Capítulo 38

-¿Está lista Señora Ministra?- pregunto cierto Rubio entrando al gran despacho. La castaña lo miro con mucho cariño al igual que el hombre quien después dirigió la vista hacia el ya pequeño bulto de Hermione Granger- ¿Sabe que cada día se pone más hermosa?- por alguna extraña razón ello causaba un calor en su cuerpo.

Y es que aquel día, Ronald Billius Weasley & Hermione Granger disolverian su matrimonio, tal vez debería sentirse culpable de haberlo arruinado pero no era el caso, ya que estaba feliz por estar a lado de la mujer que amaba. Astoria en su lecho de muerte le dijo que siguiera y que luchará por ella, seguramente estaría feliz en el cielo porque es ahí donde ella merecía estar, eso había sido, un angel.

-Debo admitir que estoy nerviosa Draco- comentó la castaña, temblando, por lo que el rubio se tenso de la misma manera- no, no malpienses las cosas mi hurón teñido- se apresuró al verlo así.

-¡Ey! Mi cabello es natural Granger, no soy tenido- exclamó un poco molesto.

Hermione rodó los ojos soltando una gran carcajada- Lo siento cariño- acarició su largo cabello- no estoy nerviosa por mi diversio con Ron, eso ya lo hablé con él y Hugo. Con Rose- dijo mordiendose el labio, aún no podía acercarse como quisiera a su hija y eso le dolía, más por ser consciente que era su culpa.

Elevó una ceja- ¿Entonces?- preguntó

-Hoy veré a Rose en casa de Harry después de la muerte de Cygnus, Leonora pidió recoger algunas cosas familiares- comentó. Con un suspiro el rubio se acercó a la mujer para acercarla a él brindandole su apoyo incondicional.

-Yo estaré contigo- murmuró besandole la coronilla.- ¿Vamos?- pregunto extendiendole el brazo que muy de acuerdo aceptó. Salieron por la gran puerta para dirigirse hacia el piso donde debían llevar a cabo el trámite. Desde el dia en que habian dado a conocer su relación, las especulaciones de como fue su inicio salieron a flote desde muy originales hasta muy cliché, de muy serios hasta estupideces. Incluso en algunas hipótesis decían que Draco la había hechizado o al revés. Es más la más tonta de todas ellas era que Draco Malfoy había utilizado uno de sus tantos artefactos de magia oscura para regresar al pasado y pedirle ayuda al mismo señor tenebroso con la promesa de que con ayuda de la Ministra llevaría a cabo los planes del Señor Oscuro, tal como había ido para pedirle un hijo.

Hermione sentía como el corazón se oprimia al ver los suplicantes azules ojos de Ron, quizás ya no sintiera el amor conyugal por él pero sí que sentía aún ese cariño que desde los once años comenzó a florecer: el de una amistad.

-Lo siento Ron- murmuró bajamente colocando su firma en la anulación del matrimonio Granger- Weasley.

El pelirrojo suspiro, incluso él sabía que las cosas estaban por terminar. Su corazón estaba roto su cordura por los suelos y por último su alma con ella. Sin hacer alguna escena más, cogió la pluma y firmó.

Oficialmente estaban separados.

Desesperada, cansada de dar vueltas por toda la habitación se arrojó a su camina viendo únicamente a la pelirroja Saltar de emoción, buscando distintas prendas.

-Los chicos regresan hoy- decía feliz, olvidando el hecho que irían a la casa de los Potter y de nueva cuenta todos los Weasley estarían presentes, porque aquel era el tercer sábado de cada tres meses cuando iban a la casa de alguno de los hermanos.

Alice quien también estaba feliz por ver a Regulus, no, a los chicos si eso era, ella quería ver a todos.
-Tranquila Rose, que Tom te verá igual de bonita con cualquier cosa que te pongas- rió al ver la manera en que las mejillas de su amiga se coloraban del mismo tono que su cabello.

-Callate Alice- gruño la joven- Tom es mi amigo.

-Si claro, y Lily es una santa.

-¡Ey!- la miro de mala manera. En verdad que sin importar todo el daño que ella le hubiera echo, Rose jamás podría odiarla ni aunque quisiera. Simplemente no podía, ni lo haría porque a pesar de todo ambas eran familia

-Para ser tú la egoísta, sientes afecto hasta por las perras Rosie- murmuró, al percatarse que de nueva cuenta su amiga la miraba mal.- upsi, lo siento- su tono era inocente por lo que rió junto a su amiga.

Bajaron junto a Frank quien cansado de esperarlas apresuraba el paso. Bellatrix iría, no sabía sí sería buena idea ya que el retrato de Walburga Black estaba en la entrada ¿y si la reconocía? No quería que alguien descubriera a su amiga, no importaba quien fue en el pasado, sino, la persona que era en este presente; él se había acercado porque vio algo diferente en aquella arrogante mujer y se mantenía a flote con dicho pensamiento.

-¡Longbottom!- escucho que una voz femenina gritaba detrás de él. Rodó los ojos, sabiendo de su proscendete y continuo.- ¡Frank!

-Chapman, tengo prisa- gruño el rubio si detenerse.

Indignada por no recibir la respuesta que esperaba, se interpuso en su camino- No me dejes hablando sola Longbottom

-Polly, tengo mejores cosas que hacer en lugar de perder mi tiempo contigo- dijo bajandole todo el ego, a una de las princesas del colegio- ya habla.

Con un resoplido se hizo el cabello para atrás- mira, a mi tampoco me gusta perder el tiempo contigo. Pero ¿qué se le va a hacer si el estúpido castigo nos toco junto? Me hubiese gustado que me tocará con Tom...

-Ya te dije que no voy a convencer a Tom de salir contigo- repitió cansado, esa niñata lo sacaba de sus casillas.

-Vete al infierno Longbottom-

-Estar contigo de castigo es el mismo infierno- murmuró.

Sacó rápido su varita apuntando al gryffindor, no dejaría que la siguiera humillando con sus palabras. Riddle la quería a ella, sólo que aún no se había dado cuenta.

-Expul...

-Expelliermus- conjuro alguien a sus espaldas- no se te ocurra algo con mi hermano.

Riendo amargamente, la castaña miro con asco a ambas jóvenes para después ver al chico y volver a reír- No digan estupideces. ¿Quién querría salir con bobottom?- se burló. Alice molesta por sus palabras estuvo a punto de aventarse sobre ella para desgreñarla, sin en cambio, las manos de su hermano la detuvieron.

-Alice, vámonos no vale la pena discutir con chicas como ella.- era cierto. Él no estaba dispuesto a seguir ahí con una hueca como ella, por lo tanto jalo a su hermana como amiga, para evitar alguna pelea.

-¡Maldita sea, Frank! Debiste dejarme arrancarle la lengua a esa imbecil- gruñi, maldecia y blasfemio la rubia Longbotrom en todo el camino hacia las carrozas. Rose y Frank trataban de no atragantarse de la risa por lo gracioso que la joven se veía.

-Vaya con ese vocabulario, debería decirle a tu padre- se rió la típica persona que jamás perdía la oportunidad de burlarse de sus amigos.

-Matt- susurro Frank, viendo con asombro al único trío de serpientes que en realidad les agradaba.

-TOM/ REGULUS- gritaron respectivamente, dejando casi sordo al pobre de Frank para correr y abrazar a cada uno.

-Eres un imbécil Riddle, no respondiste ninguna de mis cartas- reprochaba la pelirroja golpeando el pecho del azabache, sin importar cuántos golpes le diera tan sólo podía abrazarla.

-Lo siento pecas, no sabes como te extrañe- susurro en su oído, provocando extrañamente un cálido escalofrío desde su espina dorsal hasta expandirse por todo su cuerpo.

Incapaz de mirarlo Rose tan sólo se ocultó detrás de la gran estatura de Riddle- Estaba muy preocupada, no sabes cuánto.- dijo en tono de reproche.

-Perdóname pequeña. Debía pensar- de hecho, no había echo otra cosa que no fuera eso.- debemos irnos.

*

La Unión de la familia era lo más importante y esencial para ellos, porque los Weasley siempre se habían caracterizado por ser la familia más numerosa y amorosa del mundo mágico.

-Miren esto chicos- pedía George señalando a Percy quien con desconfianza bebía de su jugo de calabaza.- Esperen, esperen- pidió antes de que de la boca del susodicho saliera una gran llama, seguido de otras cuantas.

-¡George Weasley!- gruño la matriarca junto a la esposa de este quien jalo de la oreja a su marido como si de un niño regañado se tratara.

-Angie, Angie.- rogó- amor, eso duele- se quejó el pelirrojo provocando la risa de todos los jóvenes y adultos.

-DA GRACIAS A DUMBLEDORE QUE FUERA ELLA Y NO YO- grito Molly furiosa mientras corría a socorrer a su otro hijo.

-Tranquila mamá- intervino Ron con un tanto de carne en la boca- los efectos pasarán en una hora.

-Que asco papá- rió Hugo- estas escupiendo todo.

-De verdad que extrañaba estos momentos, en donde toda la familia nos manteniamos unidos- comentó feliz la menor de los Potter- somos la familia perfecta- siguió con felicidad. Ellos nunca la traicionarian, la habían apoyado antes y lo harían ahorita o al menos eso creía, porque era la luz de los ojos no sólo para sus padres, sino, también de sus tíos y primos.

-Si, que perfecta- comentó con sarcasmo Teddy Lupin. Victoire los miraba con nerviosismo, temía que su padre se fuera sobre él de nuevo por haberla embarazado, aunque estaba más que claro que no sólo era culpa de metaformago, ella no había puesto resistencia ya que de igual manera participo en ello.

-Cuidadito Luppin- amenazó Bill, utilizando toda la fuerza de voluntad para no partirle una vez más la cara al ahora castaño.

-Quegido, deja en paz a Teddy. Segemos abueglos ¿No te alegga?- era divertido ver aquella escena en donde el esposo se mantuviera serio u con ganas de asesinar mientras su esposa no resistía la emoción- aunque aun soy muy joven paga que me diga abuega, estoy feliz.

Los demás adultos a excepción de los involucrados comenzaron a reír, hasta que el sonido del timbre y del muy escandaloso cuadro de la señora Black interrumpieron la graciosa escena, transformando la alegría en una tensión bastante superficial.

-Llegaron- trago en seco Harry Potter, pasándose para dirigirse a la puerta. Mientras tanto, los invitados no tan deseado miraban con gran inquietud la puerta.

Regulus y Bellatrix quienes estaban enterados del retrato de la madre del primero temían que los reconociera así como su ya muy viejo elfo doméstico.

-¿Y cómo convenciste a tu padre para que te dejará venir con nosotros?- pregunto Alice curiosa

-Charlie le pidió permiso- respondió Delphini Riddle por Bellatrix

-Exacto- sonrió la peli negra.

-Tenemos la excusa perfecta para atontar a Weasley y a los Potter- escupió con recelo cierto castaño.

-¿Acaso estas celoso Fawley?- cuestionó con diversión Bella.

Rose confundida miro a sus amigos y con el mismo tono, pregunto:

-¿De qué hablan? Sí Bella anda con Fred ¿Porque meten a James y Albus Potter?

-Ni yo.- dijeron Charlie y Delphini al mismo tiempo.

-Tranquila Lily, nosotros estamos aquí contigo- consolo Dominic a su pequeña prima quien temblaba, era la mejor actriz incluso podría ganarse un Oscar, por el papel de la Leona asustada

-Preparense- advirtió Albus, ya que todos los presentes conocían a la perfección la rutina e ironizacion del cuadro, taparon rápidamente sus oídos para así no ser tan tortuoso los minutos que tardaba en calmarse.

-3.....2....1- dieron inicio a la cuenta regresiva. Sin embargo, su sorpresa fue mayor al sólo escuchar por un segundo su grito y después oírlo callar. ¿Acaso había muerto? No, eso era imposible, los cuadros no morían o quizás ¿Lestrange o Riddle hijo quemaron la pintura? Eran tantas las teorías de ese pequeño minuto, que para suerte e impresión de Harry al ver a Regulus y Bellatrix dejo sus gritos a lado para preguntar de que familia eran pertenecientes, por lo cual Leonora Black explicó y tan sólo hubo elogios ante la no pérdida de linaje de dos de las más puras familias.

-Provecho- comentó Leonora al darse cuenta que todos dejaban de comer ante su llegada.

-Hijo- se levantó contenta para abrazar rápidamente a su hijo junto a su prometida.- Rosi, chicos- su alegría cada vez era más grande. Casi toda su familia estaba completa y eso le daba una felicidad única.- ¿Porque no se sientan a comer?- pregunto a lo que los chicos negaron.

-Sólo vienen por las antiguas cosas de los Black ¿cierto?- cuestionó Ginny Potter, a quie no le importó recibir una regañada de su madre por su actitud apática.

-Así es- afirmó Leonora desinteresada por su postura.

A un lado, en el rincón más oscuro del comedor un ermitaño elfo miraba a los recién llegados, sintiendo aquellas ganas por llorar golpearse, quemarse las manos y pedir perdón por haber fallado en la misión que le encomendó. Si, era él. No había duda, su amo estaba delante de él pero ¿Cómo? El dolor y la felicidad hacían una mezcla un tanto espetulante sobre él. Con la mirada lo siguió a él junto a sus acompañante que al verlos de nuevo el corazón de le rompió, sin duda una era la ama Bellatrix junto con la ama Rose, la pelirroja a la que cruelmente había dado la espalda para brindarle el apoyo a su pequeña ama. Kreacher no quería hacerlo, pero ser un elfo doméstico, implicaba obedecer a sus principales amos, aunque no por eso significaba que se encontrará orgulloso de lastimar a la niña que cada vez que lo veía le regalaba chocolatinas de sus favoritas y hacia bonito regalos.

-Gracias por quítame a Weasley de encima- le susurro Bella a Frank. Mientras Leonora Black junto con Delphini Riddle se encontraban en el árbol genealógico de los Black intentando hacer una réplica exacta del mismo, Regulus junto con los demás se encontraban en el cuarto donde se hallaban todos los viejos cachivaches que Sirius ni Harry alcanzaron a notar.

-Magníficos recuerdos ¿cierto Reg?- dijo con diversión Matt.

Lejanos de ello Rose junto con Tom miraban por la ventana mientras las llemas de sus manos rozaban con la del otro.

-¿Si les pregunto por sus padres crees que se molesten o los melancolice?- pregunto la pelirroja mirando hacia las afueras de la casa donde con la manguera sobre la luz tiraba agua formando un pequeño arcoiris.

-Regulus tal vez sienta tristeza. El padre de Matthew esta estable en el hospital de Rumania- aseguró

-No sabes cuanto los eché de menos- susurro la pelirroja sin quitar la vista de su punto.

Con una sonrisa el azabache entrelazo su mano con la suya.

-Seguramente extrañabas mis fenomenales curvas- bromeó.

Ambos rieron de inmediato- por supuesto, pero sin duda extrañe más tú aire egocéntrico, tú arrogancia y misterio.- siguió riendo.

-Vamos Pecas, ayudemos a los demás- propuso Tom y con un pequeño asentimiento la pelirroja confirmó.

-Por fin, tortolos- grito feliz Matt ocasionando el sonrojo de la joven.

La peli negra cansada de las bromas y tonterías que él se la pasaba haciendo, rodó los ojos- ¿Podrías dejar a Rose en paz?

-Como usted diga mi bella dama- sonrió haciendo una reverencia ante la divertida vista de todos y la cansada de Lestrange.

-¿De verdad perteneces a Slytherin?- interrogó.

-Yo creí que serías gryffindor o tal vez hufflpuff- aseguró Tom sin darles interés.

-¡Oye!- exclamo indignado.

Regulus quien guardaba algunas cosas negó con una gran sonrisa- pues el sombrero dijo que era Slytherin, tal vez se equívoco.

-Es muy probable- continuó la rubia- no sería la primera vez.

-Alice- regaño la pecosa, sabiendo que lo decía por sus primos y familia.

-Granger, podrás ser lo más buena que tu quieras pero no por eso cambias la realidad- siseo con si tono de elegancia y chillante.

-Bella, chicos ya dejenlo- advirtió el azabache que hasta ese entonces los miro

-Bien- abucheo Alice- Ya casi termina........- los gritos en la parte inferior llegaban hasta el último piso de la gran casona, fruncieron el ceño y temieron que los Weasley iniciarán una discusión con Leonora o peor aún con Delphini, dejando a un lado su trabajo bajaron con velocidad, parando en seco una vez que vieron de quienes provenían los gritos. Efectivamente, era una discusión y no de quienes creían, sino que se trataba de las mujeres de quien menos esperaban, Hermione Granger y Ginny Potter.

-No se quien los.invito pero largo de mi casa- exigía la pelirroja.

-BASTA GINEBRA- se interpuso Molly Weasley. Todos miraban con curiosidad lo sucedido- HERMS ES FAMILIA, NO IMPORTA SI YA NO ESTA CON TU HERMANO

-Ginny, yo los invite- intervino Harry.

-¿porqué? Ella ya no es parte de nuestra familia- le escupió a la ministra.

Hermione limpio su rostro con la Palma de su mano y con un suspiro intento apaciguar las cosas:

-Ginny, los problemas que tengamos Ron y yo sólo son nuestros. No debes adjuntartelos

-ES MI HERMANO ZORRA- grito furiosa, mirando dolida a Draco Malfoy. Se supone que estaba con ella, tantas veces se habían entregado como para que al final fuera Hermione quien se quedará con él.

-Ginny ¡Basta!- grito el pelirrojo.

-No Ron. ¿Porque él? Porque dejaste a mi hermano?- lloro furiosa y frustrada.- Eres una zorra- se acercó a zancadas mientras su mano tomaba distancia dispuesto a estrellarse en el rostro de la castaña, sin embargo, la mirada furiosa y un intercambio de posición hizo que la persona que recibiera tal bofetada fuera Draco Malfoy.

-Ni se te ocurra tocarla- rechino los dientes- tú sabes que ella no es la zorra.

-Malfoy ¿a que te refieres?- pregunto Harry.

-Nada cariño. Y Malfoy- dolía y enfurecia- todos sabemos que si lo es, de no serlo, seguiría con su esposo e hijos. Además de mala madre, mala esposa que se acuesta con un mortifago......

..El mismo mortifago que te hizo gemir por más de dos años a ti, el mismo al que le pediste no terminar su relación. ¿o acaso no recuerdas? Tú me pediste que me acercará a Granger para no dar sospechas a Potter.

-Ginny ¿De que narggles habla Malfoy?- el niño que vivió exigía una respuesta asi como todos los demás. Draco sabía que quizás con esto defraudaria a su amada pero tampoco permitiría que alguien peor se atreviera a insultarla o blasfemiarla. Por su parte, ella tan solo miraba a su alrededor; era el blanco de todos. Sus hijos la miraban con decepción como si ya la hubiesen comprendido mientras su madre negaba ante lo dicho, sus hermanos apretaban los puños y su esposo la miraba con una mezcla de furia y tristeza.

-Dicelos- exigió Draco- diles que la zorra eres tú. Que engañste conmigo por más de dos años a Potter- la sangre se acumuló en su boca en cuanto Harry lo golpeó a la manera muggle.

-Fue tu culpa Ginny- grito Ron furioso- tú mandaste a mi mujer a la guarida del lobo- reclamó.

-Harry- sintió que todo se salía de control.

-¿Es cierto?- cuestionó.

-Yo....

-¿ES CIERTO?- repitió de nuevo.

Rendida y sin guarida para ocultarse, asintió- lo siento, tú no estabas, me sentía sola y Draco también con la muerte de su esposa.......

-Yo no te crie así- maldijo su madre mirando penosamente a Harry.

Por su parte, Malfoy miró a Hermione quien lloraba, intentó acercarse a ella cosa imposible en cuánto rehuio de él.

-No me toques- y sin más que decir salió de la casa, seguida del rubio quien le rogaba hablar. Para todos los que pasaban por su lado, miraban expectantes de una discusión de pareja.

-Deja de seguirme- ordenó la castaña quien caminaba más rápido.

-No hasta que me escuches- decreto. ¿Quién lo diría? Draco Malfoy, rogando.

Furiosa dio la vuelta, estampando su mano contra la pálida mejilla del rubio- ¿Escucharte?- pregunto enojada- ¿Qué? Que todo fue para seguirte revolcandote con la esposa de mi mejor amigo.- afirmó.

-No. Si, digo... maldición Granger, siempre te he amado ¿si? Lo nuestro fue real y por eso se terminó mi aventura con esa Weasley.

Sentía su corazón latir a mil por hora- ¿Me lo prometes?

-Si quieres usa varitasetum- rió el platinado- mi vida son este bebé- toco a panza- Scorpius y tú. Los amo.- terminó y beso sus labios.

Escondido detrás de un edificio una pelirroja y un azabache espiaban, ya que en el momento en que miraron como salía, preocupada Rose decidió seguirla lo precaución para asegurarse que no le sucediera nada. Mientras que Tom por la insistencia y seguridad de su amiga decido acompañarla.

-¿Ves?- pregunto Riddle en un susurro hacia el oído de la joven- ella esta bien.

-Si- sonrió al ver como la pareja desaparecía sin ser vistos por los muggles- creo que debemos regresar.- ignorandola el azabache escribió algo en su agenda y después miro a Rose.

-Ven, vamos por un helado- propuso tomando de la mano a la pecosa.

-Pero......

-Ya saben- le sonrió, brindandole tranquilidad a la Joven quien sin pensarlo, le tomo de la mano y lo siguió hasta un parque cerca del callejón diagon en donde compraron dos conos, uno de chocolate y el otro de fresa.

-No creí que te gustará la fresa- mencionó con sorpresa la pelirroja.

-¿Porque no?- pregunto el moreno con una ceja alzada- es delicioso.

-Lo es- afirmó la chica.

Caminaron por un rato, hasta llegar a la fuente central donde las luces parpadeaban sobre el agua. A veces parecía que los muggles podian contar con magia como esa clase de cosas.

-¿Qué pasaría si?- pregunto Rose a la par que embarraba a Tom con su hilado.

-Chocolates Riddle's únicos y nutritivos- se rió.

Primero molesto y después de modo malicioso, el joven acarició su cabello- te faltó delicioso pecosa- acompleto- wow, tienes demasiadas pecas.- dijo impresionado contando o acariciando mejor dicho cada una de ellas.- Hasta rosas tienes

Fruncido el ceño confundida-¿rosas?- asintió- estas loco, no existen pecas de ese color

-Si, cuando las embarras con fresa- se burló una vez que vio el rostro de la chica lleno de su helado.

-Riddle- grito la pelirroja, persiguiendo a Tom.

Fue una persecución en donde finalizaron adentro de la fuente, el agua caía y subía conforme las luces de diferentes colores iluminaba cada acto. No había una resolución en especial tan sólo un deseo sumado al impulso de ambos, convirtio los segundos en la detención del tiempo, en el instante en que los labios de la pelirroja y azabache se encontraron; sus labios se movían al compás de los del otro era lento y necesitado como si hubiesen esperado demasiado, con la punta de la lengua que pasaba por su labio inferior pidió permiso a la pelirroja que sin dudarlo le concedió el acceso total a su boca. Al ser chaparrita debía agacharse pero eso no importaba. Su respiración era agitada y la sonrisa surgió al ver la del otro.

Azul vs café. Café vs azul. Si unias las miradas de convertía en la sintonía de dos tonos opuestos que se atraían de una manera hechizante.

-Te quiero- susurro él, olvidándose por un momento de quien era exactamente.

-Y yo a ti- murmuró Rose volviendo atacar sus labios. Algunos chorros ya los habían mojado pero eso no importaba, o por lo menos no tanto como su beso.

-Rose, Rosie, pecas. Nunca creí que pudiera decir esto pero te quiero. Y quiero que estés a salvo
Cautivada por esas simples palabras, acarició si rostro- si estoy contigo sé que siempre lo estaré..

Tom rió y al ver el ceño fruncido de la chica, aclaró-perdón es sólo que en ocasiones no nos damos cuenta de la persona que esta a nuestro lado, podemos verla todos los días y si no observamos adecuadamente jamás la veremos como lo que es en realidad: la persona perfecta.- 《el amor no debía existir para mi, sin embargo, estoy jodida y locamente enamorado de esta pecosa pelirroja con el cabello alborotado. Es todo lo contrario a mis creencias. No siempre tenemos suerte y mi pasado será su destruccion si no hago lo correcto》- sólo quiero decir que sin importar lo que pase o lo que diga, tú serás la persona que siempre estará en mi. Siempre voy a cuidarte, eso es mi intención. Protegerte de mi error

-Sin importar que siempre te querré - aseguró mientras lo abrazaba. Inclinandose hasta su altura se recargo en su hombro mientras acariciaba el alborotado y pelirrojo cabello de la joven.

-Y yo a ti Pecas Granger. No se si fue tu mirada rota o tu gran corazón, pero quede rendido ante ti.- afirmo.

-¿Estaras siempre conmigo?

-Aunque no puedas verme.-prometió- Obvliviate






Los sentimientos no son buscados, sólo llegan y sin aviso alguno te golpean hasta dejarte sin sentido alguno. Hasta el grado de sacrificar lo que sientes solo por verla feliz.

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