Capítulo 7

-¿No puedes quedarte un poco más?- pregunto coquetamente mordiedon su lóbulo izquierdo.

-Tengo que ver a Granger- rodó los ojos mientras el rubio  abotonaba su camisa.

La pelirroja fruncido el ceño molesta - ¿ya no es la rata de biblioteca? 

Draco se giró para verla y al ver su semblante optó por el mismo- ¿Qué te sucede?  Si mal no recuerdo fue idea tuya, y a mi parecer te funciono.

-Si- afirmó frustrada- pero era para que nadie sospechara y seguir viéndonos, ahora rara vez puedes o nuestros encuentros deben ser rápidos, sólo estas para verla a ella. Dime la verdad Draco ¿tú y esa tienen algo que ver?- más que preguntar lo exigió.

El rubio platinado no pudo evitar soltar una gran carcajada, lo cual sólo irritó a la pelirroja- Además de trabajo, no que yo sepa. Además yo te lo advertí ¿cierto?- pregunto intimidandola y acercándose a ella, Ginny dio varios pasos atrás hasta topar con pared. Su rostro y el de él se encontraban a escasos centímetros- dijiste que te harías responsable de las consecuencias- susurro de manera seductora, lo cual la volvía loca.- ¿No es así?- Ginny no podía hablar, estaba perdida en su pálidos labios así que sólo atinó asentir.  Sintio como podía rosarse sus labios, quería y lo deseaba, debía apoderarse una vez más de sus labios, pero abruptamente el hombre se alejó, tomó su saco y salió. No sin antes murmurar.

-Nos vemos mañana.

Ginny Potter se recosto en la gran cama con una gran sonrisa. ¿Cómo podía pensar que había algo entre su hombre y la esposa de su hermano?- ellos dos siempre se han odiado. Draco sólo siente desagrado ante ella y Herms nunca podría engañar a mi hermano.  Solo debo esperar a que terminen con esto del P.E.D.D.O y volverá a ser como antes- se reconforto.

Lo que la pelirroja no sabía era que quizás nada sería como antes o al menos no como ella creía.

-Lamento llegar tarde- Draco entró  a la oficina como si fuera suya.

Hermione lo miró con una ceja arriba- ¿Acaso no te enseñaron a tocar la puerta Malfoy?- dijo para regresar al papeleo.

-Vamos Granger hablas como mi madre- abruptamente volvió su vista a él-Perdón- agregó el rubio  quien sonreía y hacia un puchero como niño pequeño, a lo que la castaña sólo sonrió negando, acto que hizo que el corazón de hielo parará.

-Que esperas, toma asiento Malfoy- ofreció, a lo que él asintió y obedeció.

Lo dos observaban todo sobre el tema, y aunque hubiesen terminado pronto Draco al ver todo el trabajo que la ministra tenía decidió ayudarla con todo su papeleo. Ambos hacían un buen equipo sin duda. Así que la tarde paso rápidamente entre apoyo, trivialidades, un poco de bromas y risas.

-Nunca creí que tuviéramos tanto en común Malfoy- sonrió la ministra.

-Ni yo Granger- respondió él de la misma manera. Por supuesto que lo sabía, durante mucho tiempo en que él la observaba desde las sombras pudo percatarse de ello.

-Muchas gracias por ayudarme- en ese momento observó el reloj de su muñeca percatandose de la hora. Asombrada miró al hombre frente a ella y con una mirada avergonzada se disculpo- ya es tarde. Lamento haberte quitado tanto tiempo.

-Descuida fue entretenido, además no tengo mucho que hacer.- sonrió para tranquilizarla
En ese instante sonó el estómago del rubio, el cual ligeramente se tornaba rojo de vergüenza.

-Cierto, no has comido- hablo ella, escuchando una vez más el sonido pero esta vez del suyo.

-Más bien no hemos comido Granger. ¿Qué te parece si te invito a cenar?- ofreció. La castaña se quedo un momento pensativa, a lo que el rubio tomo como negación ¿Cómo saldría la ministra con un ex-mortífago?-Si no quieres, no hay pro....

-Por supuesto- lo interrumpió ella con una sonrisa mientras tomaba su bolso y se ponía de pie- cerca de aquí hay una cafetería donde preparan comida exquisita- al ver que el rubio tenía una expresión de sorpresa, paso la mano frente a él para ver si reaccionaba- Malfoy ¿Estas bien?- pregunto preocupada.

El rubio asintió- vamos, pero yo conozco un restaurante donde venden una buena lasaña ¿te perece?

-¿Comida muggle? Vaya que si has cambiado- dijo divertida..

Ambos salieron de la oficina, dirigiéndose al restaurante.

Hermione miraba sorprendida el lugar, sin duda alguna era increíble, no era lujoso, era muy hogareño y lo más impresionante estaba en Inglaterra muggle, ambos comían lasaña y platicaban animadamente, sin duda la castaña no podia estar más sorprendida, ese hombre frente a ella ya no era el mismo hurón oxigenada que en el colegio. Sin duda había cambiado, en todo. Ya no era un estúpido creyente del linaje o supremacía de sangre, incluso conocía y hacia cosas de muggles. En cuanto a cuestión física, se notaba que su cuerpo está bien formado, no tenía músculos extravagantes pero si eran notorios, la ligera barba que estaba a punto de salir con su cabello rubio platinado peinado en una coleta y sus facciones afiladas, lo hacían verse maduro pero no grande. Sin duda apuesto para cualquier mujer, menos para ella. Hermione no era ciega, pero amaba a su esposo Ronald Weasley, quien también era guapo- aunque ya le comenzará a salir una pequeña pansa- Pensó ella con diversión.

-Granger ¿puedo preguntarte algo?

-¿No lo haces ya?- cuestionó ella con diversión

-Jaja que graciosa Grager- bufo con molestia el rubio.

-Hay que genio- Draco iba a reclamar pero- ¿Qué me quieres preguntar?-

-¿Qué sabes de tu hija? ¿Qué paso con ella?- pregunto mientras tomaba un sorbo de vino.

-De ¿Rose?- pregunto cambiando su semblante divertido a uno serio- sólo se que escapó, sabes me decepciona que no haya afrontado las consecuencias de sus actos. Siempre haciendo llorar a su prima menor,  se supone que la familia se cuida, sin embargo ella hacia todo lo contrario.

-¿Y como sabes que era culpa de ella?- cuestionó de nuevo.

-Porque veía las lágrimas de mi sobrina. Al principio creí que era por accidente, quizás casualidad. Pero siempre era lo mismo además Kreacher, el elfo doméstico de Harry me lo corroboro y sabes que ellos no mienten. No importaba que la regañaramos o castigaramos,  volvía a lastimarla sólo hacia llorar a su prima. Y ver a Lily con lágrimas me rompía el corazón.

-¿Y nunca viste llorar a Rose?¿No te rompia el corazón ver a tu hija así?- pregunto una última vez, porque después de ello ambos quedaron en silencio hasta que terminó la velada.

Al llegar a su casa se topó con su esposo, quien la esperaba con una sonrisa.

-Herm has tardado- sonrio con ternura y nerviosismo.

-Lo lamento cariño, fui a cenar con Malfoy.

-¿Con Malfoy?- cuestionó exaltado.

-Si. Ya te había comentado que el sería el nuevo inversionista para el P.E.D.D.O. se nos pasó muy rápido el tiempo, y como ninguno de los dos comimos me invito a cenar- al ver el semblante serio del pelirrojo juntos sus labios- vamos Ron que tu eres mi esposo.

-Lo se. Solo que no me agrada ese tipo.

-Nadie es igual a como éramos en el colegio. Vamos a dormir. 

Las luces se encontraban apagadas, el matrimonio Granger Weasley  recostado en la cama, el pelirrojo dormía como un oso y la castaña miraba el techo recordando la pregunta del rubio.

-¿Y nunca viste llorar a Rose?-

Por supuesto que lo había echo, y al principio ella junto con Ron trataba de comprenderla y animarla, sugieriendole que se disculpara y tratará de que no se volviera a repetir. Sin embargo, con el paso del tiempo la situación no cambiaba. Siempre buscaba la forma de dañar a su prima. Aun recordaba cuando Lily llegaba con lágrimas a ella..

-Tía Herms- llegó corriendo Lily mientras abrazaba a la castaña. Sus ojos se veían llenos de lágrimas tanto secas como recientes.

-¿Qué te sucede Lily?- cuestionó ella preocupada.

-Es que.. es que... Rose..- chillaba- ella a arruinado mi vestido nuevo.
Al bajar la mirada noto como el vestido lila de la pequeña tenía un gran agujero- oh cariño, fue un accidente, estoy segura que ella no quiso hacerte esto. En un momento lo arreglare- tomo su varita y paso por el vestido. De  pronto había quedado como nuevo.

-Gracias- sonrió apenada.

-No fue un accidente Rose lo hizo a propósito.- llegó su hijo menor.

-¿Cómo?-

-Dicelo Lils.

La pequeña pelirroja miró el piso con miedo- cariño puedes contar conmigo ¿que pasó?

-Rose es mala conmigo- chillo nuevamente con tristeza- ella siempre me mira mal, y trata de dañarme. Yo sólo quiero llevarme bie con ella- continuó su llanto abrazando de nuevo a la castaña.

-Eso no puede ser- negó la castaña.

-Lo es tía- Lily la miró con tristeza- puede preguntarle a Kreacher

-Kreacher- en ese instante el elfo apareció- tu que eres sincero y no puedes mentirme dime que pasó entre mi hija y Lily

El elfo doméstico bajo la mira y luego la miró a los ojos- la niña Rose suele molestar mucho a la niña Lily, siempre busca hacerla llorar o algún mal

El elfo nunca le mentiría, eso quería decir que  Lily siempre había sufrido a causa de su hija, por lo tal ella debía arreglarlo y darle el cariño que le era negado por parte de su prima. Le rompía ver a Lili llorando, al principio Rose era su más grande orgullo pero al ver que no cambiaba su actitud rebelde y egoísta comenzó a decepcionarla. Ahora ya no quedaba más que eso. Decepción. Hermione apoyaría a su sobrina sólo para disculparse por la actitud de su hija

-Algún día maduraras Rose- se dijo así misma- no puedes dañar a tu prima.

*

-Hola ¿Qué haces?- pregunto la pelirroja quie llegaba a lado del azabache.

-¿Acaso no es obvio Granger?- alzó el libro que leía - ¿Tú  que Crees que se haga en la biblioteca?

Rose se encogió de hombros- ya perdón. Te estaba buscando.

-Eso es obvio, sino que harías aquí frente a mi- hablo con sarcasmo.

-A veces no se como te aguanto.

-Querida, eso deberías preguntartelo tú- dijo como si fuera lo más obvio, por su parte la pelirroja trataba de ahogar un grito de fastidio , ese chico lograba sacarla de sus casillas.

-Mejor dime para que me buscabas- sonrió, le gustaba hacerla enojar.

Rose se sentó y sacó de la mochila una pequeña caja envuelta en pape metálico rojo con moño dorado, al verlo el chico hizo una mueca rara.

-Qué - cuestiono ella al ver su mueca de desagrado.

-No me gusta mucho el rojo ni el dorado.

-Entonces que color prefieres-

-El verde, tal vez con plata o negro.

-Slytherin- negó ella-

-¿Qué?-

-No nada. Te aguantas. Abrelo, vamos.

El sólo río al ver la mueca impaciente de la pelirroja , pero su risa paro al observar el interior de la caja.

Al ver el semblante serio y acusador de Tom,  se apresuro- tu mamá me dijo que te gustaban, además como los Gaunt son descendientes de Salazar Slytherin y como  tambien pueden hablar parcel, creí que- su mirada intimidante la ponía nerviosa

-Delphini- pensó con sarcasmo.

- yo lo lamento, sólo quería hacerte un regalo por haberme ayudado y apoyado. -como el chico no decía nada trato de arrebatarle  la caja pensando en su error pero él se lo impidió.

-Déjalo así, a pesar de la envoltura es perfecto- sonrio colocandose el anillo con forma de serpiente en el dedo. La chica sólo río por lo dicho.- Gracias Posie.

-ROSIE- llegaron gritando los hermanos Longbottom, ganándose una mirada amenazante de la bibliotecaria.

-Aquí estas- corrió Alice hacia su amiga- te hemos buscado por un gran rato.

-¿Ya le diste su obsequio? - pregunto esta vez Frank, a lo que ambos asistieron.- te queda bien Riddle.- dijo señalando el anillo.

-Por supuesto, a mi todo me queda bien.

-¿Incluso una camisa camisa amarillo pollo con unos pantalones verde chillón?- interrego la pelirroja con una sonrisa.

-Saben que si, aunque les agradecería que no lo imaginarán- agregó al ver como sus compañeros se perdían en sus pensamientos con una sonrisa.

-Riddel!- exclamó Fawley. Lo que ocasionó que la bibliotecaria los mirará de nuevo mal, tanto a el como a su acompañante.

-Podrían dejar de gritar, van a corrernos de la biblioteca.- bufo Riddle.

-Dicelo al micrófono- añadió Regulus.

-Oye- exclamó.

-Son tan escandalosos- comentó con irritación el azabache.

-Mucho gusto My Lady's, mi nombre es Matthew Fawley- dijo para después besar los nudillos de ambas chicas.

-Yo soy Alice Longbottom y ella Rose Granger Weasley- contestó la rubia con ligero rubor.

-Regulus Black - se presentó el peli negro.

- ¿Un Black?- interrogó el rubio sorprendido a lo que él asintió- vaya, creí que estaban extintos. Pensé que Sirius Black era el último.

-ya vez que no- trato de sonreír sin embargo lo único que hizo fue una mueca. Tom al ver como se ponía decidió intervenir.

-¿Necesitaban algo?

-No, sólo queríamos venir hacerte compañía. Pero vemos que estas bien acompañado- sonrió con picardía al ver a la pelirroja. Cosa que no fue notada por ella o los dos rubios, en cambio Tom sólo puso los ojos en blanco. -Han abierto un restaurante de comida mexicana ¿Porque no vamos todos?

Los presentes asintieron y sin más tomaron sus cosas y salieron.

*

-Malfoy ¿Paso algo?- pregunto la castaña tomando asiento frente al rubio. Sin duda era una cafetería discreta.

-Si.

-Creí que ya habíamos terminado con respecto al P.E.D.O.O cada mes recibirás la constancia de que se está haciendo lo que se debe.

-No es eso Granger- contestó tomando su café.-¿Quieres algo?- la castaña negó mirándolo con curiosidad. ¿Recuerdas que te comenté sobre un proyecto?

-Claro, pero te negaste a decirme cual era.

-Quiero restaurar de nuevo las empresas Malfoy, tanto en el mundo mágico como en el muggle. ¿Crees poderme ayudar?

Al escucharlo Hermione sonrió, el rubio era rico era cierto, ni siquiera tenía la necesidad de trabajar ¿entonces porque poner en marcha una vez más sus empresas? La castaña creía que quizás era para tener un pasatiempo.

Que equivocada estaba, era la excusa perfecta para entrar a su vida.






Y ocurre, que el destino no te avisa no te advierte, sólo se acciona y cambia lo que te tenía programado. O lo que tu creías que seria tu destino.

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