, no era necesario, después de todo ya sabía de quien se trataba y aunque odiase admitirlo; se alegraba de que fuera él.

— No estoy de humor para tus comentarios, Riddle.

Tom, un chico apuesto de cabello azabache y ojos negros se sentó delante de ella, ignorando su tono junto a sus palabras dichas, no le importaba en absoluto lo que opinaba porque él sólo tenía hambre.

— Creo que la cocina es un lugar común para toda la familia, ¿cierto? — apuntó tomando la jarra de zumo de calabaza junto a una tostada con mermelada de frambuesa. — ¿Qué te tiene tan melancólica este día? Vamos, aprovecha por el día de hoy sólo escucharé y no haré ningún cometatio que aunque cierto, también muy "dolorosos".

Tal vez era eso, la sinceridad que por momentos el azabache solía brindarle, incluso cuando ella no se lo pedía. Para Rose, Tom era una de las pocas personas sinceras que habían existido en su vida.

— Dudo mucho que te importe, Riddle.

— Cierto, — afirmó —  No me importa, pero en estos momentos tengo curiosidad.

Rose levantó una ceja sin saber con exactitud a lo que se refería, parecía que ella era un fenómeno de circo.

— ¿Curiosidad?

Asintió con un movimiento llevándose la taza de té de calabaza — Si, te lastimó y aun sientes cosas por él, ¿porqué? ¿Acaso eres masoquista, Weasley?

Lo ignoró.

¿Lo era?

Probablemente si, después de todo, ella se moría por el chico que no sólo la había apostado sino también jugado con ella y pisoteado todos los hermosos sentimientos que había sentido por él, y lo peor todavía continuaban acumulandose.

— No lo entenderias, si nunca haz amado a nadie.

— Por eso, he venido aquí a estudiarte, Weasley. —  rodó los ojos con obviedad.

Rose sobrio con amargura, como si mil espadas se clavaran en su pecho.

— Yo siempre lo ame Riddle, desde el primer día de clases al verlo en el andén con su rubio cabello bien peinado a lado de sus padres, lo que sentí en esos momentos es algo que jamás olvidaré y estoy segura, tampoco volveré a sentir. Lo ame por muchos años y...

— Curioso. —  murmuró dando una mordida a su tostada mientras la pelirroja lo miraba confundida — No me mires así Weasley, me das escalofríos.

Rose enarco una ceja sin una mezcla de ingenuidad, conocía a Riddle, lo lo tanto, sabía que ese chico era capaz de intimidar no de ser intimidado.

— No digas mentiras, Riddle, ambos sabemos que eso es imposible.

— ¿De verdad? ¿Y por qué? —  cuestionó con su típica voz aterciopelada. — Todos podemos sentirnos intimidados alguna vez en la vida, ¿no lo crees?

— En efecto, pero ambos sabemos que tú no eres igual a todos.

— Buen punto, pecosa. Un punto para gryffindor.

Sin muchas ganas de seguir escuchando, se paró de su asiento dispuesta a marchar hasta que de nuevo la voz del azabache la detuvo:

— Es curioso que muchos se refieran al amor como algo hermoso, sin en cambio, tú ahora mismo estas sufriendo por ello. —  puntualizo sin inmutatse en los sentimientos de la chica, si algo caracterizaba a Tom Riddle era la honestidad. — Yo mas bien diría que el amor es algo tormentoso e hiriente, un arma para el pobre incautó que caiga en sus redes.

Rose no dijo nada, lo único que hizo fue subir a su habitación.

Faltaba poco para volverlo a ver, en menos de dos semanas regresaría a Hogwarts y debería reencontrarse con aquel chico que le habia roto el corazón y aun así, amaba con toda la vida.

Scorpius Malfoy.

¿Por qué debía hacer esa apuesta con ella? ¿Por qué tuvo que dejarse llevar por todos esos Castillos que él mismos dibujaba? ¿Por qué cuando le hizo el amor por primera vez la hizo sentir tantas cosas? ¿Porqué después de eso tuvo que ir a buscarla hasta obligarla huir de todo lo que le profesaba y ella ya no quería creer?

¿Porqué el amor debía doler como los mil demonio?

Eso que tenían era amor, fuese como hubiese empezado era amor y temía que jamás dejará de serlo.

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