Capítulo 35

- Yo soy Regulus Arcturus Black, el hermano de Sirius Black.

-Y yo soy Lord Voldemort.-

Esas palabras aun resonaban en sus oídos, eran las que hace tan sólo un par de horas habían escuchado decir a los que creían sus amigos. Era una completa tortura aquella resonancia.

¿Que debían hacer? ¿Debían decirle a su padre, a la directora o a la Ministra de Magia?

Todo era tan confuso. ¿Que era lo que debían hacer? No podían ni siquiera describir lo que en esos momentos sentían, era como si todo lo que creyeran de repente se les viniera para abajo. Sus amigos, aquellos a los que les depositaron absoluta confianza resultaron ser aquellos que más daño habían echo a miles de magos y muggles.

Era como un remolino que envolvía su mente y colocaba una extraña venda sobre si, para poder evitar que la respuesta se hiciera presente en ellos, porque al final cualquier decisión final que tomarán significaba "tener que traicionar a alguien"

Todo era completa oscuridad, a las afueras observaba un gran y largo pasillo, varias puertas se asomaban por cada parte de la pared, sin embargo, sólo una llamó su atención al final. La conocía, antes incluso él mismo había mandado para entrar ahí, lo que no entendía era la razón por la cual regresaba a ese lugar, tomó de la manija y abrió encontrándose así mismo con lo que en su otra vida había buscado con ansias y nadie había podido brindarle: una sala de techo elevadísimo como el de una iglesia, donde no había más que hileras de estanterías altísimas llenas de polvorientas y pequeñas esferas de cristal. Estas brillaban débilmente, bañadas por la luz de unos candelabros dispuestos a intervalos a lo largo de las mismas. Lasllamas de las velas eran de color azul, por un momento sintió un leve escalofrío y es que, sí algo era cierto, era que en aquella sala hacía mucho frío.

Avanzó lentamente girando la cabeza hacia atrás a medida que recorría los largos pasillos de estanterías, cuyos extremos quedaban casi completamente a
oscuras. Había unas diminutas y amarillentas etiquetas pegadas bajo cada una de las esferas de cristal que reposaban en los estantes. Algunas despedían un extraño resplandor acuoso; otras estaban tan apagadas tal como un foco fundido. Pasó por la estantería número 76..., 77... Y Tom cada vez aguzaba más el oído, atento al más leve sonido que indicara algún movimiento. La frustración comenzaba a apoderarse de él y más porque no encontraba explicación alguna para estar en ese lugar, es verdad que hace más de 40 años hizo lo imposible para conseguir aquella profecía que en el acto quedó hecha pedazo, pero ¿ahora? A él ya no le interesaba nada de eso. ¿Entonces porqué? Continuó caminando un poco más, estaba llegando al final de ese pasillo, al final de la larga estantería, cada paso que daba se percató que una en especial comenzaba a retomar ese acusoso color mientras el humo envolvía lentamente; intento caminar más rápido para poder observar de mejor manera......... un fuerte y potente aire lo deslizó hacia atrás con aquella fuerza con la que nadie nunca antes pudo atacarlo. Cayó de manera agresiva y una ligera mueca de dolor se presentó en su rostro; Cerro los ojos con fuerza viendo no sólo la manera en que la puerta se cerraba abruptamente si no la manera en que también desaparecía.

-YO NO SE NADA, NO ME LASTIMES- escucho la voz y súplica de una mujer agonizante. Abrió los ojos precipitadamente y miro a su alrededor, ya no estaba en el mismo lugar que hace un instante, sino que ahora, se encontraba en un lugar lleno de árboles gigantes, no era un bosque más bien tenía apariencia de ser como una selva.

-DIME DONDE ESTA- escucho un grito más pero esta vez estaba cargado con desesperación y enojo.

-Yo no se nada- oía, lentamente se colocó de pie y camino hacia donde provenían todos aquellos gritos. Parecía una verdadera tortura la que pasaba aquella persona, cada vez resonaban más que los anteriores y eso que parecía que quedaría afonica.

-TU LOS AYUDASTE, TU VISTE A DONDE FUERON

-No me hagan daño, yo no sé nada.

-Tú le enseñaste a mi amo los cuentos de los hermanos Peverell, ayudaste a Delphine Riddle cuándo su esposo fue asesinado en Australia hace muchos años- la capa ocultaba su rostro pero ante su voz denotaba que se trataba fe una mujer.

-Piedad- rogaba.

-Traicionaste el destino de nuestro amo, no hay piedad. Crucio- dijo apuntando al cuerpo de la mujer quien gritaba eufórica el dolor que sentía era tan grande asín como la lealtad que le tenía a sus amigos- Crucio- los gritos cada vez salian desde lo más profundo de todo su ser.- ¿Dónde esta? ¿Dónde esta Lord Voldemort? ¡HABLA! ¿Mi amo, a donde se lo llevaron?

-¡Piedad! ¡piedad!- lloró mientras le lanzaban de nuevo la maldición cruciatus.- ¡lo diré! ¡Lo diré!- se rindió- Australia.

En esos momentos Tom sintió un gran enojo en su interior u más cuando escucho como Nimueh daba la orden.

-Vayan a Australia, acaben con los traidores de Delphini y Marvolo. Avada Kadavra- grito apuntando al cuerpo de la mujer- no nos gustan las deseleales Ágata Morgan.- Rió

Tom, Tom, Tom. Lentamente abrió los ojos, un poco desorientado observó a sus amigos quienes preocupados lo llamaban miro su alrededor u se sorprendió al ver como parte de la habitación se encontraba en completo desorden.

-¿Qué paso?- cuestionó entre una mezcla de confusión y molestia.

Regulus fruncio el ceño y tocó la frente del azabache-¿Cómo que qué paso? Si eso lo queremos saber nosotros.- dijo serio.

-¿Porque debería saberlo yo?- interrogó él con una ceja alzada mirandolos como si los locos fueran ellos.

-Tom, hermano. Tú hiciste esto- respondió Matt- ¿No recuerdas nada?

-Tom ¿Porque llamabas a Ágata Morgan?- pregunto Black con sumo interés.

-Soñe con ella- no entendió lo que pasaba o como rayos había echo ese desastre. A lujo de detalles les describió cada parte de su sueño, ambos lo escuchaban atentos, intercambiando miradas de sorpresa entre ello.-¿Qué? ¿Qué les pasa?

-Tom........- inició Mathew, sin embargo no sabía como decirles las cosas.

Regulus tomo un poco de aire y solto- ella murió hace años y efectivamente, su cuerpo lo encontraron en uno de los bosques de Brasil.

El azabache no dijo nada, sólo se quedo pensativo y analizando las cosas, preguntandose cuánto tiempo le quedaba o si sería necesario alejarse de todos sus amigos. Ya dos habían descubierto su secreto y no se lo habían tomado para nada bien, en ese instante por primera vez en esa vida comenzó a sentir lo que nunca antes, miedo. El miedo que se instauraba en su interior no era como cuando fue Voldemort, este no era egoísta, este temía por alguien más que él
-A dormir- dijo y con un movimiento de varita el desorden que se hallaba en la habitación había desaparecido, dejándola de nueva cuenta tan limpia como antes.

Sin oportunidad de poder protestar o hacer más preguntas ambos slytherins obedecieron y regresaron a sus camas. Y es que muy en el fondo, las tres serpientes estaban al tanto de que aquello era inevitable, no importaba cuanto escondieran a Tom Riddle ni que el huyera porque los errores de su pasado lo alcanzarían y destruirian todo a su paso, destruyendo consigo a quienes quería.

*

-¿Padre?- pregunto Scorpius al ver a Draco Malfoy recargado en la pared que daba la puerta del Gran Comedor.

-Hola hijo- sonrió de una manera que hace mucho no lo veía. Antes de preguntar la razón por la que estaba tan sonriente, el Malfoy mayor se le adelanto- Si yo decidiera salir con alguien ¿tú que harías?- pregunto estando seguro que nadie más oyera.

Aunque eso lo tomó por sorpresa no tardó mucho en responder- nada, tú tienes derecho a ser feliz y rehacer tu vida, estoy seguro que mamá así lo hubiese querido sí es lo que te preocupa- con una gran emoción en su interior, Draco Malfoy abrazo a su hijo, sin dejar a un lado el semblante característico de la familia.

-Gracias Scorp.- dijo con una sonrisa de lado.- espero que sus hijos piensen lo mismo que Tú.

Abrió los ojos impresionado y sin evitarlo exclamo- ¡¿HIJOS?!

-Si, una hija y un hijo- respondió sin darle importancia alguna- de echo este fin, no hagas planes irás conmigo a las Tres Escobas para hacer la presentación formal.

Sin captar lo que decía, comento- muy bien, el sábado iré con ustedes al.... un momento ¿ellos vienen en este colegio?- interrogó.

-Si hijo, baja la voz. Comportarte.

-Lo siento papá- murmuró.

-Descuida, por cierto. Estoy seguro que eso te ayudará a ti- dijo guiñandole un ojo- bueno, debo irme.- se despidió para comenzar a caminar. Por su parte el rubio menor sólo observó el caminar de su padre, pensando en sus palabras.

-Esper....- quizo entender lo que dijo ¿Qué lo ayudaría a él? Sin embargo, cuando reaccionó su padre ya había desaparecido.

Draco Malfoy camino hacia el cuadro de la Dama Gorda esperando poder encontrarse con la pelirroja Granger, debia hablar con ella sobre la situación por la que Hermione estaba pasando, no se metería demás estaba al tanto que perdonar no siempre resultaba ser tan fácil como lo parecía. Pero tampoco de igual manera quería ayudar aunque sea un poco. Y al parecer la suerte hoy estaba de su lado porque un par de minutos después una melena pelirroja y un poco alborotada salía por el retrato, parecía estar confundida y buscaba a alguien.

-Rose- saludo con un lento movimiento de cabeza.

-¿Señor Malfoy? Hola, buenos días- saludo pasando de una completa confusión a una sonrisa matutina.- ¿Busca a Scorpius?......

Negó- No, de echo venía a hablar contigo. ¿Podrías regalarme unos minutos de tu tiempo?- preguntó el rubio.

-Estaba buscando a unos amigos, pero no los encuentro. Así que si.

Ambos comenzaron a caminar uno a lado del otro, los pasillos estaban tan desiertos como se supone que a la hora del almuerzo deberían estar. Pararon y se miraron frente a frente, Rose quizo preguntar en que podría ayudarle pero como era costumbre de Draco Malfoy, él fue el primero en hablar.

-¿Iras a las Tres Escobas este sábado?

-¿Cómo.......

-Por favor Rose, responde.- pidió un poco tajante pero sin ser grosero.

-Yo.... no cre.... creo que sea lo mejor- suspiro. Dolía aún, a pesar de fingir que todo estaba bien, en el fondo aún dolía todo lo que su familia y en especial sus padres y Hugo hicieron.

-La comprendo Rose, sin embargo, también debemos tomar en cuenta que todos cometemos errores que pagamos de la peor manera. Tú mamá se la ha pasado mal, quiere acercarse pero no sabe como. De igual manera esta arrepentida. ¿Qué cómo lo sé?- tomo aire- me imagino que ya estás enterada de la separación de tus padres- la joven hizo un movimiento de cabeza afirmativo.- Hermione y yo estamos saliendo.

-¿Qué?- salió de sus labios.

-Rose, tú madre y yo estamos tenemos una relación- repitió- y tendremos un hijo.- no sabía que decir, eso era algo que jamás se hubiera esperado. ¿No se supone que ellos se odiaban cuando eran estudiantes? ¿Entonces?- la amo de verdad. Por eso, te pido que vayas por lo menos a la presentacion "formal" de nuestra relación. Estoy seguro que ella busca tu aprobación y la de tu hermano- la sonrisa que en esos momentos Malfoy padre transmitía parecía auténtica.

-Lo pensaré- dijo en voz baja. Aún estaba en shock debido a lo dicho por el rubio. No podía creerlo.

Mientras tanto a las afueras de las mazmorras un par de rubios esperaban impacientes a que unas cuántas serpientes salieran de su escondite. Habían tomado una decisión, esperaban que fuera la correcta porque por ella se la habían pasado en vela toda la noche.

Una vez que los interceptaron se colocaron frente a ellos, dejando a los cuatro Slytherins con curiosidad de lo que harían, bueno, por lo menos a tres de ellos. Ya que uno se colocó delante de cierta peli negra de manera protectora.

-Venimos a hablar - aseguró Frank, a quien con vergüenza miro a la que en algún momento llamó mejor amiga.

-Aquí no, alguien puede escucharnos.- habló Tom mirando a ambos temerosos.

Volvió a decir la contraseña, invitando a los hermanos Longbottom a entrar, ellos un poco desconfiados accedieron a entrar en los dominios de las serpientes. Quienes al ver a un par de gryffindors soltaron el grito al aire, sacando varita apuntaron a los foráneos.

-Bajen sus varitas- escucharon la orden de Tom quien con una sola mirada desarmo a todos ellos.

Sin duda él tenía el control del lugar. Tanto Alice como Frank miraron sorprendidos como ellos guardaban respeto al azabache, o tal vez simplemente se trataba de miedo. No por nada, él había sido el mago más temido del mundo mágico. ¿No?

Subieron a la habitación de los chicos y se sentaron tanto en las camas como en el sillón de cuero

-¿Y bien?- interrogó tranquilo mirando a ambos hermanos quienes intercambiaban miradas para finalmente asentir.

-Queremos saber la verdad.

-Pueden preguntar todo lo que quieran y les prometo que responderemos con sinceridad.

-¿Cómo podemos confiar en ti?- cuestión Alice, ya no estaba segura de esto.

-Porque de verdad son nuestros amigos- respondió Regulus en lugat del azabache quien afirmó con un movimiento de cabeza.

-Sin importar que- secundó Bellatrix mirando a Frank directamente a los ojos, ella le indicaba que lo había perdonado y es que en verdad era así. De la misma manera que ellos ayer habian usado el cruciatus, ella lo había utilizado hace años con sus abuelos. Ellos por coraje y ella por diversión.

-¿Cómo es posible que esten aquí? ¿Cómo es que son tan jóvenes?- estaba curioso, ansioso y nervioso.

Se escucho un suspiro por partd de Tom- Magia antigua y muy poderosa. No es magia oscura si es lo que piensan. Porque para este hechizo debes desearlo demasiado y con el corazón, así como tener alguna pertencia de la persona que añoras revivir, tener algún vínculo con la persona y el caso ser parecido al como su procreación.

Tanto Alice como Frank se notaban confundidos por lo que decidió aclarar un poco más.

-En mi caso fue Delphini quien quería conocer a su padre y Marvolo que quería vengar a su mi tío Morfin.- antes de que alguno de ellos interrumpiera él continuó- así como a mi madre a Delp le dieron armoternia para que se fijará en Marvolo, como sabrán la primera vez fue mi madre quien se la dio a Riddle, aunque los papeles cambian el caso sigue siendo el mismo. Uno de los dos estaba bajo la poción de amor. Delp tenía mi varita y el anillo de los Gaunt. La única diferencia es que los dos se quedaron juntos. Él a enamoró y ella se encariño. Por esa razón no soy como antes, porque tenía el amor de "mis padres"- dijo haciendo comillas con sus dedos.

Ahora Regulus se aclaró la garganta y habló.- en el mío, como sabran con la muerte de mi hermano- una gran incomodidad para Bellatrix- supuestamente todo el linaje de la familia Black desapareció, sin embargo, no contaron con todos los desterrados de la familia como lo fue con Phineas Black, él por apoyar los derechos de los muggles. Al ser expulsado de la familia fue a otro país donde conoció a Dorotea Selwyn otra repudiada por su familia gracias al mismo motivo, se casaron tuvieron hijos y por extraño que parezca se enamoraban de Sangre pura, claro que también manifestaban su amor por los mugglus.

-Pero....

-Alice, déjame terminar. Por favor- sonrió dejando sonrojada a la joven- cuando mis padres conocieron a los de Tom no podían tener hijos por lo que ellos le ofrecieron esta solución- dijo señalandose así mismo.- los Black debían ser ambos sangre pura, cumplían con ello. Leonora era hija de la hermana de la cuñada de la madre de Cygnus por lo que técnicamente éramos como familia. Otro requisito hecho. Y la reliquia fue este- señaló un dije de la familia Black- Delphini lo hurto antes de escapar.

-¿Y tu Fawley?- pregunto Alice al castaño quien negó.

-No, yo no soy la reencarnación de nadie. Yo, sólo soy yo. Conocieron a mis padres cuando necesitaban ayuda y al ver que de igual manera apoyaban a sus amigos a tener un bebé decidieron unirse a la causa.

Velozmente todas las miradas fueron puestas en Bellatrix quien rodó los ojos y bufo- Mi historia no es tan difícil. Todos sabes que era la más leal de todos los mortifagos y una hábil duelista, hubieran estado locos si no me revivian.

-Bella- rió Tom, a regañadientes ella continuó.

-Bien, bien. Digamos que el papel que Rodolphus tenía como esposo no era como tal inventado si llegamos a hacer cosas de parega- dijo un poco sonrojada provocando las carcajadas de Regulus.- además, sólo el viculo, era mi esposo, sólo debía buscar a alguien tan vanidosa como mi madre y la encontró. Y bueno, ya que la Ministra no se fiaba de mi varita se la regreso a Rodolphus ya que al dársela sin desarmarla no tenía gran efecto ni lealtad a él.

-¿Algo más que quieran saber?- cuestionó Tom.

-Ya nos han dicho como es que están aquí, pero ¿Porque?- pregunto Frank.

-Es obvio ¿no crees? Para continuar con lo que inicie. Para "volver a estar en la cima"- respondió Riddle con una mueca en los labios- pero descuiden. Eso quedó enterrado junto con mi otro cuerpo.- respondió.

-¿Nos han utilizado a nosotros para sus planes? ¿Han utilizado a Rose?- interrogó molesta Alice.

-No, ustedes de verdad son nuestros amigos.

-¿Tienen que ver con la fuga masiva de Azkaban y la nueva marca?- pregunto de nuevo Frank, realmente se veía que analizaba cada respuesta le daba

-No, nunca cambiaría mi marca por esa tan simple. Yo no soy así.

-¿Entonces? ¿Quienes fueron?- era rápido en formular sus dudas

-Nimueh, Rodolphus y los primeros mortifagos. Frank, Alice no fuimos los únicos en ser recibidos- contestó Bellatrix mirando a los rubios- otra guerra se acerca, si no la evitamos

-¿Porque no le dicen a la Ministra o a Barry Potter?- aquello que dijo efa grande, si era cierto debían estar listos.

-¿Usteds a quiénes creen que culparan? Cometimos errores en el pasado y pagaremos caros por ellos.

-Ya lo hicieron- habló Alice- murieron.

-Para todo lo que hice, no creo que eso les baste. ¿Porque vine aquí? Por Rose.

-¿Siente lagos por ella?- la mirada de Alice era pícara.

Tom la fulmino con la mirada-Es mi amiga Longbottom.

-Ajá, claro- dijeron todos los demás presentes entre risas.

-Queremos ayudarlos.- dijeron ambos hermanos al mismo tiempo.

-No,ustedes no saben a lo que se pueden enfrentar si se enteran que saben todo esto Y nos descubren.- se negó el azabache, no quería perjudicar a más persona de lo que ya había hecho

Alice bufo- Riddle sabemos tu secreto y no se lo diríamos nadie, al menos que no nos deje ayudar.

-Alice, es peligroso- intento Regulus mirando a la chica con súplica. No quería que nada le pasará porque era especial para él.

-Nada- apoyo Frank a su hermana.

-Esto no es un juego- siguió Tom- ¿Acaso no saben todas las víctimas de las guerras que yo provoque?- exclamó frustrado.

-Tú lo has dicho Riddle, tú las provocaste. Esta vez estás del otro lado de la jugada. Contigo, con Harry Potter, Hermione Granger y muchos más grandes magos podremos ganar.

-No es tan fácil- interrumpió Bellatrix- esto va más allá de las anteriores dos guerras mágicas. Ellos han estado reuniendo su Ejército por todo el mundo, incluso antes de que nosotros regresaramos a la vida.

-Quermeos ayudar, somos amigos ¿o no?- cuestionó Frank- los amigos se apoyan.

Bellatrix lo miro detenidamente y sonrio- yo digo que si. Ellos podrían cubrirnos y alargar más esto. ¿Tú que opinas Fawley?

-Yo estoy de acuerdo contigo, bella dama- rió el castaño.- chicos creo que ganamos, somos cuatro vs dos.

-No esta a discusión- reafirmó Tom.

-¿Qué piensas hacer? ¿Hechizarlos?- preguntó con diversión Matt quién soltó una carcajada cuando lo escucho maldecir.

-Bien. Pero escuchenme, no van a arriesgarse demasiado por esto.

-Prometido- digeron ambos al mismo tiempo.

Después de eso se propusieron a contarles todo lo que estaba pasando hasta ese momento.

Una vez saliendo de las mazmorras todos se apresuraron a ir a sus clases, que para la suerte de casi todos les tocaba lo mismo. Frank que era el único que tenía la clase en las afueras fue el más rápido en correr.

-Riddle tengo hambre- se quejó la rubia.

-Tú decidiste tener la charla en el desayuno- replicó el azabache.

-Hijo de Troll.

Al entrar a Historia de la Magia, Tom se situó discretamente a lado de Rose quien se encontraba pérdida, sin prestar atención en la clase.

-¿Te pasa algo?- susurro, espantado un poco a la joven.

Miró a Tom- Riddle- sin nada más que decir y olvidando que estaban en una aula lo abrazó.

El azabache sorprendido por aquel arrebato de la joven, tomó de su mano y ambos salieron sin que el profesor pudiese percatarse de ello. Un rubio fruncio el ceño al ver tal cosa.

¿Porque debía salirse con ella? ¿Quien era él para hacer tal cosa? Lo único que podía visualizarse en los ojos del rubio era la palabra: celos.

Una vez afuera, Tom acarició la mejilla de la pelirroja y levantó su mentón para que lo viera a los ojos, ambas miradas se cruzaron quedando en un limbo donde ninguno de los dos quería salir.

-¿Qué fue lo que paso?- pregunto preocupado.

-Mis padres se divorcian- dijo ella y aunque eso ya era sabido, no dijo nada. Sólo la escucho- mi madre, esta saliendo con Draco Malfoy.

-¿Cómo estas segura de eso?

-Él vino, me lo dijo. Me pidió que fuera este sábado pero yo.....

Sintió la pálida mano del chico acariciaf su cabello- no estas segura, afirmó por lo que ella asintió. ¿Quieres que vaya contigo?

-Si- dijo abrazandolo de nuevo.

-Tranquila, yo estaré siempre a tu lado- susurro el dando un beso en la coronilla de Rose.

Los días pasaron más rápido de lo que cualquiera hubiera podido imaginar, una castaña se miraba en el espejo, su cuerpo temblaba ¿Qué pasaría? ¿Cómo lo tomarían?

-Tranquila Granger, todo estará bien. Lo prometo- susurro Draco dándole un beso en el hombro para después acariciar su vientre

-Gracias- sonrió ella, dando la vuelta para darle un beso a esos pálidos labios que la volvían por completo loca.

-Vamos cariño.- sonrió. Ambos salieron de la mansión tomando un carruaje para dirigirse a las Tres Escobas y es que habían salido con bastante anticipación ya que Malfoy no confiaba en usar la red flud estando Hermione embarazada.

-¿Lista?- pregunto Tom quien esperaba a la joven pelirroja. Ella asintio mientras tomaba la mano del azabache y juntos se dirigieron a la salida del Castillo para esperar que les dieran por fin la autorización.

-Mamá- escucho la castaña que alguien le gritaba, se dio la vuelta y sonrió al ver a Hugo correr hacia ella.

-Hugo- dijo feliz buscando a alguien más con la mirada- ¿Y Rose? No vino contigo?- pregunto con un poco de esperanza aunque ya sabía la respuesta. Mordiendose el labio el pelirrojo negó.

-No he hablado con ella, pero quizás nos alcancé en allá- sabía que eso era casi imposible pero no quería ver de esa manera a su mamá.

-Cierto- sonrió de nuevo.- vamos Hugo, que tu padre nos debe estar esperando-. Con un movimiento de cabeza el chico asintió y madre e hijo caminaron rumbo al barecillo.

Donde Ron Weasley un poco tenso ya los esperaba.

-¿Y bien Herms? ¿Dónde esta tu nuevo galán?- intento bromear un poco para quitarse esa tensión. Le dolía saber que había perdido a su esposa, pero se lo merecía, la amaba y quería verla feliz.

-En un momento más vendra- afirmó con nerviosismo.

-Vamos Herms, no te pongas así no debe ser tan malo. Al menos que.......- fruncio el ceño y puso los nervios de la mujer al mil- no me digas que... ¿Estas saliendo de nuevo con el idiota de Víctor Krumm?- cuestionó molesto.

-¿Qué........

-Maldito pelón, hasta que lo logró pero no Herms. Te juro que aceptó a todos menos a ese tipo.

-Calma papá. Deja que mi mamá hable- intervino Hugo mirando desaprobatoriamente a su padre.

-Bien.- gruño Ron- pero te digo de una buena vez Herms, que prefiero incluso que salga un millón de veces con Draco Malfoy a que con ese jugaducho.

-¿De verdad?- abrazo a Ron con alegría eso quería decir que lo aceptana- gracias Ronald.

-¿Qué?- no había duda, el pelirrojo no entendía nada. Todo lo contrario a su hijo, quien ya había captado todo.

-Mamá ¿es encerio?

-Si hijo. Espero no me juzguen.

-Para nada pero, ¿encerio?- eso era una bomba, algo que no se habria esperado nunca.

Ron que seguía sin comprender cuestionó de nuevo- ¿De que hablan?

-Que es un gusto que me aceptes comadreja- escucho una voz a sus espaldas. Al voltear se topó con los hombres Malfoy, tanto el padre como el hijo.

-¿HURON? ¿Tú que haces aquí?

-¡Draco! ¡Ronald!- regaño la castaña.

-Vine a presentarme formalmente comadrej....- al ver el semblante amenazante de la mujer, corrigió- Ronald.

-¿Hermione, estas saliendo con él?- se alteró el hombre.

-Si. Tú dijiste que Lo aceptabas- atacó ella.

-Eso es cierto, papá- afirmó Hugo dándole la razón.

Ron negó muchas veces- PORQUE NO CREI QUE PUDIERA PASAR.

-Ni yo- se sincero la castaña.

-Entonces lo que dijo Ginny era cierto, tu te revolcabas con.......

-Respeta- dijo Draco amenazando al pelirrojo- no le hables de esa manera. Tú no eres mejor.

Iba a decir algo más cuando otra voz interrumpió la pequeña discusión.

-Perdón por llegar tarde - sintió como su corazón bombeaba tan rápido hasta escucharlo romperse en mil pedazos al ver como Rose Weasley tomaba la mano de Riddle.

-Rose- corrió rápidamente Hermione hasta su lado para abrazarla y darle mucho besos en la mejillas.

La joven incómoda miro a su amigo quien le sonrió y asintió. En el camino ambos habían tenido una pequeña plática donde había llegado a la conclusión que debía darle una oportunidad ya que todos cometían errores, además de que el siempre estaría a su lado.

-Esto debe ser una broma. Niños, ustedes no pueden aceptar esto.

Los tres jóvenes (hijos de los susodichps) miraron incrédulos.

-¿Porque no? Disculpe Señor Weasley. Pero si ellos se aman no veo porque dificultarles que sean felices.

Rose miro impresionada a Scorpius y es que no se imaginaba que el podría tomar así las cosas

-Están en un error- gruño el pelirrojo yéndose de ahí.

-Mamá, lo siento pero yo debo pensarlo- agregó Hugo. Estaba bastante confundido, porque hace tan sólo un año ellos eran la familia perfecta y ahora pasaba esto. Dándole un beso en la mejilla a su madre salió del lugar

-Tranquila- escucho a Rose decir.

-Herms, no llores. Piensa en el bebé. - Scorpius abrió mucho los ojos.

-¿EMBARAZADA?- grito el rubio llevándose la mirada de todos y una mala de su padre.

Ahora ya todos sabía del Estado de la Heroína de Guerra y Ministra de Magia: Hermione Granger.

Las sorpresas llegan cuando menos te lo esperas.

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